Bernardo Barranco: ¡°La ¨¦lite mexicana es capaz de perdonarle a la Iglesia los abusos sexuales y m¨¢s¡±
El maestro en Sociolog¨ªa del Catolicismo publica ¡®Depredadores sagrados¡¯, una compilaci¨®n que reflexiona sobre el da?o generado por la pederastia clerical en M¨¦xico
Pocas personas conocen los movimientos religiosos en M¨¦xico como Bernardo Barranco Villaf¨¢n (Orizaba, 1954). Autor de una decena de publicaciones, el maestro en Sociolog¨ªa del Catolicismo es capaz de perfilar con el m¨¢s fino detalle los personajes m¨¢s amados y odiados de la Iglesia en el pa¨ªs. Su ¨²ltimo libro, Depredadores sagrados (Grijalbo), es una compilaci¨®n que reflexiona sobre el da?o generado por la pederastia clerical. Desde relatos en primera persona por v¨ªctimas de esa lacra,...
Pocas personas conocen los movimientos religiosos en M¨¦xico como Bernardo Barranco Villaf¨¢n (Orizaba, 1954). Autor de una decena de publicaciones, el maestro en Sociolog¨ªa del Catolicismo es capaz de perfilar con el m¨¢s fino detalle los personajes m¨¢s amados y odiados de la Iglesia en el pa¨ªs. Su ¨²ltimo libro, Depredadores sagrados (Grijalbo), es una compilaci¨®n que reflexiona sobre el da?o generado por la pederastia clerical. Desde relatos en primera persona por v¨ªctimas de esa lacra, hasta un an¨¢lisis sociol¨®gico sobre el aval que han dado durante d¨¦cadas las clases altas mexicanas a los m¨¢s crueles delitos perpetrados por los hombres en sotanas. Barranco reclama una falta de iniciativa pol¨ªtica y judicial en un pa¨ªs en el que cada a?o se registran 5,4 millones de casos de abuso sexual infantil. ¡°El Estado mexicano tiene una gran deuda con las v¨ªctimas de abuso sexual, no solamente clericales sino todas¡±. Parte de esa inacci¨®n, asegura, se debe al papel que juegan las ¨¦lites en la complicidad con una instituci¨®n que poco ha hecho para limpiar su casa.
Pregunta. ?Cu¨¢l es la dimensi¨®n del da?o que ha generado la pederastia clerical en M¨¦xico?
Respuesta. Ha sido muy alta, sobre todo por los niveles de contradicci¨®n. En el caso de Marcial Maciel [fundador de los Legionarios de Cristo con decenas de denuncias por pederastia], las altas ¨¦lites cerraron fila. Pero en la medida que se fue develando el verdadero rostro de este criminal, hubo un repliegue muy grande. Grandes personajes que lo encubrieron, sobre todo el cardenal Norberto Rivera, fueron afectados por encubridores, c¨®mplices de un criminal. Hay da?os colaterales tambi¨¦n importantes, como la p¨¦rdida de confianza en la Iglesia o la p¨¦rdida de trascendencia en sectores intelectuales y acad¨¦micos. Pero el tema en M¨¦xico ha estado muy marcado por Maciel, y la cuesti¨®n es c¨®mo desmacielizar la pederastia, ir m¨¢s all¨¢ de su caso. Es un tema agudo, porque el episcopado hace un a?o declar¨® que hab¨ªa 152 sacerdotes que hab¨ªan sido separados de su cargo por abuso sexual, pero no sabemos qui¨¦nes son, en qu¨¦ parroquias ocurrieron, cu¨¢ntas v¨ªctimas hay, si est¨¢n sujetos a proceso. Y la respuesta es terror¨ªfica: el silencio. Ah¨ª hay una agenda pendiente muy importante.
P. ?Por qu¨¦ un sector de la sociedad mexicana se niega a aceptar las denuncias de las v¨ªctimas?
R. Hay una solidaridad de clase entre la ¨¦lite en este pa¨ªs. El caso de Ricardo Anaya, un pol¨ªtico que desde hace lustros es se?alado por corrupci¨®n, y sin embargo, con tantas evidencias, recibe la solidaridad de sus correligionarios en el PAN [Partido Acci¨®n Nacional]. En el fondo es una actitud que va m¨¢s all¨¢ de del acto delictivo y lamentablemente se da en la Iglesia. Las ¨¦lites se sienten comprometidas [con la instituci¨®n] y son capaces de perdonar eso y hasta m¨¢s. Es uno de los graves problemas que tenemos: c¨®mo las c¨²pulas de la Iglesia forman parte de las c¨²pulas de la sociedad pol¨ªtica y econ¨®mica.
P. ?Es por eso que hay gente que todav¨ªa defiende a Maciel?
R. Hay sectores que siguen considerando a Maciel como un perseguido pol¨ªtico. En el fondo es un negacionismo muy propio de la derecha conservadora de este pa¨ªs, una derecha negacionista que utiliza lo religioso como una ideolog¨ªa, como una serie de principios que validan sus intereses de poder y econ¨®micos. En la derecha mexicana y en la ultraderecha hay un uso ideol¨®gico de la fe y de la religi¨®n para justificar su proceder, y en ese sentido hay mucho de farise¨ªsmo en las clases altas. Ah¨ª es donde entra Maciel, a quien llegan a defender cuando est¨¢n todas las evidencias posibles de que no solamente fue un rufi¨¢n, sino una persona enferma, llena de patolog¨ªas y de perversiones.
P. Siendo M¨¦xico uno de los pa¨ªses con los peores cifras en pederastia, ?por qu¨¦ cree que la clase pol¨ªtica no busca la imprescriptibilidad del delito de abuso sexual infantil? ?Tiene alg¨²n peso la Iglesia en eso?
R. En febrero de 2019, cuando el papa Francisco convoc¨® a una cumbre de pederastia en Roma, se le pregunt¨® en la ma?anera al presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador si en la cuarta transformaci¨®n el Estado intervendr¨ªa de manera m¨¢s decidida contra la pederastia. Y la respuesta de L¨®pez Obrador fue contundente: ¡°Con las Iglesias no me meto¡±. El mensaje es: con las Iglesias no me meto porque tienen mucho peso pol¨ªtico. La disyuntiva es dram¨¢tica, pero d¨®nde quedan los derechos de la infancia, d¨®nde queda la garant¨ªa que debe dar el Estado para proteger a sus ni?os. No solamente es el Poder Ejecutivo, el Legislativo no legisla, el Ministerio P¨²blico es tortuoso cuando se trata de los curas.
P. ?Qu¨¦ papel han tenido los medios de comunicaci¨®n? ?Han sido un arma de doble filo?
R. Hay varias etapas. Al principio los medios fueron c¨®mplices. La mayor¨ªa de ellos no dieron eco a las demandas. Algunos que se atrevieron fueron severamente reprimidos. En un segundo momento, cuando se convierte en un tema global y empiezan a salir denuncias por todos lados, hay un boom, los testimonios eran desgarradores, las audiencias fueron incrementando, el papel encubridor de la Iglesia provocaba indignaci¨®n y el tema se convirti¨® en una gran mercanc¨ªa que fue altamente explotada por muchos medios de comunicaci¨®n. Este proceso se ha venido desgastando, ya no es suficiente la denuncia medi¨¢tica, sino que ha llegado a un agotamiento. Los medios tienen sus limitaciones y lo que la experiencia de otros pa¨ªses muestra es que el tema sigue vigente cuando hay una sociedad civil organizada y una intervenci¨®n directa del Estado.
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