Disfrazar a los muertos
M谷xico es un desfile interminable de civiles extintos, de casas enlutadas y sagrarios dolientes que arden todo el a?o
Estudi谷 la primaria en una escuela p迆blica federal y en los ya lejanos a?os ochenta. Por aquellos d赤as, a迆n rifaba el nacionalismo revolucionario en la educaci車n mexicana y una parte considerable de nuestra preparaci車n acad谷mica consist赤a en leer y o赤r hablar de los h谷roes patrios. Prueba de ello es que en el plantel se montaban altares de muertos cada 2 de noviembre, s赤, pero no hab赤a en ellos s赤mbolos religiosos (ni crucifijos, ni santos, ni v赤rgenes) o fotos familiares, sino solamente estamp...
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Estudi谷 la primaria en una escuela p迆blica federal y en los ya lejanos a?os ochenta. Por aquellos d赤as, a迆n rifaba el nacionalismo revolucionario en la educaci車n mexicana y una parte considerable de nuestra preparaci車n acad谷mica consist赤a en leer y o赤r hablar de los h谷roes patrios. Prueba de ello es que en el plantel se montaban altares de muertos cada 2 de noviembre, s赤, pero no hab赤a en ellos s赤mbolos religiosos (ni crucifijos, ni santos, ni v赤rgenes) o fotos familiares, sino solamente estampitas de h谷roes.
Los chamacos recort芍bamos papel de colores con forma de calaveritas y cempas迆chiles. Alguien dejaba, por ah赤, unos panes de muerto comprados en el supermercado que se levantaba al otro lado de la calle, y a?ad赤a un jarro de chocolate fr赤o (y nadie se tomaba la molestia de calentarlo porque nadie iba a beb谷rselo). Y honr芍bamos, de nuevo, al Cura Hidalgo, Morelos, y la corregidora Ortiz de Dom赤nguez (que ya hab赤an tenido su fiestecita en septiembre), y a Zapata, Villa y Madero (que ten赤an la suya unos d赤as despu谷s, el 20 de noviembre). Otro inevitable era don Benito Ju芍rez, al que siempre se terminaba recordando, aunque fuera Navidad.
A nadie se le hubiera ocurrido vestirse y pintarse de Frida-Catrina o cosa similar en D赤a de Muertos, porque a nuestras nacionalistas y revolucionarias profesoras les parec赤a que los disfraces eran cosa del odiado, imperialista y sat芍nico Halloween, una fiesta que combatieron a?o tras a?o y hasta donde les dieron las fuerzas. Los 迆nicos disfraces permitidos, l車gicamente, eran los que deb赤amos ponernos los alumnos en los eternos festivales c赤vicos de los lunes y las fechas patrias. Y es f芍cil suponer de qui谷nes eran: de Hidalgo, Morelos, la Corregidora, Zapata#
La devoci車n por los h谷roes es fundamental, aun, en nuestra parodia de divisi車n pol赤tica entre izquierda y derecha (aunque en la realidad ambas sean igual de conservadoras). M谷xico, cuando habla de historia, es como un grupo de ni?os jugando a Star Wars: se trata de una partida de buenos contra malos. Justo as赤: el nacionalismo revolucionario se reserv車 para su pante車n a los ※buenos§ y le dej車 a la derecha a los puros villanos reventones: Iturbide, Maximiliano, Porfirio D赤az, Huerta# (y lo m芍s gracioso es que parte de esa derecha, efectivamente, asume el culto por estos Darth Vader nuestros).
Esta concepci車n infantil y lineal del pa赤s es aun entusiastamente suscrita por el presidente L車pez Obrador, el m芍s nacionalista y revolucionario de los gobernantes de M谷xico desde L車pez Portillo, y al que los h谷roes no se le caen nunca de la boca (lo cual hace pensar a los ingenuos que sabe mucho de historia, aunque luego se le haga bolas el barniz y ponga a Guerrero a escribir los Sentimientos de la Naci車n). No me cabe duda de que el mandatario querr赤a, como mis profesoras, que cada altar de muertos fuera un tabern芍culo dedicado a esa patria suya llena de estampitas y devociones escolares.
Solo que no. La fiesta de los muertos en M谷xico ha experimentado un crecimiento de popularidad exponencial en los a?os recientes y los altares y los disfraces de Fridas-Catrinas han alcanzado zonas del pa赤s en donde nunca pintaron. ?Y c車mo podr赤a ser de otro modo? Llevamos casi catorce a?os de matanzas, desapariciones y feminicidios, y de convivir con unos 赤ndices de violencia dignos de una guerra. Y hoy, por si fuera poco, la pandemia de la covid-19 ha cobrado ya casi cien mil v赤ctimas mientras el gobierno todav赤a se pregunta si los cubrebocas sirven o no.
M谷xico es un desfile interminable de civiles extintos, de casas enlutadas y sagrarios dolientes que arden todo el a?o. Y, entretanto, nuestros pol赤ticos juegan a que unos eran los buenos que salvaban la galaxia y otros los malos que intentaban apoderarse de ella. Pero a tantos muertos no hay disfraz o jueguito que los tape.