La carrera por el Senado se juega en tres Estados
Las peleas de Georgia, Pensilvania y Nevada decidir¨¢n el futuro de la C¨¢mara alta y del resto de la legislatura de Biden. New Hampshire y Arizona tambi¨¦n pueden dar la sorpresa
Las elecciones legislativas de Estados Unidos traer¨¢n este martes la renovaci¨®n de 35 de los 100 senadores del Capitolio. Se les vota en 34 Estados (uno por cada uno de ellos, salvo en Oklahoma, cuyos dos representantes est¨¢n en la papeleta). Adem¨¢s del control de la C¨¢mara alta, est¨¢ en juego la suerte del resto de la legislatura de Joe Biden, que podr¨ªa quedar parlamentariamente gangrenada (todas las encuestas dan por hecho que los dem¨®cratas perder¨¢n la C¨¢mara de Representantes, y que solo falta saber por cu¨¢nto).
El filo de la navaja electoral est¨¢ en tres lugares: Georgia, Pensilvania y Nevada. El partido que se lleve dos de esas tres igualadas batallas tiene grandes probabilidades de controlar el Senado, aunque las sorpresas podr¨ªan llegar tambi¨¦n de otras partes, como Arizona o New Hampshire, donde se espera que ganen los dem¨®cratas. Y, en menor medida, Wisconsin, Carolina del Norte y Ohio, donde la ventaja es para los republicanos.
Georgia. Fue un Estado decisivo en 2020 (tanto para la elecci¨®n como presidente de Joe Biden como para dar el control del Senado a los dem¨®cratas), y lo volver¨¢ a ser ahora. Entonces, el reverendo Raphael Warnock se convirti¨® en el primer afroamericano de la historia que Georgia mand¨® al Senado. Que esa cuota de representaci¨®n racial se mantendr¨¢ en estas elecciones, pase lo que pase, es lo ¨²nico que est¨¢ claro en los estertores de la campa?a. Herschel Walker, el candidato republicano, tambi¨¦n es negro.
Walker, una antigua estrella de f¨²tbol americano, fue la apuesta de Donald Trump en las primarias. Su campa?a ha sido tal vez la m¨¢s accidentada de estas elecciones. En los ¨²ltimos meses se le han conocido tres hijos con tres mujeres distintas, y se ha tenido que enfrentar a las denuncias de dos mujeres que lo acusan de haberles pagado un aborto. Uno de los puntos fuertes de su programa es el apoyo a una prohibici¨®n total del derecho al aborto, incluso para los casos de incesto o violaci¨®n. Una gran parte de sus potenciales votantes son cristianos evang¨¦licos, y la clave es saber si primar¨¢n sus creencias religiosas o si preferir¨¢n taparse la nariz con tal de que no salga elegido un dem¨®crata.
Warnock ha visto, por su parte, c¨®mo resurg¨ªan las sospechas de violencia machista: su exesposa, Ouleye Ndoye, dice que le pas¨® con el coche por encima de un pie, pero al senador no lo acusaron de ning¨²n delito. Ndoye tambi¨¦n le acusa de no pasarle la pensi¨®n para sus hijos. La campa?a republicana se ha basado en atacarlo por su fidelidad a la agenda de Biden. Un 96% de sus votos en el Senado han sido en el mismo sentido que los del partido.
Pensilvania. La que enfrenta al dem¨®crata John Fetterman con el republicano Mehmet Oz es una de las disputas m¨¢s extra?as de estas elecciones. Tambi¨¦n es seguramente la que m¨¢s atenci¨®n nacional ha capturado. Fetterman es un grandull¨®n tatuado siempre vestido con sudadera. Fue alcalde de una ciudad obrera y ¨²ltimamente ejerc¨ªa como vicegobernador del Estado. Cercano a la gente, representa todo lo que un dem¨®crata no es actualmente en el imaginario del estadounidense medio. Su manejo de las redes sociales y sus mensajes claros y directos hac¨ªan prever que su campa?a ser¨ªa un paseo, hasta que, pocos d¨ªas antes de las primarias, sufri¨® un derrame cerebral que ha lastrado severamente sus aspiraciones. Las dudas sobre si est¨¢ capacitado tras ese percance para trabajar como senador han ido creciendo, atizadas por los medios conservadores, a medida que avanzaba la campa?a.
Oz, de ascendencia turca y musulm¨¢n no practicante, es todo un personaje. Famoso m¨¦dico televisivo, probablemente toc¨® su punto m¨¢s bajo de la campa?a cuando quiso empatizar con los votantes y fingi¨® que iba al supermercado. Fue un desastre. Dijo que estaba en Wegner¡¯s (hay una cadena que su llama Wegman y otras Redner¡¯s), llamaba crudit¨¦s a las verduras y, en general, todo parec¨ªa tan impostado que la sensaci¨®n que quedaba era que nunca hab¨ªa ido a hacer la compra. El doctor Oz fue objeto de toda clase de memes en las redes sociales. Wegners se convirti¨® en tendencia.
Mehmet Oz gan¨® las primarias republicanas por la m¨ªnima gracias al apoyo de Donald Trump, pero no convence mucho a los votantes del Partido Republicano, que llegaron a silbarle en un mitin con el expresidente. Le reprochan que fue tolerante con el aborto, cr¨ªtico del fracking para extraer petr¨®leo y partidario de un mayor control de las armas. Cirujano cardiotor¨¢cico, se lanz¨® a la televisi¨®n, primero como invitado de Oprah Winfrey (que ha pedido el voto para su rival) y luego con su programa en solitario. Ah¨ª propag¨® mensajes seudocient¨ªficos, falsos o fuera de lugar. Aun as¨ª, hizo fama y fortuna (tiene un patrimonio de m¨¢s de 100 millones de d¨®lares), decidi¨® dar el salto a la pol¨ªtica y eligi¨® Pensilvania pese a que viv¨ªa en una mansi¨®n en Nueva Jersey. Le consideran un paracaidista.
Fetterman le ha troleado en redes una y otra vez, compar¨¢ndole con el m¨¦dico de los Simpsons o con como un falso mago de Oz. La ¨²ltima acusaci¨®n dem¨®crata es que en su laboratorio se maltrataron y mataron 300 perros. El republicano ha dicho que no estaba al tanto de ello.
La falta de transparencia de Fetterman sobre su estado de salud, la preocupaci¨®n por la econom¨ªa entre los votantes (y una inflaci¨®n desbocada que todos identifican con Biden) y la idea de que el aspirante, que proviene del ala izquierdista del partido, es blando con la inmigraci¨®n ilegal y la delincuencia, han dado alas a Oz. Las secuelas del ictus del dem¨®crata se hicieron patentes en el ¨²nico debate televisado entre ambos. Entonces, le cost¨® articular su discurso.
El presidente ha acudido cinco veces a Pensilvania, su estado natal, desde finales de agosto mientras que Trump eligi¨® Wilkes-Barre para su primer gran mitin de campa?a y dio otro este s¨¢bado en Latrobe. No solo es clave ahora, sino que puede serlo en las presidenciales de 2024.
Nevada. Todas las alarmas suenan para los dem¨®cratas en Nevada. La senadora actual, Catherine Cortez Masto, se disputa el puesto a cara de perro con Adam Laxalt, un heredero de la vieja pol¨ªtica republicana que se ha reinventado como ferviente trumpista. Las encuestas muestran un empate.
Cortez Masto es la primera senadora de origen latino que representa a Nevada. Lleg¨® al Senado en 2016, respaldada por la creciente poblaci¨®n hispana (un 30% de los 3,1 millones de habitantes). Fue elegida para suceder al poderoso exlegislador dem¨®crata Harry Reid. Antes de llegar al Senado, Cortez Masto fue fiscal general de Nevada.
Laxalt es nieto de Paul Laxalt, un conocido pol¨ªtico local que fue gobernador, senador republicano y gran amigo de Ronald Reagan. Ser¨ªa un error considerarlo un conservador tradicional. En la campa?a ha cargado contra la cultura woke y ha prometido poner a los dem¨®cratas en el ¡°cenicero de la historia¡±. Tambi¨¦n desea castigar a las ¨¦lites corruptas que, seg¨²n ¨¦l, robaron la presidencia dos a?os atr¨¢s. Su apoyo a estas teor¨ªas sin fundamento le han ganado el apoyo de Trump.
Y las posibles sorpresas... Aunque las anteriores son las votaciones del Senado m¨¢s igualadas, hay al menos otras cinco donde la diferencia es tan peque?a como para dar el resultado por seguro. Dado que los republicanos parecen m¨¢s pujantes, hay muchas miradas puestas en dos candidatos trumpistas: Blake Edwards y Don Bolduc, que desaf¨ªan a los senadores dem¨®cratas que buscan la reelecci¨®n en Arizona y New Hampshire. Los republicanos tampoco pueden despistarse si quieren mantener sus esca?os en Wisconsin (donde Biden gan¨® a Trump en 2020), en Ohio (donde el dem¨®crata moderado Tim Ryan se enfrenta a J. D. Vance, otra apuesta de Trump) y en Carolina del Norte. En los tres la ventaja parece suficiente para los republicanos, pero hay espacio para la sorpresa.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.