Los jueces del Supremo se inclinan por permitir a Donald Trump presentarse a las elecciones
Los magistrados deben pronunciarse sobre si respaldan o anulan la decisi¨®n de Colorado de excluirle de las papeletas por haber participado en una insurrecci¨®n
De c¨®mo se interprete una enrevesada frase de 95 palabras llena de subordinadas depende que Donald Trump pueda volver o no a la Casa Blanca y, antes de eso, que pueda presentarse siquiera a las elecciones, a la luz de sus actos en las semanas previas y durante el 6 de enero de 2021, d¨ªa en que una turba de sus simpatizantes asalt¨® el Capitolio. El significado de esa frase ha sido debatido este jueves, durante m¨¢s de dos horas, en una vista...
De c¨®mo se interprete una enrevesada frase de 95 palabras llena de subordinadas depende que Donald Trump pueda volver o no a la Casa Blanca y, antes de eso, que pueda presentarse siquiera a las elecciones, a la luz de sus actos en las semanas previas y durante el 6 de enero de 2021, d¨ªa en que una turba de sus simpatizantes asalt¨® el Capitolio. El significado de esa frase ha sido debatido este jueves, durante m¨¢s de dos horas, en una vista oral ante el Tribunal Supremo de Estados Unidos. Los jueces dictar¨¢n sentencia en las pr¨®ximas semanas. Sin que quepa sacar conclusiones definitivas antes de eso, sus intervenciones permiten intuir que se inclinan mayoritariamente por dejar a Trump presentarse a las elecciones. De los nueve magistrados, seis son conservadores ¨Dtres de ellos nombrados por el propio Trump¨D y tres, progresistas.
La sesi¨®n ha servido para poner de manifiesto que la cl¨¢usula en cuesti¨®n, la secci¨®n tercera de la decimocuarta enmienda, que regula la inhabilitaci¨®n por insurrecci¨®n, deja m¨¢s dudas que certezas. Est¨¢ claro que se incorpor¨® a la Constituci¨®n estadounidense tras la Guerra de Secesi¨®n (1861-1865) para evitar que los sublevados de la Confederaci¨®n volvieran a infiltrarse en el sistema, pero no est¨¢ claro qui¨¦n la aplica, c¨®mo se aplica, cu¨¢ndo se aplica y a qui¨¦n se le aplica.
Sobre cada una de esas cuestiones se ha debatido en una sesi¨®n que se vivi¨® en el interior del edificio del Supremo con la expectaci¨®n de las ocasiones ¨²nicas; con el p¨²blico haciendo cola desde hac¨ªa d¨ªas, una tribuna de prensa que no se ve¨ªa tan llena desde casos hist¨®ricos como el que en 2015 sancion¨® el matrimonio entre personas del mismo sexo y manifestantes a favor y en contra de Trump a las puertas. Las grandes cadenas de televisi¨®n por cable adem¨¢s se las apa?aron para convertir la ma?ana en un espect¨¢culo televisivo, pese a que las estrictas normas del Supremo no permiten el acceso de las c¨¢maras.
Los jueces est¨¢n llamados a pronunciarse sobre la sentencia del Tribunal Supremo de Colorado que inhabilit¨® a Trump para presentarse a las primarias en ese Estado el pr¨®ximo 5 de marzo ¡ªde ah¨ª que la sentencia corra prisa¡ª, pero la doctrina que siente Tribunal Supremo ser¨¢ de aplicaci¨®n en decenas de Estados. En Maine, una inhabilitaci¨®n similar est¨¢ en suspenso a la espera de lo que digan los magistrados del alto tribunal. El Supremo no ha tenido un protagonismo similar en materia electoral desde el caso Bush contra Gore, que zanj¨® la disputa por el recuento de votos en Florida en las elecciones de 2000 y acab¨® d¨¢ndole la presidencia a George W. Bush.
El abogado de Trump, Jonathan Mitchell, ha defendido que la enmienda constitucional no impide a nadie presentarse a unas elecciones, sino en todo caso ¡°desempe?ar¡± el cargo, que es la palabra utilizada en la norma. La norma permite al Congreso, por mayor¨ªa de dos tercios, levantar la inhabilitaci¨®n, pero esa disposici¨®n no tendr¨ªa mucho sentido si a un candidato no se le permite siquiera ser elegido. ¡°No sabemos si el presidente Trump ser¨ªa excusado si gana las elecciones antes de jurar el cargo el 20 de enero de 2025¡å, ha argumentado Mitchell. Varios jueces se han mostrado receptivos a ese argumento. ¡°La enmienda se refiere a ocupar un cargo, no a presentarse para un cargo¡±, ha dicho el conservador Samuel Alito.
Mitchell tambi¨¦n sostiene que no es una cl¨¢usula prevista para la presidencia, puesto que se cita que un insurrecto no podr¨¢ ¡°ser senador o representante en el Congreso, ni elector para elegir presidente y vicepresidente, ni desempe?ar¨¢ cargo civil o militar alguno¡±, en un orden que parece descendente y en el que no se cita al presidente. Y que en este caso, cargo (office) no incluye al inquilino de la Casa Blanca.
Tampoco est¨¢ claro si es una norma que se ejecuta de forma autom¨¢tica o si tiene que desarrollarse por el Congreso, ni siquiera si es el Congreso el que ha de establecer si alguien ha participado en una insurrecci¨®n.
La defensa de Trump tambi¨¦n sostiene que la cl¨¢usula se aplica a quien haya participado en una insurrecci¨®n siendo ¡°funcionario [officer] de Estados Unidos¡±, un t¨¦rmino que, seg¨²n su interpretaci¨®n, no se aplica al inquilino de la Casa Blanca. Su defensa argumenta que esa expresi¨®n aparece en otras tres disposiciones constitucionales y en todas ellas se excluye al presidente de su alcance.
Bajando al detalle de la frase, otro de los argumentos del equipo legal de Trump es que al asumir su cargo no prest¨® ¡°juramento de apoyar la Constituci¨®n¡±, sino que el juramento del presidente es de ¡°preservar, proteger y defender¡± la Constituci¨®n. Adem¨¢s, se?ala que no prest¨® ese juramento como ¡°funcionario de Estados Unidos¡±, lo que tambi¨¦n le excluir¨ªa de la cl¨¢usula.
En el proceso, adem¨¢s, la defensa de Trump ha sostenido que ¡°los sucesos del 6 de enero de 2021 no fueron una insurrecci¨®n en el sentido en que se utiliza ese t¨¦rmino en la secci¨®n tercera [de la decimocuarta Enmienda]¡±, sino que se engarza en la ¡°larga historia de protestas pol¨ªticas que se han vuelto violentas¡± en Estados Unidos.
Trump se presenta como v¨ªctima
El propio expresidente ha comparecido este jueves en su club de Mar-a-Lago (Florida) tras la vista del Supremo para presentarse como v¨ªctima, decir que no hizo nada malo el 6 de enero y que se trata todo de un intento de ¡°interferencia electoral de los dem¨®cratas¡±. ¡°Creo que fue una insurrecci¨®n provocada por Nancy Pelosi¡±, ha dicho, rizando el rizo del absurdo, pues Pelosi tuvo que esconderse para protegerse, ya que era uno de los objetivos de los asaltantes. Trump se ha mostrado confiado en ganar el caso: ¡°Creo que la presentaci¨®n de hoy ha sido muy buena¡±, ha dicho.
Seg¨²n ha dicho este jueves el abogado de Trump, lo que sucedi¨® durante el asalto al Capitolio fueron ¡°disturbios, no una insurrecci¨®n¡±, pues una insurrecci¨®n requerir¨ªa un intento organizado, concertado y violento de derrocar al Gobierno, argumento que no parece haber convencido a la jueza progresista Ketanji Brown Jackson.
Seg¨²n Mitchell, incluso si se consideraran aquellos actos una insurrecci¨®n, el entonces presidente no habr¨ªa participado en ella. Y que en todo caso, la inhabilitaci¨®n solo se aplicar¨ªa a alguien condenado, no meramente acusado. En realidad, en la sesi¨®n no se ha dedicado mucho tiempo a analizar si el asalto al Capitolio fue una insurrecci¨®n y si Trump tom¨® parte en ella. Eso refuerza la idea de que los jueces resolver¨¢n la cuesti¨®n qued¨¢ndose solo en lo estrictamente jur¨ªdico, sin entrar en cuestiones de apreciaci¨®n pol¨ªtica, como si puede considerarse un intento fallido de golpe de Estado lo que pas¨® en el asalto al Capitolio. El Tribunal Supremo de Colorado acept¨® el informe de la comisi¨®n del Congreso que investig¨® lo ocurrido el 6 de enero de 2021 como prueba v¨¢lida para determinar que Trump es un insurrecto.
El que s¨ª ha entrado de lleno en el fondo de la cuesti¨®n ha sido Jason Murray, el abogado que representaba a los votantes de Colorado que han impugnado la participaci¨®n de Trump en las primarias de dicho Estado. ¡°Estamos aqu¨ª porque, por primera vez desde la Guerra de 1812, la capital de nuestra naci¨®n sufri¨® un asalto violento. Por primera vez en la historia, el ataque fue incitado por un presidente en ejercicio de Estados Unidos para interrumpir la transferencia pac¨ªfica del poder presidencial¡±, ha dicho. ¡°Al participar en la insurrecci¨®n contra la Constituci¨®n, el presidente Trump se descalific¨® a s¨ª mismo de su cargo p¨²blico. Como hemos o¨ªdo antes, el principal argumento del presidente Trump es que este Tribunal deber¨ªa crear una exenci¨®n especial a la secci¨®n tercera que se aplicar¨ªa a ¨¦l y solo a ¨¦l. Dice que la secci¨®n tercera descalifica a todos los insurrectos que rompen el juramento, excepto a un expresidente que nunca antes ocup¨® otro cargo estatal o federal. No hay raz¨®n posible para tal exenci¨®n y el tribunal deber¨ªa rechazar la alegaci¨®n de que los Padres Fundadores cometieron un error extraordinario¡±, ha dicho.
Sin embargo, tanto Samuel Alito como Neil Gorsuch, ambos conservadores, le pusieron en aprietos al preguntar c¨®mo compatibilizar decisiones y criterios diferentes de los distintos Estados sobre si un candidato ha participado o no en una insurrecci¨®n y sobre si debe ser inhabilitado. El propio presidente del Supremo, John Roberts, ha sugerido la posibilidad de que si se permite a Colorado eliminar de las papeletas a Trump, quiz¨¢ otros Estados opten por vetar a Biden. Tambi¨¦n la progresista Elena Kagan parec¨ªa mostrarse inc¨®moda con la posibilidad de dejar que cada Estado decida seg¨²n su criterio.
Shannon Stevenson, abogada general del Estado de Colorado, ha defendido la decisi¨®n judicial de su territorio. ¡°El peticionario sostiene que Colorado debe incluirlo en la papeleta electoral debido a la posibilidad de que se produzca una supermayor¨ªa [de dos tercios] del Congreso que elimine su incapacidad legal. Seg¨²n esta teor¨ªa, Colorado y todos los dem¨¢s Estados tendr¨ªan que dar cabida a esta posibilidad, no solo para las primarias, sino a lo largo de las elecciones presidenciales y hasta el momento en que un candidato inelegible jurara su cargo. Nada en la Constituci¨®n despoja a los Estados de su poder para dirigir las elecciones presidenciales de este modo¡±, ha dicho durante la ¨²ltima intervenci¨®n.
Despu¨¦s, el presidente del Supremo ha levantado la sesi¨®n, y los asistentes han dejado el solemne edificio del Supremo a¨²n a vueltas con las famosas 95 palabras en la cabeza. Parecen muchas, pero son solo dos frases. La primera dice: ¡°No podr¨¢ ser senador o representante en el Congreso, ni elector para elegir presidente y vicepresidente, ni desempe?ar¨¢ cargo civil o militar alguno bajo la autoridad de Estados Unidos o de cualquier Estado, quien, habiendo jurado previamente apoyar la Constituci¨®n de Estados Unidos como miembro del Congreso, como funcionario de Estados Unidos o como miembro de la Asamblea Legislativa de cualquier Estado o como funcionario ejecutivo o judicial del mismo haya tomado parte en alguna insurrecci¨®n o rebeli¨®n contra Estados Unidos o haya prestado ayuda o facilidades a los enemigos del pa¨ªs¡±. La segunda es m¨¢s clara: ¡°Empero, el Congreso, por medio del voto de dos terceras partes de cada C¨¢mara, podr¨¢ subsanar esa incapacidad¡±.
Tras los argumentos orales de este jueves, la impresi¨®n es que en esas 95 palabras no estar¨¢ finalmente la respuesta a la pregunta de qu¨¦ puede parar a Trump en su camino de regreso a la Casa Blanca.
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