El cineasta Albert Serra hace agonizar a Luis XIV en una sala del Museo Tamayo
El director de cine catal¨¢n presenta su primera ¡®performance¡¯ en Ciudad de M¨¦xico. En ¡®Roi Soleil¡¯, un actor encarna al rey franc¨¦s en los ¨²ltimos momentos antes de su muerte
Albert Serra estaba sentado sobre la alfombra del museo como quien se tira en la arena a ver el mar, o m¨¢s o menos: una pierna estirada, la otra flexionada y todo el peso del cuerpo sobre uno de los codos; el mech¨®n casta?o sobre la frente, el pa?uelo de seda sin arrugas, las botas negras. Desde ah¨ª abajo, asist¨ªa al estreno de su obra m¨¢s reciente. Parec¨ªa disfrutar. Hab¨ªa dos pantallas en la sala y las dos mostraban, desde distintos ¨¢ngulos, a un rey agonizante, deshecho, ocioso si se le olvidaba el dolor, grotesco por momentos. El cineasta catal¨¢n, que se considera a s¨ª mismo ¡°uno de los ci...
Albert Serra estaba sentado sobre la alfombra del museo como quien se tira en la arena a ver el mar, o m¨¢s o menos: una pierna estirada, la otra flexionada y todo el peso del cuerpo sobre uno de los codos; el mech¨®n casta?o sobre la frente, el pa?uelo de seda sin arrugas, las botas negras. Desde ah¨ª abajo, asist¨ªa al estreno de su obra m¨¢s reciente. Parec¨ªa disfrutar. Hab¨ªa dos pantallas en la sala y las dos mostraban, desde distintos ¨¢ngulos, a un rey agonizante, deshecho, ocioso si se le olvidaba el dolor, grotesco por momentos. El cineasta catal¨¢n, que se considera a s¨ª mismo ¡°uno de los cinco mejores de la historia del cine espa?ol¡±, present¨® el viernes en el Museo Tamayo su primera exposici¨®n individual en Ciudad de M¨¦xico. Roi Soleil es una performance creada a partir de su pel¨ªcula La muerte de Luis XIV.
Dos horas antes, los invitados hab¨ªan entrado en pelot¨®n a la sala oscura detr¨¢s de Serra. En las pantallas, la imagen de Llu¨ªs Serrat personificado como Luis XIV se proyectaba en vivo desde otro espacio. Los visitantes susurraban. Muchos miraban las pantallas en sus pantallas y clic, foto. Otros ten¨ªan m¨¢s paciencia. Hab¨ªa a un lado una ventana que irradiaba luz verde. Cuando descubrieron que a trav¨¦s del hueco se pod¨ªa ver al int¨¦rprete encarnando al monarca en vivo, algunos se amontonaron delante de ella. El actor gem¨ªa y se quejaba y se tomaba la pierna gangrenada. Los visitantes estuvieron as¨ª varios minutos hasta que el cineasta avis¨® que se pod¨ªa seguir el recorrido, atravesar la cortina oscura, bajar la rampa y acercarse al actor. Son¨® a rega?o.
El rey franc¨¦s est¨¢ muriendo. Su reinado de 72 a?os se acaba y ¨¦l se arrastra por el piso. La incomodidad del sufrimiento lo rebaja a la categor¨ªa de ser humano. En la pel¨ªcula que Serra hizo en 2016 sobre los ¨²ltimos d¨ªas del monarca y que present¨® en el festival de Cannes, Luis XIV da un consejo al bisnieto, su heredero: ¡°No hagas edificios caros como hice yo¡±. Pero en la performance, el viejo rey est¨¢ solo y rodeado de utiler¨ªa: binoculares, una jarra con agua, una manguera de hule amarillo, almohadas, bombones de chocolate. Hasta este mi¨¦rcoles, durante alrededor de cuatro horas al d¨ªa, el actor estar¨¢ aislado encarnando al personaje, sin saber qu¨¦ hora es, sin hablar con nadie. El material filmado se editar¨¢ y se proyectar¨¢ en el museo del 30 de marzo al 4 de junio.
¡°Una de las cosas que m¨¢s me fascinan es crear una gram¨¢tica gestual medio abstracta y medio realista¡±, dice Serra (Banyoles, 47 a?os) a EL PA?S en una entrevista que ocurre tres d¨ªas despu¨¦s del estreno, este lunes, en su hotel. ¡°Medio realista porque remite al contexto que se est¨¢ viendo, que es el de alguien que se est¨¢ muriendo. Pero al mismo tiempo estamos en un museo, no en una puesta en escena naturalista donde tienes que creer lo que est¨¢s viendo¡±, contin¨²a el cineasta. En el equilibro entre la abstracci¨®n y el realismo aparece lo m¨¢s jugoso de la interpretaci¨®n, cree: ¡°Permite revelar de una manera m¨¢s transparente esta colisi¨®n que me fascina entre la persona, el actor y el personaje. Esto en las pel¨ªculas es imposible porque solo ves el personaje¡±.
El hombre que interpreta al rey, Llu¨ªs Serrat, ha trabajado en todas las pel¨ªculas que ha rodado el cineasta. No es un actor profesional, pero as¨ª ocurre con gran parte del elenco que contrata Serra y con miembros del equipo de su productora, Andergraun Films ¨C¨¦l tampoco se form¨® como cineasta, sino que estudi¨® Filolog¨ªa hisp¨¢nica en Barcelona¨C. El actor encarn¨® a Luis XIV en la primera versi¨®n de la performance, que se present¨® en la galer¨ªa Gra?a Brand?o de Lisboa en 2018. En parte por eso las indicaciones que recibi¨® del cineasta han sido m¨ªnimas. ¡°Intentamos sofisticar algunos elementos, a nivel de gestos y de tempo, que el tempo sea adecuado¡±, cuenta Serra. M¨¢s tarde, le har¨¢ algunos comentarios al actor. Valoraciones, por ejemplo, de alg¨²n sonido que le resulta exagerado. Del tipo: ¡°Ese ruido no me gusta. Comes el bomb¨®n y pareces un perro¡±.
Serra, que como cineasta ha puesto su mirada sobre iconos como Don Quijote o los Reyes Magos, casi no da indicaciones a los actores nunca. Ninguno, salvo el franc¨¦s Jean-Pierre L¨¦aud, que interpret¨® a Luis XIV en el filme de 2016, ha visto una l¨ªnea de sus guiones. El director graba cientos de horas ¨Cen La muerte de Luis XIV fueron m¨¢s de 300 y en la de Pacifiction, su pel¨ªcula m¨¢s reciente, que compiti¨® por la Palma de Oro en Cannes, fueron casi 600¨C. Busca crear caos y fricci¨®n, rodajes tensos. Despu¨¦s monta. Y el tiempo, en las obras, se dilata. Con la performance, ha sido similar: ¡°Hay un aspecto de torturar al actor, siempre dentro de cierto esp¨ªritu l¨²dico¡±. Ya hab¨ªa explicado que con un int¨¦rprete cercano como Serrat pod¨ªa extremar su m¨¦todo.
Cinco d¨ªas de anticl¨ªmax
El viernes, en la sala del Museo Tamayo, dos camar¨®grafos apuntaban al actor que encarnaba a Luis XIV. Muy pocas veces el cineasta se acerc¨® a darles indicaciones. Ellos se mov¨ªan con autonom¨ªa por el set mientras Serra conversaba con el director del Centro Cultural de Espa?a en M¨¦xico, David Ruiz L¨®pez-Prisuelos, con el embajador de su pa¨ªs, Juan Duarte, o con la curadora de la performance, Lena Sol¨¤ Nogu¨¦. Es posible que no le importara su opini¨®n sobre la obra: ¡°Yo creo que la percepci¨®n real de esto nadie la hizo, y menos el viernes. Esto demanda de un poco de paciencia. Yo creo que les gustaba. Pero es que a m¨ª me da igual la gente¡±.
Cuando la mayor¨ªa de los invitados ya hab¨ªa salido a la explanada del Museo Tamayo, Serra volvi¨® a entrar a la primera sala y fue entonces cuando se recost¨® sobre la alfombra como espectador de su propia obra. Con alg¨²n gemido del actor, solt¨® aire, casi una risa. ¡°A nadie le gusta la muerte, y menos a la gente rica y poderosa. Esperemos que muera de una forma bastante original¡±, hab¨ªa dicho a sus invitados antes de hacerlos pasar. ¡°Es muy dif¨ªcil hacer una muerte original porque, desde el principio de los tiempos, ?cu¨¢nta gente se ha muerto? Inevitablemente, muchas se parecen¡±, responde ahora a EL PA?S. ¡°Ser¨¢ un momento de cl¨ªmax despu¨¦s de cinco d¨ªas en los que no pasa absolutamente¡±, agrega. Faltan dos sesiones para que el monarca muera y nadie sabe qu¨¦ ocurrir¨¢. ¡°Suerte que el t¨ªo es muy fotog¨¦nico y gracioso y tiene algo hipn¨®tico¡±, dice Serra.
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