La batalla pol¨ªtica arrecia en la Universidad de las Am¨¦ricas
Uno de los centros privados m¨¢s importantes de M¨¦xico vive inmerso en una guerra judicial lanzada por el Gobierno de Puebla, que denuncia malos manejos de sus due?os, la acaudalada familia Jenkins
Referente de la educaci¨®n superior en M¨¦xico, la Universidad de las Am¨¦ricas Puebla (UDLAP) vive cautiva de una guerra judicial de soluci¨®n incierta. Acostumbrada a los puestos de honor de las listas de mejores centros educativos, su nombre ha aparecido vinculado ¨²ltimamente a juicios, politiqueos y amenazas varias. El Gobierno de Puebla, dirigido por Miguel Barbosa, de Morena, tom¨® el campus en junio en una maniobra criticada, destituyendo al rector y a los patronos de la fundaci¨®n que la dirig¨ªa, la familia Jenkins, su due?a.
En los meses que han pasado desde entonces, abogados de uno y otro lado han tejido una pegajosa telara?a de denuncias, amparos, recursos y quejas que han alejado el foco del problema. Mientras, el Gobierno local ha tratado de recular, lanzando la idea de que no intervendr¨¢ en un conflicto entre partes, por un lado la familia Jenkins y la direcci¨®n de la UDLAP, y por otro el nuevo patronato de la fundaci¨®n, nombrado al fin y al cabo por el Ejecutivo estatal.
EL PA?S ha entrevistado a m¨¢s de una decena de personas que conocen la historia de la fundaci¨®n, sus conflictos presentes y pasados con el Gobierno de Puebla, o que est¨¢n al tanto de la vida interna de la universidad desde hace a?os. Si hay algo en que pr¨¢cticamente todas coinciden es en se?alar la fiebre c¨ªclica de los gobernantes locales por atraerse los bienes de los Jenkins. No en vano, solo el campus de la UDLAP vale m¨¢s de 2.000 millones de pesos, unos 100 millones de d¨®lares. Contactado a trav¨¦s de dos voceras distintas, el Gobierno de Puebla ha contestado que ¡°no tiene nada que decir al respecto¡±Pocas personas conocen igual de bien la universidad y la fundaci¨®n, adem¨¢s del conflicto pol¨ªtico, como Luis Ernesto Derbez, rector de la UDLAP desde 2008. En una entrevista con este diario, Derbez se?ala que los problemas de la fundaci¨®n de la UDLAP y su matriz, la Fundaci¨®n Mary Street Jenkins, con el Ejecutivo local, datan de los a?os de Rafael Moreno Valle, gobernador del Estado de 2012 a 2017. Moreno Valle y su esposa, la gobernadora electa Martha Erika Alonso, murieron en 2018 en un accidente de helic¨®ptero.
Derbez explica que Moreno Valle asust¨® a los Jenkins con un cambio legislativo a mitad de su mandato, una modificaci¨®n en la ley de instituciones de beneficencia privadas que, en la pr¨¢ctica, daba la facultad al Gobierno de cambiar los patronatos de las fundaciones a su antojo. Es decir, de expropiar de facto patrimonio privado. ¡°El cambio de ley era sin duda amenazante. Su visi¨®n -la de Moreno Valle- era quedarse con la fundaci¨®n Mary Street Jenkins¡±, explica.
Jugoso como pocos, el cat¨¢logo de inmuebles de la fundaci¨®n comprende centros comerciales, como el Tri¨¢ngulo Las ?nimas en Puebla, clubes deportivos, hoteles, escuelas, caso del prestigioso Colegio Americano, tambi¨¦n en Puebla, un edificio en la esquina del Paseo de la Reforma y avenida Insurgentes de la capital y un pu?ado de participaciones en sociedades, adem¨¢s de una cartera de inversiones financieras. El valor aproximado de los bienes de la fundaci¨®n Mary Street Jenkins supera los 700 millones de d¨®lares. La joya de la corona es la UDLAP.
Con aspiraciones presidenciales, Moreno Valle evit¨® enemistarse con la fundaci¨®n y sus patronos. Pero el cambio legislativo y otros problemas internos del propio instituto sembraron la semilla de la discordia. La planta no tard¨® en crecer. El nuevo Gobierno de Miguel Barbosa aprovech¨® el viento de cara y ejerci¨® la nueva facultad que le permit¨ªa la ley. En menos de tres a?os se adue?¨® de la fundaci¨®n de la UDLAP y su matriz, la fundaci¨®n Mary Street Jenkins.
El pacto roto
Cuando la polic¨ªa de Puebla tom¨® la UDLAP el 29 de junio, Max Castro era uno de los pocos estudiantes que andaba en el campus. La pandemia y el fin de semestre hab¨ªan dejado casi vac¨ªas las instalaciones, por las que cada a?o pasan alrededor de 9.500 alumnos. ¡°Yo estaba ah¨ª porque las ¨²ltimas dos semanas de junio estuve trabajando con unos compa?eros en un corto. El plan era que ¨ªbamos a editar ah¨ª en las instalaciones. Se supone que ¨ªbamos a llegar a las 11, pero yo llegu¨¦ temprano, poco antes de las 10¡å, explica.
Mientras esperaba, Castro, de 24 a?os, fue a una sala de inform¨¢tica a exportar un v¨ªdeo y ver un partido de la Eurocopa. Pasado el rato, recuerda, sus amigos le llamaron. No se pod¨ªa entrar al campus. La entrada estaba bloqueada. ¡°Mis amigos me mandaron una foto: se ve¨ªa un mont¨®n de carros en la entrada principal, patrullas y carros civiles, pero era raro, porque no hab¨ªa clases, ni nada¡±, narra.
Justo al mismo tiempo, la directora de TVUDLAP, Zuriel V¨¦lez, de 30 a?os, llegaba con su carro a la entrada principal, en la recta a Cholula. Vio la misma imagen que los amigos de Castro, las patrullas, el bloqueo. Aparc¨® su carro donde pudo y se acerc¨®. La imagen que vio la aterr¨®. ¡°Entr¨¦ y vi que los polic¨ªas estatales estaban agarrando a nuestros polic¨ªas de la universidad, de manera muy violenta a mi parecer¡±, cuenta.
V¨¦lez sac¨® su c¨¢mara y se puso a grabar. No podr¨ªa creer lo que ve¨ªa. ¡°Hay una imagen de un poli que est¨¢ as¨ª agarrado del cuello por la estatal. Y ver los ojos de ¨¦l, su desesperaci¨®n¡ Se me hizo tambi¨¦n muy mal. Fue muy fuerte y doloroso ver a los estatales agarrar a nuestros polis, someterlos. No sab¨ªa en qu¨¦ mundo estaba viviendo. Uno ve estas cosas en las noticias, pero nunca piensa que pueda pasar de verdad¡±, cuenta.
En Puebla, la toma de la UDLAP ha sido una de las noticias del a?o. Parecida en repercusi¨®n a la muerte de Moreno Valle y Alonso a?os atr¨¢s, la victoria de Barbosa en las urnas o las trifulcas posteriores entre morenistas y conservadores. La entrada de polic¨ªas armados en las instalaciones de la UDLAP era casi una afrenta a la idea de progreso que ha dominado el Estado desde hace d¨¦cadas. Hab¨ªa un pacto, la UDLAP no se toca. Ese pacto se rompi¨® y muchos en Puebla a¨²n se preguntan por qu¨¦.
Una historia enredada, pocos parecen tenerlo tan claro como el propio Barbosa. En las primeras semanas tras la toma, el gobernador critic¨® duramente a los Jenkins, a quienes trataba como funcionarios corruptos. ¡°Es una chingadera lo que hicieron¡±, dijo apenas una semana despu¨¦s de la irrupci¨®n de la estatal. En este tiempo, la familia Jenkins ha respondido con cierto sigilo. Al menos la parte de la familia que segu¨ªa al mando de la fundaci¨®n.
La familia Jenkins
Los Jenkins no son una familia cualquiera. Descendientes del controvertido magnate norteamericano William O. Jenkins, sus nietos y biznietos se han encargado de administrar su patrimonio durante d¨¦cadas. Empresario azucarero, industrial textilero, due?o virtual del cine mexicano durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX, cre¨® una fundaci¨®n a la que dej¨® su fortuna. El dinero, dijo, servir¨ªa a los m¨¢s pobres, principalmente de Puebla, regi¨®n que lo acogi¨® casi toda su vida. El viejo Jenkins atend¨ªa otra necesidad: evitar que el dinero corrompiera a su familia.
Con el paso del tiempo, sin embargo, sus descendientes acabaron por pelear. En 2012, su biznieto, Guillermo Jenkins De Landa, ri?¨® con sus pap¨¢s y hermanos. Ambas partes se acusaron de malversar dinero de la fundaci¨®n. Los segundos dijeron que el primero hab¨ªa pactado con el Gobierno de Moreno Valle para entregar el patrimonio del instituto a cambio de unos millones de d¨®lares. Ante esa amenaza y el cambio legislativo mencionado p¨¢rrafos arriba, vaciaron la fundaci¨®n. Mandaron acciones, inmuebles y dinero al extranjero. Cuando lo supo, Guillermo Jenkins de Landa denunci¨® a su familia por lavado de dinero.
La denuncia no prosper¨® y la fiscal¨ªa la archiv¨® en 2018. Pero en 2020, ya con Alejandro Gertz al frente de la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR), el Ministerio P¨²blico la reactiv¨®. En una decisi¨®n que los denunciados han criticado arduamente, los fiscales presentaron la denuncia ante el juez, consiguiendo ¨®rdenes de aprehensi¨®n contra la madre de Guillermo Jenkins de Landa, de 85 a?os, sus hermanos y los abogados de estos. El padre hab¨ªa muerto en 2016. A la vez, la fiscal¨ªa de Gertz mand¨® un trozo de la investigaci¨®n a Puebla, que ten¨ªa que ver con delitos que se dirimen en el ¨¢mbito local, en este caso fraude.
A la vista de las ¨®rdenes de detenci¨®n, el Gobierno de Barbosa destituy¨® a los Jenkins de los patronatos de sus fundaciones y nombr¨® nuevos, que se han encargado desde entonces de la universidad. Los nuevos dirigentes de la UDLAP aseguran que ordenaron una auditor¨ªa, cuyos resultados mostraban corruptelas del rector Derbez. En los primeros d¨ªas de julio lo destituyeron. Mientras tanto, la fiscal¨ªa de Puebla obtuvo ¨®rdenes de detenci¨®n contra el rector y su equipo cercano por los delitos locales. Actualmente, Derbez est¨¢ escondido. Aunque el delito que le imputan -que el rector niega- no es grave, sus abogados no se f¨ªan de la fiscal¨ªa de Puebla y piensan que podr¨ªan intentar encerrarle en la c¨¢rcel.
Los abogados de Derbez han recurrido las ¨®rdenes de aprehensi¨®n, igual que su destituci¨®n, adem¨¢s de la remoci¨®n de los patronatos de las fundaciones. Ni ¨¦l ni los viejos patronos reconocen a los nuevos, tampoco al rector que nombr¨® el nuevo patronato, Armando R¨ªos P¨ªter, figura marchita de la pol¨ªtica nacional, amigo personal del gobernador Barbosa. Por no reconocer, Derbez se?ala que ni siquiera atienden el cambio legislativo que modific¨® la ley de beneficiencia aprobado hace a?os.
Despu¨¦s de varios meses, parece que la justicia empieza a sonre¨ªr a la parte denunciada. Esta semana, un tribunal federal rechaz¨® una queja del Gobierno de Puebla, ante la decisi¨®n previa de un juez de suspender las medidas cautelares impuestas con las primeras denuncias por otro juez: la entrega de los activos de la universidad, las cuentas, etc¨¦tera. Esto implica que la suspensi¨®n es efectiva y que por tanto, la universidad deber¨ªa volver, mientras se resuelven las denuncias, a manos de sus antiguos dirigentes.
Derbez, secretario de Estado durante el Gobierno de Vicente Fox (2000-2006), no tiene claro cu¨¢nto tiempo tardar¨¢ en hacer efecto la resoluci¨®n. ¡°La parte medi¨¢tica es m¨¢s r¨¢pida que la legal, aunque lo cierto es que nos asiste la raz¨®n y la legalidad. Estamos siendo blanco de una campa?a medi¨¢tica de desprestigio en Puebla. Y un ataque jur¨ªdico que no corresponde a la realidad¡±.
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