El grito de las feministas nicarag¨¹enses desterradas: ¡°Vamos a marchar en libertad en Costa Rica¡±
Al menos 170 feministas se han exiliado del pa¨ªs desde el a?o 2018, seg¨²n la organizaci¨®n IM-Defensoras. 60 han sido desterradas aunque, alertan, existe un subregistro. ¡°Es el peor momento que vive el movimiento feminista nicarag¨¹ense¡±, afirma Mar¨ªa Teresa Bland¨®n
Las feministas Sof¨ªa Montenegro y Azah¨¢lea Sol¨ªs huyeron hace 17 d¨ªas de Nicaragua. Los lodazales y las veredas en las que se internaron precedieron su llegada al destierro en Costa Rica, despu¨¦s de que el r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo las despoj¨® de su nacionalidad nicarag¨¹ense y confisc¨® sus bienes, entre ellos el apartamento en el que habitaban en Managua. Las dejaron sin nada, literalmente con lo puesto. La vivienda es ocupada por polic¨ªas quienes, paulatinamente, han ido saqueando sus pertenencias; muchas de ellas con alto valor sentimental: centenares de libros, muebles familiares, sirenas de diversos pa¨ªses y esa gruesa colecci¨®n de discos vinilo, con Joan Manuel Serrat y su Pueblo Blanco en vanguardia, Janice Joplin, Mar¨ªa Jim¨¦nez, Elton Jhon, Maria Dolores Pradera, Pablo Milan¨¦s y m¨¢s artistas de cabecera de estas dos mujeres que experimentan su primer D¨ªa Internacional de la Mujer en el destierro, desprendidas ya ¡°de lo material¡±, pero con una sonrisa compartida que este ocho de marzo ya no pueden contener.
¡°Pues estoy muy emocionada, porque ten¨ªamos como cinco a?os de no poder salir a la calle en Nicaragua a marchar¡±, dice Montenegro, periodista de profesi¨®n. Desde antes de 2018, el a?o de las protestas sociales que cimbraron este pa¨ªs centroamericano, el r¨¦gimen de Ortega y Murillo hab¨ªa boicoteado toda actividad convocada por las feministas. La polic¨ªa y las turbas sandinistas primero expulsaron de las calles a las mujeres, luego las obligaron a conmemorar en espacios privados, hasta que la persecuci¨®n traspas¨® ese umbral, y varias fueron apresadas, obligadas a esconderse y forzadas al exilio.
¡°Tengo mucha expectativa de abrazarme con una multitud de amigas que seguramente van a estar. Vamos a marchar en libertad. El sentimiento de libertad es impagable; como dir¨ªa Ho Chi Minh: ¡®Nada hay m¨¢s preciado que la independencia y la libertad¡¯. Ten¨ªamos a?os de no poder salir de nuestra casa en Managua. Es una emoci¨®n inenarrable¡±, afirma Montenegro.
Montenegro se une as¨ª a las 170 feministas nicarag¨¹enses desplazadas forzadamente desde 2018. De todas ellas, seg¨²n el c¨®mputo de la organizaci¨®n IM-Defensoras, 60 han sido desterradas; aunque existe un subregistro porque muchas no lo han denunciado p¨²blicamente.
¡°La verdad es que est¨¢bamos en el destierro en Nicaragua. Nosotras ten¨ªamos muchos a?os de no celebrar el 8 de marzo. Recordemos que el enfoque de g¨¦nero en la dictadura fue ponernos mujeres antimotines para reprimir las marchas desde que Ortega lleg¨® al poder¡±, dice Azah¨¢lea Sol¨ªs. La abogada constitucionalista coincide con otras feministas entrevistadas para este art¨ªculo: el r¨¦gimen Ortega-Murillo se ha ensa?ado con las mujeres, en especial con las organizadas.
¡°Hemos visto la situaci¨®n de las presas pol¨ªticas desterradas: atravesaron en la prisi¨®n de El Chipote largos per¨ªodos de aislamiento y tortura. Realmente es un Gobierno mis¨®gino, es un Gobierno que ataca a las mujeres. Y efectivamente, creo que en el fondo o en la superficie le tienen miedo al poder de las mujeres¡±, dice Sol¨ªs.
Un viejo rencor
Mar¨ªa Teresa Bland¨®n es otra intelectual feminista que vive su primer 8 de marzo en el destierro. Las autoridades migratorias sandinistas no la dejaron ingresar a su pa¨ªs en julio de 2022 cuando volv¨ªa de una gira de trabajo. Desde entonces, se ha instalado en San Jos¨¦, una de las capitales del exilio nicarag¨¹ense. ¡°Probablemente este es el peor momento que vive el movimiento feminista nicarag¨¹ense¡±, dice con aplomo. ¡°M¨¢s de 200 organizaciones feministas y de mujeres han sido clausuradas por el r¨¦gimen¡±.
¡°Casi la totalidad de las organizaciones que ten¨ªan casas y otro tipo de bienes han sido confiscados de manera absolutamente ilegal. Ahora ya no es posible hacer ning¨²n tipo de actividad dentro del pa¨ªs porque hay un sistema permanente de vigilancia en contra de las feministas y las defensoras de derechos humanos. Y por supuesto, las que estamos afuera hemos tenido que dedicar todas nuestras energ¨ªas a ser voceras solidarias de las mujeres, pero tambi¨¦n de los hombres que est¨¢n dentro de Nicaragua sufriendo este nivel de violencia institucionalizada. Pero tambi¨¦n estamos en reacomodo en el exilio con todas las dificultades y las tensiones que eso supone¡±, explica.
Montenegro, Sol¨ªs y Bland¨®n tienen un punto de convergencia: Ortega y Murillo tienen un viejo rencor contra las feministas porque han sido uno de los movimientos de denuncia permanente del autoritarismo desde la revoluci¨®n sandinista. Pero la sa?a adquiere ribetes especiales contra las mujeres organizadas, porque respaldaron en 1997 la denuncia de violaci¨®n de Zoilam¨¦rica Ortega Murillo contra su padrastro. ¡°Fuimos las primeras en llamar violador y dictador a Daniel Ortega¡±, hacen notar todas.
Bland¨®n asegura que a todos los gobiernos sandinistas jam¨¢s le han interesado las mujeres. ¡°El Frente Sandinista en general tiene una vieja marca sexista, mis¨®gina, autoritaria y utilitaria (de las mujeres) desde los a?os ochenta hasta nuestros d¨ªas¡±, asevera, y rechaza la propaganda gubernamental que insiste que han logrado la equidad de g¨¦nero en Nicaragua.
¡°Han incrementado el n¨²mero de mujeres en cargos de elecci¨®n popular, pero hay un sistema brutal de cooptaci¨®n. Las feministas nunca dijimos que quer¨ªamos estar en el poder para ejercer dominio, control y violencia contra la ciudadan¨ªa¡±, dice Bland¨®n, directora de la ONG llamada Programa Feminista La Corriente, cuya personer¨ªa jur¨ªdica fue cancelada y su sede en Managua, confiscada. ¡°Tener m¨¢s mujeres en poderes autoritarios nunca ha sido parte de la demanda feminista. Hay m¨¢s mujeres en el poder nominalmente, pero no tienen autonom¨ªa y, sobre todas las cosas, son mujeres que no representan en modo alguno la defensa de los derechos de las mujeres nicarag¨¹enses¡±.
Nunca antes tantas feministas han estado exiliadas y desterradas. Montenegro y Sol¨ªs han sido, por ahora, las ¨²ltimas feministas de renombre en salir en un contexto de afianzamiento totalitario de los Ortega-Murillo, que ha incluido la persecuci¨®n tenaz contra toda voz cr¨ªtica. Se han cargado a la iglesia cat¨®lica, los periodistas, la sociedad civil, liderazgos sociales, opositores y este seis de marzo al Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), la principal patronal de Nicaragua.
¡°Nosotras siempre dijimos que lo peor que le pod¨ªa pasar a Nicaragua era el triunfo de Daniel Ortega. Debo decir que lamentablemente tuvimos raz¨®n, aunque no dimensionamos semejante nivel¡±, sostiene la feminista Sol¨ªs. Mientras que Montenegro agrega: ¡°Es un disparate habernos quitado la nacionalidad. A todos nos confiscaron los bienes, la patria, nos desterraron y adem¨¢s nos quitaron las pensiones¡ Y encima arrasan con el Cosep, arrasan con la Iglesia, con todos. No s¨¦ a qu¨¦ est¨¢n jugando realmente. Parece que contrataron un asesor para cometer estupideces¡±.
La ma?ana de este ocho de marzo las feministas inauguraron en el centro de San Jos¨¦, contiguo a la Plaza de la Democracia, un mural que demanda la liberaci¨®n de las presas pol¨ªticas en Nicaragua y Latinoam¨¦rica. Fue un encuentro previo a la marcha donde estas mujeres se reencontraron, se abrazaron, se quejaron y externaron anhelos en el destierro. ¡°Rosario Murillo es mis¨®gina y su marido tambi¨¦n. Y hay odio contra las mujeres, porque las mujeres representamos, particularmente a las feministas, lo que nunca en su vida ha logrado ser Rosario Murillo¡±, sentencia Montenegro. ¡°Voy a marchar con mi bandera. Voy a marchar en nombre de mis compa?eras feministas, que siguen en Nicaragua y que no pueden marchar. Voy a marchar segura de que las feministas nicarag¨¹enses vamos a tener mejores tiempos para que los derechos de las mujeres sean reconocidos¡±, promete Bland¨®n. Y Sol¨ªs lo har¨¢ por ¡°las ni?as¡±, porque ¡°no deben nunca vivir nada de lo que nosotros hemos vivido. Tienen que desarrollarse en un pa¨ªs en democracia y en libertad. Esa va a ser nuestra raz¨®n¡±.
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