Seis ni?os contra 49.000 cerdos
Un grupo de menores ha detenido en los tribunales las actividades de una granja porc¨ªcola en el ¨¢rea protegida del Anillo de los Cenotes de Yucat¨¢n, con el argumento de su derecho a conservar su agua y aire limpios
Cuando era ni?a, Maribel Ek Can descend¨ªa con su padre y su hermano peque?o a las profundidades de una caverna para recoger agua del cenote de Santa Mar¨ªa, en el municipio de Hom¨²n, en Yucat¨¢n. En medio de la oscuridad, apenas rota por la luz de una vela, ve¨ªa fascinada unas formas en las rocas que le parec¨ªan serpientes petrificadas con sus escamas bien definidas. ¡°No las toquen ni las lastimen porque ellas tienen vida, y en alg¨²n momento se van a despertar. Est¨¢n encantadas¡±, les advert¨ªa su padre. Ahora, a sus 43 a?os, vive a unos 15 metros del cenote. Para ella y sus vecinos sigue siendo u...
Cuando era ni?a, Maribel Ek Can descend¨ªa con su padre y su hermano peque?o a las profundidades de una caverna para recoger agua del cenote de Santa Mar¨ªa, en el municipio de Hom¨²n, en Yucat¨¢n. En medio de la oscuridad, apenas rota por la luz de una vela, ve¨ªa fascinada unas formas en las rocas que le parec¨ªan serpientes petrificadas con sus escamas bien definidas. ¡°No las toquen ni las lastimen porque ellas tienen vida, y en alg¨²n momento se van a despertar. Est¨¢n encantadas¡±, les advert¨ªa su padre. Ahora, a sus 43 a?os, vive a unos 15 metros del cenote. Para ella y sus vecinos sigue siendo un centro en sus vidas: agua para beber, agua para limpiarse, agua para lavar, agua como reclamo del ecoturismo. Lo que ha cambiado en la comunidad es que con ocho a?os ella cre¨ªa en serpientes dormidas de piedra, hoy los animales que ocupan los pensamientos de los ni?os son 49.000 cerdos.
La entrada a la gruta de Santa Mar¨ªa est¨¢ presidida por un enorme ¨¢lamo, una se?al divina para los mayas de la posible presencia de un cenote. Con el paso de los a?os, Maribel Ek Can se convirti¨® en gu¨ªa y, en uno de sus descensos, un grupo de bi¨®logos le ense?aron los nombres y procesos cient¨ªficos de ese lugar m¨¢gico de su infancia. ¡°Me maravill¨¦ de saber que los dos sab¨ªamos lo mismo, pero cada uno ten¨ªa su forma de nombrarlo¡±, recuerda. Poco a poco, descubri¨® que su cenote, una presencia enorme para ella, era solo uno de los cerca de 1.200 que forman el llamado Anillo de los Cenotes de Yucat¨¢n, apenas un diminuto punto azul en el mapa de un ecosistema interconectado del que depend¨ªan miles de personas m¨¢s.
El anillo est¨¢ desde 2009 en la lista Ramsar de humedales de importancia mundial, un convenio firmado en 1971 por M¨¦xico y de cumplimiento obligatorio para el Estado. En 2013 fue decretado A?rea Natural Protegida por el Gobierno estatal, lo que significa que est¨¢ prohibida cualquier actividad ¡°no compatible¡± con este ecosistema. Pero en octubre de 2016, Enrique Echeverr¨ªa Chan, entonces presidente municipal de Hom¨²n, le concedi¨® a la empresa Producci¨®n Alimentaria Porc¨ªcola (PAPO) una licencia de uso de suelo para instalar una mega granja en la zona.
La Constituci¨®n y el Convenio 169 de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo protegen el derecho de los pueblos originarios a su ¡°autonom¨ªa y libre determinaci¨®n¡± sobre temas de conservaci¨®n de su h¨¢bitat a trav¨¦s de consultas. Varios habitantes, sin embargo, recuerdan que solo se enteraron de la existencia de la granja cuando en junio de 2017 vieron las obras ya avanzadas que convertir¨ªan 113 hect¨¢reas de selva ¡ªunos 160 campos de f¨²tbol¡ª en varias naves de concreto para albergar miles de cerdos.
La comunidad de Hom¨²n enfureci¨®. Jos¨¦ Clemente May, secretario de la agrupaci¨®n Ka¡¯anan Ts¡¯onot (Guardianes de los Cenotes), recuerda que algunos habitantes llegaron a amenazar con quemar la casa de Echeverr¨ªa Chan. El 29 de junio de 2017 en una reuni¨®n del cabildo se resolvi¨® por ¡°unanimidad¡± ¡ªde acuerdo con el acta¡ª revocar y ¡°dejar sin efecto legal las autorizaciones y/o licencias otorgadas a la empresa PAPO¡±. Aquel primer acto de resistencia fracas¨®, explica el abogado ambientalista Raziel Villegas, porque solo un juez puede revocar las decisiones de una autoridad.
¡°La granja se comenz¨® a construir con base en todo tipo de irregularidades y violaciones a la ley¡±, dice Villegas. ¡°Donde PAPO puso la granja es una selva mediana (hab¨ªa ¨¢rboles de 10 metros), y eso lo tendr¨ªa que haber autorizado el Gobierno federal [no el municipal] a trav¨¦s de la Secretar¨ªa del Medio Ambiente y Recursos Naturales. Para ello, tendr¨ªa que haber comprobado que no se iba a poner en riesgo la biodiversidad, contaminar el agua y, sobre todo, asegurar que el nuevo uso de suelo va a ser igual o mejor que si siguiera siendo forestal¡±, explica.
En los meses que continuaron a la tensa asamblea, la comunidad de Hom¨²n elev¨® sus quejas a las autoridades estatales y federales. Seg¨²n los documentos en posesi¨®n de esta reportera, la Procuradur¨ªa Federal de Protecci¨®n al Ambiente (PROFEPA) hizo una inspecci¨®n para revisar el cumplimiento de la Ley General del Equilibrio Ecol¨®gico y Protecci¨®n al Ambiente, con la granja ya casi construida. En su dictamen se?al¨® que no pod¨ªa determinar si se trataba de un ¨¢rea forestal o una zona ¨¢rida. Los datos oficiales del Instituto Nacional Forestal, sin embargo, se?alaban que esa zona era una selva mediana. La entonces Secretar¨ªa de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma) dio su visto bueno a la Manifestaci¨®n de Impacto Ambiental, con la obligaci¨®n de que la empresa pusiera una planta de tratamiento de aguas residuales, una obra que nunca acab¨® de construirse.
La granja empez¨® a operar en agosto de 2018, unos cinco a?os despu¨¦s de que se declarara ¨¢rea natural protegida, y miles de lechones llegaron a Hom¨²n. ¡°En todo ganaban ellos (los empresarios)¡±, dice Maribel Ek Can, resignada, en el soportal de su casa de paredes amarillo p¨¢lido, donde vive con sus cinco ni?as y un hijo adolescente. ¡°Pero despu¨¦s¡ ?las cartas de los ni?os ganaron!¡±.
La contaminaci¨®n de la mayor reserva de agua
Hace solo un par de d¨¦cadas los cient¨ªficos hablaban de unos 300 cenotes que recorr¨ªan el subsuelo de la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n (compuesta por los Estados de Yucat¨¢n, Quintana Roo y Campeche). La cifra, seg¨²n Guillermo de Anda, que preside las investigaciones del Gran Acu¨ªfero Maya, puede llegar hasta los 10.000. Estos conjuntos interconectados de aguas cristalinas subterr¨¢neas, que en la cosmovisi¨®n maya eran la entrada al inframundo, forman parte de la mayor reserva de agua de M¨¦xico.
La industria porc¨ªcola necesita una gran cantidad de agua, y Yucat¨¢n se ha convertido en uno de sus destinos predilectos: de 2006 a 2018 la producci¨®n porcina de la pen¨ªnsula aument¨® un 36%. Seg¨²n un estudio de Greenpeace, publicado en 2020, hay 257 granjas porc¨ªcolas en la pen¨ªnsula que han causado ¡°deforestaci¨®n, da?o al suelo, contaminaci¨®n a acu¨ªferos, malos olores, despojo y afectaci¨®n al ecoturismo de los cenotes¡±. De estas, 43 est¨¢n en ?reas Naturales Protegidas y solo 22 cuentan con el permiso de impacto ambiental.
¡°No es un proyecto deseable¡±, dice sobre la granja en Hom¨²n la arque¨®loga y maestra en oceanograf¨ªa Ana Celis, que investiga el comportamiento f¨ªsico y qu¨ªmico de unos cenotes que representan el 70% del agua que utilizan los habitantes de la Pen¨ªnsula de Yucat¨¢n. Celis explica que estas industrias filtran una gran cantidad de desechos al subsuelo, que acaban en el agua, la hacen incompatible para el consumo humano e implica riesgos para la salud. Adem¨¢s, generan una alta presencia de nutrientes que provocan una sobreproducci¨®n de algas en los cenotes. ¡°El agua ya no va a ser cristalina y tampoco ¨²til, porque ya se alter¨® ese equilibrio¡±.
Cuando la granja abri¨®, recuerdan la decena de cenoteros entrevistados, un olor insoportable se apropi¨® del aire del pueblo y las aguas negras que acarrean excremento, orina y los componentes qu¨ªmicos que se usan para ba?ar a los cerdos permearon el suelo. Despu¨¦s de sus fracasos con las autoridades, en octubre de 2018 la comunidad apel¨® a la conciencia ambiental de los empresarios. Un ni?o escribi¨® una carta dirigida a la empresa Kek¨¦n (cerdo en maya). PAPO trabaja bajo un modelo de aparcer¨ªa: cr¨ªan y engordan a los cerdos para despu¨¦s entregarlos a Kek¨¦n, presidida por el empresario Claudio Freixes, una de las mayores productoras de carne en M¨¦xico y la mayor empresa de la industria porc¨ªcola de Yucat¨¢n, que exporta a pa¨ªses como Jap¨®n, Corea del Sur, China, Estados Unidos y Canad¨¢.
Kek¨¦n no quiso conceder una entrevista a esta reportera. En su lugar envi¨® un comunicado en el que dec¨ªa que la propiedad de la granja era de PAPO y que su relaci¨®n comercial se inici¨® cuando esta empresa hab¨ªa acreditado toda la documentaci¨®n ante las autoridades, ¡°al revocarse los permisos, el contrato con el particular qued¨® sin efectos¡±. Por su parte, Enrique Ortiz, representante legal de PAPO, se neg¨® a dar una postura, argumentando que hay un juicio en marcha.
¡°Se?ores de Kek¨¦n: pido encarecidamente que retiren sus cerdos de Hom¨²n porque no quiero que mi pueblo se contamine con los desechos de sus cerdos¡ tambi¨¦n me gustar¨ªa que mi pueblo se mantenga con sus cenotes bonitos y limpios, y no quisiera que m¨¢s adelante me enferme porque sus cerdos ya hayan contaminado el aire que respiro y el agua¡±.
Kek¨¦n nunca respondi¨® a esta carta escrita por uno de los ni?os de Hom¨²n. Pero ese gesto infantil, aparentemente inocente, se convertir¨ªa en un arma legal para la comunidad. Si las denuncias a las autoridades sobre las violaciones a las leyes ambientales no frenaban la granja, quiz¨¢s lo har¨ªa en los tribunales el inminente desastre ambiental que violaba sus derechos m¨¢s b¨¢sicos.
Un triunfo infantil
El 28 de septiembre de 2018, seis ni?os de Hom¨²n ¡ªa trav¨¦s de sus madres¡ª interpusieron una demanda de amparo ante un juzgado de Yucat¨¢n para frenar las operaciones de la granja. Apoyados por la ONG Indignaci¨®n, demandaron por ser ¡°omisos¡± en el cumplimento de la ley al Gobierno de Yucat¨¢n (presidido en ese entonces por Rolando Zapata); a la Secretar¨ªa de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente estatal, a cargo de Batllori Sampedro, quien hab¨ªa firmado unos a?os antes el decreto para declarar el Anillo de Cenotes ¨¢rea protegida; y a Enrique Echeverr¨ªa Chan, el presidente municipal que concedi¨® el permiso a PAPO. En el documento se inclu¨ªan las cartas escritas por los seis ni?os, dirigidas a la jueza de distrito Miriam de Jes¨²s C¨¢mara Patr¨®n.
¡°En Homu?n habitamos aproximadamente 2.600 menores de edad, quienes estudiamos. En nuestros ratos libres acompa?amos a los turistas que llegan a nuestro pueblo a conocer los cenotes. El agua de los cenotes la ocupamos para diversas actividades, la m¨¢s importante es para tomar, tambi¨¦n la ocupamos para ba?arnos, lavar ropa y para lavar trastes¡±, se lee en una de ellas.
El mensaje de los ni?os era que la granja transgrede su derecho a un medioambiente sano, a una vida digna, a su derecho al agua, al desarrollo, y a su autonom¨ªa como integrantes de un pueblo ind¨ªgena maya. La jueza C¨¢mara Patr¨®n les dio la raz¨®n y la granja, solo dos meses despu¨¦s de empezar actividades, detuvo sus operaciones hasta hoy.
La sentencia de la jueza se basa en el principio precautorio; no esperar a que las ¡°cat¨¢strofes ambientales¡± sucedan, cuando ya los da?os sean irreversibles. ¡°La granja podr¨ªa poner en peligro la pureza o utilidad del agua en la regi¨®n, pues es sabido que establecimientos de ese tipo generan un fuerte impacto ambiental, tanto, que existen diversos ordenamientos dise?ados para que dicho impacto no alcance proporciones catastr¨®ficas para los habitantes¡±, se lee en el documento. ¡°El no atender al principio precautorio estipulado en diversos tratados y convenios internacionales, podr¨ªa generar responsabilidad al Estado mexicano ante los Tribunales Internacionales¡±.
La sentencia tambi¨¦n se?ala que la granja significaba ¡°un riesgo inminente de afectaci¨®n al medio ambiente y desequilibrio ecol¨®gico grave, cuyas consecuencias ser¨ªan de muy dif¨ªcil reparaci¨®n, dado que una gesti¨®n inadecuada de las aguas residuales y de la contaminaci¨®n s¨®lo se hace patente a largo plazo (¡) y la absorci¨®n en el manto fre¨¢tico de aguas residuales no tratadas pone en riesgo no s¨®lo la zona en cuesti¨®n, sino el acu¨ªfero de la Pen¨ªnsula¡±.
Eduardo Batllori, secretario de medioambiente de Yucat¨¢n de 2007 a 2019, dice en una entrevista que est¨¢ a favor del principio precautorio, pero que defiende su actuar en el caso de la granja de Hom¨²n. Dice que cuando el presidente municipal dio la licencia de uso de suelo a la granja ¨¦l no ten¨ªa autoridad para revocarlo porque el decreto ¡°no proh¨ªbe expresamente la industria porc¨ªcola¡±, aunque s¨ª una actividad potencialmente contaminante en la reserva. ¡°Esta industria es contaminante, pero hay much¨ªsimas otras actividades que tambi¨¦n lo son, empezando porque el 70% de las casas ni siquiera tienen fosas s¨¦pticas; entonces de aplicarles la ley tendr¨ªamos que estar clausurando todas las casas¡±. El exfuncionario asegura que fue ¨¦l mismo quien les exigi¨® el sistema de tratamiento de aguas residuales: ¡°Yo te puedo decir que esa granja tiene el sistema de tratamiento m¨¢s avanzado que pudi¨¦ramos tener a nivel nacional, pero nunca pudo funcionar para mostrar sus bondades. Lamentablemente se perdi¨® esa oportunidad¡±.
¡ªPero la granja ya estaba funcionando, y el sistema no se hab¨ªa acabado de construir¡ª, se le replica.
¡ªYa estaba acabada¡ª, responde Batllori en una llamada, y explica que el biodigestor a¨²n no se hab¨ªa llenado y por tanto no le hab¨ªan puesto la tapa. ¡ªBueno, adem¨¢s hab¨ªa por ah¨ª un tubo que no estaba terminado de conectar.
El amparo del caso tiene que ser calificado por la Suprema Corte de Justicia, una decisi¨®n que seguramente se producir¨¢ en junio, seg¨²n c¨¢lculos de Lourdes Medina, la abogada de Indignaci¨®n que lleva la defensa de Hom¨²n. ¡°Ser¨ªa la primera vez que la Suprema Corte se pronuncia sobre la aplicaci¨®n del principio precautorio, algo hist¨®rico a nivel nacional¡±. Esto, explica, cambiar¨ªa el modelo para aplicar la ley, y frenar¨ªa m¨¢s proyectos potencialmente contaminantes, por lo que muchas otras comunidades podr¨ªan seguir el ejemplo.
La resistencia de Hom¨²n podr¨ªa seguir la l¨®gica interconectada de los 10.000 cenotes que ba?an el subsuelo de Yucat¨¢n. ¡°No se puede contaminar un cenote sin contaminar el resto¡±, dice el abogado ambientalista Raziel Villegas. Del mismo modo salvar uno podr¨ªa salvar el resto. Maribel Ek Can, al lado del cenote de Santa Mar¨ªa, lo explica as¨ª: ¡°Ac¨¢ no estamos defendiendo un solo cenote, ni siquiera varios. Dime, ?d¨®nde se compran los kilos de aire? ?C¨®mo se fabrica el agua?¡±.
Este reportaje forma parte de Colapso, un proyecto multiplataforma de Drom¨®manos para entender M¨¦xico desde el medioambiente, los recursos naturales y el cambio clim¨¢tico.
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