La odisea de otro Ulises: de la violencia de Monterrey a la nostalgia en Nueva York
El director Fernando Fr¨ªas ha triunfado con ¡®Ya no estoy aqu¨ª¡¯, un filme que narra el impacto de la violencia y de la guerra contra el narco entre los j¨®venes mexicanos
Ulises se coloca los aud¨ªfonos. Su cuerpo comienza a moverse con suavidad, la cumbia rebajada lo aleja de todo, de ese horizonte recortado por rascacielos que marcan una frontera de desigualdad; de las casas construidas sobre la monta?a, a la deriva, hechas por la improvisaci¨®n y la necesidad. Est¨¢ como suspendido en una plataforma de concreto, sobre esas callejuelas que son las suyas, violentas, pero suyas. Cierra los ojos. Una suave brisa le mueve el cabello ocre. Quiero decirte hoy/ que ya no te quiero/ que ya no te extra?o. Se encorva, luego abre los brazos, baila haciendo un c¨ªrcul...
Ulises se coloca los aud¨ªfonos. Su cuerpo comienza a moverse con suavidad, la cumbia rebajada lo aleja de todo, de ese horizonte recortado por rascacielos que marcan una frontera de desigualdad; de las casas construidas sobre la monta?a, a la deriva, hechas por la improvisaci¨®n y la necesidad. Est¨¢ como suspendido en una plataforma de concreto, sobre esas callejuelas que son las suyas, violentas, pero suyas. Cierra los ojos. Una suave brisa le mueve el cabello ocre. Quiero decirte hoy/ que ya no te quiero/ que ya no te extra?o. Se encorva, luego abre los brazos, baila haciendo un c¨ªrculo. La m¨²sica se detiene y de su silencio emergen voces nerviosas, gritos, el sonido siniestro de las sirenas de las patrullas, el esc¨¢ndalo de la violencia impuesta por el Estado durante el Gobierno de Felipe Calder¨®n (2006-2012) y su guerra contra el crimen organizado. La escena sobrecoge, como la mayor parte de Ya no estoy aqu¨ª, la pel¨ªcula de Fernando Fr¨ªas que M¨¦xico ha recibido con un largo aplauso, la cr¨ªtica ha alabado y la Academia mexicana de cine ha colocado en su Olimpo, al otorgarle el domingo 10 premios Ariel. Un regalo visual en medio de la pandemia y de los recortes a la cultura, que amenazan con afectar la buena salud del cine mexicano.
Desde Nueva York, donde vive, Fr¨ªas disfruta este momento de gloria. ¡°?Imag¨ªnate! Estoy conmovido. Ha habido mucha calidez. Me siento satisfecho, no solo por mi pel¨ªcula, sino por lo que est¨¢ por venir y por el gran mensaje que significa que el p¨²blico mexicano est¨¢ listo para este contenido. Aqu¨ª hay una gran lecci¨®n, que adem¨¢s viene de una plataforma [Netflix]: que el p¨²blico mexicano puede ver estas pel¨ªculas y gustarles. Porque s¨¦ que es una pel¨ªcula de un ritmo est¨¢tico y al verse en plataforma compites con el tel¨¦fono, el timbre, con la gente que vive en tu casa. Es diferente a la experiencia de estar en una sala de cine y aun as¨ª la gente en M¨¦xico la abraz¨® de una manera impresionante. Esto trasciende a la pel¨ªcula en s¨ª misma y me quedo con la experiencia de este gran p¨²blico, de que, si se le muestra algo hecho con amor y respeto, ellos responden. Es un gran mensaje para los productores y los distribuidores, para la gente que decide qu¨¦ financiar, para que pongan atenci¨®n en esto¡±.
En el Festival de Cine de Morelia, donde la pel¨ªcula se present¨® el a?o pasado, el p¨²blico reaccion¨® con una larga ovaci¨®n. Fue un despegar grandioso para el filme, que, sin embargo, ha tenido que enfrentarse a un enemigo inesperado: la pandemia de la covid-19 y las medidas de contingencia tomadas por las autoridades, que incluyeron el cierre de salas de cine. Es por lo que para Fr¨ªas, los productores y el elenco ha sido tan importante que la pel¨ªcula se presentara en el cat¨¢logo de Netflix, donde se ha colado entre lo m¨¢s visto por el p¨²blico mexicano. El ¨¦xito ha sido tal que directores como Guillermo del Toro o actores como Gael Garc¨ªa Bernal se rindieran ante Ya no estoy aqu¨ª. ¡°Con el mundo en donde est¨¢, este espl¨¦ndido filme me hizo eco, me emocion¨®, me sacudi¨®, me hizo pensar y me provoc¨® profunda admiraci¨®n y respeto. Est¨¢ en Netflix y habla con fuerza y poder. Al chingadazo, sin rodeos y con hartos huevos¡±, escribi¨® Del Toro en su perfil de Twitter.
La pel¨ªcula sigue a Ulises (interpretado por el joven actor Juan Daniel Garc¨ªa) y sus amigos (Negra, Pekesillo, Chaparra y Sudadera) por las callejuelas de una barriada localizada en las afueras de Monterrey, ciudad industrial del noreste de M¨¦xico. El grupo, Los Terkos, ama la cumbia rebajada, un g¨¦nero que se caracteriza por el sonido m¨¢s lento de la cumbia tradicional colombiana. De hecho, la cultura urbana que ha nacido alrededor de esta m¨²sica fue conocida como Kolombia. Ulises y sus amigos participan en bailongos con sus atuendos tipo cholo: cabezas rapadas, pero con largas patillas, vistiendo pantalones cortos muy anchos y camisas de gran tama?o. Los chicos de vez en cuando comenten alg¨²n peque?o robo para conseguir dinero para su m¨²sica, pero lejos de la violencia que carcome a su barrio: el enfrentamiento entre carteles y la guerra sin cuartel del Estado contra el narcotr¨¢fico en tiempos del expresidente Calder¨®n. Una de las pandillas que se disputa el control del barrio comete una matanza contra integrantes de otra agrupaci¨®n y Ulises es testigo, por lo que lo amenazan a ¨¦l y su familia. Comienza entonces su odisea, un viaje huyendo hacia Nueva York, donde el desarraigo, el no saber ingl¨¦s, la falta de oportunidades y la nostalgia arrinconan al chico, de 17 a?os. Garc¨ªa gan¨® el premio Ariel a Revelaci¨®n actoral por su interpretaci¨®n de Ulises.
La importancia de la identidad, de la pertenencia, es uno de los grandes temas que recoge la cinta. ¡°La identidad tiene un rol muy espec¨ªfico, importante. Me acerqu¨¦ a la historia en un principio a trav¨¦s de la m¨²sica, cuando escuch¨¦ un disco de cumbia rebajada, all¨¢ por 2005. Me pareci¨® muy interesante. El choque cultural, los sincretismos, los movimientos culturales me parece que responden a algo, inherentemente son contestatarios. Y mientras m¨¢s investigaba, m¨¢s me adentraba, m¨¢s entend¨ªa qu¨¦ hab¨ªa detr¨¢s de estos atuendos, im¨¢genes, incluso de esta nostalgia en Monterrey. Es una ciudad industrial fundada por 12 familias, pero que se levant¨® con mano de obra de migrantes, que conectaron con la cumbia y el vallenato, particularmente con la m¨²sica que tiene acorde¨®n, porque este la voz del lamento. Las letras hablaban de extra?ar el ranchito, de volver a casa, todo muy nost¨¢lgico¡±, explica el director Fr¨ªas.
Fueron seis a?os largos de trabajo para poder terminar el proyecto. Fr¨ªas ley¨® investigaciones de antrop¨®logos como Dar¨ªo Blanco Arboleda ¡ªque hab¨ªa estudiado el movimiento Kolombia¡ªpara entender mejor este fen¨®meno social. No quer¨ªa verlo como se hab¨ªa visto desde los medios de comunicaci¨®n: como algo extravagante, una moda llamativa. ¡°Me hab¨ªa interesado mucho el tema de las pandillas de Monterrey por la m¨ªstica que conlleva, por los s¨ªmbolos, las alianzas, d¨®nde se toca con el narcotr¨¢fico, por eso hice una investiga muy extensa¡±, comenta Fr¨ªas. Asegura que el acercamiento a estas comunidades y a los j¨®venes fue una grata experiencia. ¡°Hubo una recepci¨®n muy buena. Cuando me preguntan c¨®mo fue que logr¨¦ entrar a estos barrios siento que esperan que cuente una historia oscura y eso no me gusta, porque no la hubo. Debemos empezar a dejar de ver a los otros como un bicho raro. Es cierto que a veces es un poco complicado, porque las situaciones de algunos chicos est¨¢n afectadas por la inestabilidad familiar, por una divisi¨®n. Pero al final se trata de comunicaci¨®n humana y si t¨² demuestras que tienes un genuino inter¨¦s en conocer sobre sus vidas para una posible representaci¨®n, con apertura, respeto, la enorme mayor¨ªa responde positivamente¡±, explica el director.
S¨ª hubo algunos inconvenientes a la hora de escoger el reparto. As¨ª lo recuerda: ¡°Hubo un par de decepciones, porque cuando encontraba a alguien que me parec¨ªa que podr¨ªa ser interesante, de repente desaparec¨ªa, pero entend¨ªa que no era una cuesti¨®n personal, de desinter¨¦s, sino que ten¨ªa una vida complicada¡±. Cuando en las audiciones particip¨® Juan Daniel Garc¨ªa, el principal problema del joven era que no sab¨ªa bailar la cumbia rebajada, porque ya no formaba parte tan activa de esa cultura debido a su juventud. Tuvo que prepararse muy bien, con la ayuda de su hermano mayor que s¨ª vivi¨® los momentos ¨¢lgidos del movimiento Kolombia, para lograr la interpretaci¨®n de Ulises. ¡°Es algo [este movimiento urbano] que vi escurrirse entre mis dedos mientras lo investigaba, cada d¨ªa hab¨ªa menos esto, porque la guerra en las drogas acab¨® con la vida en la calle tal y como ven¨ªa sucediendo. Ahora ya es otra cosa¡±, afirma Fr¨ªas.
Tanto el directo y el elenco disfrutan del enorme ¨¦xito de la pel¨ªcula y se involucran en nuevos proyectos. Fr¨ªas prepara la adaptaci¨®n de una novela del escritor mexicano Juan Pablo Villalobos: No voy a pedirle a nadie que me crea. Se nota entusiasmado, apasionado. Aunque sabe que son momentos dif¨ªciles para el cine mexicano, con el Congreso discutiendo un plan de ajuste que amenaza con la muerte a fondos p¨²blicos y fideicomisos que afectaran a la Cultura y de forma espec¨ªfica al cine. El domingo, durante la ceremonia de los premios Ariel, directores, productores y actores expresaron su temor ante estos recortes y lanzaron un grito de auxilio. ¡°La cultura no es territorio de unos cuantos, es un derecho que debe ser garantizado por el Estado¡±, dijo M¨®nica Lozano, presidenta de la Academia mexicana de cine. ¡°La cultura no debe pensarse como un gasto, no es un adorno, no es un bien prescindible. No somos los enemigos¡±, agreg¨®. Aunque parco, Fr¨ªas tambi¨¦n se pronuncia sobre el tema: ¡°Es muy triste. No deber¨ªan desaparecer los fidecomisos. Se ha venido trabajando muy bien, se pueden mejorar los modelos, pero es una pena que la cultura sea castigada¡±, dice. ¡°Es dif¨ªcil que haya una transformaci¨®n sin cultura¡±, agrega. El ¨¦xito de Ya no estoy aqu¨ª parece darle la raz¨®n.