Luis Donaldo Colosio, el alcalde al volante de Monterrey
El pol¨ªtico sube a EL PA?S a su coche para hablar de sus primeros 100 d¨ªas en el cargo, del papel de la oposici¨®n y del legado que representa el nombre de su padre
Luis Donaldo Colosio Riojas maneja su auto como lleva las riendas del Ayuntamiento de Monterrey. Sin intermediarios, ¨¢gil, encarrilado y con los ojos fijos en la carretera. El pol¨ªtico nacido en Sonora hace 36 a?os est¨¢ a punto de cumplir 100 d¨ªas como alcalde de la segunda ciudad m¨¢s importante de M¨¦xico y capital del Estado de Nuevo Le¨®n, al norte del pa¨ªs.
Tiene una agenda apretada no, apretad¨ªsima. Tanto que esta entrevista que iba a realizarse en el Ayuntamiento, acaba haci¨¦ndose a bordo de su coche blindado mientras se dirige al festival de Navidad de su hija de seis a?os, lo ¨²nic...
Luis Donaldo Colosio Riojas maneja su auto como lleva las riendas del Ayuntamiento de Monterrey. Sin intermediarios, ¨¢gil, encarrilado y con los ojos fijos en la carretera. El pol¨ªtico nacido en Sonora hace 36 a?os est¨¢ a punto de cumplir 100 d¨ªas como alcalde de la segunda ciudad m¨¢s importante de M¨¦xico y capital del Estado de Nuevo Le¨®n, al norte del pa¨ªs.
Tiene una agenda apretada no, apretad¨ªsima. Tanto que esta entrevista que iba a realizarse en el Ayuntamiento, acaba haci¨¦ndose a bordo de su coche blindado mientras se dirige al festival de Navidad de su hija de seis a?os, lo ¨²nico ¡°sagrado¡± para el alcalde. Su familia.
Es dif¨ªcil seguirle el paso. Camina r¨¢pido por los corredores del Palacio Municipal dentro de unos tenis negros [zapatillas de deporte]. Camisa blanca, pantal¨®n oscuro, peinado con la raya a un lado. Si hace fr¨ªo, una bomber azul remata el uniforme de alcalde que viste todos los d¨ªas y que le da un aspecto m¨¢s de colegial que de pol¨ªtico. Es sobrio al vestir y al hablar. Forma parte de la nueva hornada que encarna el relevo generacional de la pol¨ªtica mexicana.
Su Jeep todoterreno enfila las calles empedradas del Centro Hist¨®rico. ¡°La mayor¨ªa de las veces me gusta manejar porque si no, pierdo la realidad con la ciudad¡±, asegura. ¡°Me gusta padecer el tr¨¢fico igual que mi gente. Si paso por alg¨²n bache, digo: ¡®Pinche alcalde¡¯. Luego me acuerdo que soy yo y me reporto a m¨ª mismo¡±, bromea y vuelve a ponerse serio: ¡°Lo m¨¢s peligroso para un servidor p¨²blico es estar sustra¨ªdo de la realidad¡±. Mientras pisa el acelerador, la tarde cae sobre la imponente sierra de Las Mitras y el pesado tr¨¢fico de la capital concede una tregua para avanzar de manera fluida.
Quienes conocen al alcalde saben que durante mucho tiempo no quiso saber nada de pol¨ªtica. Hijo del candidato del PRI asesinado en 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta, el joven carga con un nombre que en sus propias palabras ¡°pesa en el argot de la pol¨ªtica mexicana¡±. Todos los partidos intentaron reclutarlo en sus filas. Todos. El PAN le ofreci¨® ser candidato a la gubernatura del Estado en las pasadas elecciones y Morena, que se postulara en sus listas para alcalde. Les dijo que no. ¡°No comulgamos con ciertos sectores que actualmente llevan las riendas de esos partidos¡±, responde. El PRI tambi¨¦n intent¨® captarlo, pero no sucumbi¨® al canto de las sirenas. ¡°Me ofrecieron ser diputado plurinominal cuando ten¨ªa 21 a?os. Se me hizo una oferta completamente irresponsable y ligada 100% a un morbo pol¨ªtico asociado con mi nombre¡±, dice molesto. Colosio solo mira de reojo mientras lanza esas palabras. ¡°Yo sab¨ªa por qu¨¦ me lo estaban ofreciendo y por eso, declin¨¦¡±.
Su nombre tiene la fuerza de un talism¨¢n. Toda una generaci¨®n se qued¨® con hambre y sed de ver a su padre en la silla presidencial. Pese a llevar solo dos meses al frente del Ayuntamiento, una encuesta del diario Reforma lo posicion¨® hace unas semanas como el candidato opositor con m¨¢s posibilidades de llegar a la presidencia del pa¨ªs en 2024. Admite que se sorprendi¨®. ¡°Tampoco me voy a distraer de lo que tengo que hacer el d¨ªa de hoy. Mis aspiraciones son sociales, no pol¨ªticas¡±, asegura. ¡°Quiz¨¢ sea el peor pol¨ªtico de M¨¦xico porque soy demasiado transparente para mi propio bien y me concentro ¨²nicamente en lo que me toca administrar¡±, agrega. Sus amigos y compa?eros de partido le piden que se involucre m¨¢s en la pol¨ªtica nacional, pero ¨¦l ha dicho que prefiere ¡°ir paso a paso y no dar brincos¡±. ¡°Procuro hacerlo, pero no me quita mucho el sue?o¡±, comenta, mientras cambia de carril y busca protegerse del sol que cae a plomo antes del atardecer. Sobre sus aspiraciones pol¨ªticas, Colosio se siente c¨®modo en una especie de ambig¨¹edad. Dice que solo piensa en el presente y al mismo tiempo, aunque no lo dice abiertamente, no se descarta.
La leyenda de Luis Donaldo Colosio, el padre, se sostiene sobre la inc¨®gnita de qu¨¦ hubiera pasado si hubiera ganado la presidencia y marca tambi¨¦n el tono de c¨®mo las personas hablan de su hijo. ¡°Su padre no era un pol¨ªtico profesional, sino de los que aprenden. A Luis Donaldo hijo le pasa algo parecido. Forma parte de esa generaci¨®n joven que quiere cambiar al pa¨ªs. Es un idealista¡±, opina Agust¨ªn Basave, colaborador y amigo de la familia. ¡°Su paso por la alcald¨ªa es muy importante para definir qu¨¦ sigue¡±, opina Martha Tagle, exlegisladora de Movimiento Ciudadano en la C¨¢mara de Diputados. La mitad de su equipo no sobrepasa los 45 a?os, con perfiles que proceden de los movimientos sociales estudiantiles de hace una d¨¦cada. Luc¨ªa Riojas, de 33 a?os, dej¨® su diputaci¨®n federal para sumarse como secretaria del Ayuntamiento. ¡°Es un liderazgo abierto e incluyente¡±, sostiene Riojas.
¡°Mi nombre ya no me pertenece, le pertenece a mis dos hijos¡±, afirma Colosio, en una de las pocas veces que detiene el paso y mira fijamente a su interlocutora. Cuando termin¨® la carrera de Derecho en el Tecnol¨®gico de Monterrey fund¨® un despacho de abogados con sus socios y no fue hasta hace tres a?os que dio el paso como diputado local por Movimiento Ciudadano. Piensa r¨¢pido, busca ser frontal y admite que es muy terco. Pocas veces se quita la coraza. ¡°Me met¨ª en pol¨ªtica por la misma raz¨®n por la que en este momento estamos saliendo de la oficina y rompiendo toda la agenda de trabajo: por mis ni?os¡±, dice, ¡°todo el trabajo que hago no es para m¨ª¡±, afirma.
Nuevo Le¨®n fue uno de los frentes m¨¢s disputados en las elecciones de este a?o en M¨¦xico: el tercer Estado m¨¢s rico del pa¨ªs, con un arraigado esp¨ªritu empresarial y un fuerte sentimiento regionalista. En ese escenario, Movimiento Ciudadano fue el ganador inesperado que se aprovech¨® del hast¨ªo de los partidos tradicionales y del Gobierno de L¨®pez Obrador y se llev¨® la gubernatura y la presidencia municipal de la capital. Al mismo tiempo que Colosio lleg¨® Samuel Garc¨ªa, gobernador del Estado y del que presume ser su amigo, aunque el talante de ambos pol¨ªticos sea completamente opuesto.
Garc¨ªa m¨¢s desenfadado y Colosio m¨¢s comedido hacen una dupla que tendr¨¢ que enfrentarse a la crisis de inseguridad del Estado, los problemas econ¨®micos, la contaminaci¨®n y la falta de oportunidades, entre otros asuntos. Colosio pone el foco en fortalecer a la polic¨ªa y atacar la falta de oportunidades. ¡°Tenemos que tener una polic¨ªa bien equipada, bien pagada, bien cuidada, pero por m¨¢s profesional que sea, jam¨¢s habr¨¢ polic¨ªa que alcance porque la inseguridad es producto de la desesperaci¨®n de much¨ªsima gente¡±, comenta. La inseguridad, admite, es uno de los temas que m¨¢s le preocupa a la gente.
Al llegar a un cruce, el veh¨ªculo se detiene y gira a la derecha. Momento perfecto para hablar del papel de la oposici¨®n despu¨¦s de tres a?os de Gobierno de Morena. Hay quienes critican la indefinici¨®n pol¨ªtica de Movimiento Ciudadano: demasiado conservador para la izquierda y demasiado progresista para los conservadores. Colosio lo ha definido en otras entrevistas como un partido de ¡°socialdemocracia renovada¡±.
Cree que Movimiento Ciudadano puede ser esa fuerza que aglutine a la oposici¨®n de cara a 2024, pero le preocupa la inmadurez de todos los partidos contrarios a Morena y su falta de propuestas. ¡°Cuando se analizan opciones de oposici¨®n para la sucesi¨®n presidencial, siempre se busca esta alianza total con el ¨²nico prop¨®sito de derrocar al r¨¦gimen actual¡±, critica. ¡°Es una postura miope y sumamente irresponsable¡±, agrega.
¡°Si algo le ha hecho falta a la oposici¨®n es darse cuenta de que pegarle a L¨®pez Obrador nunca va a ser una estrategia suficientemente buena para posicionarse como alternativa¡±, comenta Colosio, quien dice haberse cruzado solo un par de veces con el presidente: en un avi¨®n y en un elevador. No lo ve como un rival pol¨ªtico, pero admite que este Gobierno no es santo de su devoci¨®n. ¡°La oposici¨®n debe de preocuparse en presentar una alternativa mejor, en congruencia con lo que el pa¨ªs es y necesita¡±, insiste.
Para el alcalde ya no se trata de colores y afiliaciones pol¨ªticas. La gente lo que quiere ver son resultados. La mayor¨ªa de habitantes de Monterrey prefiere esperar a que el presidente municipal entregue esos resultados para ver si le dan el visto bueno despu¨¦s de la luna de miel de los 100 d¨ªas. Este es el caso de Francisco Javier Hern¨¢ndez, representante de un grupo de trabajadores de bares y discotecas del centro que se manifiesta junto a otras 150 personas a las puertas del Palacio Municipal para extender los horarios de cierre. ¡°En la pandemia tuvimos que empe?ar hasta el refri y ahora no nos dejan trabajar. Aqu¨ª hay mucha gente que lo apoy¨® y ahora queremos que el alcalde nos d¨¦ una respuesta¡±, dice molesto.
La Administraci¨®n ha establecido los mi¨¦rcoles de Atenci¨®n Ciudadana, donde el presidente municipal despacha en persona con las personas que as¨ª lo deseen. Solo hace falta formarse y esperar varias horas a ser atendido. Este es el caso de Lourdes Guzm¨¢n, que lleva desde las cuatro de la ma?ana para ver al alcalde. Busca financiaci¨®n para un refugio de mujeres maltratadas en el distrito Alameda. ¡°Con la Administraci¨®n pasada vine para este tr¨¢mite cinco veces y nunca me dieron respuesta¡±, dice Guzm¨¢n. ¡°El hecho de que se ponga a escuchar a la gente es un cambio a lo anterior¡±, dice otro vecino.
Desde Tlaxcala han llegado Francisco y su hermano Adolfo Cu¨¦llar. Dos abogados que han manejado durante 12 horas para conocer a Colosio. Le traen una vasija de cer¨¢mica t¨ªpica de su Estado como regalo. ¡°Quer¨ªa decirte que en Tlaxcala tienes amigos, que le des pa¡¯ lante¡±, le dice Cu¨¦llar al alcalde. Este le escucha muy recto con las manos en la espalda. ¡°Con esta trayectoria que lleva yo lo veo como presidente de la Rep¨²blica¡±, dice el abogado.
Los que se acercan quieren una foto con ¨¦l, estrecharle la mano. Colosio responde chocando el pu?o debido a la covid-19. Son muchos los que le cuentan d¨®nde estaban aquel fat¨ªdico 23 de marzo de 1994 cuando asesinaron a su padre. Profundamente religioso, hace unos meses public¨® desde Lomas Taurinas, Tijuana (Baja California), el lugar de la tragedia, un video en el que perdonaba a quienes planearon y acabaron con la vida del pol¨ªtico.
El coche frena al llegar a un sem¨¢foro en rojo. ?De verdad uno puede perdonar a los asesinos de su padre?
¨D Claro, yo lo hice hace muchos a?os y creo que es momento de que este pa¨ªs haga lo propio. Fue una gran tragedia, pero no podemos vivir por siempre en el rencor. Te envenena el alma. Si queremos realmente prosperar como sociedad, el pa¨ªs debe reconciliarse como naci¨®n.
Despu¨¦s de media hora, Colosio busca lugar para estacionarse y responde una ¨²ltima pregunta antes de apagar el motor.
¨D ?Qu¨¦ cree que le dir¨ªa su padre en estos momentos?
¨D Cumple tu palabra. S¨¦ feliz. S¨¦ buena persona. El comentario m¨¢s recurrente y el que me llena de m¨¢s orgullo es cuando me dicen: ¡°Tu pap¨¢ fue un buen hombre. Una gran persona¡±. Eso es lo ¨²nico que aspiro que le digan a mis hijos: ¡°Tu pap¨¢ fue un buen hombre¡±.
¨D ?Y su madre qu¨¦ le dir¨ªa?
Claramente emocionado responde. ¡°Te dije que no te metieras a la pol¨ªtica, pendejo¡±.
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