Luc¨ªa Gal¨¢n: ¡°Unos ni?os bien educados en salud ser¨¢n unos pap¨¢s bien informados¡±
La pediatra publica su segundo volumen de cuentos para instruir a los ni?os y orientar a los padres sobre salud f¨ªsica y bienestar emocional
Un le¨®n con miedo, dos ni?os peque?os (Lola y Toni), sus pap¨¢s y su m¨¦dico protagonizan los dos vol¨²menes de cuentos infantiles que han salido de la imaginaci¨®n y experiencia profesional de la pediatra Luc¨ªa Gal¨¢n. Unas historias que utilizan la fantas¨ªa para educar y orientar a ni?os y adultos en aspectos importantes de su salud f¨ªsica y bienestar emocional. C¨®mo tratar una gastroenteritis o limpiarse bien las manos o los dientes; c¨®mo actuar si nos visitan los piojos; ense?arles a gestionar adecuadamente el miedo y ayudarles a desarrollar su empat¨ªa y compasi¨®n son los temas que pueblan las ...
Un le¨®n con miedo, dos ni?os peque?os (Lola y Toni), sus pap¨¢s y su m¨¦dico protagonizan los dos vol¨²menes de cuentos infantiles que han salido de la imaginaci¨®n y experiencia profesional de la pediatra Luc¨ªa Gal¨¢n. Unas historias que utilizan la fantas¨ªa para educar y orientar a ni?os y adultos en aspectos importantes de su salud f¨ªsica y bienestar emocional. C¨®mo tratar una gastroenteritis o limpiarse bien las manos o los dientes; c¨®mo actuar si nos visitan los piojos; ense?arles a gestionar adecuadamente el miedo y ayudarles a desarrollar su empat¨ªa y compasi¨®n son los temas que pueblan las casi 100 p¨¢ginas de Cuentos de Luc¨ªa, mi pediatra 2 (editorial Planeta), que su autora comparte con los lectores de EL PA?S en esta entrevista.
Pregunta. ?Por qu¨¦ educar a trav¨¦s de los cuentos?
Respuesta. En mis libros para padres he narrado todo lo que me encuentro a diario en la consulta: las dudas y miedos, las cosas m¨¢s y menos importantes, lo que yo descubr¨ª con mi propia maternidad y que no hab¨ªa estudiado en ning¨²n libro... Pero mi sensaci¨®n es que, a pesar de llevar m¨¢s de 15 a?os ejerciendo, los padres siguen teniendo las mismas dudas y siguen haciendo las mismas preguntas. En mi consulta, yo soy de hablar mucho, de preguntar a los ni?os qu¨¦ les pasa y de hacer dibujitos para que lo entiendan bien; me invento historias para que dejen de tener miedo, para que entiendan el prop¨®sito de las vacunas... Siempre les hago la se?a a los padres para que sean los ni?os los que se expresen.
Estoy muy acostumbrada a bajar a ese mundo infantil, con su lenguaje infantil y su inocencia, y cuando me plantearon la posibilidad de escribir cuentos, lo vi clar¨ªsimo. Y pens¨¦: si educamos a los ni?os en salud, no tendremos que educarles siendo adultos. Unos ni?os bien educados en salud ser¨¢n unos pap¨¢s bien informados, y a lo mejor no les har¨¢ falta que lean tantos libros para padres.
P. En tus cuentos, abordas temas relacionados no solo con la salud f¨ªsica, sino tambi¨¦n con el bienestar emocional.
R. Desde mi punto de vista, la salud f¨ªsica y la emocional van de la mano. Es tan importante saber diagnosticar una neumon¨ªa, una apendicitis o una meningitis a tiempo como detectar en un ni?o una ansiedad, una depresi¨®n, un riesgo de violencia o de acoso, un TOC [Trastorno Obsesivo Compulsivo]¡ Es importante que un ni?o est¨¦ f¨ªsicamente sano, pero si no lo est¨¢ emocionalmente, no estar¨¦ haciendo bien mi trabajo. Y lo mismo sucede con los padres. Mi paciente no solamente es el ni?o, sino toda la estructura familiar. Si un beb¨¦ est¨¢ sano, pero tengo a su madre sumida en una depresi¨®n o a su padre con un trastorno de ansiedad, ese ni?o no se encontrar¨¢ bien. Para estarlo, los ni?os necesitan que sus pap¨¢s tambi¨¦n est¨¦n emocionalmente equilibrados, y sanos.
La felicidad de un ni?o depende, en buena medida, de c¨®mo sepa gestionar sus emociones y de c¨®mo sus pap¨¢s le ayuden hacerlo. Y el cuento infantil es una herramienta super¨²til que genera un impacto much¨ªsimo mayor que el que el pap¨¢ se siente delante del ni?o y le diga: ¡°Pepito, te voy a ense?ar c¨®mo se gestiona el miedo¡±. No, el ni?o ha de sentirse identificado con el Pep¨®n el le¨®n de mi cuento, que tiene miedo, f¨ªjate, y eso hace que enseguida empatice con una figura que, a priori, no deber¨ªa tener ning¨²n temor, porque es un le¨®n.
Lo m¨¢s importante es despertar esa empat¨ªa en los ni?os a trav¨¦s de los cuentos. Porque funciona, y es espectacular. Muchas veces, en la consulta, les pongo a dibujar, y ellos, a trav¨¦s del dibujo o de una historia, transmiten lo que sienten. Vamos a aprovechar eso, a ense?arles, por supuesto, c¨®mo se limpian los dientes, c¨®mo se come de forma saludable o c¨®mo se tratan los piojos, pero tambi¨¦n c¨®mo gestionar el miedo, una emoci¨®n natural que debemos afrontar si limita nuestra vida o nos impide hacer cosas que de verdad deseamos. Vamos a ense?arles a ser compasivos, generosos y tolerantes... Yo creo que ah¨ª est¨¢ el secreto de conseguir que nuestros hijos sean buenas personas.
P. Cada cuento de tu libro est¨¢ seguido de una serie de preguntas para los ni?os e informaci¨®n ¨²til para los adultos. ?Cu¨¢l es la mejor manera de usar este libro?
R. Aunque los ni?os siempre piden m¨¢s, lo ideal es reservar un cuento para cada d¨ªa, porque cada historia tiene mucha miga. Hay que elegir un momento en el que el ni?o est¨¦ tranquilo, relajado y receptivo. La hora de irse a la cama suele ser ideal, porque tanto los pap¨¢s como el ni?o est¨¢n descansados y no tienen nada que hacer; y entonces pueden leer el cuento, prestando atenci¨®n a todos los detalles de los dibujos, con la entonaci¨®n adecuada... Yo siempre he sido muy actriz en mi casa, y les he contado los cuentos a mis hijos poniendo vocecitas a los personajes, haciendo todos los ruiditos... ?Eso es lo que de verdad mola de contarles los cuentos!
Luego, cuando lo terminamos, hay una serie de preguntas que les hacemos a los ni?os para reforzar los aprendizajes, y unos mensajes claves que se llevan los pap¨¢s a casa. No ser¨ªa la primera vez que me escriben padres, o me dicen en la consulta: ¡°?Ser¨¢ posible que me he le¨ªdo todos tus libros, y he aprendido en los cuentos que la pasta de dientes tiene que llevar fl¨²or desde que sale el primer diente, por ejemplo, o que cuando est¨¢n con diarrea no les podemos dar Aquarius?¡± Si no lo aprende el padre, lo aprende el hijo, y luego es este el que le dice: ¡°?No, pap¨¢! ?No me des zumo en el almuerzo, que me salen caries!¡± Y es genial cuando lo dicen.
P. Uno de estos seis cuentos habla de los virus, e incluso menciona la covid-19. ?Han influido de alguna manera las circunstancias que estamos viviendo a la hora de elegir los argumentos?
R. La verdad es que yo, pasando consulta todos los d¨ªas, lo tengo f¨¢cil, porque dispongo de un fil¨®n creativo espectacular. Cada cuento que elijo tiene una historia detr¨¢s. Por ejemplo, el de los piojos est¨¢ ah¨ª porque la hija de una amiga m¨ªa cogi¨® piojos, y lo llevaba fatal porque lo asociaba a tener el pelo sucio, a ni?os que no se limpian... Y le dije a su madre: ¡°?Dile que le voy a dedicar un cuento para que vea que los piojos son normales, y que todos podemos tenerlos!¡±. El cap¨ªtulo de los virus estaba medio hecho, y como ten¨ªa que hacer la entrega en abril o mayo, me dije: es el momento ideal para reforzar el lavado de manos, la mascarilla, los mocos, los virus, las bacterias... ?Es algo que les encanta!
P. ?Qu¨¦ valores se cultivan en estos cuentos?
R. En primer lugar, yo dir¨ªa que la empat¨ªa y la compasi¨®n, y ense?arles a diferenciarlos; que la empat¨ªa es ponerte en el lugar de la otra persona y sentir como ella, mientras que la compasi¨®n es, adem¨¢s, tener la necesidad de ayudarle. Es dar un paso m¨¢s. Y esto, a los ni?os, se les explica desde que son peque?itos, porque tienen infinidad de conflictos en el cole en los que pueden usar estas dos herramientas. La empat¨ªa es ese nudo en el est¨®mago que sientes cuando ves a tu mejor amigo llorando, y la compasi¨®n es eso y, adem¨¢s, el acercarte a ¨¦l y decirle: ¡°?Qu¨¦ te pasa? Ven conmigo, vente a casa a jugar¡±. Esta es una muy buena herramienta para prevenir el acoso, el insulto, los ataques gratuitos que ves cada vez que abres las redes sociales...
Es importante explicarles a los ni?os el valor de la ciencia y de la evidencia cient¨ªfica; que no todo lo que ven en Internet o lo que puedan escuchar en las noticias tiene que ser verdad, sino que deben seguir las recomendaciones de personas expertas en la materia. Que, si van al m¨¦dico, este nunca les va a recomendar algo que les vaya a hacer da?o. Tambi¨¦n el valor de la familia, el contarles a los pap¨¢s las cosas que nos ocurren, y saber que est¨¢n ah¨ª incondicionalmente. Muchos padres tienen miedo a la adolescencia, y yo siempre digo que en esta se recoge lo sembrado: no podemos establecer un canal de comunicaci¨®n potente con ellos cuando tienen 13 o 14 a?os si no lo hemos hecho antes. En los cuentos, siempre salen Lola y Toni con los pap¨¢s, que siempre les est¨¢n escuchando, a su mismo nivel y en un tono tranquilo.
En tercer lugar, el valor del esfuerzo: que nada nos viene regalado, y que las cosas que de verdad merecen la pena requieren de un esfuerzo importante. Y, finalmente, que todos somos diferentes: el hermanito de Lola tiene un trastorno del espectro autista (TEA), y sus pap¨¢s le explican que son precisamente nuestras diferencias las que nos convierten en seres extraordinarios, y que no debemos venirnos a menos por tener circunstancias que nos diferencian. Ense?emos a nuestros hijos que hay ni?os con TEA, ni?os m¨¢s delgaditos y gorditos, y otros que llevan gafas, como Lola. Es importante que vean que somos diversos, y que todos merecemos un respeto, tener nuestros amigos y que nos cuiden, y que los ni?os aprendan a no se?alar con el dedo.
P. ?Utilizar el formato de un cuento facilita el que los ni?os comprendan temas complicados de una manera m¨¢s sencilla?
R. Es m¨¢s f¨¢cilmente asumible para los ni?os y m¨¢s f¨¢cil de comunicar para los padres. Cuando los ni?os peque?os empiezan a hacer preguntas inc¨®modas, muchos padres se van por la tangente, y les dicen eso de que cuando sean mayores ya lo entender¨¢n. Y a los ni?os no hay que dejarles sin respuestas. Hay que contestarles usando un lenguaje adecuado. El problema de no darles respuestas cuando nos preguntan es que, entonces, llegar¨¢ un momento en que nos dejen de preguntar. Y entonces tendr¨¢s un adolescente, o preadolescente, que va a buscar esas respuestas en otro lugar, porque les hemos ense?ado que pap¨¢ y mam¨¢, para estos temas, no est¨¢n.
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