Hijo ¨²nico, una figura al alza
Cada vez m¨¢s espa?oles crecen sin hermanos. Pautas para educar de manera adecuada a un solo ni?o
Se refuerza la figura del hijo ¨²nico entre las parejas espa?olas. Nos encontramos a la cola de los pa¨ªses europeos con apenas 1,32 hijos por mujer, frente a una media de 1,58 hijos en el conjunto de la Uni¨®n Europea (UE). Un valor que apenas se ha incrementado en apenas 0,08 puntos porcentuales desde 2001, cuando la tasa de natalidad espa?ola se situaba en los 1,24 hijos por mujer, seg¨²n datos del informe Eurostat.
En la d¨¦cada de los setenta y ochenta, lo habitual era que las parejas tuvieran dos o tres hijos. Si nos adentramos en la d¨¦cada de los cincuenta o sesenta, el n¨²mero de hijos por familia se incrementaba considerablemente. Hasta hace poco, el entorno social y familiar consideraba al hijo ¨²nico, una persona extremadamente protegida, ego¨ªsta y malcriada. Una idea que, seg¨²n indican los expertos consultados, forma parte de los mitos a los que hasta hoy se enfrentaban aquellos que crec¨ªan sin hermanos.
Jos¨¦ Luis Carrasco, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa y director de la Unidad de Personalidad y Comportamiento (Orientaci¨®n familiar y Prevenci¨®n) del Hospital Ruber Juan Bravo-Grupo Quir¨®n Salud, reconoce que ¡°la condici¨®n de ser hijo ¨²nico en la unidad familiar, siempre ha estado cargada de connotaciones negativas. Actualmente sabemos, mediante estudios e investigaciones, que los hijos ¨²nicos no presentan diferencias significativas con el resto de ni?os en familias donde hay m¨¢s de un ni?o. Siempre y cuando ese ni?o haya estado en contacto desde beb¨¦ con m¨¢s iguales en distintas ¨¢reas de su vida, guarder¨ªa, preescolar, familia extensa, etc., y no tenga ninguna caracter¨ªstica de personalidad ni trastorno que le dificulte el relacionarse normalmente. Hoy, podemos observar ni?os sanos, de familias con dos hijos, que tienen esas mismas ¡°etiquetas¡± o algunas dificultades a la hora de relacionarse. La clave se encuentra en la educaci¨®n recibida, las pautas parentales, l¨ªmites, normas o afectos recibidos¡±.
Ser ¡°hijo ¨²nico¡± ha dejado de ser un caso aislado para convertirse en una tendencia. Cada vez m¨¢s espa?oles crecen sin hermanos. As¨ª lo confirma el estudio ¡°El d¨¦ficit de natalidad en Europa. La singularidad del caso espa?ol¡±, elaborado por la Fundaci¨®n La Caixa en 2013. El informe confirmaba que en la actualidad el porcentaje de mujeres con un solo hijo es de un 27,6%, una cifra que casi cuadruplicaba el de la generaci¨®n de las mujeres nacidas en 1940, que era del 7,4%.
Luis Alfonso Alonso Garc¨ªa, de la Unidad de Pediatr¨ªa General del Hospital Universitario Infantil La Paz, de Madrid, opina que ¡°el hecho de carecer de hermanos no determina el car¨¢cter del menor. Los hijos ¨²nicos son tan sociables como el que m¨¢s. Es as¨ª, siempre que se favorezcan las conductas sociales desde la primera infancia. En algunos estudios se se?alaba que estos ni?os ten¨ªan menor autocontrol, menores habilidades interpersonales o problemas de conducta; sin embargo, en otros no se han encontrado evidencia de estos comportamientos¡±.
Cuando las parejas toman la decisi¨®n de tener un solo hijo, ?con qu¨¦ ventajas e inconvenientes se encontrar¨¢ el ni?o o ni?a en su camino hacia la madurez? Luc¨ªa Fern¨¢ndez, psic¨®loga de la Unidad de Personalidad y Comportamiento del Hospital Ruber Juan Bravo, manifiesta que ¡°en el desarrollo del menor pueden aparecer algunas dificultades o ventajas, en general. Hay ni?os a los que les cuesta m¨¢s cumplir las normas, otros que son m¨¢s temperamentales u otros con dificultades para relacionarse; todas ellas son caracter¨ªsticas de personalidad, independientemente de cuantos hermanos tengan. Por otro lado, claramente, la disponibilidad de atenci¨®n plena que tienen estos infantes, a priori, son una ventaja. Pero esa misma ventaja se puede convertir en un inconveniente si los modelos de educaci¨®n y apego fallan. Es decir, no tener competidores atencionales en forma de hermanos disminuye su experiencia de frustraci¨®n, tan necesaria en menores de edades tempranas. Eso va a exigir a estos padres un esfuerzo o una atenci¨®n especial para que adquieran los niveles de tolerancia a la frustraci¨®n por otros medios o v¨ªas. La sobreprotecci¨®n podr¨ªa ser un problema en estos casos si no se le presta atenci¨®n o se la tiene en cuenta¡±.
La doctora Ortiz, psiquiatra del Hospital Universitario Infantil La Paz, de Madrid, incluye tambi¨¦n entre las desventajas ¡°que, al ser hijo ¨²nico, las expectativas de los padres est¨¢n puestas solo en ¨¦l y este estar¨¢ llamado a colmarlas: buen estudiante, deportista, sociable, etc. Cuando hay m¨¢s de un hijo, los padres repartir¨¢n esas expectativas: un hijo ser¨¢ el buen estudiante, otro el deportista, etc.¡±
?Existen pautas para educar de manera adecuada a un hijo ¨²nico? Seg¨²n, el pediatra Alonso Garc¨ªa hay que tratar de disminuir los inconvenientes y aumentar las ventajas. Para ello es recomendable:
- Evitar la sobreprotecci¨®n. Es habitual que los padres caigan en el error de proteger excesivamente a su hijo por el miedo exagerado a que al ni?o le suceda algo, lo que les impiden crecer como seres independientes. Este celo exagerado tambi¨¦n puede llegar a agobiar al menor hasta tal punto que solo act¨²e para contentar a sus padres, o se convierta en una persona temerosa, insegura y dependiente. Adem¨¢s, un menor sobreprotegido puede no desarrollar las habilidades necesarias para su desarrollo, como su autonom¨ªa, lo que le impedir¨¢ tomar decisiones sin la aprobaci¨®n continua de sus padres. No se trata de que los padres se desentiendan de lo que hace, pero tampoco deben protegerle de manera desmedida, anticip¨¢ndose a sus necesidades antes de que el ni?o pida ayuda.
- Animarle a participar en actividades deportivas y l¨²dicas para que desarrolle sus habilidades, se relacione con otros ni?os para que se divierta, compita y discuta con ellos.
- Establecer normas y obligaciones de acuerdo con su edad, para que adquiera responsabilidades y sepa d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites.
- Valorar sus logros, pero sin llegar al exceso.
- Compartir sus juegos para que no se sienta solo y aprenda reglas sociales (esperar turno, saber ganar y perder...).
- Aceptar y respetar sus defectos y sus fallos, dejarle que se equivoque de vez en cuando y comprenda el valor del acierto y c¨®mo llegar hasta ¨¦l. Con frecuencia los padres de un solo hijo aspiran a que este sea perfecto y deben aceptar y respetar sus defectos.
Lo importante, concluyen los expertos, es que se env¨ªe un mensaje positivo sobre los hijos ¨²nicos y se les eduque de manera que puedan desarrollarse con facilidad dentro de la sociedad. En este sentido, el doctor Jos¨¦ Luis Carrasco recuerda que ¡°la educaci¨®n emocional de los adultos influir¨¢ positivamente en estos ni?os si es adaptativa y tiene en cuenta los aspectos mencionados para evitar esas etiquetas del pasado¡±.
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