El alegato del ministro P¨¦rez Day¨¢n contra la reforma para que los jueces sean electos por voto popular

No hay d¨ªa m¨¢s apropiado para hablar a favor o en contra de las reformas constitucionales que cuando se conmemora un aniversario m¨¢s de la Carta Magna mexicana de 1917. El presidente de M¨¦xico y el partido oficialista, Morena, han elegido este d¨ªa para enviar al Congreso una ambiciosa bater¨ªa de iniciativas, una de las m¨¢s importantes la de reformar el Poder Judicial para, entre otras cosas, permitir que los ministros y otros miembr...

No hay d¨ªa m¨¢s apropiado para hablar a favor o en contra de las reformas constitucionales que cuando se conmemora un aniversario m¨¢s de la Carta Magna mexicana de 1917. El presidente de M¨¦xico y el partido oficialista, Morena, han elegido este d¨ªa para enviar al Congreso una ambiciosa bater¨ªa de iniciativas, una de las m¨¢s importantes la de reformar el Poder Judicial para, entre otras cosas, permitir que los ministros y otros miembros de la judicatura sean electos por voto popular. Este d¨ªa, tambi¨¦n, la Suprema Corte de Justicia se ha pronunciado en contra de esa misma iniciativa, por voz del ministro Alberto P¨¦rez Day¨¢n. La aparici¨®n de este juez y su discurso no pod¨ªa ser m¨¢s simb¨®lica. La semana pasada, la bancada de Morena en la C¨¢mara de Diputados anunci¨® que promover¨¢ un juicio pol¨ªtico en su contra por haber emitido el voto que asest¨® el golpe final a la Ley de la Industria El¨¦ctrica impulsada por el Ejecutivo. ¡°Defender a la Constituci¨®n es defender al pueblo mismo, aunque no siempre se quiera atender as¨ª. Duele escucharlo, lo s¨¦, pero m¨¢s doloroso ser¨ªa dejarlo pasar¡±, ha sostenido el ministro.

En un evento oficial en Quer¨¦taro, donde fue promulgada la Constituci¨®n hace m¨¢s de un siglo, al que no han asistido ni el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ni la presidenta de la Suprema Corte, Norma Pi?a, el ministro P¨¦rez Day¨¢n ha afirmado que la naturaleza del juez es incompatible con la del candidato a un puesto de elecci¨®n popular. ¡°Militancia y judicatura no son afines¡±, ha resumido. P¨¦rez Day¨¢n ha hecho suyas unas palabras del jurista y constituyente Paulino Machorro: ¡°El magistrado no es igual al diputado o al senador: el magistrado es radicalmente distinto; ¨¦l no va en el ejercicio de sus funciones a representar a la opini¨®n p¨²blica; no va a representar a nadie. [¡­] ?l tiene que obrar en su funci¨®n precisa, obrar quiz¨¢ hasta contra la opini¨®n de los electores. [¡­] Hay que alejar al Poder Judicial de la pol¨ªtica y no arrojarlo al fondo de ella¡±, ha citado.

P¨¦rez Day¨¢n ha criticado la noci¨®n del Ejecutivo de que la Suprema Corte no es democr¨¢tica porque sus integrantes no son electos por el pueblo (en la actualidad, son propuestos por el propio presidente y ratificados por el Senado). ¡°Los tres poderes de la Uni¨®n y sus integrantes, cualquiera que sea su origen, son democr¨¢ticos, al surgir, precisamente, del propio estamento constitucional. Aqu¨ª ninguno es m¨¢s democr¨¢tico que el otro¡±, ha asentado. ¡°Cada sentencia del Poder Judicial que obliga a quienes no cumplen con el mandato de la Constituci¨®n o de la ley a realizar lo que estas prescriben representa un acto democr¨¢tico que honra la confianza popular en ¨¦l depositada. En otras palabras, hacer cumplir la ley es uno de los actos democr¨¢ticos m¨¢s genuinos del servicio p¨²blico¡±, ha a?adido.

P¨¦rez Day¨¢n fue puesto en la mira de Morena por haber ejercido un ¡°voto de calidad¡± que permiti¨® el desempate en una sala del Supremo y que finalmente termin¨® por enterrar la Ley El¨¦ctrica oficialista, con la que L¨®pez Obrador quer¨ªa dar ventaja a la Comisi¨®n Federal de Electricidad (CFE) sobre otros competidores. El ministro ha hablado de la obligaci¨®n del Supremo de invalidar una ley cuando el Legislativo no cumple el proceso de deliberaci¨®n constitucional o cuando la norma es contraria a la Carta Magna. ¡°El Tribunal Constitucional [¡­] es el int¨¦rprete l¨²cido de la voluntad popular, materializada en la norma, que le permite y obliga a asegurarse de la conformidad de las leyes y sus procesos de creaci¨®n con los preceptos supremos. De no atenderlos, esa la ley no es ley, y tampoco debe ser obedecida. Declarar su invalidez es la consecuencia de sus propios vicios. De esto no debe sorprenderse nadie¡±, ha afirmado.

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