¡®Operaci¨®n reemplazar a Biden¡¯: as¨ª es el proceso para un posible recambio del candidato
La desastrosa actuaci¨®n del presidente en el debate con Trump alienta las voces que reclaman que el Partido Dem¨®crata presente a otro candidato. A¨²n habr¨ªa tiempo
No hab¨ªa terminado a¨²n una de las peores noches de la carrera pol¨ªtica de Joe Biden, la del desastroso debate que lo enfrent¨® este jueves a su contrincante en las elecciones, Donald Trump, cuando el tab¨² que ha dominado las conversaciones del Partido Dem¨®crata desde hace dos a?os ya estaba, como la confianza de los suyos en un triunfo en las urnas, por los suelos. ?Y si por fin ha llegado el momento de reconocer que el presidente no es, debido a su avanzada edad, el candidato id¨®neo no ya para dirigir la primera potencia mundial otros cuatro a?os, sino para plantar cara m¨ªnimamente a su rival?...
No hab¨ªa terminado a¨²n una de las peores noches de la carrera pol¨ªtica de Joe Biden, la del desastroso debate que lo enfrent¨® este jueves a su contrincante en las elecciones, Donald Trump, cuando el tab¨² que ha dominado las conversaciones del Partido Dem¨®crata desde hace dos a?os ya estaba, como la confianza de los suyos en un triunfo en las urnas, por los suelos. ?Y si por fin ha llegado el momento de reconocer que el presidente no es, debido a su avanzada edad, el candidato id¨®neo no ya para dirigir la primera potencia mundial otros cuatro a?os, sino para plantar cara m¨ªnimamente a su rival? Y sobre todo: ?a¨²n quedar¨ªa tiempo antes de la cita de noviembre?
Algunos de los columnistas m¨¢s destacados de la prensa liberal ¡ªtraducido: m¨¢s pr¨®xima a los dem¨®cratas¡ª corrieron a certificar la muerte del elefante en la habitaci¨®n. ¡°?Fue el debate el principio del fin de la presidencia de Biden?¡±, se pregunt¨® Susan Glasser en The New Yorker. ¡°Es hora de marcharse, Joe¡±, advirti¨® Mark Leibovich en The Atlantic. Y Thomas L. Friedman, con el cl¨¢sico tono de ¡°esto me duele m¨¢s a ti que a m¨ª¡±, escribi¨® en The New York Times: ¡°Joe Biden es mi amigo. Tambi¨¦n es un buen hombre y un buen presidente. Debe abandonar la carrera¡±.
No pareci¨® este viernes, d¨ªa uno despu¨¦s del debate, que entre los planes de Biden figure tirar la toalla, pero a¨²n estar¨ªan a tiempo de reemplazarlo como candidato en noviembre, echando mano de un mecanismo un tanto enmara?ado y, sobre todo, oxidado despu¨¦s de d¨¦cadas de no usarlo.
La falta de precedentes pr¨®ximos en el tiempo lo complica todo, aunque al menos una cosa est¨¢ clara. Las reglas del Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata no prev¨¦n ning¨²n mecanismo para que los l¨ªderes del aparato inicien por s¨ª mismos la Operaci¨®n reemplazar a Biden. ?l podr¨ªa hacerse a un lado. Y tambi¨¦n es posible que alguien, cualquier miembro de la formaci¨®n, lance el ¨®rdago durante la convenci¨®n del partido, que este a?o se celebra en Chicago a partir del 19 de agosto.
A ella acuden casi 4.000 delegados de todo el pa¨ªs, un 95% de los cuales los gan¨® Biden para su causa durante unas primarias en las que pr¨¢cticamente no tuvo oposici¨®n. Tradicionalmente se asume que esos delegados apoyar¨¢n al candidato mayoritario, pero no est¨¢n obligados por ninguna norma a hacerlo. Llegado el caso, m¨¢s de la mitad de esos 3.894 miembros que le dieron el s¨ª tendr¨ªa que cambiar de opini¨®n y votar contra Biden.
En las reglas de la convenci¨®n tambi¨¦n se contempla la posibilidad de que el propio candidato decline la designaci¨®n de su partido. Eso tambi¨¦n ser¨ªa una excursi¨®n hac¨ªa territorios poco explorados, pero al menos a?adir¨ªa inter¨¦s a un evento que desde hace d¨¦cadas se vive m¨¢s como un mero tr¨¢mite de aclamaci¨®n de la persona en torno a la que previamente se ha decidido cerrar filas que como un espacio para el debate sobre el futuro. Nadie puede, con todo, descartar que ese renovado inter¨¦s haga desembarrancar la cita en el caos, con m¨²ltiples votaciones durante m¨¢s d¨ªas de los inicialmente previstos para un evento que, en principio, echar¨¢ el tel¨®n el 23 de agosto.
Una convenci¨®n abierta
En ese caso, se celebrar¨ªa lo que se conoce (o m¨¢s bien, se conoc¨ªa) como una ¡°convenci¨®n abierta¡±, en la que el candidato se elige sobre la marcha y tras un arduo proceso de negociaciones y compromisos a puerta cerrada.
La ¨²ltima vez que algo as¨ª sucedi¨® fue en 1968, un a?o convulso que se empe?a una y otra vez en ofrecerse como espejo de este 2024. La convenci¨®n dem¨®crata fue entonces escenario de unas sonadas protestas contra la guerra del Vietnam, y grupos izquierdistas han avisado de que piensan organizarse este verano para dejar o¨ªr en la cita su oposici¨®n a la pol¨ªtica de Biden de apoyo a Israel en la guerra en Gaza. Aquella tambi¨¦n fue una convenci¨®n ca¨®tica, celebrada pocos meses despu¨¦s de que el presidente Lyndon B. Johnson anunciara que no iba a presentarse a la reelecci¨®n y de la que sali¨® un candidato d¨¦bil, Hubert Humphrey, al que Richard Nixon gan¨® por goleada. Desde entonces, se instaur¨® el tranquilo proceso de primarias, para evitar los sustos.
La l¨®gica este a?o es que si hubiera que reemplazar a Biden la elegida ser¨ªa la vicepresidenta, Kamala Harris, sobre todo en el caso de que el jefe se echara a un lado motu proprio y la se?alara a ella como su sucesora. Ese apoyo no ser¨ªa, con todo, vinculante para los miembros del partido. Llegado el caso, a Harris se le abrir¨ªa otro mel¨®n: ?a qui¨¦n escoger¨ªa como segundo o segunda?
Otros nombres que suenan para reemplazar al l¨ªder en apuros son el de los gobernadores de California, Gavin Newsom, M¨ªchigan, Gretchen Whitmer, Illinois, J. B. Pritzker, Maryland, Wes Moore, o Pensilvania, Josh Shapiro. Todos ellos han negado en repetidas ocasiones que entre sus planes figure sustituir a Biden.
Aunque para terminar de complicar las cosas en este pa¨ªs siempre puedes contar con las leyes particulares de alguno de los 50 Estados. Ohio tiene fijado el 7 de agosto como plazo para aceptar el nombre del candidato a la Casa Blanca, y, dado que este a?o la convenci¨®n se celebra m¨¢s tarde que de costumbre, el Comit¨¦ Nacional Dem¨®crata decidi¨® organizar un voto virtual para que Biden cumpliera con ese requisito, con lo que el sonido del tic-tac del reloj cobra a¨²n m¨¢s fuerza.
Esa desagradable sensaci¨®n, la del tiempo escurri¨¦ndose entre los dedos, es otra de las que dej¨® tras de s¨ª la desastrosa noche del jueves para Biden, que lleg¨® a la Casa Blanca prometiendo que ser¨ªa un presidente de transici¨®n y que ceder¨ªa r¨¢pidamente el testigo al siguiente y luego fue superando las pruebas que el cargo le fue poniendo. Un mal resultado en las elecciones de medio mandato habr¨ªa alentado las discusiones en el seno del partido sobre la conveniencia de un relevo, pero los dem¨®cratas lograron parar los pies al Partido Republicano en las urnas, con lo que su l¨ªder se confi¨®. Y en febrero pasado, este compareci¨® ante el mundo en un discurso sobre el Estado de la Uni¨®n en el que sorprendi¨® por su buen desempe?o, as¨ª que de nuevo nadie os¨® cuestionar su liderazgo.
La pregunta ahora que ha mostrado su cara m¨¢s vulnerable es si no ser¨¢ ya demasiado tarde para llevar a buen puerto la Operaci¨®n reemplazar a Biden.
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