Nikki Haley abandona las primarias republicanas y deja libre el camino de Trump hacia la Casa Blanca
La candidata, ¨²nica rival en liza por la designaci¨®n republicana, tira la toalla tras el rotundo triunfo en el Supermartes del expresidente, al que no le brindar¨¢ su apoyo: ¡°Tendr¨¢ que ganarse a mis seguidores¡±
La candidata Nikki Haley, ¨²ltima rival en pie por la designaci¨®n republicana contra al expresidente Donald Trump, anunci¨® este mi¨¦rcoles que se retira de la carrera hacia la Casa Blanca. La decisi¨®n llega horas despu¨¦s de la celebraci¨®n del Supermartes, jornada en la que 15 Estados votaban en sus primarias, y que se sald¨® con la victoria aplastante de Trump en 14 de ellos. Por si quedaba alg¨²n obst¨¢culo en esa traves¨ªa, el magnate ya tiene libre el camino para presentarse a las elecciones de noviembre contra un viejo conocido por el lado dem¨®crata: Joe Biden.
La candidata ofreci¨® su discurso de retirada pasadas las 10.00, hora de la costa este (16.00 en la Espa?a peninsular). Lo hizo en Charleston, la elegante ciudad que ha escogido como cuartel general para su campa?a, ante 12 banderas estadounidenses y frente a un pu?ado de sus colaboradores. ¡°Ha llegado el momento de suspender mi campa?a¡±, dijo al poco de empezar. ¡°Y aunque ya no ser¨¦ candidata, no pienso dejar de levantar la voz para defender las cosas en las que creo¡±.
Como era de prever, no brind¨® su apoyo a Trump, pese a que el verano pasado dijo que se alinear¨ªa con el candidato republicano que resultara finalmente elegido. ¡°En esta cuesti¨®n, como en tantas otras, me gu¨ªo por el buen consejo de Margaret Thatcher, cuando nos recomend¨® no seguir al reba?o y pensar por nosotras mismas¡±, se justific¨®. ¡°Ahora le corresponde a Donald Trump ganarse los votos de aquellos dentro y fuera de nuestro partido que no lo apoyaron [en las primarias]. Y espero que lo haga. La pol¨ªtica consiste en incorporar a la gente a la causa, no en expulsarla. Y en nuestra causa conservadora necesitamos m¨¢s gente que nunca¡±.
Haley aprovech¨® su breve intervenci¨®n para citar el Antiguo Testamento y para recordar su condici¨®n de hija de inmigrantes indios que aspiraba a la Casa Blanca (¡°algo as¨ª solo es posible en Am¨¦rica¡±). Tambi¨¦n para volver sobre los argumentos principales de su campa?a: las cr¨ªticas a la deuda de Estados Unidos y al ¡°socialismo¡± de Biden y los suyos, la apuesta por limitar los mandatos de los congresistas de Washington (el Capitolio, dijo, ¡°est¨¢ lleno de seguidores, no de l¨ªderes¡±) y el ¡°imperativo moral¡± de seguir apoyando a ¡°Israel, Ucrania y Taiw¨¢n¡±. ¡°Son nuestros aliados¡±, subray¨®.
El enemigo McConnell dice ¡®s¨ª'
A los pocos minutos, lleg¨® el anuncio de que Mitch McConnell, l¨ªder de los republicanos en el Senado, apoyar¨¢ la candidatura de Trump. ¡°Est¨¢ muy claro que se ha ganado el apoyo necesario de los votantes. (...) En su presidencia, trabajamos juntos para lograr grandes cosas, incluidas una reforma tributaria y un cambio generacional en nuestro poder judicial (y lo m¨¢s importante, en el Supremo)¡±, dijo en un comunicado McConnell, que la semana pasada avanz¨® que no renovar¨¢ en noviembre como l¨ªder de la minor¨ªa en la C¨¢mara alta, cargo que ha desempe?ado m¨¢s tiempo que nadie en la historia. Se trata del miembro del partido de mayor rango en apoyar hasta ahora a Trump, y eso que ambos llevaban a?os enfrentados. Desde el asalto al Capitolio, se hab¨ªa convertido en una de las dianas favoritas del magnate: el Rino definitivo, siglas en ingl¨¦s de republicano solo de nombre (Republican in name only). Por lo que se ve, McConnell est¨¢ dispuesto a enterrar el hacha ante la evidencia del poder que Trump vuelve a ejercer sobre el partido.
Haley era la ¨²nica mujer entre los 14 aspirantes que comenzaron la carrera en el partido conservador. Aportaba sus credenciales como gobernadora de Carolina del Sur (2011-2017) y como embajadora de Estados Unidos ante la ONU, cargo para el que fue nombrada por Trump cuando este estaba en la Casa Blanca.
Logr¨® llamar la atenci¨®n al lanzar su candidatura con una cr¨ªtica a la avanzada edad de los que finalmente ser¨¢n los dos aspirantes a las elecciones de noviembre por ambos partidos, Biden, de 81 a?os, y Trump, de 77, para los que pidi¨® pruebas de capacitaci¨®n cognitiva. Ella cumpli¨® en enero 52. Despu¨¦s, vir¨® su mensaje para atraer a los votantes republicanos moderados y a los indecisos, a los que une la poderosa raz¨®n, confiaba ella, del temor a un regreso del magnate republicano al tim¨®n de la primera potencia mundial cuatro a?os despu¨¦s. Otros de sus ataques se centraron en el ¡°tratamiento irrespetuoso¡± de Trump a los veteranos de guerra (entre los que se cuenta el marido de Haley) y la idea de que su presidencia trajo el caos y la inestabilidad a Estados Unidos. Tambi¨¦n trat¨® de venderse como la ¨²nica capaz de derrotar a Biden en noviembre.
Nada de todo eso, ni siquiera el hecho de que en las ¨²ltimas semanas se mostrara m¨¢s agresiva con su contrincante, le sirvi¨® ante un Trump que le dedic¨® el desprecio y los insultos que acostumbra a dispensar a sus enemigos (la llamaba ¡°cabeza de chorlito¡±) y que a la postre se ha demostrado m¨¢s fuerte que nunca. Haley, que perdi¨® por 20 puntos en una plaza tan significativa como Carolina del Sur, Estado que gobern¨® con notables ¨ªndices de popularidad, se ha tenido que conformar con un par de victorias testimoniales: gan¨® el fin de semana pasado en el Distrito de Columbia (es decir, en la muy dem¨®crata ciudad de Washington) y en Vermont, en la que fue la gran sorpresa (y la ¨²nica emoci¨®n) del Supermartes. Se trata de un Estado peque?o, que solo aporta 17 de los 2.429 delegados para la convenci¨®n nacional republicana, que se celebrar¨¢ en Milwaukee (Wisconsin) en julio. En el momento de su retirada, Haley hab¨ªa acumulado 89 delegados, por los 995 de su rival.
Los porcentajes logrados por Haley en lugares con primarias abiertas como Carolina del Sur (40%) o New Hampshire (42%) podr¨ªan ser indicativos de los problemas que aguardan a Trump en noviembre, cuando tengan que votar algo m¨¢s que los republicanos. Tambi¨¦n sirvieron para dejar patente la enorme fractura en el partido, dividido entre la minor¨ªa de los conservadores tradicionales, de la estirpe de Ronald Reagan, con su optimismo y su fe en las instituciones, en los mercados y en el papel de la primera potencia como polic¨ªa del mundo, y la mayor¨ªa que sigue ciegamente al magnate en su pesimismo aislacionista y el nacionalismo populista del movimiento MAGA, siglas de Make America Great Again (devolvamos la grandeza a Estados Unidos). Si alguna vez esas ideas estuvieron en los m¨¢rgenes, se han colocado, nueve a?os despu¨¦s de la irrupci¨®n de su l¨ªder en la escena pol¨ªtica estadounidense, en el centro de una formaci¨®n partida por la mitad.
Poderosos donantes
La aspirante cont¨® hasta el final con el apoyo de donantes conservadores que se resist¨ªan a ver de nuevo a Trump en la Casa Blanca. En vista de que se da por hecho que Haley no apoyar¨¢ la campa?a del magnate, la retirada de la candidata abre dos interrogantes: ?votar¨¢n sus simpatizantes por el expresidente, dar¨¢n su apoyo a Biden o se abstendr¨¢n en noviembre? El segundo enigma es m¨¢s urgente: ?d¨®nde se ir¨¢ todo ese dinero que la sosten¨ªa? De momento, algunos de los m¨¢s famosos donantes, como Charles Koch, ya la hab¨ªan abandonado, rendidos ante la evidencia de que el final de su camino estaba cerca. Y la campa?a de Trump ya ha comenzado estos d¨ªas a maniobrar para atraerse algunas de esas generosas aportaciones a sus arcas, mientras los defensores de la alternativa de un tercer partido para salir del atolladero de una repetici¨®n del duelo Trump-Biden acarician la idea de que Haley quiera enarbolar esa bandera.
Resulta tan improbable esa opci¨®n como la posibilidad de que ella se decida a completar la papeleta republicana como vicepresidenta, opci¨®n que ha descartado p¨²blicamente. A la pregunta de qu¨¦ le hizo aguantar tanto tiempo, tras la renuncia de su principal rival por el segundo puesto, Ron DeSantis, que tir¨® la toalla en enero tras los caucus de Iowa, los analistas respond¨ªan que Haley estaba aprovechando que los focos de la atenci¨®n nacional la apuntaban para armar una candidatura s¨®lida para las elecciones de 2028. Cuatro a?os son, m¨¢s que nunca, una eternidad en la pol¨ªtica estadounidense. As¨ª que esa ser¨¢ otra historia.
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