M¨¦xico llega a la COP26 sin nuevos compromisos y con las renovables bajo amenaza
El Gobierno participa en la cumbre del clima de Glasgow en pleno debate sobre la reforma constitucional que limita la generaci¨®n el¨¦ctrica privada
M¨¦xico acude a la Cumbre del Clima de Naciones Unidas con las manos vac¨ªas. Sin nuevos compromisos de reducci¨®n de emisiones y con los objetivos que present¨® el a?o pasado suspendidos por un tribunal. El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, siempre reacio a giras internacionales, no viajar¨¢ a Glasgow para la COP26 y delegar¨¢ en la secretaria de Medio Ambiente, Mar¨ªa Luisa Albores. Esta participaci¨®n de segundo nivel en una reuni¨®n clave para contener el calentamiento global coincide, adem¨¢s, con el impulso a una reforma constitucional que amenaza el crecimiento de las energ¨ªas renovables en el pa¨ªs.
M¨¢s de 100 jefes de Estado, entre ellos el presidente de EE UU Joe Biden, tienen previsto asistir al c¨®nclave. Se busca un nuevo empuje a la agenda clim¨¢tica, tras el impasse que supuso la pandemia y el negacionismo de Donald Trump. Naciones Unidas ha advertido en un informe reciente de que los compromisos actuales implican un incremento de la temperatura global de 2,7¡ãC respecto a los niveles preindustriales, muy lejos del objetivo de 1,5¡ãC que recoge el Acuerdo de Par¨ªs. Para lograr esta meta, el mundo tiene ocho a?os para cortar a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero, seg¨²n el Programa de la ONU para el Medio Ambiente.
En este contexto de urgencia, el Ejecutivo de L¨®pez Obrador llevar¨¢ a la agenda de la reuni¨®n la necesidad de aumentar los apoyos a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. ¡°M¨¦xico considera de gran importancia establecer un objetivo de financiamiento clim¨¢tico m¨¢s ambicioso, que permita a los pa¨ªses en desarrollo llevar a cabo acciones de adaptaci¨®n de manera oportuna (...)¡±, se?al¨® la secretaria Albores en un comunicado esta semana.
Sin embargo, los compromisos de reducci¨®n de emisiones de M¨¦xico, el meollo de toda cumbre clim¨¢tica, se quedan como estaban. En 2020, cuando los firmantes del Acuerdo de Par¨ªs ten¨ªan que presentar metas m¨¢s ambiciosas, el Gobierno de L¨®pez Obrador mantuvo las que hab¨ªa presentados cinco a?os antes, en 2015: una reducci¨®n del 22% en las emisiones para 2030. Tras la visita en octubre del enviado de EE UU para el cambio clim¨¢tico, John Kerry, el canciller Marcelo Ebrard mencion¨® la posibilidad de ampliar las metas el pr¨®ximo a?o.
La organizaci¨®n Climate Action Tracker ha tachado los actuales compromisos de ¡°altamente insuficientes¡±. En la misma l¨ªnea, Jorge Villarreal, de la ONG Iniciativa Clim¨¢tica, asegura que lo presentado por M¨¦xico ¡°suponiendo que se cumpla, lo sit¨²a en una trayectoria de arriba de los dos grados¡±. El experto apunta, adem¨¢s, a la falta de un plan para poner en pr¨¢ctica los compromisos y al obst¨¢culo que eso supone para atraer mayor financiamiento, uno de los objetivos perseguidos por el Gobierno en esta cumbre: ¡°La pregunta es si M¨¦xico est¨¢ en condiciones de utilizar un mayor flujo de recursos porque no tiene ruta de implementaci¨®n ni un portafolio de acciones espec¨ªficas a donde destinarlos¡±.
Adem¨¢s de insuficientes, los compromisos de 2020 han sido suspendidos por un tribunal mientras resuelve el fondo de un amparo presentado por Greenpeace. La ONG considera que al mantener los mismos compromisos de 2015 y modificar la l¨ªnea base de emisiones, M¨¦xico puede descargar 14 millones de toneladas de CO? m¨¢s de lo previsto, equivalente a lo que produce la industria cementera dom¨¦stica. ¡°Quiz¨¢s no es mucho, pero en vez de aumentar la ambici¨®n del pa¨ªs lo que se hace es lo contrario¡±, dice Gustavo Ampugnani, director de la organizaci¨®n en M¨¦xico. ¡°No s¨¦ c¨®mo van a explicar esto en Glasgow¡±.
Mientras la comunidad internacional reclama mayor ambici¨®n clim¨¢tica, el nacionalismo energ¨¦tico del Gobierno parece llevar al pa¨ªs en sentido contrario. A la pol¨¦mica construcci¨®n de la refiner¨ªa de Dos Bocas, se a?ade ahora una reforma constitucional que altera las reglas del sector energ¨¦tico y margina la generaci¨®n renovable de centrales privadas.
Si se aprueba, las plantas e¨®licas y solares particulares subir¨¢n su producci¨®n despu¨¦s de las termoel¨¦ctricas y las plantas de ciclo combinado de la Comisi¨®n Federal de Electricidad (CFE), que utilizan combust¨®leo o gas natural. Con este cambio en el orden de prioridad, la reforma amenaza con aumentar las emisiones de CO? entre un 26% y un 65%, seg¨²n el Laboratorio Nacional de Energ¨ªas Renovables (NREL, por sus siglas en ingl¨¦s), del Gobierno de EE UU.
La CFE ha disputado el pron¨®stico del NREL y sostiene que las emisiones de CO? van a disminuir, aunque el documento en el que se basa, el Programa para el Desarrollo del Sistema El¨¦ctrico Nacional (Prodesen), muestra un estancamiento hasta 2024 y una disminuci¨®n de gases solo a partir de ese momento. En cualquier caso, el Prodesen se public¨® meses antes de que el presidente presentara su propuesta de cambio de modelo y, por tanto, tampoco pudo haber tomado en cuenta el potencial impacto de la reforma.
El Gobierno insiste, adem¨¢s, en que se puede lograr el objetivo del 35% de energ¨ªas limpias para 2024, como marca la Ley de Transici¨®n Energ¨¦tica. Ahora se tiene un 27%, una brecha de ocho puntos porcentuales que las autoridades pretenden salvar en apenas tres a?os. El Prodesen se?ala, por el contrario, que en 2024 solo se llegar¨¢ a un 31% de energ¨ªas limpias y que ese porcentaje repuntar¨¢ a partir de entonces, es decir, en el pr¨®ximo sexenio.
Frente a las cr¨ªticas, el Gobierno se ha agarrado a una verdad innegable pero de m¨ªnimos: el recordatorio de que hay otros pa¨ªses, como EE UU o China, que contaminan m¨¢s. ¡°M¨¦xico es de los pa¨ªses que emite menos CO? en el sector el¨¦ctrico per capita, posicion¨¢ndonos como un pa¨ªs responsable en el contexto mundial¡±, se?al¨® en octubre la secretaria de Energ¨ªa, Roc¨ªo Nahle. En n¨²meros absolutos, M¨¦xico es el duod¨¦cimo mayor contaminante, si se cuenta a la Uni¨®n Europea como un bloque, seg¨²n el World Resources Institute. Gustavo Ampugnani, de Greenpeace, advierte de que eso no puede servir de excusa para la inacci¨®n: ¡°No significa que no se pueda hacer m¨¢s esfuerzos aprovechando el potencial renovable que tiene¡±.
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