Sin pistas de los motivos del autor del atentado contra Trump
Los investigadores no entienden a¨²n qu¨¦ llev¨® al veintea?ero Thomas Matthew Crooks a disparar al expresidente. El Servicio Secreto se enfrenta a su peor crisis en d¨¦cadas por los fallos en la protecci¨®n durante el mitin
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Casi 48 horas despu¨¦s del atentado del s¨¢bado pasado contra Donald Trump en un mitin en el recinto de una feria agraria en Pensilvania, el misterio en torno a su autor, Thomas Matthew Crooks, sigue siendo un rompecabezas al que faltan demasiadas piezas. La principal es saber qu¨¦ motiv¨® a un joven de 20 a?os con una moderada implicaci¨®n en pol¨ªtica a encaramarse a la azotea de un edificio industrial y abrir fuego con su fusil tipo AR-15 sobre el republicano, al que hiri¨® de levedad, y sobre una muchedumbre de sus simpatizantes; uno de ellos muri¨® en el acto y otros dos quedaron en estado cr¨ªtico.
La huella digital de Crooks, aunque resulta dif¨ªcil de creer en estos tiempos, no est¨¢ siendo de ayuda a los agentes del FBI que investigan el caso, catalogado como un incidente de ¡°terrorismo dom¨¦stico¡± dado que el muchacho, que actu¨® solo, cargaba el s¨¢bado con explosivos en el maletero de su coche. No hay rastro del cl¨¢sico blog en el que el tipo soltara sus jeremiadas; tampoco de una madeja en sus redes sociales que d¨¦ pistas de un descenso por el tobog¨¢n de las conspiraciones.
Las autoridades no han hallado antecedentes por problemas de salud mental. Estaba registrado como votante republicano y en 2020 dio dinero a la causa dem¨®crata. Sus compa?eros en el instituto de la localidad de Bethel Park (Pensilvania), donde se gradu¨® aquel a?o, describieron para los reporteros del diario Philadelphia Inquirer un retrato arquet¨ªpico en estos casos: chico t¨ªmido, con contados amigos, y v¨ªctima de tormentos por parte de los abusones de la clase.
Las fotos que han trascendido de ¨¦l son de esa ¨¦poca. Tambi¨¦n emergi¨® el inesperado rastro de una imagen en movimiento, un anuncio que la firma de inversi¨®n Black Rock rod¨® con estudiantes del instituto de Bethel Park como extras, Crooks incluido. La compa?¨ªa anunci¨® el domingo que retiraba el anuncio.
Un bombero, la v¨ªctima mortal
La identidad de las v¨ªctimas se fue conociendo en las ¨²ltimas horas. El muerto es Corey Comperatore, un simpatizante convencido de Trump, de profesi¨®n bombero, que, seg¨²n los testigos, ¡°muri¨® como un h¨¦roe¡±, protegiendo a los suyos. Los heridos son David Dutch, de 57 a?os, vecino New Kensington, y James Copenhaver, de 74 a?os, de Moon Township, dos localidades de Pensilvania. La situaci¨®n de ambos es estable, seg¨²n comunic¨® la polic¨ªa estatal.
El foco apunta con una luz cada vez menos halagadora a lo que fall¨® en la seguridad del evento. Los expertos no acaban de explicarse c¨®mo pudieron dejar fuera del recinto protegido un edificio a unos 150 metros del escenario. Una de las pocas atalayas de esa zona rural. El lugar perfecto para un francotirador. En un mensaje a la naci¨®n desde el Despacho Oval, escenario de las grandes ocasiones, el presidente Biden pidi¨® el domingo una ¡°revisi¨®n independiente¡± de las medidas de seguridad antes y despu¨¦s del atentado. Tambi¨¦n orden¨® al Servicio Secreto que reforzara la vigilancia para la Convenci¨®n Nacional Republicana, que ha empezado este lunes en Milwaukee.
El evento se celebra en la cancha de baloncesto de los Bucks, y para acceder hay que sortear decenas de calles cortadas, arcos de seguridad, y un agente detr¨¢s de otro revisando las acreditaciones de los asistentes, unos 50.000, entre delegados, personalidades varias, periodistas y unos 5.000 voluntarios como Paul Nelson, un veterano de la armada llegado, en un viaje costeado por ¨¦l mismo, desde San Jos¨¦ (California). Este lunes a primera hora, Nelson cont¨® que particip¨® en la convenci¨®n de 2016, y que entonces ya apoyaba a Trump, ¡°aunque parec¨ªa que iba a perder las elecciones¡±. ¡°Las balas le pasaron a muy pocos cent¨ªmetros [en el mitin del s¨¢bado]. Si el malnacido ese le hubiera acertado, la cabeza del presidente habr¨ªa estallado en directo como una sand¨ªa. Debemos estar agradecidos de que siga con nosotros¡±, a?adi¨®.
Tambi¨¦n hay dudas sobre si los agentes que se echaron sobre Trump para proteger la vida del expresidente con sus cuerpos tardaron demasiado en sacarlo del escenario, mientras este trataba aparentemente de recuperar los zapatos. Tampoco pareci¨® muy buena idea que le permitieran asomar entre el amasijo de cuerpos para, convertido de nuevo en un blanco f¨¢cil, levantar el pu?o, por m¨¢s que eso permitiera a un fot¨®grafo de AP tomar una imagen que pasar¨¢ a la historia, cuya composici¨®n ha sido desde entonces analizada como si se tratara de la de Las meninas o, mejor a¨²n, de El descendimiento, de Van der Weyden.

Kimberly Cheatle, directora del Servicio Secreto, se enfrenta a la mayor crisis de la instituci¨®n en d¨¦cadas. Cheatle lleva casi 30 a?os en el cuerpo y trabaj¨® en el entorno de Biden cuando era vicepresidente. A¨²n est¨¢ fresco el recuerdo de los esc¨¢ndalos que salpicaron a la agencia en los ¨²ltimos a?os por el comportamiento poco virtuoso de algunos de sus miembros; el m¨¢s grave sucedi¨® en Colombia, involucr¨® a varias prostitutas y acab¨® con el despido de nueve agentes. En un mensaje enviado a los suyos el domingo que obtuvo The New York Times, Cheatle escribi¨®: ¡°El intento de asesinato del expresidente Trump ser¨¢ recordado por la historia. El Servicio Secreto actu¨® r¨¢pidamente en esta situaci¨®n y neutraliz¨® la amenaza¡±.
Este lunes ya casi nadie piensa eso, y su puesto de directora est¨¢ definitivamente en entredicho por un incidente que ha resucitado el recuerdo del intento de asesinato de Theodore Roosevelt en 1912. Fue, precisamente, en Millwaukee. Roosevelt tambi¨¦n era por aquel entonces un expresidente, como Trump, y tambi¨¦n en campa?a para regresar a la Casa Blanca. Sobrevivi¨®, pero menos de un mes despu¨¦s perdi¨® las elecciones.
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