La esperanza por encontrar a su hijo se renueva para Cecilia Flores
La l¨ªder del colectivo Madres Buscadoras de M¨¦xico halla, despu¨¦s de m¨¢s de tres a?os de b¨²squeda, una osamenta en una colonia de Hermosillo que atribuye a su hijo
El hallazgo de una osamenta ha dado nuevas esperanzas a Cecilia Flores de encontrar a sus hijos desaparecidos por el narco. El colectivo Madres Buscadoras de M¨¦xico, antes conocido como Madres Buscadoras de Sonora, encontr¨® la noche del jueves los restos de una persona enterrada en un barrio a las afueras de Hermosillo, capital del Estado de Sonora. ¡°Creo que encontr¨¦ a mi hijo Marco en la b¨²squeda de hoy. Reconozco su dentadura y forma de cr...
El hallazgo de una osamenta ha dado nuevas esperanzas a Cecilia Flores de encontrar a sus hijos desaparecidos por el narco. El colectivo Madres Buscadoras de M¨¦xico, antes conocido como Madres Buscadoras de Sonora, encontr¨® la noche del jueves los restos de una persona enterrada en un barrio a las afueras de Hermosillo, capital del Estado de Sonora. ¡°Creo que encontr¨¦ a mi hijo Marco en la b¨²squeda de hoy. Reconozco su dentadura y forma de cr¨¢neo. Siento que me derrumbo¡±, escribi¨® la mujer en sus redes sociales.
Los restos humanos enterrados en posici¨®n sedente fueron encontrados cerca del kil¨®metro 5 de la Calle 20 Sur, en un terreno bald¨ªo en la zona conocida como Costa de Hermosillo. Las autoridades que procedieron al levantamiento de los huesos realizar¨¢n una prueba de ADN para verificar que se trata de Marco Antonio Flores, desaparecido en 2019 en Sonora, a manos del crimen organizado. Los resultados se conocer¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas.
Una llamada a ¨²ltima hora de la tarde puso a Cecilia Flores de nuevo en marcha. La mujer, de 48 a?os, vive pegada al celular. Cada d¨ªa recibe cientos de mensajes a trav¨¦s de Whatsapp y redes sociales con informaci¨®n sobre personas desaparecidas y la localizaci¨®n de posibles fosas clandestinas.
El jueves una nueva notificaci¨®n le devolv¨ªa un poco de esperanza. ¡°As¨ª como me lleg¨® la informaci¨®n llegamos al lugar y ah¨ª estaba¡±, cuenta Flores al otro lado del tel¨¦fono. ¡°El cuerpo no estaba muy visible, batallamos toda la tarde para localizarlo, pero al final pudimos hacerlo. Estaba sentado, solo. No hab¨ªa nada alrededor¡±, describe con total frialdad. ¡°Ahora solo nos queda esperar a que lleguen los servicios periciales, que se procese el cuerpo y que se empiece a trabajar para saber si es o no mi hijo¡±.
Desde que desaparecieron, no ha parado de buscar a sus hijos. Primero, Alejandro Guadalupe en 2015, secuestrado a plena luz del d¨ªa en Sinaloa; despu¨¦s, Marco Antonio, levantado en Sonora en 2019. Al principio no ten¨ªa muchas herramientas a su alcance, pero hizo tanto ruido a trav¨¦s de redes sociales y en medios que le apodaron ¡°La mam¨¢ grande de Sonora¡±. Cada d¨ªa la lista de desaparecidos en M¨¦xico crece sin parar y roza las 100.000 personas.
Desde que Flores se ech¨® al monte por primera vez, empez¨® a retransmitir sus batidas en el desierto, en basureros, en predios y vaguadas. Ten¨ªa la esperanza de que sus hijos vieran sus videos y de que sus captores los liberaran si transmit¨ªa constantemente a trav¨¦s de su Facebook... Las redes sociales le permitieron contactar con otras madres que estaban en la misma situaci¨®n que ella, pero sus hijos no volvieron a casa.
Al principio las madres que se reun¨ªan en las b¨²squedas eran muy poquitas. En tres a?os, Madres Buscadoras de M¨¦xico se ha convertido en una plataforma de m¨¢s de 2.000 integrantes. ¡°Ya somos investigadoras privadas, antrop¨®logas, las que toman cuerpos... Antes no sab¨ªamos nada, pero ahora hemos aprendido y somos m¨¢s eficientes que las propias autoridades¡±, se?alaba Flores en una entrevista con EL PA?S. La mujer reclama el silencio de las autoridades estatales y federales, una inacci¨®n que las ha empujado a salir a buscar a sus hijos con sus propios medios.
El a?o pasado tuvo que huir de Sonora con lo puesto. El 15 de julio, un comando lleg¨® a la casa de su compa?era Aranza Ramos, en Sinaloa. La mujer de 27 a?os llevaba seis meses buscando a su marido desaparecido. Fue asesinada esa misma noche. Horas despu¨¦s, una llamada alert¨® a Cecilia: la muerte de Ramos era una advertencia, ella era la siguiente. Pese a las amenazas, ha regresado a Sonora todos los meses para continuar buscando a Marco Antonio. ¡°No puedo quedarme en mi casa mientras Alejandro y Marco Antonio est¨¢n desaparecidos. Llevo muerta en vida desde que se los llevaron, para m¨ª ya no hay Navidad, ni cumplea?os, ni A?o Nuevo¡±, responde.
Ahora espera que al menos esa b¨²squeda haya terminado. ¡°Quiero volver a ver a mis hijos, aunque sea en un pu?ado de huesos¡±. Esa es una de las frases que m¨¢s repite Cecilia Flores desde hace siete a?os. Esa y que su familia, por fin, pueda descansar en paz.
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