Puebla intenta volver a la normalidad entre la ceniza del volc¨¢n Popocat¨¦petl
El principal aeropuerto del Estado reanuda sus operaciones, mientras otras zonas a¨²n est¨¢n tapizadas de polvo y se mantienen en alerta ante la actividad del volc¨¢n
Antonio Mu?oz respira aliviado en una de las salas del aeropuerto de Puebla. Despu¨¦s de varias horas de retraso, por fin ha vuelto a casa. ¡°Estuve varios d¨ªas pensando en regresar porque me preocupaba mucho mi familia, me dec¨ªan que la situaci¨®n estaba muy fea¡±, cuenta el hombre de 52 a?os, uno de los cerca de 2.500 pasajeros que han pedido una tregua al ...
Antonio Mu?oz respira aliviado en una de las salas del aeropuerto de Puebla. Despu¨¦s de varias horas de retraso, por fin ha vuelto a casa. ¡°Estuve varios d¨ªas pensando en regresar porque me preocupaba mucho mi familia, me dec¨ªan que la situaci¨®n estaba muy fea¡±, cuenta el hombre de 52 a?os, uno de los cerca de 2.500 pasajeros que han pedido una tregua al volc¨¢n Popocat¨¦petl y han podido aprovechar que la terminal a¨¦rea ha abierto otra vez sus puertas este martes, tras dos d¨ªas de colapso y 39 vuelos comerciales cancelados por la ceniza, aver¨ªas de los aviones y malas condiciones de visibilidad. ¡°Las condiciones son aceptables, pero a estas alturas dependemos completamente de lo que pase con el volc¨¢n¡±, explica Guillermo Aguilera, el administrador del Aeropuerto Internacional Hermanos Serd¨¢n, el m¨¢s grande del Estado, que se mantiene como el epicentro de las afectaciones por las explosiones y las exhalaciones de los ¨²ltimos d¨ªas.
A pie de pista, dos barredoras mec¨¢nicas trabajaron durante casi ocho horas para hacer posible la reapertura del aeropuerto, anunciada a primera hora por el gobernador, Sergio Salom¨®n C¨¦spedes. Puebla capital se levant¨® con el cielo despejado y la esperanza renovada de poder regresar poco a poco a la normalidad. M¨¢s de 6.000 pasajeros han resultado afectados desde que el aer¨®dromo suspendi¨® operaciones el pasado s¨¢bado por la noche y han colmado de reclamos a las aerol¨ªneas, que se han escudado en las condiciones meteorol¨®gicas e intentan acomodar a la mayor cantidad de personas en los vuelos que siguen en pie, pero se reh¨²san a dar reembolsos.
Tres aviones de Volaris est¨¢n en tierra: uno lleg¨® de Tijuana, otro est¨¢ por despegar a Canc¨²n y uno m¨¢s tendr¨¢ que ser llevado a reparar a Guadalajara porque se le da?aron las turbinas. ¡°La ceniza es como una lija que desgasta las h¨¦lices y provoca estos problemas¡±, explica Aguilera. El objetivo es tratar de restablecer lo m¨¢s pronto posible las operaciones diarias: alrededor de 10 vuelos de carga, hasta 20 vuelos comerciales y unos 100 vuelos de avionetas privadas o ejecutivas. Miguel S¨¢nchez, un pasajero que acaba de llegar de Tijuana, empuja sus maletas por el aeropuerto a toda prisa. ¡°Me cancelaron dos veces el vuelo y hasta el ¨²ltimo momento no sab¨ªamos si el avi¨®n iba a despegar, pero bueno, ya estamos aqu¨ª¡±, comenta S¨¢nchez aliviado.
El lunes, el gobernador C¨¦spedes hizo un recorrido por un albergue habilitado para 400 personas en la escuela Doctor Alfredo Toxqui Fern¨¢ndez de Lara, en el municipio conurbado de San Andr¨¦s Cholula. Pero menos de 24 horas despu¨¦s, el refugio est¨¢ completamente vac¨ªo y se levantaron todas las camas que se hab¨ªan colocado para la visita del mandatario. ¡°Era solo para mostrar c¨®mo iba a quedar todo¡±, explica una encargada que ha recibido la instrucci¨®n de no dejar entrar a nadie.
En medio de la contingencia, el sem¨¢foro sigue en color amarillo fase 3 y el ¨¦nfasis sigue puesto en las medidas de prevenci¨®n, aunque las evacuaciones se mantienen como una posibilidad latente. Las autoridades se?alaron que lo que toca es mantener la calma y que no ha habido problemas de salud de gravedad. ¡°No hay que tener una actitud de alarma, el volc¨¢n ha bajado su intensidad, es menos tambi¨¦n la ceniza que emite, b¨¢sicamente hacia Puebla¡±, coment¨® el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, en su conferencia de prensa diaria.
Los vientos han menguado en cuanto a la dispersi¨®n de la ceniza hacia la capital, al menos en las primeras horas del d¨ªa, pero las zonas aleda?as a Don Goyo, como se conoce al volc¨¢n de m¨¢s 5.200 metros de altura, siguen en alerta. En Atlixco, a 30 kil¨®metros de la ciudad de Puebla y a unos 25 kil¨®metros en l¨ªnea recta del Popocat¨¦petl, el polvo es omnipresente. En las calles, en los coches, en las jardineras, en las casas, en los negocios. ¡°Hay much¨ªsima ceniza, es como un cemento que te pica y se te mete en los ojos, es muy inc¨®modo¡±, explica Aurelia Rodr¨ªguez, una vendedora de frutos secos de 48 a?os que barre una de las bancas de la plaza central para no mancharse la ropa. ¡°Para todos se nos pone m¨¢s dif¨ªcil con esto, llevamos as¨ª como una semana¡±, agrega mientras se ajusta el cubrebocas, que ha vuelto a ser habitual pese al fin de la pandemia.
¡°Casi todo se nos est¨¢ viniendo para este lado¡±, se queja Rodolfo Rocha, un maestro de secundaria de 59 a?os. En la escuela donde trabaja a¨²n no les dan fecha para el regreso a las aulas y han vuelto las clases virtuales, como hasta hace unos meses. ¡°S¨ª, es m¨¢s trabajo para nosotros, pero creo que los alumnos son los m¨¢s perjudicados¡±, admite Rocha, que se cubre de pronto la cara para evitar el polvo. El profesor dice que las rutinas de la gente se han trastocado: los ni?os se quedan en casa, los padres tienen m¨¢s dificultades para trabajar y los negocios padecen la baja afluencia econ¨®mica, como en la pandemia de covid.
¡°No s¨¦ qu¨¦ hacer con mi hijo¡±, admite Berenice Moreno, una comerciante de 21 a?os. A veces lo deja con sus suegros y otras se hace cargo su marido, pero su d¨ªa a d¨ªa se ha hecho mucho m¨¢s pesado. ¡°Llegas de limpiar el negocio para atender a tus hijos y limpiar tu casa, la ceniza se mete por todas partes y hay que sacudir todos los d¨ªas¡±, comenta. ¡°Estamos cansadas¡±, resume Nayeli Espinoza, otra madre de 22 a?os. Su generaci¨®n nunca hab¨ªa vivido tanta actividad del volc¨¢n. Los mayores mantienen fresca la memoria de 1994, cuando el volc¨¢n hizo explosi¨®n y oblig¨® la evacuaci¨®n de varias comunidades. ¡°Fue como 10 veces m¨¢s fuerte que esto¡±, recuerda el profesor Rocha con voz calmada.
En el centro de Atlixco, las personas salen a tomar caf¨¦, a leer el peri¨®dico en la banca de un parque y a buscarse el pan, mientras miran de reojo las part¨ªculas diminutas que flotan en el aire y se meten por todas partes. ¡°Esto es ¡®normal¡¯, entre comillas, pero tambi¨¦n muy inc¨®modo, vamos a ver qu¨¦ tal nos va¡±, dice Rocha sobre la nueva normalidad de los ¨²ltimos d¨ªas.
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