Porque lo digo yo: ?sigue en vigor el principio de autoridad?
Es importante que en centros educativos hagamos una pausa para centrar el presente. Trabajar sentimientos y emociones, centrar el trabajo m¨¢s en el di¨¢logo, en el desahogo y en el desarrollo personal, m¨¢s que en lo acad¨¦mico
Unas menores entran en un establecimiento de Bilbao y golpean e insultan al empleado mientras le roban; lo graban todo. Otras salen de cacer¨ªa por Madrid, tambi¨¦n m¨®vil en mano y buscando ¡°ni?os pijos¡± a los que agredir. Y mientras, la Polic¨ªa alerta de que en los botellones cada vez se identifica a m¨¢s menores, que adem¨¢s les plantan cara. A ser posible, lo graban. ?Se sienten impunes? ?Han perdido el respeto a toda autoridad? ?Qui¨¦n debe volver a fijar sus l¨ªmites?
Antes de que llegase Halloween, el ¨²ltimo susto nos ...
Unas menores entran en un establecimiento de Bilbao y golpean e insultan al empleado mientras le roban; lo graban todo. Otras salen de cacer¨ªa por Madrid, tambi¨¦n m¨®vil en mano y buscando ¡°ni?os pijos¡± a los que agredir. Y mientras, la Polic¨ªa alerta de que en los botellones cada vez se identifica a m¨¢s menores, que adem¨¢s les plantan cara. A ser posible, lo graban. ?Se sienten impunes? ?Han perdido el respeto a toda autoridad? ?Qui¨¦n debe volver a fijar sus l¨ªmites?
Antes de que llegase Halloween, el ¨²ltimo susto nos lo dio la Fiscal¨ªa de Madrid con los datos sobre las conductas delictivas que han protagonizado j¨®venes y menores en el ¨²ltimo a?o. En lugar de reducirse durante el periodo pand¨¦mico, las cifras han aumentado, ¡°especialmente en lo que respecta a los delitos m¨¢s violentos y/o graves¡±. La Memoria 2021 de la Fiscal¨ªa de la Comunidad de Madrid, hecha p¨²blica el pasado 25 de octubre, es contundente en este sentido: preocupa la conducta, pero sobre todo qui¨¦nes las protagonizan y por qu¨¦. Desde casos de hurtos a amenazas o coacciones e incluso en delitos de distribuci¨®n de pornograf¨ªa infantil hay un porcentaje que ronda el 10 % de menores inimputables, al tener una edad inferior a los 14 a?os. Adem¨¢s, destaca la Fiscal¨ªa, muchas de ellas son conductas ¡°cometidas a trav¨¦s de la red y que se inician a muy temprana edad, por el uso cada vez m¨¢s precoz de las nuevas tecnolog¨ªas¡±. Es, por tanto, para ellos y ellas un medio para delinquir y un escaparate para exponer y jactarse del delito que cometen.
Nos estamos saltando la salida de esta crisis por la prisa de recuperar nuestra vida por a?oranza, por miedo. Y hemos pasado de la nada al todo en muy poco tiempo. Hemos tenido prisa, nos hemos dejado llevar por la ansiedad y hemos minimizado una serie de riesgos que empezamos a ver ahora tanto en casa como en la calle pues si estos datos son preocupantes, tambi¨¦n lo son el aumento de las consultas psicol¨®gicas en ni?os, ni?as y adolescentes.
Cuando en vez de afrontar una crisis siguiendo unos pasos tiras hacia adelante con una venda en los ojos te encuentras con esta realidad. Y mirar para otro lado no nos va a ayudar, sino todo lo contrario.
Es importante que en centros educativos hagamos una pausa para centrar el presente. Trabajar sentimientos y emociones, s¨ª emociones, centrar el trabajo m¨¢s en el di¨¢logo, en el desahogo y en el desarrollo personal, m¨¢s que en lo acad¨¦mico. Si en un centro escolar tenemos prisa, en la calle los j¨®venes tendr¨¢n prisa y har¨¢n las cosas sin pensar. Si no ponemos en palabras lo que les pasa, lo que han vivido, lo que buscan y no lo trabajamos dej¨¢ndolo en un rinc¨®n porque lo importante es seguir el ritmo fren¨¦tico que nos hemos impuesto, ese rinc¨®n estallar¨¢ y nos encontraremos con lo que ya estamos viviendo.
M¨¢s ejemplos. En los ¨²ltimos tiempos hemos visto c¨®mo se grababan unos a otros, tanto en agresiones multitudinarias en la que golpeaban y zarandeaban a un joven hasta dejarlo al borde de la muerte, en Amorebieta, como dando palizas en plena calle a otros menores para cumplir con un supuesto reto viral consistente en ¡°cazar al pijo¡± e incluso asaltando un establecimiento en tropel mientras agred¨ªan y vejaban a un empleado, sin dejar de re¨ªrse ni, por supuesto, de grabar todo lo que all¨ª ocurr¨ªa.
?Se sienten impunes? Es una de las primeras reacciones que nos surgen al conocer hechos de este tipo, quiz¨¢s porque resulte sorprendente que, en sus ansias por registrar y compartir el delito, como si de un juego m¨¢s se tratase, no parecen ser conscientes de que esa grabaci¨®n ser¨¢ a su vez la principal prueba de cargo que habr¨¢ contra ellos. Es el rastro visual que dejan de su comportamiento denigrante. ¡°Por ello se hace preciso seguir trabajando con los j¨®venes, desde todos los ¨¢mbitos, pero especialmente el educativo y social, en aras a lograr una mejor y mayor comprensi¨®n de los riesgos de un inadecuado y excesivamente temprano uso de las nuevas tecnolog¨ªas y las redes sociales, as¨ª como de las consecuencias de algunas conductas, que pueden resultar especialmente da?inas para las v¨ªctimas¡±, apuntan desde la Fiscal¨ªa de Madrid. ?Tiene que quedar la pelota en el tejado de padres y educadores? Quiz¨¢s no toda la pelota, pero una parte s¨ª.
Todos estos menores escolarizados pasan diariamente por un centro escolar en el que debe ser clave darles voz y dar valor a una serie de aprendizajes sociales que faciliten la convivencia en vez de pensar que ¡°eso ya se aprende en casa¡±.
La pregunta, por tanto, es: ?es la educaci¨®n competencia solo de padres y madres? ?Qui¨¦n debe tener la autoridad ¨²ltima para reconducir las conductas delictivas? Seg¨²n el Ayuntamiento de Madrid, al menos en el caso de menores identificados en botellones, hay que pasar a la acci¨®n y abrirles expedientes informativos destinados a la Comisi¨®n de Tutela del Menor de la Comunidad de Madrid, con lo que se judicializar¨¢n estas conductas. Creen que es necesaria la intervenci¨®n de las autoridades para controlar un problema social.
Sin embargo, si llevamos este tipo de problemas a la norma, al castigo, a la sanci¨®n, lo normal es que si no hay un trabajo de reflexi¨®n, de reinserci¨®n y de acompa?amiento volvamos de nuevo a la casilla de salida con el handicap de que si no generamos en ellos y ellas una reflexi¨®n antes de actuar, algo que les pare, que les centre, repetir¨¢n e incluso subir¨¢n el nivel del delito.
Y si encima seguimos echando balones fuera, si seguimos hablando de MENAS, de extranjeros, de inmigrantes, seguiremos fallando en el diagn¨®stico pues como se?ala la fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra: ¡°Hacer botell¨®n es ilegal, pero no es un delito, as¨ª que cuando se les identifique hay que mandarlos a sus padres, no a la Fiscal¨ªa de menores. Todos los que nos llegaron son espa?oles y tienen padres con patria potestad para hacerse cargo de ellos. No hab¨ªa ning¨²n menor extranjero no acompa?ado¡±, pidiendo adem¨¢s la representante del Ministerio P¨²blico que no se judicialice un ¡°problema social¡±.
Si dejamos la educaci¨®n en manos de la ley, si seguimos pensando que la culpa es de otro, si decimos que en el cole se ense?a y no se educa, que eso de educar se hace en casa, y si esperamos a que sean otros quienes nos resuelvan el problema de ese tipo de conductas delictivas no solo no parar¨¢n, es m¨¢s, aumentar¨¢n mientras nos echamos la culpa los unos a los otros con una venda en los ojos ?Es esta la nueva normalidad que queremos?
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