Luc¨ªa Gal¨¢n: ¡°Recib¨ª amenazas de muerte por hablar de vacunas¡±

La pediatra Luc¨ªa Gal¨¢n (Oviedo, 1978) -autora del blog Luc¨ªa Mi Pediatra y de los libros Lo Mejor de Nuestras Vidas y Eres una Madre Maravillosa- baja del escenario del evento Gestionando Hijos con la misma energ¨ªa que ha derrochado como copresentadora durante horas. Est¨¢ acostumbrada a las conferencias multitudinarias, donde comparte consejos profesionales a madres, padres, abuelos, educadores y todo aquel que tenga dudas sobre c¨®mo afrontar la crianza.

Despu¨¦s del ¨¦xito de sus dos primeras obras est¨¢ a punto de publicar su tercer libro, el pr¨®ximo 10 de abril con Editorial Planeta, pendiente a¨²n de t¨ªtulo y portada. Se trata de un crisol de historias reales, de carne y hueso, donde ella misma se desnuda para hablar de nuevo sin tapujos sobre las luces y sombras de la maternidad.

PREGUNTA. ?C¨®mo y por qu¨¦ surge esta tercera parte de la trilog¨ªa sobre maternidad?

RESPUESTA. Quer¨ªa escribir sobre esa maleta que todos preparamos llena de ilusiones cuando vamos a ser padres... , pero cuando empiezas el viaje te das cuenta de que ni t¨², ni tu pareja, ni siquiera tu hijo era como esperabas. En este libro recojo muchas historias de mis pacientes, casos reales y muy valientes que he conocido en consulta: c¨®mo nace la maternidad en una pareja de dos mam¨¢s; el diagn¨®stico de c¨¢ncer con un beb¨¦ de meses, maternidad y discapacidad, reproducci¨®n asistida, adopci¨®n¡­ Incluso hablo a coraz¨®n abierto sobre la maternidad en solitario despu¨¦s de un divorcio, a partir de mi propia experiencia. Escribo en cada cap¨ªtulo sobre los miedos, las alegr¨ªas, las decepciones¡­ y el aprendizaje que podemos sacar en cada caso.

P. En consulta, ?ha observado alg¨²n cambio en los miedos de los padres o siempre son los mismos?

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R. El miedo a que le pase algo a nuestros hijos siempre ha existido, pero ahora estamos m¨¢s expuestos a la gran ventana de Internet, que amplifica todas esas preocupaciones. Los medios ten¨¦is ah¨ª la responsabilidad de informar con rigor y fuentes contrastadas: no lanzar cualquier titular que consiga muchos lectores y muchas dudas. Yo recomendar¨ªa a los padres que hicieran m¨¢s caso a su instinto, al sentido com¨²n, antes que a los bulos, a los grupos de WhatsApp o la informaci¨®n no contrastada.

P. ?C¨®mo vivi¨® los bulos y el acoso que sufri¨® hace unos meses por parte del movimiento antivacunas?

R. Afortunadamente, en Espa?a -donde tenemos una de las tasas m¨¢s altas de vacunaci¨®n y es algo de lo que deber¨ªamos sentirnos orgullosos-, los antivacunas hacen mucho ruido pero son casos aislados. No obstante, llegu¨¦ a recibir amenazas de muerte por este tema, que denunci¨¦ convenientemente; hasta ah¨ª pod¨ªamos llegar. Creo que para contrarrestar la desinformaci¨®n y la creencia o la fe de los antivacunas solo necesitamos datos, rigor cient¨ªfico y pruebas. Aquellos d¨ªas de acoso y ataques personales fueron duros, pero cuando lo vi con perspectiva era absurdo: si no voy a poder hablar de vacunas yo, siendo pediatra, ?apaga y v¨¢monos!

P. Aunque en Espa?a tenemos altas tasas de vacunaci¨®n, no pasa lo mismo en pa¨ªses cercanos de Europa. ?C¨®mo valora medidas como las vacunas obligatorias o la presi¨®n fiscal sobre las familias que se niegan a vacunar a sus hijos?

R. Las experiencias previas en California y Reino Unido han demostrado un efecto rebote que refuerza a los movimientos antivacunas cuando se impone la vacunaci¨®n obligatoria. Aqu¨ª, de momento, no es necesario, pero si se diera un brote localizado y se tratase de un problema de salud p¨²blica, por supuesto que estoy a favor de la vacunaci¨®n obligatoria. Quiz¨¢s medidas intermedias como la presi¨®n fiscal de Australia sean m¨¢s interesantes, donde se exige una serie de impuestos extra a las familias antivacunas. Es muy inteligente. ?Por qu¨¦ vamos a tener que pagar todos los gastos sanitarios derivados de una enfermedad que encima se puede prevenir y tiene la vacuna cubierta?

P. ?Y qu¨¦ hacemos para paliar las altas tasas de obesidad infantil en Espa?a?

R. Muchas veces los malos patrones alimentarios de los padres influyen en el sobrepeso de los ni?os. Cuando esos padres est¨¢n dispuestos a hacer cambios en la alimentaci¨®n de su hijo mejora la salud de toda la familia. Es imposible que un ni?o pida verduras para cenar si est¨¢ viendo a sus padres cenar todos los d¨ªas embutido, queso, cerveza o pizza. Los padres de ni?os con sobrepeso no lo suelen ver y se justifican diciendo ¡°Es que est¨¢ fuerte o est¨¢ hermoso¡±. No; vamos a llamar a las cosas por su nombre. Tiene sobrepeso, pero con cambios sencillos en la alimentaci¨®n se puede corregir: puede empezar a retirar el exceso de boller¨ªa, productos procesados, batidos y zumos.

P. ?Cu¨¢ndo deben preocuparse los padres si el ni?o no come?

R. Cuando su pediatra les diga que hay un problema. Una cosa es que una madre diga ¡°Es que mi hijo no come¡± y otra cosa que veas a un ni?o activo, que juega, corre y no enferma. ¡°No come poco¡±, se?ora, simplemente come lo que necesita su cuerpo. Y a lo mejor encontramos ni?os bajitos¡­ porque sus padres son bajitos, no porque no coma lo suficiente. Obsesionarse con las comidas o llegar a la mesa con un conflicto no es buena idea. Si no le gusta el br¨®coli¡­ cambia por una tortilla de espinacas, unas jud¨ªas verdes salteadas¡­ hay que ponerse en sus zapatos y no obligar, sino descubrir y probar qu¨¦ le gusta y educarles el paladar.

P. ?La ausencia de dietistas-nutricionistas en el Sistema Nacional de Salud perpet¨²a el problema de la obesidad?

R.? Soy una firme defensora del ¡°Juntos Sumamos¡± y el trabajo en equipo. Por eso estoy convencida de que si los dietistas-nutricionistas estuvieran integrados en la Seguridad Social saldr¨ªamos ganando todos, no solo los pacientes, sino tambi¨¦n los compa?eros profesionales que podemos aprender de ellos, entender mejor c¨®mo atajar el problema de la obesidad mucho antes. Y ellos, a su vez, podr¨ªan aprender de otras especialidades que no conocen y entender c¨®mo se relaciona un diagn¨®stico con su campo. Pero de momento esto no sucede. As¨ª que a los 12 meses saco el ¡°Plato de Harvard¡± a los padres y les explico que no es tan dif¨ªcil alimentar de forma saludable a los ni?os, aunque parezca lo contrario.