Buscadoras de desaparecidos, la nueva diana del crimen organizado
El asesinato a manos del crimen organizado de Aranza Ramos, quien llevaba dos a?os buscando a su marido en Sonora, pone el foco en la inseguridad y violencia que sufren las mujeres que excavan en las fosas comunes
En algunos rincones de M¨¦xico, la violencia es capaz de transformar a las mujeres. Eso le pas¨® a Aranza Ramos, una madre de 28 a?os de Sonora. Cuando su marido desapareci¨® el pasado diciembre, se convirti¨® en buscadora y m¨¢s tarde en activista. Se uni¨® al colectivo Guerreras Buscadoras en Sonora, un grupo de mujeres que como ella han sido v¨ªctimas colaterales del crimen organizado que ha dejado casi 90.000 personas en paradero desconocido en M¨¦xico. Sus redes s...
En algunos rincones de M¨¦xico, la violencia es capaz de transformar a las mujeres. Eso le pas¨® a Aranza Ramos, una madre de 28 a?os de Sonora. Cuando su marido desapareci¨® el pasado diciembre, se convirti¨® en buscadora y m¨¢s tarde en activista. Se uni¨® al colectivo Guerreras Buscadoras en Sonora, un grupo de mujeres que como ella han sido v¨ªctimas colaterales del crimen organizado que ha dejado casi 90.000 personas en paradero desconocido en M¨¦xico. Sus redes sociales se tornaron en un escaparate de rostros de desaparecidos junto a informaci¨®n que facilitaban sus familiares, entre ellos el de su esposo. Entre las denuncias y las s¨²plicas por cualquier tipo de informaci¨®n, tambi¨¦n expresaba el miedo que sent¨ªa de que su lucha la convirtiera en la pr¨®xima diana del crimen organizado. Hace diez d¨ªas, Ramos fue secuestrada en su casa por un grupo armado y su cuerpo fue hallado poco despu¨¦s. Sus compa?eras, madres y esposas de los desaparecidos que excavan en fosas clandestinas, han denunciado el terror que viven cuando salen a buscar cuerpos en los puntos m¨¢s calientes del pa¨ªs. ¡°Las b¨²squedas no pueden parar y nosotras no podemos estar en este nivel de vulnerabilidad¡±, han subrayado en un comunicado.
En las ¨²ltimas publicaciones de Ramos en sus redes sociales destacan las fotos de varias jornadas de excavaci¨®n en fosas clandestinas de Sonora e incansables publicaciones con la foto de su esposo. ¡°Te vamos a encontrar mi amor, esp¨¦rame un poco m¨¢s¡±, lleg¨® a escribir. Llevaba siete meses dedicada a la b¨²squeda de su marido, Brayan Omar Celaya Alvarado, desaparecido en el municipio de Ort¨ªz Valle de Guaymas el pasado 6 de diciembre. ¡°Solo quiero que regreses a casa, sea cual sea tu situaci¨®n. Ya no s¨¦ a qui¨¦n m¨¢s pedirle que por favor permitan que regreses a casa¡±, repet¨ªa en su muro de Facebook Ramos, quien tambi¨¦n ayudaba a otras familias a difundir fotos de sus desaparecidos con n¨²meros de tel¨¦fono impresos pidiendo la m¨¢s m¨ªnima informaci¨®n.
Su insistente b¨²squeda la puso debajo los focos y el crimen organizado no tard¨® en notarlo. Ramos denunci¨® en sus redes sociales que tem¨ªa por su seguridad y por la de su hija de apenas un a?o de edad. Pero sus denuncias y reclamos por protecci¨®n fueron en vano. Fue secuestrada en su domicilio en Ort¨ªz por hombres armados y su cuerpo apareci¨® a pocos kil¨®metros de su casa el pasado 16 de julio.
Ramos se ha convertido en la ¨²ltima v¨ªctima que ha indignado a los grupos defensores de derechos humanos. La ONU ha condenado su asesinato y ha pedido que se abra una investigaci¨®n y se proteja a los grupos que salen a buscar a sus seres queridos en las tierras de los narcos en un acto desesperado por la impunidad que reina en M¨¦xico. ¡°El asesinato de la se?ora Aranza Ramos nos recuerda la dura situaci¨®n que enfrentan las familias de personas desaparecidas en M¨¦xico. No solo padecen el dolor de la ausencia y la incertidumbre, sino que investigan y buscan a sus familiares desaparecidos, enfrentando riesgos que no deber¨ªan asumir¡±, se?al¨® Guillermo Fern¨¢ndez-Maldonado, representante de la ONU-DH en M¨¦xico. ¡°Las personas desaparecidas nunca debieron faltarles a sus familias, pero tras su desaparici¨®n deben ser las instituciones del Estado las que lleven a cabo la b¨²squeda inmediata con el m¨¢ximo de los recursos disponibles para localizar a la persona con vida. Cuando un Estado no logra cumplir con este deber, se coloca a las familias de personas desaparecidas en una situaci¨®n de riesgo¡±, a?adi¨®.
Apenas una semana despu¨¦s del asesinado de Ramos, dos mujeres del colectivo Hasta Encontrarte y Una Luz en el Camino tuvieron que huir de un grupo de hombres armados que las segu¨ªa. Llevaban varias horas esperando a la Fiscal¨ªa y a la polic¨ªa para exhumar unos cuerpos en un terreno bald¨ªo de Cuer¨¢maro, Guanajuato, cuyos restos ellas mismas hab¨ªan encontrado entre la tierra. Al ver que las autoridades no llegaban y se hac¨ªa de noche en un territorio gobernado por el terror del narcotr¨¢fico, emprendieron la huida. Las siguieron en un veh¨ªculo y se escondieron entre los maizales, dominadas por el p¨¢nico. La polic¨ªa no lleg¨® hasta las 23.00 para resguardarlas. ¡°La b¨²squeda de nuestros familiares desaparecidos nos lleva a lugares y situaciones que jam¨¢s imaginar¨ªamos y no paramos por el amor que les tenemos¡±, han escrito en un comunicado en el que denuncian la falta de asistencia y respaldo de las autoridades.
En paralelo, Gemma Ant¨²nez, que busca a su hijo en Guerrero dentro del colectivo Familiares en B¨²squeda Mar¨ªa Herrera, denuncia que la violencia hacia las mujeres buscadoras se ha extendido por todo el pa¨ªs. Algunas activistas de su colectivo han recibido amenazas y sus compa?eras en Michoac¨¢n han sido hostigadas por las autoridades mientras llevaban a cabo su labor. Por su lado, Guerreras Buscadoras en Sonora ha emprendido una iniciativa para exigir justicia por el asesinato de Ramos mientras siguen buscando a su esposo. ¡°No queremos desenterrar m¨¢s muertos para enterrarnos vivas¡±, han sentenciado en una publicaci¨®n en redes sociales.
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