De v¨ªctimas a victimarios: las cadenas de abuso sexual en los Legionarios de Cristo
Algunos sacerdotes acusados de pederastia fueron primero v¨ªctimas de abuso y despu¨¦s se convirtieron en c¨®mplices, de acuerdo con una din¨¢mica de poder que describieron denunciantes y exlegionarios
En mayo de 2019, cuando Ana Luc¨ªa Salazar denunci¨® p¨²blicamente al sacerdote mexicano Fernando Mart¨ªnez por haber abusado de ella en un colegio de los Legionarios de Cristo en Canc¨²n, a¨²n no sab¨ªa que ¨¦l tambi¨¦n hab¨ªa sido v¨ªctima de abuso. Dos meses antes, cuando la justicia italiana sentenci¨® al exsacerdote mexicano Vladimir Res¨¦ndiz por abusar de dos ni?os, algunos de sus antiguos compa?eros de la Legi¨®n se enteraron de que, antes de ser victimario, ¨¦l hab¨ªa sido v¨ªctima de abuso. ¡°Es parte de la metodolog¨ªa de la Legi¨®n: prepararte para el abuso, abusarte y volverte c¨®mplice¡±, dice Erick Escobar, un exlegionario que se fue de ese movimiento para iniciar una lucha contra los casos de pederastia.
A fines de diciembre, la Legi¨®n de Cristo, una de las congregaciones m¨¢s poderosas de la Iglesia cat¨®lica, sorprendi¨® al mundo cuando divulg¨® un informe en el que admit¨ªa 175 casos de abuso a menores dentro de la orden fundada por el sacerdote mexicano Marcial Maciel en 1941, gran parte de ellos cometidos por su propio fundador y desde el momento mismo de la fundaci¨®n. Sin embargo, lo m¨¢s revelador no era la constataci¨®n de las vejaciones que hab¨ªan sido denunciadas por distintas v¨ªctimas a lo largo de ocho d¨¦cadas, sino aquello que el informe dejaba entrever: que la pederastia dentro de la Legi¨®n no era el resultado de la perversi¨®n de algunos sacerdotes, sino parte de una din¨¢mica fundacional que alcanzaba a todos los niveles y que garantizaba espacios de poder a aquellos dispuestos a participar o a callar.
¡°Es emblem¨¢tico que 111 de los menores abusados fueron v¨ªctimas de Maciel, de una de sus v¨ªctimas o de una v¨ªctima de sus v¨ªctimas¡±, dice el informe de la Legi¨®n, que habla expl¨ªcitamente de ¡°cadenas de abuso¡±. Para poder entender los eslabones de estas cadenas que se remontan mayoritariamente al fundador, el exlegionario Escobar habla de las v¨ªctimas de abuso en t¨¦rminos de generaciones. ¡°Hay v¨ªctimas de primera generaci¨®n, de segunda y de tercera¡±, comenta.
111 de los menores abusados fueron v¨ªctimas de Maciel, de una de sus v¨ªctimas o de una v¨ªctima de sus v¨ªctimas
Jos¨¦ Antonio P¨¦rez Olvera, un abogado mexicano de 80 a?os que estuvo entre los primeros legionarios en denunciar abiertamente a Maciel (en 1997), explica que aquellos que hab¨ªan sufrido abusos por parte de ¨¦l sol¨ªan ser premiados con cargos de poder. ¡°Hab¨ªa una caracter¨ªstica com¨²n a aquellas v¨ªctimas de Maciel que no hablaban, y era que ¨¦l las pon¨ªa como superiores de las casas o seminarios de la Legi¨®n¡±, dice. Ese fue el caso de Fernando Mart¨ªnez, a quien P¨¦rez Olvera recuerda por los ¡°excesivos¡± abusos que sufri¨® en manos del fundador de la orden durante los a?os 50 en un seminario en Roma.
Mart¨ªnez fue v¨ªctima y se convirti¨® en victimario. Las acusaciones de pederastia que acumul¨® a lo largo de su recorrido dentro de la Legi¨®n (una investigaci¨®n interna reconoce al menos tres denuncias entre 1969 y 1990 en distintos lugares de M¨¦xico, una de ellas por abusar de un ni?o de entre cuatro y seis a?os) no impidieron que siguiera ocupando cargos de poder. Su ¨²ltimo puesto fue en el Instituto Cumbres de Canc¨²n, donde lo designaron como director en 1991. Dos a?os despu¨¦s, la Legi¨®n lo traslad¨® a Salamanca, en Espa?a, despu¨¦s de que algunas madres lo acusaran de abusar de sus hijas.
"Hab¨ªa una caracter¨ªstica com¨²n a las v¨ªctimas de Maciel: ¨¦l las pon¨ªa como superiores de las casas o seminarios de la Legi¨®n"
¡°Ellos sab¨ªan que si violaban no les pasaba nada porque contaban con el respaldo de toda la instituci¨®n¡±, explica Ana Luc¨ªa Salazar, una presentadora de radio mexicana, de 36 a?os, que en mayo del a?o pasado, casi tres d¨¦cadas despu¨¦s de los hechos, denunci¨® en redes que hab¨ªa sido abusada por Mart¨ªnez cuando era alumna del Instituto Cumbres en Canc¨²n. Su acusaci¨®n destap¨® el caso p¨²blicamente, que hasta entonces se hab¨ªa manejado internamente en la congregaci¨®n. Cuando tuite¨® el nombre y la foto del sacerdote, Salazar se enter¨® por excompa?eros de Mart¨ªnez que ¨¦l hab¨ªa sido tambi¨¦n v¨ªctima de pederastia. ¡°A m¨ª me abusa alguien que vivi¨® abusos por parte de Maciel¡±, dijo. ¡°Eso figura en una de las cartas de los primeros denunciantes. Ellos son v¨ªctimas de la d¨¦cada de los cuarenta, nosotros de la del noventa¡±.
La psic¨®loga mexicana Amaya Torre, especializada en abuso sexual, explica que la pederastia puede ser transgeneracional, sobre todo cuando se da en determinadas condiciones. ¡°Se repite de generaci¨®n en generaci¨®n porque el adulto es abusado, no cuidaron de ¨¦l y no sabe c¨®mo cuidar a otros¡±, dice. Entre los factores que llevan a reproducir esta conducta, el ¡°gran c¨¢ncer¡± es el secreto, el silencio, asegura: ¡°Si no se habla, la v¨ªctima lo normaliza, cree que as¨ª funciona el mundo y cuando crece hace lo mismo¡±. As¨ª funcionaba el mundo literalmente dentro de la Legi¨®n, que hasta hace algunos a?os obligaba a sus miembros a hacer votos en los que se compromet¨ªan a ¡°nunca criticar hacia el exterior actos de gobierno o la persona de cualquier director o superior a trav¨¦s de la palabra, escrito o cualquier otro medio¡±, seg¨²n explica el soci¨®logo especializado en religiones Bernardo Barranco en un art¨ªculo publicado en 2007.
La ruptura de este silencio en los ¨²ltimos a?os ha permitido que exlegionarios puedan ir desentra?ando las cadenas de abuso y complicidad dentro de la congregaci¨®n. Eso ocurri¨® en marzo del a?o pasado, cuando la justicia italiana conden¨® al sacerdote mexicano Vladimir Res¨¦ndiz a siete a?os de prisi¨®n por abusar de dos ni?os. Cristian Borgo?o, un exlegionario que se orden¨® sacerdote junto con ¨¦l, recuerda que tras la sentencia algunos antiguos compa?eros le contaron que Res¨¦ndiz tambi¨¦n hab¨ªa sido v¨ªctima de abusos por parte de un superior cuando estudiaba en el seminario del Ajusco, en Ciudad de M¨¦xico, a principio de los noventa.
Borgo?o es uno de los fundadores de Legioleaks, un grupo de Facebook creado por exlegionarios para denunciar casos de abuso sexual dentro de la congregaci¨®n y discutir la pederastia clerical. Borgo?o atribuy¨® los abusos que hab¨ªa sufrido Res¨¦ndiz al sacerdote espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Sab¨ªn, que fue rector durante 17 a?os de la Universidad An¨¢huac Mayab de Yucat¨¢n, una de las instituciones de la amplia red educativa de la congregaci¨®n, y que a fines de 2014 anunci¨® repentinamente que abandonaba la Legi¨®n de Cristo y el sacerdocio y regresaba a su Espa?a natal sin dar a conocer los motivos.
La explicaci¨®n tal vez pueda hallarse en la justicia de otro pa¨ªs. En 2016, un exseminarista present¨® en Estados Unidos una demanda por abuso sexual contra Jos¨¦ Mar¨ªa Sab¨ªn, Marcial Maciel y Luis Garza Medina, sacerdote mexicano que era considerado la mano derecha de Maciel y arquitecto de la poderosa estructura financiera de la Legi¨®n de Cristo. El abuso que se denuncia en la demanda estadounidense, a la que tuvo acceso EL PA?S, se sit¨²a en el mismo escenario y en la misma ¨¦poca en que habr¨ªa sido abusado Res¨¦ndiz, seg¨²n sus antiguos compa?eros: el seminario del Ajusco a principios de la d¨¦cada de los noventa. Seg¨²n el documento, antes de acudir a la justicia, el demandante report¨® lo sucedido ante la Legi¨®n en 2014: el mismo a?o que Sab¨ªn abandon¨® todo y se march¨® a su pa¨ªs. Los Legionarios fueron consultados por este peri¨®dico sobre las denuncias contra sus antiguos y actuales miembros, pero no respondieron a la petici¨®n.
El mi¨¦rcoles 8 de enero, la justicia italiana confirm¨® la sentencia contra el exlegionario mexicano Vladimir Res¨¦ndiz por abusar de dos menores en 2008, cuando era director de un seminario de la Legi¨®n de Cristo en el norte de Italia. ¡°Cuando un sacerdote abusado tiene un cargo de poder, repite el mismo patr¨®n y abusa de quienes tiene a cargo como abusaron de ¨¦l sus superiores¡±, dice Escobar mientras repasa los rostros de seminaristas en viejas fotograf¨ªas. ¡°En la Legi¨®n te preparan para ser abusado¡±.
Un aluvi¨®n de nuevas denuncias
Cada noche, cuando las luces del seminario del Ajusco en Ciudad de M¨¦xico se apagaban, Bernardo ¡ªnombre ficticio¡ª recuerda que el padre Antonio Rodr¨ªguez S¨¢nchez se paseaba entre las camas de los adolescentes. Despu¨¦s de dar algunas vueltas, con un roce en la cabeza le indicaba al elegido que le siguiera hasta su habitaci¨®n. Bernardo ve¨ªa todo desde su cama pero no sab¨ªa lo que pasaba despu¨¦s, hasta la noche en que sinti¨® que le tocaban la cabeza. Era 1996 y ten¨ªa 12 a?os cuando el rector del instituto abus¨® de ¨¦l, seg¨²n la escena que describe en una denuncia que envi¨® a las autoridades de la Iglesia mexicana el pasado diciembre, a la que ha tenido acceso EL PA?S.
El recuerdo de esa noche lo sigui¨® hasta Salamanca, en Espa?a, donde continu¨® sus estudios. All¨ª, de acuerdo con su denuncia, le revel¨® lo que hab¨ªa sucedido a su superior, el entonces novicio William Brock, pero lo que recibi¨® a cambio fue un billete a M¨¦xico y 100 d¨®lares: los legionarios lo apartaron de la orden y lo enviaron de vuelta.
El enojo de algunas v¨ªctimas ante el informe difundido por la Legi¨®n de Cristo en diciembre, al que consideran insuficiente y un intento de lavado de cara, ha desatado un aluvi¨®n de nuevas denuncias ¡ªcomo la de Bernardo¡ª que est¨¢n llegando a la Nunciatura, seg¨²n confirm¨® a este diario el representante del Vaticano en M¨¦xico, Franco Coppola. Los nombres de Rodr¨ªguez S¨¢nchez y Brock, seg¨²n Coppola, son dos de una lista de sacerdotes a investigar.?El denunciante Bernardo ha hecho precisiones posteriormente, en las que se?al¨® que el abuso del que fue v¨ªctima ocurri¨® a mediados de la d¨¦cada de los 80, y que Brock era superior de humanistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.