Mi hijo se pinta las u?as y lleva falda, ?cu¨¢l es el problema?
Para las expertas, el profesorado y las familias deber¨ªan acompa?ar estos procesos e incidir en que los roles de g¨¦nero, tambi¨¦n en la ropa, est¨¢n pasados de moda y no deber¨ªan importar
Juan es un ni?o tremendamente feliz al que le encanta pintarse las u?as de colores. En el colegio algunos compa?eros empiezan a re¨ªrse de ¨¦l y Juan se siente muy mal, as¨ª que dejar¨¢ sus u?as de colores solo para los fines de semana. Su padre, sin embargo, lo tiene claro y decide apoyarle: ¡°Yo tambi¨¦n soy un chico y voy a pintarme las u?as¡±. As¨ª que, camino del cole, el padre de Juan ir¨¢ presumiendo de u?as. Esta es la historia de ?...
Juan es un ni?o tremendamente feliz al que le encanta pintarse las u?as de colores. En el colegio algunos compa?eros empiezan a re¨ªrse de ¨¦l y Juan se siente muy mal, as¨ª que dejar¨¢ sus u?as de colores solo para los fines de semana. Su padre, sin embargo, lo tiene claro y decide apoyarle: ¡°Yo tambi¨¦n soy un chico y voy a pintarme las u?as¡±. As¨ª que, camino del cole, el padre de Juan ir¨¢ presumiendo de u?as. Esta es la historia de ?Vivan las u?as de colores! del editor y escritor Luis Amavisca editado por Nubeocho. Luis nos cuenta: ¡°La plasmaci¨®n de la diversidad es muy importante porque nos hace entender la sociedad plural en la que vivimos. Por otra parte, siempre es bueno trabajar los estereotipos de g¨¦nero y recordar que no hay cosas para ni?as y cosas para ni?os¡±. Oliver Button es una nena, editado por Kalandraka es otro fant¨¢stico cuento, a Oliver le llaman nena porque juega con mu?ecas, se disfraza con todo tipo de ropas y canta y baila como una estrella.
Amelia Garc¨ªa P¨¦rez es profesora de Secundaria en la especialidad de intervenci¨®n sociocomunitaria. Tambi¨¦n es agente de igualdad y coordinadora de Igualdad en el Centro Integrado de Formaci¨®n Profesional Misericordia de Valencia: ¡°Las diferencias no deber¨ªan generar discriminaci¨®n. Sin embargo, el hecho de haber nacido chica o chico condiciona nuestra socializaci¨®n, dado que esta se basa en reproducir roles de g¨¦nero cargados de estereotipos, y en la necesidad de categorizar a las personas dentro de un g¨¦nero u otro¡±. La agente de igualdad Garc¨ªa P¨¦rez se?ala que el problema no es la diferencia entre una categor¨ªa y la otra, sino el valor que le damos a cada una de ellas, as¨ª como los roles asociados a cada una.
¡°Todo aquello que tiene que ver con las chicas tiene menos valor que aquello que representa a la masculinidad. De esta manera, pintarse las u?as o llevar falda no se reconoce como un valor a mostrar por parte de los hombres, puesto que, al tratarse de componentes asociados a la feminidad, en nuestra cultura tienen menos valor¡±, afirma. Lo que est¨¢ claro es que todo lo que se aleje de lo que representa un hombre en la cultura patriarcal es sospechoso en nuestra sociedad. Dice Amelia Garc¨ªa que un ejemplo f¨¢cil en nuestro entorno actual podr¨ªan ser las faldas o los tacones, que se reconocen como adecuados para las mujeres, pero no para los hombres. ¡°Sin embargo, parece ser que los tacones se inventaron para que los pies se colocaran f¨¢cilmente en los estribos de los caballos (actividad t¨ªpicamente masculina), adem¨¢s de ser usados por los monarcas para marcar su jerarqu¨ªa, al colocarse con tacones o plataformas m¨¢s altos que sus s¨²bditos¡±. Otro ejemplo de c¨®mo de relativas resultan las atribuciones de g¨¦nero es la falda escocesa.
Iria Mara?¨®n es autora de los libros Educar en el feminismo y Educar a un ni?o en el feminismo, ambos publicados en Plataforma Editorial, donde nos habla sobre educar bajo los roles de g¨¦nero: ¡°Los roles sexuales, o el g¨¦nero, asigna a las ni?as y a los ni?os un lugar en el mundo desde antes de que tengan conciencia, modelan su personalidad, sus gustos, sus aficiones y, ante todo, generan un sistema de desigualdad entre las ni?as y los ni?os¡±. Afirma que a ellas se las va a educar para que sean sumisas y complacientes, para que sus habilidades principales sean los cuidados y las tareas dom¨¦sticas, y para explotar su sexualidad. ¡°Desde muy peque?as las ni?as recibimos este mensaje, cuando nos hacen los agujeros de las orejas para llevar pendientes o cuando nos visten de rosa para diferenciarnos de los beb¨¦s ni?os¡±.
Mara?¨®n asegura que a los ni?os se les educa para que sean los que ocupen los espacios p¨²blicos y de poder. Para que sean insensibles, fuertes, dominantes e incluso agresivos. ¡°Les imponen colores oscuros para diferenciarlos, el pelo corto, pantalones (una ropa muy c¨®moda y con la que se van a poder mover con libertad). Se les potenciar¨¢ el mensaje de que no deben ser d¨¦biles y de que su estatus sexual est¨¢ por encima del de la mujer. Esto no les va a permitir ser libres para que decidan c¨®mo quieren ser de verdad, porque su estereotipo siempre va a pesar mucho m¨¢s¡±.
Para Amelia Garc¨ªa P¨¦rez sobran las razones para afirmar que, si los chicos quieren llevar falda o pintarse las u?as, el profesorado y las familias deber¨ªan acompa?ar estos procesos e incidir en que los roles de g¨¦nero, tambi¨¦n en la ropa, est¨¢n pasados de moda y no deber¨ªan importar. ¡°Esto mismo nos lo ha demostrado el propio alumnado hace una pocas semanas a ra¨ªz del movimiento antidiscriminaci¨®n que se gener¨® en TikTok y que consigui¨® que cientos de j¨®venes espa?oles acudieran vestidos con falda al instituto¡±. Amelia considera que los deber¨ªamos educar eludiendo roles y estereotipos de g¨¦nero dentro de un modelo coeducativo. De esta manera se generar¨ªa una ciudadan¨ªa m¨¢s libre de escoger aquello que m¨¢s le interese independientemente de su sexo asignado.
¡°Si desde la infancia lanzamos el mensaje de que no hay ropa de chicos ni de chicas, ni juegos, ni juguetes, ni colores y que todos estos son de todos, podemos reforzar a todas aquellas criaturas que quieren escaparse de esa dictadura de g¨¦nero antes mencionada. Cuanto m¨¢s se escuchen estas
palabras y resuenen en las aulas y en las familias, mejor¡±, comenta la agente de igualdad Garc¨ªa P¨¦rez, que por otra parte ve imprescindible que los chicos (profesores, alumnos, padres) se cuestionen su masculinidad. ¡°Hay una masculinidad t¨®xica, hegem¨®nica, que alimenta que se reprochen este tipo de conductas a las que nos estamos refiriendo aqu¨ª (que un ni?o lleve falda o se pinte las u?as)¡±.
Para Iria Mara?¨®n es crucial la coeducaci¨®n: ¡°Ense?ar a las ni?as y a los ni?os que no tienen habilidades diferentes por ser de un sexo o de otro, fomentar que puedan jugar de forma libre, sin juguetes sesgados. Toda la sociedad debe ser consciente y participar de la abolici¨®n del g¨¦nero. Saber que no existen cerebros rosas o azules. Que todo es una construcci¨®n social. Que un chico que tenga habilidades emocionales, sea emp¨¢tico, sensible y asertivo y se responsabilice de los cuidados y del trabajo dom¨¦stico es una revoluci¨®n. Y eso no lo convierte en una chica¡±.
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