Por qu¨¦ las notas de tu hijo adolescente no son tan importantes como crees
Presionarles demasiado es contraproducente, pero deben saber que un suspenso es un mal resultado
Junto con la Navidad, por estas fechas llegan de manera irremisible las calificaciones de la primera evaluaci¨®n del curso de nuestros adolescentes. Unas primeras notas que nos ayudan a hacernos a la idea de c¨®mo ha ido este primer trimestre. Algo que, incluso trat¨¢ndose del alumno o alumna m¨¢s responsable y aplicado del centro de estudios, puede suponer alguna que otra sorpresa, sobre todo desde que inician la ESO.
Aunque es evidente que las notas nos sirven a los padres de orientaci¨®n sobre c¨®mo les va a nuestros hijos, los expertos no aconsejan que nos ci?amos a estos resultados para ...
Junto con la Navidad, por estas fechas llegan de manera irremisible las calificaciones de la primera evaluaci¨®n del curso de nuestros adolescentes. Unas primeras notas que nos ayudan a hacernos a la idea de c¨®mo ha ido este primer trimestre. Algo que, incluso trat¨¢ndose del alumno o alumna m¨¢s responsable y aplicado del centro de estudios, puede suponer alguna que otra sorpresa, sobre todo desde que inician la ESO.
Aunque es evidente que las notas nos sirven a los padres de orientaci¨®n sobre c¨®mo les va a nuestros hijos, los expertos no aconsejan que nos ci?amos a estos resultados para valorar su trabajo. Ni sus capacidades. Ser¨ªa demasiado simple y si por algo se caracterizan la educaci¨®n y la crianza no es precisamente la simplicidad. Lo explica Ana Couto, pedagoga y creadora del programa Estudiar con sentido: ¡°Las notas rara vez reflejan realmente el proceso de cada alumno. A veces hay notas muy buenas sin ning¨²n tipo de esfuerzo; y otras veces hay notas muy malas con much¨ªsimo esfuerzo. Si nos centramos solo en el resultado no podemos ver lo que le pasa a cada estudiante, qu¨¦ dificultad tiene, si la tiene; o qu¨¦ ayuda puede necesitar¡±.
La clave es el proceso, no el resultado
Couto hace una analog¨ªa entre las calificaciones y una foto, ¡°son una valoraci¨®n puntual, pero el proceso de estudio es m¨¢s bien como un video. Debemos fijarnos en sus esfuerzos, en su inter¨¦s y el empe?o que ponen, sin embargo, por encima de las notas est¨¢n las habilidades de vida: c¨®mo son como personas¡±. Y pone un ejemplo muy claro: ¡°Si tenemos un alumno de nota media de 7 que puede dar m¨¢s no obstante tiene una vida social muy saludable, le gusta pasar tiempo practicando su deporte, tiene intereses art¨ªsticos y actividades para desarrollarlos y no se agobia con los estudios, es mucho m¨¢s saludable que un alumno que se centre en el sobresaliente, incluso con agobios, y no desarrolle otros aspectos de su vida¡±, afirma la pedagoga.
La idea de enfadarnos o castigarles ante una mala nota tampoco es lo m¨¢s educativo. Bien al contrario, puede ser contraproducente, como indica Ana Isabel Manzanal, docente del M¨¢ster de Formaci¨®n del Profesorado de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR): ¡°Es clave evitar que una nota baja o un suspenso se viva como una tragedia y el alumno sienta que, de alguna manera, est¨¢ fracasando¡±. Y contin¨²a: ¡°Las notas escolares nos ofrecen informaci¨®n sobre nuestros hijos y representan un punto de partida para conversar con el adolescente para indagar sobre sus gustos, sus capacidades y sus planes de futuro, pero no deben bloquear nuestra comunicaci¨®n con ellos. El futuro acad¨¦mico no puede significar una sensaci¨®n de fracaso constante, sino un pretexto para hacerles entender el porqu¨¦ y para qu¨¦ de lo que estudian¡±. Y a?ade: ¡°Es preciso erradicar la idea de que los hijos obtendr¨¢n un mejor rendimiento acad¨¦mico si los padres ejercen una gran presi¨®n por hacer las tareas bien. Una actitud muy exigente genera ansiedad ante los ex¨¢menes y obsesi¨®n por las notas¡±, asegura Manzanal.
Lo que se aprende de un suspenso
La dificultad est¨¢ en encontrar ese punto medio en el que no le demos demasiada importancia a las notas, sin embargo, que tampoco parezca que no sirven de nada, porque s¨ª sirven, como afirma Aitor ?lvarez Bard¨®n, director del M¨¢ster en Neuropsicolog¨ªa y Educaci¨®n de la Universidad Internacional de La Rioja, ¡°a pesar de que hay una tendencia de algunas grandes empresas de virar hacia un modelo en el que la contrataci¨®n y el acceso al mundo laboral se basa, no tanto en el expediente acad¨¦mico sino por las competencias que demuestras, en la sociedad el expediente acad¨¦mico sigue teniendo mucha relevancia¡±. Es decir, que dar importancia a las notas s¨ª est¨¢ justificado. Entonces, ?c¨®mo lo hacemos?
Para empezar, hay que dejarles claro que un suspenso debe corregirse. Lo cuenta Ana Couto: ¡°Un 4 nunca es buen resultado y no debemos estar satisfechos con ¨¦l. Pero detr¨¢s de un suspenso siempre hay algo que lo explica. No es lo mismo que se haya bloqueado en el examen por los nervios que ni siquiera haya le¨ªdo el tema. Es m¨¢s importante que sean conscientes de lo que ha pasado y ellos mismos puedan decidir c¨®mo solucionarlo o c¨®mo verificarlo¡±. Es decir, si deben aprender a relajarse o sencillamente dedicarle m¨¢s esfuerzo a esa asignatura o, en caso de que sea posible, ponerles un refuerzo.
Es importante dejarles hablar
Como siempre, la clave est¨¢ en la comunicaci¨®n. Por eso, la profesora del M¨¢ster de Formaci¨®n del Profesorado aconseja ¡°conversar tranquilamente con nuestro hijo sobre su trabajo para identificar los motivos de sus malas notas sin hacerles sentir fracasados. Por eso, es imprescindible primero escuchar atentamente las dificultades que ha encontrado¡±. Couto a?ade: ¡°Debemos preguntarles cu¨¢l es su objetivo, con qu¨¦ nota se sentir¨ªan orgullosos, algunos con un 5 tienen bastante; otros se desmoronan con un 8. Pero es interesante que desarrollen su propio criterio¡±.
Esa es una clave fundamental que la pedagoga pone en pr¨¢ctica con los estudiantes que acompa?a: ¡°Les pido que no estudien para satisfacer a nadie, sino que trabajen para ellos mismos, para crear su conocimiento, su cultura general. Veo en mis sesiones que el estudio est¨¢ totalmente desvinculado del aprendizaje. Estudian para los ex¨¢menes y no para aprender. Y as¨ª se desvirt¨²a todo, pierden toda motivaci¨®n y dejan de implicarse¡±. Recuperar la ilusi¨®n es posible si la raz¨®n de su esfuerzo es encontrarse satisfechos con lo que consiguen independiente de la valoraci¨®n que obtengan desde fuera. ¡°Cuando lo hacen para ellos se esfuerzan mucho m¨¢s y buscan con m¨¢s eficacia esos buenos resultados¡±. No hay nada que motive m¨¢s que entender de lo que son capaces de hacer.
Adolescentes con ansiedad a las notas
La presión de los padres o la suya propia a menudo acarrea ansiedad. Un problema muy grave a juicio de Ana Couto porque “normalizan la ansiedad como estrategia para afrontar la vida. Está bien que quieran mejorar, pero cuando está presente la ansiedad hay que pedir ayuda por las consecuencias que tiene, en el presente, pero sobre todo hacia el futuro”. Tanto es así que afirma que profesionalmente es más difícil acompañar a estudiantes con altas calificaciones y mucha ansiedad que a aquellos que suspenden porque carecen de hábitos de estudio.
En cualquier caso, lo adecuado es ofrecerles alternativas más acordes con su estilo de aprendizaje: “Cada persona aprende de una forma diferente y por eso necesitan técnicas de estudio en sintonía con su forma de aprender”. Encontrar la técnica adecuada ahorra tiempo y esfuerzo y les facilita seguridad y confianza en sí mismos.
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