Por esto marchamos
Tomamos las calles porque no es normal lo dif¨ªcil que es ser mujer en M¨¦xico
Hoy tomamos las calles porque las mujeres somos mayor¨ªa, pero tenemos menos derechos. Las mujeres representamos el 52% de la poblaci¨®n mexicana, pero tenemos sueldos m¨¢s bajos, un Estado que no atiende nuestras necesidades b¨¢sicas y menor representatividad en puestos de mando. A las mujeres en M¨¦xico nos matan con la m¨¢s burda de las impunidades.
Tomamos las calles porque cada dos horas una mujer es asesinada, casi siempre por un hombre. Y porque la mitad de los feminicidas nunca enfrentan sentencia condenatoria. En algunos estados, como Oaxaca y Tlaxcala, el 100% de los feminicidios quedan impunes.
Tomamos las calles porque somos m¨¢s pobres a pesar de que trabajamos m¨¢s. En M¨¦xico hay 10% m¨¢s mujeres en situaci¨®n de pobreza por ingresos, que hombres en la misma situaci¨®n. Sin embargo, las mujeres laboramos 12% m¨¢s horas al mes que los hombres.
Tomamos las calles porque nuestras leyes e instituciones est¨¢n plagadas de sesgos sist¨¦micos en contra de nosotras. Ah¨ª est¨¢ el C¨®digo Civil Federal que restringe el matrimonio para las mujeres despu¨¦s del divorcio, pero no para los hombres. O tambi¨¦n el Inegi que, en su Encuesta Nacional de Ocupaci¨®n y Empleo, ha decidido solo reportar los efectos de la maternidad en el trabajo, y no los de la paternidad, porque asume, y da por bueno, el que los hombres no saben, ni tengan por qu¨¦ saber si son padres.
Tomamos las calles porque los hombres no entienden que no entienden. En M¨¦xico, el 93% de los hombres creen que el pa¨ªs es violento para las mujeres y lo lamentan. Sin embargo, a la par, el 29% considera que no es violento pegarle a su pareja si le es infiel y el 23% cree que si la violencia sucede es porque nosotras nos dejamos.
Tomamos las calles porque la iniciativa privada es machista. La probabilidad de ser directivo en una empresa mexicana es 17 veces superior para los hombres, por el simple hecho de serlo.
Tomamos las calles porque ser madre es incompatible con ser profesionista, para la gran mayor¨ªa de nosotras. Cuando una mujer menor de 30 a?os tiene un beb¨¦, el 52% dejar¨¢ de trabajar para dedicarle 50 horas semanales al trabajo dom¨¦stico. La situaci¨®n lleva a tal p¨¦rdida de talento que la OCDE considera que la baja participaci¨®n laboral de la mujer es uno de los principales inhibidores al crecimiento econ¨®mico de M¨¦xico.
Tomamos las calles porque el Estado no ha creado instituciones que cuiden ni?os y ancianos, y en vez de ello, por ahorrarse unos centavos, ha dejado que lo hagamos nosotras. Las labores dom¨¦sticas que realizamos las mujeres sin paga equivalen a 20 puntos del PIB, esto es m¨¢s que la totalidad del comercio al por mayor y al por menor de toda la econom¨ªa mexicana. Debido a esta responsabilidad no podemos trabajar por un sueldo. As¨ª, mientras que el 76% de los hombres trabajan por un sueldo, solo el 46% de las mujeres lo hacen.
Tomamos las calles porque cuando las mujeres podemos trabajar por un sueldo, nos pagan menos y nos dan menos prestaciones. El 40% de las mujeres trabajamos por sueldos que no alcanza ni para alimentar a la familia (entre hombres es 36%). Adem¨¢s, tenemos empleos informales con mucha mayor frecuencia (55% vs 48%). De hecho, por cada 100 trabajadores hombres afiliados al IMSS, solo hay 65 mujeres.
Tomamos las calles porque a pesar de que el 50% del Congreso son mujeres, el presupuesto federal para el sistema de cuidados ha ca¨ªdo en un 33% desde 2016 de acuerdo con c¨¢lculos del Centro de Investigaci¨®n Econ¨®mica y Presupuestaria. Estamos en la calle porque el Congreso, a?o con a?o, aprueba un presupuesto que legalmente deber¨ªa usarse para promover la igualdad de g¨¦nero, pero que en realidad se usa, en un 64%, para cubrir los programas insignia del Gobierno de L¨®pez Obrador como la pensi¨®n para adultos mayores, las becas Benito Ju¨¢rez y de posgrado, y los apoyos de sembrando vida.
Tomamos las calles porque L¨®pez Obrador dice que el mejor sistema de bienestar para M¨¦xico es ¡°la familia¡± y con ello demuestra que no entiende nada. Lo que el presidente llama ¡°la familia¡±, en el 70% de los casos es una mujer cuidando de sus enfermos porque no hay quien lo haga. Por eso, en M¨¦xico, las salas de espera de los hospitales est¨¢n llenas de mujeres. Son ellas las que aguardan, las que llevan los alimentos, las ropas, las que duermen en los pasillos. Las mujeres son tambi¨¦n las ¨²nicas que est¨¢n presenten en las visitas familiares de las prisiones.
Tomamos las calles porque las mujeres cuidan a todos, pero nadie las cuida a ellas. La cantidad de mujeres que alcanzan a tener una pensi¨®n al final de su vida laboral es una tercera parte con respecto a la cantidad de hombres. Es com¨²n que las mujeres no coticen suficiente tiempo en sus trabajos y por ello, terminen dependiendo econ¨®micamente de sus familiares al final de su vida.
Tomamos las calles porque, aunque el gabinete de L¨®pez Obrador es casi paritario, los hombres ganan 9% m¨¢s que las mujeres en los puestos de mando en la Administraci¨®n p¨²blica federal. Seg¨²n un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, esto se debe a que dentro de la escala de mando, las mujeres tienden a ocupar los puestos m¨¢s bajos. De hecho, solo el 28% de los subsecretarios son mujeres, mientras que el 50% de las jefaturas de departamento, el puesto de mando m¨¢s bajo de la administraci¨®n p¨²blica, las ocupan mujeres.
Pero sobre todo, tomamos las calles porque tenemos la certeza de que es posible cambiar a este pa¨ªs, y de que es posible hacerlo hoy. La marcha es un rugir de las mujeres que comprendemos que no es normal que ser mujer sea tan dif¨ªcil en M¨¦xico.
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