Ciudad de M¨¦xico declara imprescriptible la pederastia y alarga los plazos para enjuiciar delitos sexuales contra los menores
Las especialistas se?alan el problema de reformar la ley sin mejorar las capacitaciones para su correcta aplicaci¨®n


El Congreso de Ciudad de M¨¦xico acaba de aprobar unas modificaciones legislativas que declaran imprescriptible el delito de pederastia, cuya pena se eleva de 17 a 24 a?os de c¨¢rcel, un incremento notable y similar al que se ha dictado para otras violencias cometidas contra menores de 12 a?os, por ejemplo, la c¨®pula, cuyo castigo pasa de 12 a 20 a?os de prisi¨®n. Entre las novedades legales, se alarga el tiempo para la prescripci¨®n del delito, que comenzar¨¢ a correr a partir de que la v¨ªctima cumpla 30 a?os de edad, y no 18. Cambios parecidos han emprendido otros pa¨ªses. La reforma ha sido bien recibida en las organizaciones que tradicionalmente se ocupan de la infancia. M¨¦xico est¨¢ a la cabeza en abuso sexual infantil, con m¨¢s de cinco millones de casos por a?o, seg¨²n un estudio de la OCDE.
Las organizaciones civiles que tradicionalmente se ocupan de la protecci¨®n de la infancia han saludado esta reforma jur¨ªdica, pero son conscientes de que el problema no se acaba dando un vuelco a las leyes. Todas las consultadas se?alan las dificultades que plantea el sistema judicial mexicano para que las v¨ªctimas se atrevan a denunciar o la capacidad de resolver un caso llegado a los tribunales. Ese es el gran inconveniente, aseguran. De poco sirven las leyes, dicen, si no hay capacidad para aplicarlas. Algo parecido a lo que ocurre con los feminicidios. ¡°En todo caso, es importante traer este grav¨ªsimo asunto a la conversaci¨®n p¨²blica, porque estamos ante una sociedad que suele mirar para otro lado¡±, afirma Tania Ram¨ªrez, presidenta de la Red para los Derechos de la Infancia de M¨¦xico (Redim). Dicho esto, como organizaciones civiles, afirma, se ven en la obligaci¨®n de se?alar los problemas que persistir¨¢n si no se cambia el proceder jur¨ªdico.
Antes de abundar en ello, Redim ofrece unas cifras: solo en 2020, 5.387 personas de 0 a 17 a?os fueron atendidas en hospitales por violencia sexual, en el 92% de los casos se trataba de ni?as y adolescentes y dos tercios se deb¨ªa a agresiones por parte de familiares o conocidos muy cercanos, en su gran mayor¨ªa, varones. ¡°En todo el pa¨ªs se registran siete v¨ªctimas mortales diarias de ni?as, ni?os y adolescentes. La pandemia y la permanencia de los ni?os resguardados en sus casas no ha contribuido, desde luego, a mejorar estas cifras espeluznantes¡±, sostiene Ram¨ªrez.
Los datos oficiales, a decir de Laura Mart¨ªnez, fundadora de la Asociaci¨®n para el Desarrollo Integral de Personas Violadas A. C. (Adivac), ¡°no son nada, son cero¡±. Las cuatro o cinco mil denuncias al a?o, afirma, apenas dibuja el infierno por el que pasan millones de ni?os y ni?as debido a las m¨²ltiples violencias sexuales, que tienen un claro componente de g¨¦nero. ¡°Consideramos, adem¨¢s, que cualquier conducta de uso de poder, con supuesto consentimiento o sin ¨¦l, es violencia, porque a esas edades no se tiene el desarrollo suficiente para decir lo que se quiere. Simplemente obedecen¡±. En Adivac atienden a unas 500 personas a la semana. Entre los menores que reciben, apenas la mitad ha levantado denuncia, dice Mart¨ªnez, que lleva 36 a?os trabajando en esta causa. ¡°La letra de la ley est¨¢ bien, pero el problema es c¨®mo la interpreta el operador de la justicia despu¨¦s. Y normalmente no les creen¡±. Afirma que, en general, el 98% de las v¨ªctimas no denuncia.
Sin nombre ni apellidos, Mart¨ªnez relata el caso de una ni?a que ha pasado por su organizaci¨®n, violada por su padre desde los tres a?os y cuya madre denunci¨® despu¨¦s, cuando ya ten¨ªa cinco. ¡°Ahora tiene 14 y le van a dar la custodia al se?or que la viol¨®, despu¨¦s de 11 a?os de litigio¡±. En casos como este basa su descreimiento en el andamiaje jur¨ªdico esta experta. ¡°La justicia puede mandar un mensaje de protecci¨®n al menor y castigo al agresor o bien convertirse en una maquinaria de revictimizaci¨®n¡±, corrobora Ram¨ªrez, de Redim.
Ambas especialistas se?alan la extensi¨®n del plazo de prescripci¨®n del delito como un elemento de doble filo. Por un lado, el hecho de que empiece a correr el tiempo legal a partir de que la v¨ªctima haya cumplido 30 a?os puede entenderse como un margen para la condena de la agresi¨®n. ¡°En efecto, estas v¨ªctimas tardan en salir del silencio entre 15 y 30 a?os desde que sufrieron las agresiones, pero el acceso a la justicia puede ser m¨¢s complicado cuando ha pasado el tiempo. Si no te creyeron entonces, imagina despu¨¦s de d¨¦cadas, cuando no hay se?ales f¨ªsicas del sufrimiento¡±, dice Mart¨ªnez. ¡°Se pierde la frescura de las pruebas y se agranda la duda razonable de la que se beneficia el agresor¡±, a?ade Ram¨ªrez.
Por otro lado, no cabe pensar que haya una correlaci¨®n sistem¨¢tica entre tener m¨¢s edad y mayor capacidad de afrontar el problema ante la justicia, dicen. ¡°Alguien que ha vivido violencia sexual, con el tiempo se hace resiliente, sus emociones se enquistan, la crisis que se vivi¨® se convierte en una especie de neurosis con mecanismos de defensa. Muchas de las v¨ªctimas dejan de tener relaciones sexuales para siempre, o tienen pareja por compromiso social, o se vuelcan en los estudios o se pierden en las drogas. O se quitan la vida en alguno de los intentos¡±. Pero la denuncia, por m¨¢s edad que se tenga, no siempre llega. Mart¨ªnez es psic¨®loga, y su larga experiencia tratando estos casos confiere autoridad a su relato.
Todos estos problemas se?alados devuelven la mirada, de nuevo, a la aplicaci¨®n de la ley, m¨¢s que a los cambios legales sobre el papel. ¡°El avance es valioso, pero en los ministerios p¨²blicos, entre los jueces, no hay todav¨ªa un enfoque de derechos humanos para tratar estos casos¡±, sostiene Minerva G¨®mez Plata, del Programa Infancia de la Universidad Aut¨®noma Metropolitana en Xochimilco. ¡°Se necesita mucha capacitaci¨®n, porque perduran las concepciones machistas y patriarcales. Lo que faltan son pol¨ªticas p¨²blicas de protecci¨®n y trabajo con las familias, que el mundo supuestamente privado salga a la luz p¨²blica. Hay mucho castigo f¨ªsico en la infancia, por ejemplo, y la pederastia y el comercio sexual m¨¢s parecen un negocio perfectamente articulado en el ¨¢mbito pol¨ªtico, como ha puesto de manifiesto la periodista Lydia Cacho. Hay todav¨ªa muchos puntos ciegos¡±, critica.
Ram¨ªrez, de Redim, concluye: ¡°Hay todav¨ªa una mirada adultoc¨¦ntrica que entiende que los hijos son propiedad de los padres y la falsa y peligrosa idea de que por tener hijos se puede disponer de sus cuerpos y vidas¡±.
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