Yasm¨ªn Esquivel vs Yasm¨ªn Esquivel
Que sea la ministra Esquivel la que elabore una ponencia y en ella diga a la sociedad c¨®mo se juzga a s¨ª misma ahora que cuatro de cada diez p¨¢ginas de su tesis doctoral son de verdaderos juristas
Por sus manos pasa el destino de vidas, fortunas y famas. Ser parte de la Corte supone que puede hacer que una presa inunde un pueblo, que una comunidad recobre un bosque, que una familia se defienda del acto infame de un poderoso, que una persona sea liberada o nunca m¨¢s pise la calle. Tambi¨¦n que la ley sea pareja, que se haga justicia.
Pero qu¨¦ sucede cuando, contra lo que se dice popularmente, un juez elude juzgar bien, cuando se resiste a comenzar en su casa, en su persona, eso de aplicar la severidad de la ley, eso de que lo id¨®neo para impartir justicia es ser alguien de buena re...
Por sus manos pasa el destino de vidas, fortunas y famas. Ser parte de la Corte supone que puede hacer que una presa inunde un pueblo, que una comunidad recobre un bosque, que una familia se defienda del acto infame de un poderoso, que una persona sea liberada o nunca m¨¢s pise la calle. Tambi¨¦n que la ley sea pareja, que se haga justicia.
Pero qu¨¦ sucede cuando, contra lo que se dice popularmente, un juez elude juzgar bien, cuando se resiste a comenzar en su casa, en su persona, eso de aplicar la severidad de la ley, eso de que lo id¨®neo para impartir justicia es ser alguien de buena reputaci¨®n. A qui¨¦n recurrir.
La pregunta no es menor si, encima, esa que desde?a los llamados a someterse a un escrutinio y a rendir cuentas luego de documentadas imputaciones de trampa es, ni m¨¢s ni menos, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n.
Quiz¨¢ lo ¨²nico que queda, dado su gran poder, es pedirle a Yasm¨ªn Esquivel, que jur¨® honrar la Constituci¨®n, juzgar a Yasm¨ªn Esquivel. Pedirle que esa que fue al Senado a decir que quer¨ªa ser ministra, le diga a la naci¨®n qu¨¦ har¨ªa con la Yasm¨ªn Esquivel que, como ha descubierto por EL PA?S, plagi¨® buena parte de su tesis doctoral.
Ser¨¢ materia de su personal¨ªsima reflexi¨®n, indagar qu¨¦ tipo de pulsi¨®n le hizo, cuando ya estaba en una cumbre de poder, presentar para doctorarse en Derecho un documento cuajado de ideas ajenas sin acreditar. ?Cree que la gente es tonta y nunca ser¨ªa descubierta? ?Supuso que era emocionante transgredir y burlar? ?Se llenaba de adrenalina con cada obst¨¢culo superado en zancos que no eran suyos? ?Se supo siempre m¨¢s capaz para achicar a quien osara cuestionarla, a quien le reprochara? Ni idea.
Lo evidente, en cambio, es simple: una investigaci¨®n de EL PA?S no deja lugar a dudas de que para obtener un grado acad¨¦mico, en una sociedad donde los t¨ªtulos apantallan, Yasm¨ªn Esquivel no solo present¨® documentos provenientes del plagio, sino que ni siquiera se preocup¨® de que estos fueran de factura impecable, de disimular el enga?o, de borrar sus huellas. La falta de honorabilidad es burda. Ni siquiera aspir¨® a la excelencia de los buenos copistas. ?Quiso la ministra contribuir a la noci¨®n de que los mexicanos somos chafas?
Desde este viernes ya no existe la ¡°disculpa¡± de que una jovenc¨ªsima Yasm¨ªn Esquivel, que trabajaba y estudiaba, habr¨ªa cometido el error de encargar la redacci¨®n de su tesis de licenciatura, y que esos que le ofrecieron esa ayuda terminaron por darle un documento clonado. Ese intento benigno (o bobo) por explicar el plagio denunciado por Guillermo Sheridan hace dos meses es destrozado por la nueva revelaci¨®n period¨ªstica de EL PA?S.
Beatriz Guill¨¦n y Zedryk Raziel han presentado un minucioso reporte donde la chapuza de la ministra es flagrante, sino que obscena. Para decirse doctora en Derecho present¨® una tesis donde nunca reconoci¨® el trabajo de autores mexicanos y extranjeros, reputados y para nada menores. P¨¢rrafo tras p¨¢rrafo, el reportaje enciende las mejillas: la autora (es un decir) de la tesis era por ese tiempo titular de un tribunal. ?Qu¨¦ tipo de justicia puede haber impartido alguien que as¨ª actu¨® a la hora de obtener un grado acad¨¦mico?
Y encima, como es sabido por todo M¨¦xico, estamos ante la segunda denuncia period¨ªstica de plagio ¡ªy esta a¨²n m¨¢s prolija¡ª, pues varios de los autores reconocieron, como en cata ciega, que eran suyos las p¨¢ginas del trabajo que ella no les acredita.
O sea que tristemente estamos ante algo consuetudinario, que dice la RAE que significa que ¡°es de costumbre¡±. O, para acercarnos a los terrenos jur¨ªdicos donde la ministra ha pasado cuatro d¨¦cadas, habr¨ªa que decir ante una conducta reincidente. Dos tesis con denuncia de plagio s¨ª hacen verano.
La ministra Yasm¨ªn Esquivel ha de ser juzgada por ella misma. Visto que es capaz de promover recursos para que la UNAM ¡ª?todav¨ªa la considerar¨¢ su alma mater, como dijo en diciembre? Y en la m¨¢xima casa de estudios ?todav¨ªa la tendr¨¢n por alumna de esa instituci¨®n?¡ª, pero no nos distraigamos, visto, dec¨ªa, que es capaz de demandar que jueces impidan el libre ejercicio de la expresi¨®n a quienes en C.U. revisan su caso, entonces no est¨¢ fuera de lugar pedir que ella misma se encargue del entuerto.
Que sea la ministra Esquivel la que elabore una ponencia ¡ªle pueden ayudar, pero que d¨¦ cr¨¦dito, por una vez¡ª y en ella diga a la sociedad c¨®mo se juzga a s¨ª misma, ahora que cuatro de cada diez p¨¢ginas de su tesis doctoral son de verdaderos juristas. Que exponga qui¨¦n le rob¨® de ellos, que muestre c¨®mo ella con su pluma redact¨® lo que otros firmaron a?os antes, que reporte las fichas que hizo de obras en varios idiomas. Que sea su defensora de oficio. Que rinda cuentas la jueza a una ciudadan¨ªa que espera el fallo.
Aunque por ah¨ª ya apareci¨® un abogado a decir que la revelaci¨®n de Guill¨¦n y Raziel son pecadillos de mala redacci¨®n, nada mejor que escucharla a ella y no a recaderos: ?Qu¨¦ va a argumentar? ?Un malentendido? ?Una conspiraci¨®n? ?Tiene un video de las largas noches en que redact¨® esta tesis? ?Una nueva acta notarial? ?Pedir¨¢ que la Fiscal¨ªa capitalina denuncie a los periodistas? ?Solicitar¨¢ un amparo a fin de evitar que se revisen sus textos? ?Declarar¨¢ en la banqueta que lo de EL PA?S es fake news? ?Pol¨ªtica ficci¨®n?
Por si acaso no se ha dado cuenta en estos dos meses ¡ªy hay bastantes elementos para creer que en verdad no se quiere enterar de la gravedad y lo insostenible de su situaci¨®n¡ª alguien que le quiera bien habr¨ªa de decirle que a ella la historia no la absolver¨¢. Que desde semanas atr¨¢s su buen nombre ¨Cal que tiene derecho¡ª hab¨ªa entrado en el pantanoso terreno de la mala reputaci¨®n, que su empecinamiento solo terminar¨¢ por lastimarla a ella, y a las instituciones, claro, que si quiere, aunque sea un poco a M¨¦xico, se examine, se disculpe y entienda que la renuncia es el ¨²nico camino con algo de honor.
Y dado que ha sido esta una semana de deslindes, tan falaz es el argumento de la dirigencia panista, que al pretender ocultar el da?o que la sentencia contra Garc¨ªa Luna le hace al PAN asegura que el expolic¨ªa nunca fue miembro de ese partido, como preocupante que el presidente de la Rep¨²blica no asuma su responsabilidad con respecto a Yasm¨ªn Esquivel.
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador podr¨ªa hacer lo m¨¢s parecido a una moci¨®n de censura. Decir que as¨ª como ¨¦l la propuso al Senado, si hubiera sabido antes lo de sus tesis balines habr¨ªa pensado en otra persona, se habr¨ªa cuidado de que aquella a quien iba a recomendar no solo cumpliera con los requisitos, sino que no le hiciera quedar mal. Si el presidente no se deslinda, si no expresa su claro rechazo a lo descubierto, le har¨¢ un mal al Poder Judicial que ¨¦l tanto ha dicho que quiere limpiar: su promesa lo compromete.
L¨®pez Obrador se resiste como pocos en nuestra historia a que le hagan tomar decisiones. No le gusta que nadie caiga para que nadie sue?e que ¨¦l tambi¨¦n podr¨ªa caer. Queda apelar al Andr¨¦s Manuel escritor: ?se siente c¨®modo al saber, este autor de tantos libros, que una de sus recomendadas sustrae ideas ajenas y las presenta como propias? ?No es el peor pecado al escribir? ?Ni ese prurito le mover¨¢ a decir basta ya, nombremos a alguien m¨¢s?
Yasm¨ªn Esquivel debiera evitar el c¨¢liz de su caso al presidente de la Rep¨²blica y a sus compa?eros ministros. Convertirse en una paria, en la comidilla, en la presencia inc¨®moda en la Corte no es un destino que se le desee a nadie. Tiene a¨²n la capacidad de dictar la sentencia justa que fuerce el final del sainete que M¨¦xico ha atestiguado estos dos meses.
Aqu¨ª no habr¨¢ como en Brooklyn doce ciudadanos elegidos al azar que han de reunirse a deliberar su destino. Los documentos est¨¢n a la vista y solo le resta la dignidad de la salida por pie propio. Hay quien cree que debe hac¨¦rsele juicio pol¨ªtico, otros encargan su caso a sus colegas ministros. Aferrarse a la negaci¨®n de ver lo espurio de sus tesis, y encima son copias de p¨¦sima factura, solo har¨¢ m¨¢s profundo el desprestigio del final de su carrera.
Yasm¨ªn Esquivel jueza de s¨ª misma. Ya no queda m¨¢s. Y justicia que no es pronta, no es justicia. A menos de que, hablando de pulsiones, lo que realmente le motive no sea sustraer citas de otros, sino saberse y exhibirse por encima de la ley y de la buena fama. Si ese fuera el caso se convertir¨¢ en un referente de ¨¦poca, y con el tiempo su historia se contar¨¢ en la ¨²nica forma posible: la ministra sin disculpa que prefiri¨® la deshonra.
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