Parir en el agua: una opci¨®n infrautilizada en Espa?a, pero igual de segura para madre y beb¨¦

Nico, el hijo de Celia Padilla, naci¨® el 15 de enero de 2024 en el Hospital Vithas Aravaca de Madrid en un parto en el agua. La idea de Celia no era esa, pero meses despu¨¦s de dar a luz confiesa que hoy no se le ocurre otra forma de recibir al beb¨¦ en el caso de un parto natural. ¡°En mi caso, estoy segura de que fue determinante para no ponerme la epidural, junto al acompa?amiento que tuve de mis matronas. La inmersi¨®n en agua caliente supuso un antes y un despu¨¦s en el parto. En el momento en el que me met¨ª en la ba?era sent¨ª paz, me alivi¨® tanto que fue el empuj¨®n que necesitaba para no ponerme la epidural y tener un parto natural¡±, recuerda.

Una situaci¨®n similar vivi¨® Claudia Peri Laviga durante el nacimiento hace cuatro a?os de su primer hijo, Samay, en la Casa de partos de la Fundaci¨® Hospital Sant Joan de D¨¦u de Martorell. ¡°Ten¨ªa claro que quer¨ªa parto natural, pero tambi¨¦n ten¨ªa muy claro que no quer¨ªa parto en el agua¡±, confiesa. Pese a sus reticencias iniciales y tras utilizar otras herramientas para la gesti¨®n del dolor (pelotas, telas, bolsas de agua caliente¡­), tras la recomendaci¨®n de la matrona entr¨® en el agua. ¡°Fue como renacer, se me calm¨® todo un mont¨®n. Segu¨ªa teniendo contracciones, claro, pero todo era mucho m¨¢s llevadero¡±, recuerda. Aunque la matrona le ofreci¨® salir del agua para el expulsivo, ella no pens¨® en hacerlo en ning¨²n momento. ¡°El expulsivo fue rapid¨ªsimo, lo tengo grabado. La experiencia fue muy positiva. Y m¨¢s porque yo de entrada ten¨ªa una negaci¨®n muy grande y no me imagin¨¦ para nada que pod¨ªa ser una experiencia tan rica. Me fue tan bien que con mi segunda hija para m¨ª fue inconcebible parir fuera del agua¡±, reflexiona.

Como apunta la ginec¨®loga Charo Quintana, miembro del Observatorio de Violencia Obst¨¦trica de Espa?a, organizaci¨®n que trabaja para conseguir una maternidad libre de violencia y discriminaci¨®n, hace tiempo que existe evidencia ¡°suficientemente robusta¡± sobre las ventajas del uso de la hidroterapia durante el periodo de dilataci¨®n en mujeres sin contraindicaciones. Entre esas ventajas est¨¢n: aumento de la movilidad y del confort gracias a la flotabilidad, mayor sensaci¨®n de control sobre el proceso del parto, alivio del dolor, disminuci¨®n de la necesidad de analgesia epidural, aumento de la secreci¨®n end¨®gena de oxitocina como resultado de una mayor relajaci¨®n, reducci¨®n del tiempo de dilataci¨®n y aumento de la satisfacci¨®n materna.

Pese a ello, solo el 16% de los hospitales con servicio de obstetricia (46 de un total de 278) del Sistema Nacional de Salud informa disponer de ba?era en el ¨¢rea de partos en el informe de OSTEBA de 2022 Inmersi¨®n en el agua durante el parto. De esos 46, el 100% ofrec¨ªa la ba?era en la fase de dilataci¨®n, pero las reticencias de los profesionales fueron mayores para la fase de expulsivo. Solo uno de cada tres centros con ba?era permit¨ªa el parto en el agua, pese a que, como insiste Quintana, varios estudios han demostrado tambi¨¦n diversos beneficios. Entre ellos est¨¢n: una menor tasa de desgarros perineales, una menor tasa de episiotom¨ªas, una reducci¨®n de la duraci¨®n del expulsivo, una menor incidencia de hemorragia postparto y de ingresos de los reci¨¦n nacidos en unidades neonatales. ¡°El problema en Espa?a no son las incertidumbres sobre el beneficio/riesgo de parir en el agua, sino las poderos¨ªsimas inercias y resistencias profesionales e institucionales al cambio y a la introducci¨®n de tecnolog¨ªa desmedicalizadora¡±, sostiene la ginec¨®loga.

Precisamente, el documento de Consenso sobre la Atenci¨®n al Parto en el Agua de la Sociedad Espa?ola de Neonatolog¨ªa y de la Secci¨®n de Medicina Perinatal de la Sociedad Espa?ola de Obstetricia y Ginecolog¨ªa, publicado en 2015, conclu¨ªa que ¡°la seguridad y eficacia de la atenci¨®n al parto en el agua durante el expulsivo no est¨¢ establecida, ni para las madres ni para los reci¨¦n nacidos¡±. Un posicionamiento que podr¨ªa obligar a cambiar un amplio estudio liderado por investigadoras de la Universidad de Cardiff y publicado el pasado 10 de junio en el British Journal of Obstetrics and Gynaecology. Titulado Maternal and neonatal outcomes among spontaneous vaginal births occurring in or out of water following intrapartum water immersion: The POOL cohort study (Resultados maternos y neonatales en nacimiento vaginales espont¨¢neos dentro o fuera del agua, tras una inmersi¨®n intraparto: el estudio de cohorte de grupo, por su traducci¨®n al espa?ol), tras analizar entre 2015 y 2022 m¨¢s de 73.000 partos de bajo riesgo en los que se utiliz¨® una piscina ha concluido que parir en el agua no implica m¨¢s riesgos para la madre ni para el beb¨¦ que hacerlo fuera del agua. ¡°En los ¨²ltimos a?os, se han realizado otros estudios sobre partos en el agua y la mayor¨ªa ha encontrado resultados similares a los nuestros. Lo que difiere de nuestro estudio es el tama?o. Consideramos que aporta la evidencia necesaria para que NICE (siglas del National Institute for Health and Care Excellence) en el Reino Unido y organizaciones profesionales en otros pa¨ªses apoyen los partos en el agua para mujeres con embarazos saludables y partos sin complicaciones¡±, subraya a EL PA?S Julia Sanders, autora principal de la investigaci¨®n.

Se estima que en el Reino Unido, pa¨ªs de referencia para muchas matronas y ginec¨®logas espa?olas por el amplio abanico de opciones en la atenci¨®n al parto y al nacimiento con el que cuentan las mujeres, un 10% de las madres (alrededor de 60.000 al a?o) utilizan la piscina para dar a luz. En Inglaterra, en el hospital Leeds General Infirmary, pari¨® hace dos a?os a su segundo hijo Nuria Otermin M¨¢rquez. Nuria cuenta por tel¨¦fono que el suyo fue un parto r¨¢pido. Ya con una dilataci¨®n de siete cent¨ªmetros y unas contracciones cada vez m¨¢s intensas, entr¨® en la ba?era de una suite de nacimiento situada dentro del hospital a las doce y media de la noche. ¡°Fue la sensaci¨®n m¨¢s maravillosa que me podr¨ªa haber imaginado estando de parto. Dej¨¦ de sufrir al momento, estaba flotando, sin dolor, alucinando¡±, rememora. Media hora despu¨¦s ya ten¨ªa a su hijo en brazos: ¡°El agua me relaj¨® tant¨ªsimo que los ¨²ltimos cent¨ªmetros de dilataci¨®n fueron un paseo, cuatro contracciones gordas y cuatro empujones. Notar que sal¨ªa por s¨ª solo, con mi ¨²nica ayuda, fue alucinante, absolutamente maravilloso¡±.

¡°Existe una demanda creciente por parte de la poblaci¨®n y de colectivos profesionales de una atenci¨®n basada en el respeto de la fisiolog¨ªa del parto, con una m¨ªnima intervenci¨®n obst¨¦trica¡±, sostiene Imma Cots, matrona del servicio de Ginecolog¨ªa y Obstetricia del Hospital Universitari Parc Taul¨ª de Sabadell. La experta, en ese sentido y a ra¨ªz de los resultados del estudio brit¨¢nico, defiende la necesidad de elaborar un nuevo documento de consenso por parte de las Sociedades Cient¨ªficas de Pediatr¨ªa, Matronas y Obstetras respecto al parto en el agua: ¡°Necesitamos un protocolo homog¨¦neo basado en la nueva evidencia cient¨ªfica, siguiendo rigurosamente los criterios de inclusi¨®n y exclusi¨®n, con profesionales bien formados y recursos humanos y materiales adecuados para garantizar una atenci¨®n de calidad y segura tanto a las madres como a sus beb¨¦s¡±.

Su opini¨®n la comparte Quintana, aunque ella se muestra pesimista al respecto, ya que considera que vivimos en un sistema ¡°tendente a impulsar tecnolog¨ªa muy medicalizadora y, sin embargo, muy renuente a implantar otro tipo de pr¨¢cticas y procedimientos m¨¢s fisiol¨®gicos y menos medicalizados¡±. ¡°Teniendo en cuenta que hace tiempo no se pone en discusi¨®n la seguridad materna ni fetal de la dilataci¨®n en el agua para mujeres sanas con embarazos sin complicaciones, y que esto no ha servido para que la oferta de la ba?era como medio de analgesia y de mejora del confort materno y de su experiencia de parto se haya extendido, creo que estas nuevas evidencias sobre la seguridad de parir en el agua ser¨¢n igualmente deso¨ªdas por las Administraciones y los profesionales a menos que las mujeres y sus movimientos organizados hagan o¨ªr su voz¡±, se lamenta la ginec¨®loga.

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