La batalla m¨¢s cruenta de las elecciones en EE UU enfrenta en Georgia a un pastor y un antiabortista acusado de pagar un aborto
El reverendo Warnock y Herschel Walker, mito del f¨²tbol americano, se miden en un debate bronco en su carrera hacia el Senado, crucial para el futuro de Biden
Georgia fue crucial en el triunfo de Joe Biden en 2020, y est¨¢ previsto que el Estado repita como el escenario en el que el Partido Dem¨®crata se juega a un todo o nada su futuro en las elecciones legislativas del pr¨®ximo 8 de noviembre, en las que se dirime el control de las dos c¨¢maras. Faltan 25 d¨ªas para la cita en las urnas, y los dem¨®cratas firmar¨ªan lo que sugieren algunas encuestas: perder el Congreso y retener la magra ventaja que tienen en el Senado, que ahora est¨¢ dividido exactamente por la mitad. Es mucho m¨¢s de lo que esperaban antes del verano, despu¨¦s de todo. Las opciones de que esas previsiones se cumplan pasaban en la noche del viernes por la encantadora ciudad sure?a de Savannah, donde los dos candidatos al Senado se enfrentaron en el que todo indica que ser¨¢ el ¨²nico debate de la campa?a m¨¢s cruenta y decisiva de este ciclo electoral.
A la derecha, el p¨²gil republicano era Herschel Walker, h¨¦roe del f¨²tbol americano, un running back de leyenda cuyas glorias deportivas en la liga universitaria y en la NFL son lo ¨²nico de su pasado que parece intacto tras meses de escrutinio de los medios. Presumi¨® de una carrera militar que nunca fue, minti¨® sobre su trabajo al frente de seis hospitales, se las dio de hombre de familia y por el camino resurgieron acusaciones de malos tratos de su exesposa, y tuvo que admitir la existencia tres hijos con tres mujeres distintas, que hubo que sumar a un cuarto, el primog¨¦nito, un joven influencer conservador que hace un par de semanas estall¨® ante sus 285.000 seguidores en Twitter contra las ¡°mentiras¡± de su padre.
Pero, sobre todo, le persiguen las alegaciones de una exnovia a la que, seg¨²n el testimonio de esta, le pag¨® un aborto y trat¨® de costearle un segundo (que esa vez ella rechaz¨®). Al principio, Walker lo neg¨® todo rotundamente, y despu¨¦s se desdijo sobre la parte en la que aseguraba que no conoc¨ªa a esa persona: resulta que es la madre de uno de sus hijos. Todos tenemos un pasado, s¨ª, pero es que Walker, que el viernes volvi¨® a negar los hechos durante el debate, apoya la prohibici¨®n total del aborto, hasta en los casos de incesto, violaci¨®n o peligro para la salud de la madre. Se ve que hay otra excepci¨®n que admitir¨ªa: la suya propia.
A la izquierda del cuadril¨¢tero compareci¨® el senador a batir, el dem¨®crata Raphael Warnock, pastor en la iglesia baptista Ebenezer de Atlanta, desde cuyo p¨²lpito predic¨® Martin Luther King. Ocupa el puesto desde principios de 2021, cuando se convirti¨® en el primer afroamericano en representar a su Estado, y aspira a revalidarlo por seis a?os. Tambi¨¦n se enfrenta a acusaciones de violencia machista: su exesposa, Ouleye Ndoye, dice que le pas¨® con el coche por encima de un pie, pero al senador no lo acusaron de ning¨²n delito. Ndoye tambi¨¦n dice que ¡°es un gran actor¡± y que ha desatendido sus obligaciones en la custodia compartida de sus dos hijos.
Warnock jugaba en casa. Naci¨® hace 53 a?os en Savannah, y as¨ª lo aclar¨® al principio de un debate r¨¢pido y embarullado cuya emisi¨®n televisiva adquiri¨® trascendencia nacional. ¡°Me es grato volver; crec¨ª en una familia de 12 hermanos en unas casas de protecci¨®n oficial a una milla de aqu¨ª¡±, afirm¨®. ¡°Aqu¨ª¡± era el elegante hotel con vistas al r¨ªo Savannah donde se celebr¨® el cara a cara, a cuyas puertas se citaron partidarios de ambos candidatos con sus gritos cruzados. ¡°?Este es el aspecto que tiene la democracia!¡±, cantaban los hinchas de Warnock, negros en su mayor¨ªa. En la acera de enfrente, los de Walker, casi todos blancos, dec¨ªan: ¡°?Corre, Herschel, corre!¡±, que no, no era un homenaje al t¨ªtulo de la novela que abri¨® el ciclo del inolvidable Conejo Armstrong, de John Updike, sino a la frase que repet¨ªa un conocido comentarista deportivo cuando el joven Walker cog¨ªa la pelota y se lanzaba entre v¨ªtores hacia el campo contrario.
Precisamente por jugar en casa y por su experiencia de reverendo en el arte de la oratoria, casi todos los analistas confiaban en que Warnock ganar¨ªa con holgura el debate. No contaron con el tiempo (¡±semanas¡±, explicaron fuentes del Partido Republicano) que Walker, que se defini¨® en septiembre ante la prensa y medio en broma como ¡°un hombre no especialmente brillante¡±, hab¨ªa dedicado a preparar la noche del viernes, en la que se mostr¨® m¨¢s agresivo que su contrincante.
Las encuestas daban al primero un ligero margen sobre el segundo (de 52 a 45%, seg¨²n la Universidad Quinnipiac). A¨²n no est¨¢ claro de qu¨¦ se influir¨¢ el resultado del igualado debate, aunque los primeros analistas vaticinaron que el exatleta hab¨ªa conseguido apelar al republicanismo m¨¢s moderado. ¡°Ha logrado un jonr¨®n¡±, sentenci¨® al t¨¦rmino del encuentro Ralph Reed, consultor de la campa?a de Walker. ¡°Se ha demostrado como un candidato informado y directo, con gran familiaridad con los temas. Queremos agradecer a los medios que contribuyeran a mantener las expectativas tan bajas¡±.
Ninguno de los dos contrincantes atendi¨® a la prensa, pero al menos el republicano mand¨® a un par de sus ac¨®litos (adem¨¢s de a Reed, al congresista por el primer distrito de Georgia, Buddy Carter, que tambi¨¦n se juega el puesto). La sensaci¨®n de que el candidato dem¨®crata hab¨ªa perdido la oportunidad para afianzar su ventaja en el ¨²nico cara a cara la subray¨® el hecho de que nadie saliera a dar explicaciones en su nombre tras el debate.
Walker bas¨® sus ataques en asociar a Warnock con las pol¨ªticas de Joe Biden, con quien, dijo una y otra vez, se hab¨ªa alineado ¡°en un 96% de sus votaciones¡± en el Senado. Los republicanos culpan al presidente estadounidense de casi todos los problemas que asuelan el pa¨ªs (de los ¨ªndices de criminalidad a la crisis fronteriza), pero sobre todo, de uno: la inflaci¨®n. ¡°Para aquellos de ustedes a los que les preocupa darme su voto porque no soy pol¨ªtico, les pido que piensen en el da?o que los pol¨ªticos como Joe Biden y Raphael Warnock han hecho a este pa¨ªs¡±, dijo Walker. ¡°Esta disputa no va sobre m¨ª, sino sobre lo que ellos dos les han hecho a ustedes y a sus familias¡±.
Warnock no neg¨® al presidente (incluso defendi¨® algunas de sus pol¨ªticas, como la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n, o los pr¨¦stamos estudiantiles), pero evit¨® pronunciarse sobre si este deber¨ªa postularse para la reelecci¨®n. ¡°No me pregunte sobre 2024¡å, pidi¨®. ¡°El pueblo de Georgia puede decidir qui¨¦n ser¨¢ su senador en tres d¨ªas¡±. El lunes se abren las urnas en el Estado para el voto adelantado.
El republicano, al menos, no neg¨® la victoria dem¨®crata de 2020. ¡°Gan¨® el presidente Biden, y gan¨® el senador Warnock. Esos son los motivos que me decidieron a postularme¡±, sostuvo. No est¨¢ claro como sentaron esos comentarios a su ¡°amigo¡± Donald Trump, cuyo apoyo fue decisivo en las primarias que auparon la candidatura de Walker, y que a¨²n sostiene sin pruebas que aquellas elecciones le fueron robadas. Los moderadores, que llevaron la discusi¨®n con mano firme y que a ratos parecieron favorables al republicano, preguntaron si pensaban respetar el resultado de las urnas en noviembre. Y ambos contestaron sin titubeos que lo har¨ªan.
M¨¢s all¨¢ del esc¨¢ndalo por el aborto supuestamente pagado por Walker, hechos que volvi¨® a negar en redondo, el derecho a decidir de las mujeres es, tras su derogaci¨®n por parte del Tribunal Supremo, uno de los grandes temas de la campa?a, y tambi¨¦n ocup¨® un lugar preeminente en el debate. ¡°Soy cristiano. Yo creo en la vida. Georgia es un estado que respeta la vida y ser¨¦ un senador que proteja la vida¡±, afirm¨® Walker, que defendi¨® la actual ¡°ley del latido¡± de Georgia, que fija en el momento en el que el feto comienza a registrar constantes vitales el l¨ªmite para interrumpir un embarazo (lo que, en la pr¨¢ctica, equivale a prohibirlo).
Warnock, por su parte, se defendi¨® de la aparente contradicci¨®n, que, para sus deatractores, encierra ser sacerdote y apoyar el aborto, abog¨® por dejar que las madres decidan, y se mostr¨® preocupado por la alta mortalidad en el parto, cuyos ¨ªndices en Estados Unidos son m¨¢s altos que en cualquier pa¨ªs desarrollado y afecta mucho mas a las afroamericanas. ¡°La habitaci¨®n de una paciente es demasiado peque?a para que la ocupen una mujer, su m¨¦dico y el gobierno de Estados Unidos¡ Respeto el derecho de las mujeres a tomar una decisi¨®n. Son decisiones m¨¦dicas y profundamente personales. Conf¨ªo en las mujeres m¨¢s que en los pol¨ªticos, a?adi¨®.
El momento m¨¢s extra?o de la noche lleg¨® cuando Walker sac¨® a relucir las denuncias de que la iglesia de Warnock en Atlanta desahuci¨® a inquilinos de algunos de los pisos que posee. Este dijo que su contrincante ¡°tiene un problema con la verdad¡±. Y a?adi¨®: ¡°Al menos nunca me hice pasar por agente¡±, en referencia a un acto p¨²blico en el que Walker, en efecto, presumi¨® de un pasado policial inexistente. Entonces, el republicano sac¨® una placa, aparentemente falsa, y los moderadores le reprimieron en¨¦rgicamente.
Walker, autor de un libro en el que confes¨® sus problemas de salud mental (sufre un ¡°trastorno de personalidad m¨²ltiple¡±) suele echar mano de esos problemas cuando se ve pillado en un renuncio. El viernes dijo que eran agua pasada. ¡°No hay tratamiento para algo as¨ª. Hablo con mis sacerdotes. Y no necesito ayuda. Lo estoy haciendo bien. Me siento preparado para ser un l¨ªder. Estoy listo para votar [en el Senado] por los votantes de Georgia¡±.
?Est¨¢n esos votantes preparados para apoyar a un candidato acosado por las mentiras? El periodista Greg Bluestein, autor del libro de referencia en estas elecciones, Flipped (Dado la vuelta, cuyo subt¨ªtulo reza: C¨®mo Georgia se volvi¨® p¨²rpura y rompi¨® el monopolio del poder republicano), considera que aquellos se dividen en tres: ¡°Los que no creen en absoluto en las acusaciones o piensan que son pecados m¨ªnimos del pasado; quienes las creen pero le votar¨¢n porque nunca jam¨¢s apoyar¨ªan a un dem¨®crata; y quienes tienen serios problemas morales con las historias que est¨¢n saliendo y siguen indecisos¡±. A estos ¨²ltimos quiso Walker conquistar este viernes en la encantadora Savannah.
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