Abuso, corrupci¨®n, narcotr¨¢fico: un diccionario contra las injusticias en Latinoam¨¦rica
El fil¨®sofo uruguayo Carlos Pereda coordina una obra que re¨²ne los agravios que castigan a las sociedades latinoamericanas para ¡°despertar de la fatiga¡± de tantos problemas sociales
Abuso de poder. Corrupci¨®n. Cr¨ªmenes de lesa humanidad. Narcotr¨¢fico. Feminicidio. Explotaci¨®n sexual. Exilio¡ La lista de agravios que sufr...
Abuso de poder. Corrupci¨®n. Cr¨ªmenes de lesa humanidad. Narcotr¨¢fico. Feminicidio. Explotaci¨®n sexual. Exilio¡ La lista de agravios que sufren las sociedades latinoamericanas es enorme y un grupo de intelectuales ha reunido en una obra 146 de esas infamias para explicarlas y contextualizarlas. As¨ª naci¨® el Diccionario de las injusticias (Siglo veintiuno editores y UNAM), una obra editada por el fil¨®sofo uruguayo radicado en M¨¦xico Carlos Pereda, en la que se explica que todos estos ultrajes son espacios comunes a los que los integrantes de nuestras sociedades parecen que terminan habituados y, en muchos casos, se convierten en indiferentes. Pereda explica en esta entrevista que hay una fatiga generalizada ante tantos problemas sociales, como es el caso del asesinato cotidiano de mujeres en M¨¦xico, pero afirma que uno de los objetivos de este diccionario es hacernos consientes de estos problemas y movilizarnos al cambio. ¡°De ah¨ª la importancia de decir que pese a esa fatiga debemos hacer que este nuevo feminicidio no sea parte de una estad¨ªstica, no sea uno m¨¢s, sino que de alguna manera nos despierte y no dejar de luchar¡±, explica el fil¨®sofo. ¡°El punto no es que uno puede apostar o no apostar por un mundo con menos injusticias, es que no hay alternativa. Uno tiene que apostar porque haya menos injusticias¡±, dice Pereda.
Pregunta. En el diccionario incluyen el t¨¦rmino Ap¨¢trida, una injusticia que se vuelve actual cuando hemos visto en estos d¨ªas c¨®mo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha desterrado y quitado la nacionalidad a m¨¢s de 300 personas. Hay injusticias que pensamos olvidadas, pero siempre est¨¢n presente.
Respuesta. En el diccionario hay voces que son claramente injusticias y que lo son muy reconocidas en la actualidad, como acoso sexual, homicidios, asesinatos, autoritarismo. Y hay otras voces como ap¨¢trida o atomismo social de las que la gente puede preguntarse por qu¨¦ se les ocurri¨® poner esas voces en un diccionario de injusticias. Parecer¨ªa que las injusticias no tienen tiempo, van y vienen. La palabra ap¨¢trida, extra?amente hace unos a?os, se hab¨ªa vuelto algo as¨ª como positiva. Ser ap¨¢trida era no ser nacionalista, ser cosmopolita. Pero ahora de nuevo esta palabra ha recobrado su sentido originario de ser expulsado por un dictador. Ap¨¢trida es estar en un exilio, pero sin ning¨²n reconocimiento, ni siquiera el perverso reconocimiento que da un dictador que env¨ªa a alguien al exilio. Ap¨¢trida es una especie de limbo. Son injusticias que est¨¢n m¨¢s en la sombra, pero que en cualquier momento pueden venir y volverse de nuevo injusticias.
P. En el diccionario hay una lista de agravios que siguen actuales en Am¨¦rica Latina. ?Somos una de las regiones del mundo que sufre m¨¢s injusticias?
R. Estamos llenos de injusticias, pero parece que todos los pueblos se han vuelto como caldos de cultivo del agravio. Mira lo que est¨¢ pasando en ?frica, para no hablar de la guerra rusoucraniana o de otros lugares que son espacios de injusticias. Am¨¦rica Latina es un espacio de injusticias, pero lamentablemente ni siquiera somos originales en eso, ni siquiera somos due?os de nuestros vicios. Mira, nadie pensaba en el regreso de una guerra tradicional y ahora asistimos a una y que es muy posible que comience a ramificarse.
P. En Am¨¦rica Latina tenemos agravios en los que nos destacamos: en M¨¦xico est¨¢ la violencia del narcotr¨¢fico y el asesinato de diez mujeres al d¨ªa.
R. El narcotr¨¢fico es una injusticia extra?a, porque a nadie le hubiera ocurrido incluirlo en un mapa cl¨¢sico de las injusticias. Es un acierto nuestro incluirlo, porque se ha vuelto una especie de enfermedad social que carcome todo lo que est¨¢ a su alrededor. No solo es el hecho de que los narcotraficantes son delincuentes, sino que todo lo que est¨¢ a su alrededor, incluso gente que no tiene directamente casi nada que ver, son ensuciados y victimizados por esa violencia. En el caso del feminicidio es realmente escandaloso, pero lo importante es ver qu¨¦ hay detr¨¢s de ese esc¨¢ndalo.
P. ?Y qu¨¦ hay detr¨¢s?
R. Lo que hay detr¨¢s es una cultura machista. El otro d¨ªa, Marta Lamas, que hace una de las voces del diccionario, se?alaba el caso del actor mexicano Pablo Lyle, que se baja de su auto y le da una trompada a un se?or, que cae y se muere. Marta dice que la mayor¨ªa de los diarios se quejaba de que hab¨ªa sido un azar que el se?or se hab¨ªa ca¨ªdo y se hab¨ªa muerto y cuestionaban por qu¨¦ se castigaba al actor de ese modo. Y ella dec¨ªa que los medios de comunicaci¨®n masiva se concentran en la superficie y lo importante es lo que est¨¢ detr¨¢s. En este caso lo importante es ver la cultura machista, porque el actor podr¨ªa simplemente pedir disculpas y ya. Detr¨¢s de los feminicidios, aunque cada caso es horrible y cada uno es una tragedia, hay toda una cultura que menosprecia a las mujeres.
P. Una cultura en la que tambi¨¦n juega un papel importante el Estado, que no ha cumplido con su papel para ayudar a frenar esta tragedia.
R. S¨ª, pero no solo el Estado. Tambi¨¦n es importante que la sociedad entera se haga cargo de esas culpas y que no todo lo depositemos en otro. La sociedad entera es culpable. Claro que el Estado y sus instituciones tienen que intervenir, pero Hegel dec¨ªa que hay una moral p¨²blica y eso est¨¢ por todas partes.
P. En el libro hacen referencia a la moda y hablan de este trabajo de esclavos en pa¨ªses pobres donde se producen las prendas que se usan en las naciones ricas. ?Somos los seres humanos consientes de que podemos ser tambi¨¦n creadores de injusticias con nuestro actuar diario?
R. El libro es una manera de hacernos consientes de eso. Sospecho que uno como individuo puede hacer poco. Pienso que las voces solitarias pueden ser importantes, pero lo m¨¢s importante es cuando esas voces forman parte de un n¨²cleo. Hay situaciones en las que la sociedad est¨¢ secuestrada, como el caso que mencionas de Nicaragua, pero en nuestras sociedades, por m¨¢s que sean sociedades problem¨¢ticas e injustas, todav¨ªa podemos levantar la voz. El fil¨®sofo a quien est¨¢ dedicado el libro, Luis Villoro, sol¨ªa decir que nuestra sociedad es como un barco donde hay agua por todas partes, pero cuidado, porque todav¨ªa tenemos barco, por lo que debemos tratar de que el barco no se hunda del todo y quedemos como n¨¢ufragos.
P. Tambi¨¦n hay un cansancio de la gente ante tanta violencia y horror. Eso hace que muchos volteen a ver a otro lado ante tanta injusticia, encerrarse en s¨ª mismos.
R. S¨ª, tienes raz¨®n, pero sospechoso que eso ha sucedido desde siempre. A todos de alguna manera nos fatiga enfrentar problemas. La mayor¨ªa de nosotros tenemos problemas personales y surge una inmensa fatiga. De alguna manera, los medios de comunicaci¨®n masiva nos transforman eso que Hannah Arendt llamaba la banalidad del mal y nos dicen que el mal est¨¢ por todas partes, que, de alguna manera, se nos vuelve banal. De ah¨ª la importancia de decir que pese a esa fatiga debemos hacer que este nuevo feminicidio no sea parte de una estad¨ªstica, no sea uno m¨¢s, sino que de alguna manera nos despierte y no dejar de luchar.
P. ?Y c¨®mo debemos luchar en estos tiempos contra estas injusticias?
R. Lo que hemos aprendido del siglo XX, que fue un siglo de terror, es que no hay una respuesta, sino muchas. Y esas muchas respuestas van a depender del espacio y del tiempo. Estoy seguro de que no es lo mismo luchar contra la injusticia hoy en Zacatecas, en Nicaragua o en Par¨ªs. Son distintas injusticias a las que nos enfrentamos.
P. ?Se puede lograr una sociedad menos injusta o es una utop¨ªa?
R. Decir que es una utop¨ªa es decir que ya no tiene sentido escribir libros como este. Espero que se puedan lograr sociedades con menos injusticias, pero eso creo que va a depender de cada uno y de la cultura a la que pertenecemos. Acabo de tener una enfermedad y cuando termin¨® la operaci¨®n me despert¨¦ y dije: ¡®?qu¨¦ maravilla, estoy vivo!¡¯ y creo que he dejado de ser menos pesimista de lo que normalmente soy. Hay una idea de que cada generaci¨®n nos va a sorprender y hay que ver c¨®mo nos sorprenden los j¨®venes. El punto no es que uno puede apostar o no apostar por un mundo con menos injusticias, es que no hay alternativa. Uno tiene que apostar porque haya menos injusticias.
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