D¨ªa Internacional de la Familia: 10 claves para educar a un hijo adolescente
La adolescencia es sin duda la etapa educativa en la que nuestros hijos necesitan de nosotros nuestra mejor versi¨®n, transmiti¨¦ndoles que les queremos sin l¨ªmites o condiciones
Le miras y te cuesta aceptar que haya crecido tanto y tan r¨¢pido. Recuerdas cuando de peque?o deseabas que creciese r¨¢pido para poder descansar. Ahora te gustar¨ªa parar el tiempo para volver a tenerlo en tus brazos como cuando era un beb¨¦. Echas de menos que te pida que juegues con ¨¦l, que le ayudes con las tareas escolares, que te necesite para hacer las cosas. Que quiera hacer planes contigo o le apetezca pasar el tiempo libre juntos.
Qu¨¦ dif¨ªcil es sentir que te quiera y te necesite de forma distinta, hacer frente a sus salidas de tono, su rebeld¨ªa, sus malas contestaciones. Aceptar que su grupo de amigos ahora sea su cobijo, que quiera hacer las cosas a su manera, que piense de forma tan diferente a ti. Aquel chico cari?oso y comunicativo al que le gustaba explicarte todo lo que hab¨ªa aprendido en el colegio ahora se muestra, en muchas ocasiones, irascible y reservado y pasa muchas horas encerrado en su habitaci¨®n escuchando m¨²sica, viendo series o absorto con su m¨®vil.
Un volc¨¢n en erupci¨®n que explota sin una raz¨®n aparente, que muestra dificultades para gestionar la frustraci¨®n y piensa que el mundo conspira contra ¨¦l. Que explora constantemente nuevos l¨ªmites, que intenta saltarse normas porque muchas de ellas no las entiende y que siente que el mundo gira en contra de ¨¦l. Un joven al que le cuesta mucho aceptar sus errores, que est¨¢ inmerso en un caos de cambios y vive en una vor¨¢gine de dudas y contradicciones. Con variaciones de humor constantes, con poca capacidad para la autocr¨ªtica, que vive entre la euforia y el catastrofismo absoluto.
Una ¨¦poca de sana desobediencia, de numerosos aprendizajes, de b¨²squeda de nuevos l¨ªmites. De vulnerabilidad y fuerza a igual medida, de impulsividad y egocentrismo en estado puro. Una etapa centrada en la construcci¨®n de una nueva identidad, de la b¨²squeda de un ¡°nuevo yo¡±.
La adolescencia en sin duda la etapa educativa m¨¢s dif¨ªcil de acompa?ar. Una tarea ardua, repleta de retos diarios, de estrategias por aprender. En la que los conflictos se entrelazan sin saber muy bien por qu¨¦ y los tiempos de calma se echan a faltar. Discusiones que nos llenan de culpabilidad, de preocupaci¨®n e impotencia. No es nada f¨¢cil entender por qu¨¦ nuestros hijos adolescentes, en ocasiones se muestran tan inestables o irreverentes. Aceptar que necesiten volar fuera del nido, que quieran llevar las riendas de su vida y decidir c¨®mo quiere moverse por el mundo. No es nada f¨¢cil acompa?ar desde la tranquilidad a alguien que a veces no muestra inter¨¦s por aquello que le decimos, que parece que busque el conflicto constantemente, que vive entre extremos.
Como dec¨ªa Robert Louis Stevenson en boca de su personaje el Dr. Henry Jekyll, ¡°Qui¨¦reme cuando menos lo merezco porque es cuando m¨¢s lo necesito¡±, frase que resume de manera muy oportuna lo que nuestros hijos adolescentes necesitan de nosotros en esta etapa. Adultos que miren la adolescencia con respeto, cari?o y empat¨ªa, abandonando los patrones adultistas. Que no repitan constantemente las cosas, que est¨¦n de buen humor y tengan mucho sentido com¨²n. Que conf¨ªen en ellos, que entiendan que es una etapa de provisionalidades, avances y retrocesos, de descubrimientos continuos no siempre f¨¢cil de gestionar. Mam¨¢s y pap¨¢s que les acompa?en sin condici¨®n aunque haya d¨ªas que resulte muy complejo, que eduquen con firmeza y amabilidad en la responsabilidad y el esfuerzo. Que les ofrezcan seguridad y calidez. Que entiendan la fragilidad y vulnerabilidad por la que est¨¢n pasando y les ayuden a poner orden al caos que en ocasiones les invade.
?C¨®mo se educa a un adolescente?
- 1. Conociendo las caracter¨ªsticas propias de la etapa educativa. Conocer la metamorfosis de cambios (f¨ªsicos, psicol¨®gicos y sociales) por los que nuestros hijos est¨¢n pasando nos permitir¨¢ entender sus comportamientos para poder ofrecerlos la ayuda que necesitan.
- 2. Con grandes dosis de comprensi¨®n, paciencia y confianza. Ofreci¨¦ndoles tiempo para aprender y oportunidades para errar sin sentirse cuestionados.
- 3. Haci¨¦ndoles sentir que conectamos con lo que sienten y necesitan. Mostrando inter¨¦s por sus preocupaciones, inquietudes, dando importancia a sus preocupaciones o deseos.
- 4. Acompa?¨¢ndoles desde la calma y el respeto mutuo. Habl¨¢ndoles con ganas de entendernos, eliminando los gritos y sermones, las etiquetas, los reproches o los mensajes contradictorios que tanto da?an el v¨ªnculo.
- 5. Ayud¨¢ndoles a construir una autoestima y autoconcepto s¨®lido, ense?¨¢ndoles a mirarse al espejo con respeto y sin miedo. Resaltando todas las virtudes que poseen e incit¨¢ndoles a aceptarse tal y como son, valorando sus fortalezas y buscando respuesta a sus dificultades.
- 6. Aceptando que los conflictos en esta etapa son inevitables, que hay que aprender a seleccionarlos y a buscar las soluciones desde el an¨¢lisis profundo, el cari?o y la empat¨ªa.
- 7. Entendiendo que su grupo de amigos es ahora su fuente de seguridad, comprensi¨®n y apoyo. Amigos que necesita tenerlos siempre cerca para poder crear su nueva identidad y definir sus propios valores.
- 8. Utilizando una comunicaci¨®n no violenta, un lenguaje lleno de respeto y grandes dosis de afectividad. Practicando la escucha activa, eliminando los gritos o acusaciones, abriendo canales de comunicaci¨®n diariamente buscando los momentos m¨¢s oportunos.
- 9. Ense?¨¢ndoles a reconocer, analizar y gestionar las emociones, ayud¨¢ndoles a modularlas y a darles respuesta, validando todo aquello que sienten.
- 10. Consensuando normas, flexibilizando l¨ªmites, estableciendo consecuencias naturales y l¨®gicas. Buscando el equilibrio entre la permisividad y la sobreprotecci¨®n.
La adolescencia es sin duda la etapa educativa en la que nuestros hijos necesitan de nosotros ¡°nuestra mejor versi¨®n¡± transmiti¨¦ndoles que les queremos sin l¨ªmites o condiciones. Que nos mostremos serenos, disponibles, que busquemos espacios para compartir temores y confidencias, que entendamos que muchas de sus conductas est¨¢n asociadas a sus emociones poco moduladas.
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