Qu¨¦ esconde Dante Delgado en el sombrero
Quiz¨¢ al senador le convenga recordar las palabras que el Dante joven y de pelo quebrado escuch¨® de Allende: ¡°El dogmatismo, el sectarismo, debe ser combatido¡±.
De alguna manera, la visita a M¨¦xico la semana pasada del presidente chileno Gabriel Boric marc¨® para el senador Dante Delgado medio siglo de interlocuciones con jefes de Estado.
El joven mandatario andino escuch¨® en el Senado a este mexicano febril, mas no fue por mucho el primer jefe de estado de Chile con quien Dante ha conversado.
El veracruzano estuvo, con sus sempiternas gafas y un pelo ensortijado, en Chile en 1972, donde conoci¨® al presidente Salvador Allende, a quien meses despu¨¦s escuchar¨ªa en Guadalajara pronunciar el hist¨®rico discurso del chileno del 2 de diciembre de aquel a?o ¡ªotro aniversario de medio siglo¡ª en el auditorio universitario que hoy lleva su nombre.
La foto de su di¨¢logo con Allende pinta de cuerpo entero al Dante de entonces y de hoy: echado para adelante, expresivo, con algo que decir, protag¨®nico, seguro de s¨ª mismo. La diferencia m¨¢s visible, de entonces a ahora, es que hoy ¨Cya sin pelo¡ª Delgado usa a menudo sombrero o gorra.
En ese medio siglo Dante hizo una carrera protot¨ªpica de las figuras del PRI de entonces, incluida una ca¨ªda en la c¨¢rcel que ¨¦l siempre ha dicho que fue por venganza, y no por presuntos malos manejos en la gubernatura interina de Veracruz.
Desde los a?os ochenta escal¨® posiciones en el PRI y en Gobernaci¨®n a la sombra de Fernando Guti¨¦rrez Barrios. Esa forja burocr¨¢tica incluy¨® una diputaci¨®n federal y la embajada de M¨¦xico en Italia, pero, en los noventa y tras un a?o sobrado en la prisi¨®n, migr¨® a la oposici¨®n, a la que represent¨® en frustrados intentos de gobernar, por la v¨ªa constitucional, su estado natal.
Su renuncia al Revolucionario Institucional lo llev¨® a fundar Convergencia, el partido que evolucion¨® al nombre actual de Movimiento Ciudadano. Y aunque acompa?¨® a L¨®pez Obrador en sus campa?as por la presidencia de la Rep¨²blica de 2006 y 2012, nunca Dante hab¨ªa tenido tanto poder como ahora: es l¨ªder de la fuerza que gobierna dos de las tres entidades m¨¢s importantes del pa¨ªs ¨CJalisco y Nuevo Le¨®n¡ª y de una articulada y, cuando es necesario, ruidosa representaci¨®n en el Congreso de la Uni¨®n.
Las posiciones ganadas por MC, ¡°el partido naranja¡±, son fruto del esfuerzo de un par de d¨¦cadas, del innegable talento de Dante como scouter y forjador de alianzas, pero, tambi¨¦n, del hartazgo de la sociedad mexicana con los partidos tradicionales. Es, como Morena, visto por el electorado como una opci¨®n plausible frente a chamuscados candidatos de PAN, PRI y PRD.
Sin embargo, parte de eso comenz¨® a cambiar en 2021, cuando la oposici¨®n aliada pudo desdentar al oficialismo en la C¨¢mara de Diputados y en importantes enclaves como Ciudad de M¨¦xico.
La alianza opositora mostr¨® que pod¨ªan capitalizar, m¨¢s all¨¢ de sus particulares desprestigios, el hartazgo que provocan AMLO y los suyos en algunas capas de la sociedad.
Lo anterior no significa que en esas elecciones a la tropa de Dante le haya ido mal. Ganaron para empezar Nuevo Le¨®n y su capital. Alegan que les robaron Campeche y Colima. Y en Jalisco retuvieron el Congreso, cosa que ning¨²n gobernante de ese estado hab¨ªa logrado desde que hay alternancia, y la mayor parte de los ayuntamientos de la importante zona metropolitana tapat¨ªa.
Pero en esa cita electoral surgi¨® una pregunta que vuelta discusi¨®n ha arreciado con fuerza: qu¨¦ habr¨ªa pasado si MC se hubiera aliado con Va por M¨¦xico. Y, sobre todo, qu¨¦ va a pasar en las elecciones del 2023 en el Estado de M¨¦xico ¨Cdonde la oposici¨®n y el oficialismo quieren ensayar la elecci¨®n presidencial¡ª y en las federales y estatales de 2024.
?Ir¨¢ el partido naranja solo a los comicios aunque sean pr¨¢cticamente nulas sus chances de ganar?, ?asumir¨¢ el costo de ser visto como esquirol de la oposici¨®n?, ?lograr¨¢ sentar en la mesa a los opositores y convencerles de que el precio de sumarse es que le dejen conducir la nave?, ?impondr¨¢ como candidato a Colosio para que MC siga creciendo rumbo a la vuelta electoral de 2030, cuando aspirar¨ªa a la grande?
Quien diga hoy que sabe la ruta que Dante quiere tomar rumbo a esos procesos blofea, miente o adivina. Quiz¨¢ solo su sombrero sepa las cartas que guarda este viejo lobo. Aunque algo del futuro se podr¨ªa desvelar a partir del lunes, cuando Movimiento Ciudadano se re¨²na en su Convenci¨®n Nacional Democr¨¢tica Extraordinaria. Pero, hasta mediados de esta semana, para algunos de los cuadros m¨¢s importantes de MC era un misterio qu¨¦ pondr¨¢ su m¨¢ximo l¨ªder en la mesa de cara a las elecciones.
Justo hace un a?o hubo una reuni¨®n similar y, tras ella, Dante declaraba que segu¨ªan convencidos de que la ruta correcta era el camino en solitario. Distinguirse de los otros partidos de oposici¨®n para que la gente les viera con personalidad, con proyecto, con viabilidad. Pero tambi¨¦n dec¨ªa, no con tanto ¨¦nfasis, que llegado el momento se podr¨ªa discutir si podr¨ªan integrarse en un gran frente opositor.
Doce meses despu¨¦s no queda tiempo para tal vacilaci¨®n. Resta justo a?o y medio para la elecci¨®n presidencial, y los n¨²meros en las encuestas en Estado de M¨¦xico muestran que con MC, en teor¨ªa, la alianza ser¨¢ m¨¢s competitiva que sin los naranjas. Especulaci¨®n que escala exponencialmente si se barajan escenarios presidenciales.
Dante parece tener en las manos, pues, la llave que activa a una oposici¨®n m¨¢s competitiva o la que desinfla esa posibilidad. Pero hay otro escenario. Uno donde la oposici¨®n, tonificada por su exitosa marcha del 13N, logra articular una potencia como la que se vio, en los resultados, en las intermedias de 2021. Si eso llega a ocurrir, el riesgo para este partido que se presenta como una tercera v¨ªa es quedar reducido a una fuerza testimonial: si el llamado voto ¨²til cobra fuerza, la gente podr¨ªa decir hasta la vista, Dante.
Nadie podr¨¢ nunca decir que una vez decidido Dante se cohibe al hacer sentir su voluntad y deseos. Si es necesario manda comprar planas en peri¨®dicos para que todos vean lo que piensa del presidente o del momento. Pero esa virtud no sale de la nada. Es producto de un tes¨®n que no pocas veces deviene en terquedad, cerraz¨®n e imposiciones.
La verdadera batalla por el futuro de MC est¨¢ a punto de comenzar. Sus alfiles m¨¢s destacados tienen algo que decir sobre la disyuntiva entre alianza o candidaturas solitarias. Pero qu¨¦ tanto escuchar¨¢ Dante a esos mismos que ¨¦l ayud¨® a crecer, a ganar.
A ¨¦l le gusta hablar, convencer, agotar, decidir. Y le gusta repetir sus ideas, sus convicciones. En parte a eso debe tantos a?os de ¨¦xito y supervivencia en la pol¨ªtica. Pero ?y si los tiempos cambiaron y se requieren nuevos trucos, o no tan nuevos, como dialogar, negociar, escuchar?
Quiz¨¢ al Dante de sombrero le convenga recordar las palabras que el Dante joven y de pelo quebrado escuch¨® de Allende en Guadalajara: ¡°El dogmatismo, el sectarismo, debe ser combatido; la lucha ideol¨®gica debe llevarse a niveles superiores, y eso s¨ª que es importante. El di¨¢logo, la discusi¨®n, pero la discusi¨®n para esclarecer, no para imponer determinadas posiciones¡±.
Se cumplen dos medios siglos juntos. Igual es una se?al del destino.
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