Lo que esconden las malas notas de tu hijo
Cuando el ni?o no obtiene buenas calificaciones escolares conviene motivarle en sus estudios y evitar presionarle o ponerle etiquetas como 'El rey de los suspensos'
El expediente acad¨¦mico plagado de suspensos de un ni?o puede crear tensi¨®n en el hogar y presi¨®n en el alumno que no obtiene buenas notas. Pero, ?hasta qu¨¦ punto priorizamos los padres las calificaciones escolares frente a cuestiones como la felicidad y estabilidad emocional de nuestros hijos? Conviene ¡°preguntarnos qu¨¦ esperamos de nuestro hijo y si nuestras expectativas son m¨¢s altas de lo que debieran en relaci¨®n con su capacidad. Es aconsejable medir ese nivel de exigencia, siendo conscientes del rendimiento real y de qu¨¦ resultados podemos esperar. Las etiquetas, evidentemente, afectan. Si le decimos siempre al ni?o no vales, siempre suspendes, lo m¨¢s probable es que se lo crea y que disminuyan las ganas de querer probar lo contrario, porque disminuye su motivaci¨®n para estudiar¡±, comenta Gema Jos¨¦ Moreno, psic¨®loga.
Los comentarios peyorativos con respecto al rendimiento acad¨¦mico de un ni?o o joven, como la de El rey de los suspensos, deber¨ªan evitarse a toda costa. ¡°Hay m¨²ltiples factores que afectan al rendimiento de un estudiante, como la pereza, la falta de inter¨¦s o la ausencia de motivaci¨®n, las dificultades de aprendizaje o cuestiones emocionales, como la baja autoestima, as¨ª como no tener h¨¢bitos de estudio, sue?o y alimentaci¨®n adecuados. La sobrecarga de actividad en estos tiempos es un hecho real que es dif¨ªcil de gestionar. La conciliaci¨®n laboral es un tema de inter¨¦s y aunque se est¨¢n generando cambios, a¨²n no est¨¢n establecidas facilidades que ayudar¨ªan a evitar sobrecarga en los horarios de los adultos, que no siempre pueden recoger a sus hijos a la salida del colegio, por lo que tiene que quedarse en alguna actividad extraescolar. A eso, le sumamos los deberes y tareas que los ni?os tienen que realizar en casa. Entonces, ?de cu¨¢nto tiempo de descanso, juego y distracci¨®n dispone mi hijo en el d¨ªa a d¨ªa?¡±, se pregunta Gema Jos¨¦ Moreno.
Por otro lado, evitar hacer un mundo de un suspenso ¡°ayuda a que el ni?o o adolescente no lo viva como una tragedia y que no sienta que, de alguna manera, nos est¨¢ fallando. Conviene darles estrategias para crecer y poder solventar los problemas que conllevan el suspenso, como la frustraci¨®n, el desconsuelo o el sentimiento de no ser. Tambi¨¦n hay que recordar que somos modelos para nuestros hijos y que de la forma en que afrontemos esta situaci¨®n, desencadenar¨¢ o no una serie de conductas diferentes en funci¨®n de nuestra actitud¡±, recuerda Gema Jos¨¦ Moreno, que plantea varias recomendaciones para los padres, como:
- El aprendizaje y el establecimiento de unos h¨¢bitos de estudio, sue?o y alimentaci¨®n adecuados.
- La comunicaci¨®n con los hijos para averiguar los posibles problemas por los que las notas no son las esperadas.
- Mantener una estrecha interacci¨®n con el centro escolar. Los tutores y profesores son educadores y conocen aspectos importantes de nuestros hijos que ayudar¨¢n a descubrir las causas de que los resultados acad¨¦micos no sean satisfactorios.
- Ser conscientes de las limitaciones y talentos de nuestros hijos.
- Motivarles para que sea sientan orgullosos de su esfuerzo y no solo del resultado.
- Valorar el esfuerzo que hace el ni?o, independientemente del resultado obtenido.
- Analizar con el ni?o, tras un suspenso, qu¨¦ quer¨ªa conseguir y c¨®mo se ha organizado para lograrlo. Valorar si necesita ayuda extra para comprender algunos aspectos te¨®ricos o pr¨¢cticos de lo estudiado en clase.
Los ni?os que suspenden no son la excepci¨®n. El fracaso escolar y abandono de los estudios en Espa?a ha sido, seg¨²n los ¨²ltimos datos del Ministerio de Educaci¨®n de un 17,9% de la poblaci¨®n estudiantil. Pero, ?qu¨¦ ocurre en las aulas para que los alumnos no avancen a buen ritmo con las asignaturas? ¡°El desinter¨¦s del alumnado por aprender, porque son pocas las cosas que les motivan. Muchas veces, su mayor inter¨¦s est¨¢ en las redes sociales, que es una especie de universo paralelo donde ellos viven gran parte del tiempo. Un gran n¨²mero de adolescentes est¨¢n enganchados a ese mundo virtual y ya no tienen tiempo de estudiar, ni de hacer deberes, ni casi de dormir. Es frecuente, que lleguen a clase cansados y con ojeras y que confiesen haber pasado parte de la noche conectados¡±, destaca Carmen Cabestany, profesora de instituto y presidenta de la asociaci¨®n No al Acoso Escolar (NACE).
Otros factores que influyen en los resultados acad¨¦micos de nuestros hijos son ¡°la falta de esfuerzo, porque no est¨¢n acostumbrados a luchar por aquello que quieren conseguir. Tambi¨¦n influye la excesiva permisividad de padres y docentes. A los adultos, cada vez nos cuesta m¨¢s ser coherentes y premiar lo que nuestros hijos y alumnos hacen bien y corregir aquello que hacen mal. Probablemente, tambi¨¦n haya que reconocer que tenemos un sistema educativo poco motivador y trasnochado, m¨¢s propio del siglo XIX que del XXI. Todos los alumnos deben estudiar y aprobar lo mismo, independientemente de los intereses o habilidades de cada uno. Las metodolog¨ªas, en muchos casos, est¨¢n desfasadas y la educaci¨®n emocional y cr¨ªtica brilla por su ausencia¡±, a?ade, Carmen Cabestany.
La actitud de los profesores resulta fundamental para que haya menos suspensos en las aulas. ¡°Hay grandes profesionales, pero no todos son docentes por vocaci¨®n. Por tanto, hay que cambiar urgentemente el sistema de acceso del profesorado. Saberte ochenta temas para aprobar una oposici¨®n no es garant¨ªa de estar capacitado para acompa?ar a ni?os y j¨®venes en su formaci¨®n; suscribir el ideario de un colegio, tampoco. Los ni?os necesitan profesores con coraz¨®n¡±, concluye Cabestany.
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