?Puede la preocupaci¨®n por el cambio clim¨¢tico ahondar en la crisis de natalidad?
Un ¨²ltimo estudio concluye que el 96,5% de los encuestados se mostr¨® ¡°muy¡± o ¡°extremadamente preocupado¡± por el bienestar de sus hijos actuales, esperados o hipot¨¦ticos en un mundo como el nuestro
¡°De forma que s¨ª, a veces me invade un pesar, como en este momento, el de no poder compartir contigo este inicio de la primavera, el perfume del manzano que acaba de florecer, la fascinaci¨®n al encontrar una peque?a culebra detr¨¢s de un viejo mont¨®n de le?a, ese libro para ni?os que he escrito sabiendo que no iba a le¨¦rtelo. Me consuelo dici¨¦ndome que, si sin ti, sin duda, yo pierdo mucho, t¨², desde luego, no te pierdes gran cosa¡±, concluye una carta del escritor franc¨¦s Jean-Baptiste del Amo publicada originalmente el pasado mes de abril ...
¡°De forma que s¨ª, a veces me invade un pesar, como en este momento, el de no poder compartir contigo este inicio de la primavera, el perfume del manzano que acaba de florecer, la fascinaci¨®n al encontrar una peque?a culebra detr¨¢s de un viejo mont¨®n de le?a, ese libro para ni?os que he escrito sabiendo que no iba a le¨¦rtelo. Me consuelo dici¨¦ndome que, si sin ti, sin duda, yo pierdo mucho, t¨², desde luego, no te pierdes gran cosa¡±, concluye una carta del escritor franc¨¦s Jean-Baptiste del Amo publicada originalmente el pasado mes de abril en la web cultural France Inter y traducida por Lydia V¨¢zquez para El Asombrario.
La misiva del autor de novelas como La sal o Reino Animal est¨¢ dirigida al hijo que decidi¨® no tener, al que explica las motivaciones de su decisi¨®n, entre las que destaca las consecuencias de la acci¨®n del hombre sobre el planeta: el cambio clim¨¢tico, la deforestaci¨®n de bosques, la contaminaci¨®n de mares y oc¨¦anos, la ¡°¨¢vida b¨²squeda del beneficio¡± por encima de los avisos y se?ales de agotamiento del planeta. ¡°En realidad, seguro que no tendr¨ªa gran cosa que darte. No tendr¨ªa la soluci¨®n para permitirte pasar por la vida sin quemarte. No tendr¨ªa nada que te preservara de crecer, de enfrentarte a la cruda realidad de este mundo, de volverte amargo y taciturno¡±, escrib¨ªa con pesadumbre.
La decisi¨®n y las preocupaciones de Jean-Baptiste del Amo no son una excepci¨®n. En 2019 ¨¦sta dio lugar a la creaci¨®n del movimiento Birth Strike, que se podr¨ªa definir como una huelga de partos a la que se sumaron mujeres de diferentes puntos del planeta que s¨ª quer¨ªan ser madres, pero que consideraban esta decisi¨®n personal una respuesta ¡°ante la inminente crisis clim¨¢tica y el colapso de la civilizaci¨®n¡±. En Estados Unidos, por ejemplo, una reflexi¨®n similar dio origen tambi¨¦n a la plataforma Conceivable Future. ¡°Para nosotras, a diferencia de para muchos de nuestros l¨ªderes, el concepto de ¡®generaciones futuras¡¯ es un asunto pr¨¢ctico: es imposible que seamos madres sin considerar a qu¨¦ tipo de mundo se enfrentar¨¢n nuestros hijos¡±, afirman en su carta de presentaci¨®n, en la que exigen el derecho ¡°a tomar decisiones reproductivas libres de da?os masivos y evitables¡±; y el fin de los subsidios de la administraci¨®n norteamericana a los combustibles f¨®siles ¡°como un acto de compromiso con nuestra generaci¨®n y las que les seguir¨¢n¡±.
Esta tendencia ha sido reafirmada recientemente por los resultados de un estudio publicado en la revista Climatic Change y obtenidos tras encuestar a 600 personas preocupadas por el cambio clim¨¢tico de entre 27 y 45 a?os. El 96,5% de los encuestados se mostraron ¡°muy¡± o ¡°extremadamente preocupados¡± por el bienestar de sus hijos actuales, esperados o hipot¨¦ticos en un mundo como el nuestro, acechado por los efectos del cambio clim¨¢tico. Este problema medioambiental y sus consecuencias era el motivo al que muchos de ellos se?alaban para no tener hijos. Tambi¨¦n la causa por la que el 6% de los que ya eran padres y madres mostraban su arrepentimiento por serlo.
¡°Estos datos demuestran la fuerza con la que el cambio clim¨¢tico est¨¢ afectando al modo en el que algunas personas piensan sobre sus vidas y su futuro. El hecho de que algunos padres y madres se arrepientan de ser padres por el futuro que espera a sus hijos confirma lo que se ha escrito en otros art¨ªculos, aunque estoy seguro de que este tipo de reconocimiento aumentar¨ªa si se garantizase el anonimato de los encuestados¡±, subraya a El Pa¨ªs Matthew Schneider-Mayerson, profesor asistente en el Yale NUS College de Singapur y coautor de este primer art¨ªculo acad¨¦mico sobre el tema.
¡°Siento que siendo consecuente no puedo traer a este mundo a un ni?o al que voy a obligar a intentar sobrevivir en lo que pueden ser condiciones apocal¨ªpticas¡±, afirm¨®, por ejemplo, una de las encuestadas, una mujer de 27 a?os. Otra, de 31, aseguraba que el cambio clim¨¢tico era el ¨²nico factor para decidir no tener hijos biol¨®gicos, aunque reconoc¨ªa que ella s¨ª quer¨ªa ser madre: ¡°No quiero dar a luz a ni?os en un mundo agonizante¡±.
¡°Esta preocupaci¨®n fue muy profunda y emocional. M¨¢s del 90% de los encuestados describieron un futuro intensamente negativo repleto de crisis clim¨¢ticas, ecol¨®gicas, epidemiol¨®gicas, sociales, econ¨®micas, pol¨ªticas, geopol¨ªticas y migratorias superpuestas. Este era un elemento central de sus preocupaciones cuando hablaban sobre la posibilidad de tener hijos¡±, analiza Schneider-Mayerson.
?Una nueva crisis de natalidad?
Los autores del estudio reconocen en el mismo que la muestra de su investigaci¨®n no es representativa de la sociedad americana (qu¨¦ decir de otras sociedades), ya que los encuestados eran personas con conciencia ambiental, mayoritariamente blancos y con estudios superiores. Algo similar a lo que ocurre si se indaga con lupa en movimientos como Birth Strike o Conceivable Future.
Los dem¨®grafos suelen afirmar que se tienen que dar las condiciones necesarias para que una pareja tenga la seguridad y la confianza econ¨®micas de, primero, tener un hijo y luego poder mantenerlo en el medio y largo plazo. La duda es si el cambio clim¨¢tico puede llegar a influir de forma generalizada en esa sensaci¨®n necesaria de seguridad y confianza.
¡°Aunque el cambio clim¨¢tico es una preocupaci¨®n creciente, sobre todo entre las generaciones m¨¢s j¨®venes, los principales motivos por los que no se tienen hijos (o se tienen menos de los que se desean) en un pa¨ªs como Espa?a son razones econ¨®micas (desempleo, precariedad laboral e incertidumbre sobre el futuro), el escaso apoyo institucional a las responsabilidades de crianza y a la conciliaci¨®n de la vida laboral, familiar y personal, y la desigualdad de g¨¦nero en el reparto del trabajo dom¨¦stico y de cuidado en el ¨¢mbito familiar¡±, afirma Teresa Castro, miembro del Grupo de Din¨¢micas Demogr¨¢ficas del CSIC.
Seg¨²n la Encuesta de Fecundidad de 2018 del INE, que no incluy¨® entre los motivos para no tener hijos la preocupaci¨®n por el cambio clim¨¢tico, entre las mujeres de 25-39 a?os que no tienen hijos ni intenci¨®n de tenerlos existe un grupo importante que asegura no querer ser madre (14%) o no querer ver reducida su libertad personal (8%). Sin embargo, como se?ala Castro, son m¨¢s frecuentes los motivos que reflejan barreras a la maternidad como, por ejemplo, no tener pareja (21%), las dificultades para afrontar econ¨®micamente la crianza de un hijo (19%) o los potenciales conflictos con la carrera profesional (12%).
¡°Espa?a tiene unos de los niveles de fecundidad m¨¢s bajos del mundo (1,23 hijos por mujer), pero no hay evidencia emp¨ªrica de que la preocupaci¨®n por el cambio clim¨¢tico sea un factor relevante que influya en las decisiones reproductivas. La incertidumbre sobre el futuro s¨ª influye en estas decisiones, pero los estudios existentes indican que esta incertidumbre est¨¢ m¨¢s vinculada al ¨¢mbito laboral y econ¨®mico que a la percepci¨®n del cambio clim¨¢tico¡±, a?ade la dem¨®grafa.
Los efectos de la Eco-Ansiedad en la maternidad
Para Matthew Schneider-Mayerson, una de las conclusiones m¨¢s importantes de su estudio es que, independientemente de lo que la gente elija hacer (tener o no tener hijos), el cambio clim¨¢tico ¡°est¨¢ causando a menudo mucha ansiedad y estr¨¦s¡± en las personas con conciencia del problema.
Una afirmaci¨®n que secunda Silvia Collado, docente e investigadora del Departamento de Psicolog¨ªa y Sociolog¨ªa de la Universidad de Zaragoza y una de las grandes referentes en Espa?a en el ¨¢mbito de la psicolog¨ªa ambiental. ¡°Se ha visto que la p¨¦rdida de entornos naturales, de diversidad y, en general, el deterioro medioambiental puede ser una fuente de sufrimiento y estr¨¦s, sobre todo para aquellas personas con una mayor conciencia ecol¨®gica; adem¨¢s, tambi¨¦n se ha visto que las personas pueden mostrar preocupaci¨®n por la crisis ecol¨®gica actual y futura no s¨®lo por el da?o que esta crisis haga al planeta, sino por c¨®mo nos afectar¨¢ a nosotros y a las generaciones venideras¡±, asegura.
Desde el ¨¢mbito de la psicolog¨ªa se ha acu?ado el concepto de eco-ansiedad para referirse a la ansiedad causada por los cambios que est¨¢ sufriendo y sufrir¨¢ nuestro planeta, sobre todo en los pa¨ªses desarrollados, como consecuencia de las acciones humanas. Para la psic¨®loga, el hecho de decidir no tener hijos por la crisis clim¨¢tica podr¨ªa ser considerado como ¡°un caso extremo¡± de eco-ansiedad, ya que el hecho de que ¨¦sta acabe condicionando el estilo de vida de una persona es s¨ªntoma de un problema grave.
¡°La eco-ansiedad podr¨ªa llegar a influir en decisiones tan importantes como tener un hijo, pero s¨®lo para un grupo reducido de la poblaci¨®n y muy concienciado sobre esta tem¨¢tica¡±, argumenta al respecto Collado, que, al igual que Teresa Castro, considera que en base a los datos actuales la realidad es que la mayor¨ªa de la gente ¡°no tiene el medio ambiente y su futuro en su lista de pros y contras a la hora de decidir tener un hijo¡±. No obstante, la experta s¨ª que cree que, si los efectos del cambio clim¨¢tico se hacen cada vez m¨¢s visibles y no se revierte la situaci¨®n, ¡°es probable que el grupo de personas altamente preocupados por el futuro del planeta y, por ende, de las generaciones venideras, aumente, repercutiendo a su vez en el n¨²mero de hijos que tenemos¡±.
La docente de la Universidad de Zaragoza se?ala que las investigaciones de la psicolog¨ªa ambiental demuestran que uno de los momentos vitales en los que las personas somos m¨¢s receptivas a cambiar hacia un estilo de vida m¨¢s sostenible es cuando tenemos hijos o pensamos en tenerlos, ya que meditar sobre la vida futura de ¨¦stos ¡°nos hace replantearnos el legado que les dejaremos y, dado que queremos lo mejor para ellos, intentamos poner nuestro granito de arena para mejorar la situaci¨®n actual y futura del planeta¡±.
En ese sentido, Collado concluye que ¡°es l¨®gico sentir ansiedad¡± si sentimos miedo sobre el futuro del planeta e incluso indefensi¨®n y pensamos que, independientemente de lo que hagamos, la situaci¨®n futura ser¨¢ realmente mala para nuestros hijos. Al respecto y para evitar esta ansiedad, por ¨²ltimo, la psic¨®loga recomienda informarse bien (¡°para tener una perspectiva objetiva y no catastr¨®fica de la situaci¨®n¡±) y trabajar sobre las expectativas: ¡°no podemos pretender cambiar nosotros un problema grave mundial, pero s¨ª podemos aportar nuestro peque?o grano de arena para mejorarlo. Esa parte de controlabilidad de la situaci¨®n puede ayudarnos a rebajar los niveles de ansiedad¡±.
La huella de carbono de tener un hijo
En el estudio Eco-reproductive concerns in the age of climate change, un 96,5% de los encuestados se mostraban preocupados por el futuro de sus hijos (tenidos o por tener). Ese porcentaje de preocupaci¨®n descend¨ªa, sin embargo, hasta el 60% en lo referente a la huella de carbono generada por el hecho de tener un hijo; un argumento recurrente entre mujeres con conciencia ambiental para decidir no tener un hijo desde que en 2017 un estudio publicado en la revista Environmental Research Letters asegurara que tener un hijo menos era una de las acciones individuales que mayor impacto podr¨ªa tener sobre el cambio clim¨¢tico, m¨¢s incluso que vivir sin coche o evitar un vuelo transatl¨¢ntico al a?o.
¡°El estudio de 2017, que tuvo un gran impacto en medios, es una importante contribuci¨®n acad¨¦mica, pero no es un evangelio y la gente no deber¨ªa tratarlo como tal¡±, afirma Matthew Schneider-Mayerson, que sin querer entrar en demasiados detalles recuerda que la informaci¨®n sobre la huella de carbono del hecho de tener hijos se basaba en datos de un art¨ªculo de 2009, por lo que no inclu¨ªa el efecto del compromiso pol¨ªtico y ciudadano de los ¨²ltimos a?os.
Una opini¨®n que corrobora la dem¨®grafa Teresa Castro, que considera que la huella de carbono de los futuros hijos disminuir¨¢ considerablemente ¡°si se cambia el modelo econ¨®mico mundial por otro sin combustibles f¨®siles y las pol¨ªticas gubernamentales conducen a la sociedad a un estilo de vida m¨¢s sostenible¡±.
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