¡®La m¨¢scara del zorro¡¯ | Peque?os enmascarados
Solo hay que ver los telediarios: la mitad de la gente a la que le acercan un micro se la toca, se la recoloca o lleva la nariz por fuera. Suerte que los ni?os lo han entendido mejor y m¨¢s r¨¢pido
Llevamos nueve meses de pandemia y a muchos adultos a¨²n les cuesta un concepto tan simple como ponerse bien la mascarilla. Solo ten¨¦is que ver los telediarios: la mitad de la gente a la que le acercan un micro, ya sean pol¨ªticos, expertos o afectados, se la toca, se la recoloca o lleva la nariz por fuera. Suerte que los ni?os lo entendieron mejor y m¨¢s r¨¢pido.
Desde marzo, la mascarilla ha mutado de innecesaria (cuando no hab¨ªa existencias para vender) a ¡°si la tienes no hace ning¨²n mal¡±, despu¨¦s a ¡°obligatoria en seg¨²n qu¨¦ comunidades¡± y ya finalmente a ¡°imprescindible¡±. Lo que era un trapo apa?ado que ten¨ªamos por casa pas¨® a tener m¨¢s modelos y grados de protecci¨®n que los Pok¨¦mon, con cientos de dise?os para elegir. Nunca hay que desperdiciar una oportunidad de hacer negocio.
M¨¢s o menos siempre ha estado claro que los menores de seis a?os no necesitaban llevarla obligatoriamente y tambi¨¦n que la us¨¢bamos para proteger a los dem¨¢s de nuestra posible infecci¨®n. As¨ª que a los ni?os se les pod¨ªa concienciar dici¨¦ndoles que eran superh¨¦roes enmascarados que salvaban a la poblaci¨®n de posibles contagios.
Sea como sea, los fabulosos protocolos de Educaci¨®n (que nos tienen tan tranquilos a familias y docentes) piden mascarilla perpetua en los colegios. Porque la limpieza, la distancia y la ventilaci¨®n no siempre son posibles o no salen bien en las fotos que necesitan los pol¨ªticos, pero la mascarilla es el signo visible, la manera de poder decir que estamos cumpliendo.
Vale que con mascarilla cuesta reconocer a los otros padres del cole y que a todos nos agobia llevarla (aunque en la calle siguen muchos irresponsables que pasan de todo, como americanos que ense?an el rifle desde su porche). Pero por suerte, nuestros hijos pasan la ITV con nota. Los casales y campamentos de verano fueron un buen laboratorio de ensayo para certificar que los ni?os interiorizan las normas sanitarias. De hecho, nuestra hija est¨¢ tan concienciada que cuando ha venido con amigas a casa han seguido jugando con mascarilla incluso en el interior con todas las ventanas abiertas.
No s¨¦ si es que los peques llevan mejor lo de ser como el Zorro o simplemente cumplen las normas, igual que pasan los sem¨¢foros en verde. Pero lo importante es que lo hacen.
Eso s¨ª, por mucho que aguanten con la mascarilla puesta, a¨²n falta trabajar que no se la toquen con manos sucias, que no se les caiga al suelo, que no se la intercambien como si fueran cromos cuando no mira la profe y, sobre todo, que no se la olviden.
Porque siempre ser¨¢ justo en la calle, llegando tarde, cuando veremos que no la llevan puesta y tendremos que volver a casa a por ella. Ese segundo trayecto en ascensor intentando no cabrearte de buena ma?ana te despierta m¨¢s que cualquier caf¨¦. Por muchos recambios que llevemos en mochilas y abrigos, este curso nos convertir¨¢ en reyes del sprint.
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