La identificaci¨®n de uno de los 43 estudiantes de Ayotzinapa tumba la versi¨®n hist¨®rica del PRI
La fiscal¨ªa halla restos de Christian Rodr¨ªguez cerca de Iguala, en un lugar que los responsables de la investigaci¨®n durante el Gobierno de Pe?a Nieto descartaron
Desde?ada por las familias de los 43, sus abogados y los equipos independientes de investigaci¨®n que han estudiado el caso Ayotzinapa desde 2014, la versi¨®n de lo ocurrido que dio el Gobierno del PRI ha quedado definitivamente sepultada. La ciencia ha acabado de desbaratar la narrativa que pretendi¨® imponer el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto hace ya casi seis a?os. Los estudiantes no murieron asesinados en...
Desde?ada por las familias de los 43, sus abogados y los equipos independientes de investigaci¨®n que han estudiado el caso Ayotzinapa desde 2014, la versi¨®n de lo ocurrido que dio el Gobierno del PRI ha quedado definitivamente sepultada. La ciencia ha acabado de desbaratar la narrativa que pretendi¨® imponer el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto hace ya casi seis a?os. Los estudiantes no murieron asesinados en el basurero de Cocula, al menos no todos. Este martes, la fiscal¨ªa especial del caso ha revelado que uno de los restos hallados en noviembre pasado, en un lugar diferente del basurero, perteneci¨® en vida a Christian Alfonso Rodr¨ªguez, uno de los 43.
Pasadas las 14.00, hora de Ciudad de M¨¦xico, Omar G¨®mez Trejo, titular de la Unidad Especial de Investigaci¨®n y Litigaci¨®n para el Caso Ayotzinapa, ha informado del hallazgo en un mensaje virtual divulgado a trav¨¦s de las cuentas de redes sociales de la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica. ¡°Esta identificaci¨®n rompe con la narrativa de una mentira que cerr¨® posibilidades de buscar. Hoy les decimos a las familias que la b¨²squeda de sus hijos seguir¨¢¡±, ha dicho. G¨®mez ha informado adem¨¢s de que la fiscal¨ªa mandar¨¢ a analizar nuevos restos al laboratorio de Innsbruck, en Austria.
Mientras esto suced¨ªa, las familias de los 43 se reun¨ªan con el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, en Ciudad de M¨¦xico. Encinas les ha informado del hallazgo, aunque muchos ya sab¨ªan algo, pues la fiscal¨ªa de G¨®mez comunic¨® a los padres de Rodr¨ªguez su identificaci¨®n hace unos d¨ªas. Despu¨¦s de la reuni¨®n, Encinas, que preside la comisi¨®n de investigaci¨®n auspiciada por el actual presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha dicho: ¡°La identificaci¨®n del estudiante genera las condiciones para esclarecer los hechos de esa lamentable noche¡±.
El fiscal G¨®mez ha explicado que el resto ¨®seo identificado fue hallado en noviembre en un paraje conocido como barranca de la carnicer¨ªa, que se encuentra a 800 metros del basurero de Cocula. En diciembre de 2014, varias unidades de la extinta Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica, PGR, entonces dirigida por Jes¨²s Murillo Karam, rastrearon el lugar, pero no encontraron nada. Entonces, las investigaciones del caso las encabezaba el titular de la Agencia de Investigaci¨®n Criminal de la PGR, Tom¨¢s Zer¨®n, hoy pr¨®fugo de la justicia.
El ataque contra los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa ocurri¨® entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en el municipio de Iguala, en el Estado de Guerrero. Un grupo de alumnos llegaron en la tarde del 26 a Iguala. Su versi¨®n siempre ha sido que viajaron al municipio a llevarse varios autobuses de l¨ªnea, para un posterior viaje que quer¨ªan hacer de la escuela a la Ciudad de M¨¦xico. Los estudiantes tomaron por la fuerza varios veh¨ªculos y buscaron la salida de Iguala, de vuelta a la escuela, como a tres horas de distancia.
Pero en la salida, un grupo de criminales coludidos con polic¨ªas de Iguala y otros municipios cercanos les atacaron. Fue en varios puntos, porque los autobuses que hab¨ªan tomado los estudiantes siguieron rutas de salida distintas. Los atacantes les cerraron el paso en una calle cerca del anillo perif¨¦rico, la avenida que rodea Iguala. Tambi¨¦n les interceptaron junto al Palacio de Justicia.
Fue una cacer¨ªa. El contubernio criminal-policial atac¨® a balazos a los estudiantes, como si fuera un ej¨¦rcito invasor y los estudiantes solo pudieron correr. Algunos quedaron muertos en Iguala, como Julio C¨¦sar Mondrag¨®n, asesinado a golpes durante la madrugada. Su cuerpo apareci¨® en un camino rural a las afueras del municipio al d¨ªa siguiente.
En total, seis personas murieron esa noche en Iguala durante el ataque. Los criminales desaparecieron adem¨¢s a 43 estudiantes, entre ellos a Christian Rodr¨ªguez, que entonces ten¨ªa 19 a?os. No est¨¢ claro de d¨®nde se llevaron los criminales al muchacho, si de la calle cercana al perif¨¦rico o del entorno del Palacio de Justicia. Ni siquiera la investigaci¨®n que hizo la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, mucho m¨¢s exhaustiva que la que present¨® en su d¨ªa la PGR, logr¨® establecer el lugar de donde se llevaron al joven.
Rodr¨ªguez es el segundo estudiante identificado hasta hoy. En 2014, el mismo laboratorio que ha analizado sus restos, radicado en la Universidad de Innsbruck identific¨® a otro estudiante, Alexander Mora. Luego, en septiembre de 2015, Innsbruck mand¨® resultados de los an¨¢lisis de otros restos que, dec¨ªan, podr¨ªan ser de otro estudiante, Jhosivani Guerrero, aunque no es una identificaci¨®n certera al 100%. En ambos casos, sus restos aparecieron, seg¨²n el equipo que entonces lideraba Tom¨¢s Zer¨®n, en el r¨ªo San Juan, muy cercano al basurero donde, dijeron, hab¨ªan asesinado y quemado a los estudiantes.
A medida que el ataque contra los estudiantes se convert¨ªa en una tormenta pol¨ªtica para el Gobierno de Pe?a Nieto, la PGR intervino el caso y desplaz¨® a la fiscal¨ªa estatal. Fue en octubre de 2014. Los investigadores detuvieron e interrogaron a decenas de personas, entre ellas presuntos integrantes de Guerreros Unidos, el grupo criminal que hab¨ªa coordinado el ataque. Los avances fueron r¨¢pidos y en noviembre, el procurador Murillo Karam apareci¨® ante los medios para dar cuenta de los resultados.
Murillo explic¨® que el ataque contra los estudiantes hab¨ªa sido ordenado por Guerreros Unidos, para ¡°defender su territorio¡±. Seg¨²n su versi¨®n, este grupo criminal pens¨® que los estudiantes eran en realidad integrantes de un grupo contrario o que, al menos, camuflaban a integrantes de un grupo contrario. A partir de las declaraciones de varios detenidos, Murillo cont¨® que polic¨ªas coludidos con Guerreros Unidos condujeron a los estudiantes al basurero de Cocula, no muy lejos de Iguala. All¨ª, los criminales mataron a los supervivientes de los ataques previos, juntaron los cad¨¢veres en una pira y les prendieron fuego. Luego, los mismos criminales habr¨ªan recogido los restos, los habr¨ªan triturado y colocado en bolsas de pl¨¢stico y luego los habr¨ªan tirado al r¨ªo San Juan.
En enero siguiente, Murillo y Zer¨®n comparecieron de nuevo, para ampliar lo que hab¨ªan dicho en noviembre. El n¨²cleo de su versi¨®n apenas vari¨®, pero s¨ª divulgaron los resultados de nuevos estudios que, a su juicio, probaba el gran fuego del basurero de Cocula.
Los meses siguientes fueron una pelea por el control del relato. Para el Gobierno del PRI y la PGR, la verdad era la que hab¨ªan contado. Para las familias y sus abogados, aquello dejaba demasiados interrogantes abiertos. La sociedad adem¨¢s estaba de su lado. M¨¦xico no hab¨ªa visto en a?os movilizaciones como las que se vieron en los meses posteriores a la desaparici¨®n de los 43. La presi¨®n era tanta que Pe?a Nieto accedi¨® a que un grupo de investigadores independientes, auspiciados por la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, hiciera sus propias pesquisas.
En diciembre de 2015, los investigadores independientes, conocidos en M¨¦xico como GIEI, dieron su veredicto: en Cocula no hab¨ªa habido un fuego aquella noche de las dimensiones necesarias para desintegrar a tantas personas. El debate estaba servido. Los expertos se?alaron adem¨¢s que era posible que parte de los detenidos hubieran sido torturados durante los interrogatorios. La poca confianza que las familias ten¨ªan en el Gobierno mengu¨®. Meses m¨¢s tarde, el GIEI denunci¨® que Tom¨¢s Zer¨®n y sus investigadores hab¨ªan incurrido en irregularidades durante sus primeras semanas a cargo de la investigaci¨®n. En octubre de 2104, denunci¨® el GIEI, Zer¨®n fue a la zona del basurero y el r¨ªo con uno de los detenidos, sin que aquella diligencia constara en el expediente. Aquel choque con Zer¨®n hizo incluso que las familias de los 43 dudaran sobre los hallazgos de restos de la PGR en el r¨ªo San Ju¨¢n.
Para entonces, mediados de 2016, Murillo ya hab¨ªa salido de la procuradur¨ªa. Zer¨®n lo har¨ªa meses m¨¢s tarde. En los dos a?os y medio que siguieron no hubo noticias nuevas acerca de la investigaci¨®n oficial. Pe?a Nieto no renov¨® el permiso para que el GIEI siguiera investigando y la confianza de las familias en el Estado era nula. En marzo de 2018, las sospechas de que los detenidos hab¨ªan sido torturados se confirmaron. La Oficina en M¨¦xico del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos public¨® un informe en que denunciaba que al menos 34 detenidos por el caso hab¨ªan sido torturados. La oficina del ombudsman lleg¨® a conclusiones parecidas meses m¨¢s tarde.
Cuando L¨®pez Obrador tom¨® posesi¨®n en diciembre de 2018, una de sus primeras medidas fue crear la comisi¨®n presidencial para esclarecer el caso Ayotzinapa. Puso a Encinas al cargo y estableci¨® reuniones con las familias cada mes. En la fiscal¨ªa, el nuevo titular, Alejandro Gertz, nombr¨® de fiscal especial para el caso a Omar G¨®mez, muy cercano a los integrantes del GIEI.
Desde entonces ha pasado a?o y medio. La identificaci¨®n de Christian Rodr¨ªguez es sin duda el mayor logro de la nueva Administraci¨®n. Sin embargo a¨²n quedan 40 estudiantes desaparecidos y una narrativa llena de agujeros. Si la versi¨®n que presentaron Murillo y Zer¨®n era falsa, si los 43 no fueron asesinados y quemados en el basurero de Cocula, entonces, ?cu¨¢l es la verdad?