Los ¨²ltimos guardianes de los boletos del metro: ¡°Pens¨¦ que era el ¨²nico loco que coleccionaba esto¡±
El metro de Ciudad de M¨¦xico se despide de su ic¨®nico boleto magn¨¦tico m¨¢s de cinco d¨¦cadas despu¨¦s de su inauguraci¨®n. Los coleccionistas ven en estos cartoncillos un fragmento de la memoria capitalina que se conjuga con sus historias personales
La Alameda Central es el sitio donde hoy se re¨²ne un grupo de coleccionistas de boletos del metro. A un costado del Palacio de Bellas Artes, el kiosko resguarda de los rayos del sol a las personas que se dieron cita para charlar e intercambiar boletos. Llegan puntuales y cargan en sus mochilas unas gruesas carpetas donde por a?os han guardado con mimo los cartoncillos de diferentes ediciones. Algunos visten prendas que reflejan su afici...
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La Alameda Central es el sitio donde hoy se re¨²ne un grupo de coleccionistas de boletos del metro. A un costado del Palacio de Bellas Artes, el kiosko resguarda de los rayos del sol a las personas que se dieron cita para charlar e intercambiar boletos. Llegan puntuales y cargan en sus mochilas unas gruesas carpetas donde por a?os han guardado con mimo los cartoncillos de diferentes ediciones. Algunos visten prendas que reflejan su afici¨®n: un chaleco con el logotipo del metro o unos tenis con el mapa del sistema de transporte capitalino.
A menos de un mes de que el metro de Ciudad de M¨¦xico deje de aceptar el boleto magn¨¦tico como medio de pago, la comunidad de coleccionistas recuerda con nostalgia sus primeros boletos del metro y ven con incertidumbre el futuro que les depara a sus colecciones. Es el caso de C¨¦sar Reyes, un coleccionista de 30 a?os que lleva media vida atesorando boletos del metro. Su afici¨®n por los cartoncillos le permiti¨® encontrar esta comunidad. ¡°Pens¨¦ que yo era el ¨²nico loco que coleccionaba los boletos del metro, hasta que encontr¨¦ en Facebook a un grupo de coleccionistas. Precisamente la primera reuni¨®n a la que asist¨ª fue aqu¨ª en la Alameda¡±, recuerda. Reyes comenta que a esa primera reuni¨®n asisti¨® con 15 boletos y otros coleccionistas m¨¢s experimentados le donaron algunas piezas. As¨ª, de su primera reuni¨®n sali¨® con un total de 50 boletos y hoy tiene 480.
Adi¨®s a los boletos del metro, el final de una era
En septiembre de 2023, el metro capitalino inici¨® un proceso de modernizaci¨®n en su sistema de peaje con el retiro paulatino del boleto magn¨¦tico que quedar¨¢ concluido a partir de este 1 de marzo. La Tarjeta de Movilidad Integrada se incorporar¨¢ como principal medio de acceso, sin embargo, la estaci¨®n Chilpancingo actualmente funciona como un programa piloto para otros sistemas de pago como los c¨®digos QR, la tarjeta bancaria y el CoDi, que se extender¨¢n gradualmente al resto de la red. A manera de despedida, el metro capitalino imprimi¨® a finales de enero un ¨²ltimo tiraje de boletos magn¨¦ticos, un ejemplar que hace semblanza al dise?o que circul¨® durante la inauguraci¨®n del metro en 1969.
Mar¨ªa Patricia Arg¨¹ello ha viajado desde Tec¨¢mac, Estado de M¨¦xico, para reunirse con otros coleccionistas. Se?ala que siente tristeza con el final de los boletos del metro. ¡°S¨ª eran muy esperados. Yo dec¨ªa ¡®ya lleg¨® un boleto nuevo, vamos a conseguirlo. Yo tengo poco como coleccionista y me faltan como la mitad de los ¨²ltimos para ac¨¢¡±. A veces, cuando no encontraba boletos, se apoyaba en sus compa?eros para completar su colecci¨®n. Sin embargo, teme que sus nietos de 9 y 17 a?os no sientan inter¨¦s por resguardar sus colecciones. ¡°Yo les digo a mis nietos: ¡®Miren, cuando yo me muera, se los dejo¡¯, pero dicen que para qu¨¦ los quieren. No le ven el valor tal vez sentimental. A lo mejor monetario, pero les digo que son cosas que jam¨¢s se van a volver a ver¡±, asevera.
Para Erika Bribiesca, de 28 a?os, los boletos del metro tienen una estrecha relaci¨®n con su abuela. ¡°Cuando mi abuela falleci¨®, est¨¢bamos limpiando todas las cosas en su casa y abrimos un monedero; ten¨ªa boletos guardados ah¨ª. Mis pap¨¢s dijeron: ¡®Ah¨ª te dej¨® tu herencia tu abuelita¡¯. Cambi¨¦ algunos [de los boletos] porque eran bastantes, pero me qued¨¦ con dos, y los que cambi¨¦ me sirvieron para conseguir piezas m¨¢s antiguas¡±, dice. Erika lleva casi ocho a?os coleccionando boletos y hoy tiene una colecci¨®n que supera los 400 ejemplares. Se?ala que cuando el metro de Ciudad de M¨¦xico deje de emitirlos, seguir¨¢ coleccionando tarjetas, mapas de ciudades y trenes en miniatura, otras de sus aficiones.
Desde su inauguraci¨®n en 1969, los boletos del Sistema de Transporte Colectivo fueron emitidos en diferentes dise?os y colores. Los hay rosas, blancos, amarillos, negros, verdes. Algunos tienen errores de impresi¨®n, diferencias en ejemplares de la misma serie y n¨²meros capic¨²a. Los coleccionistas los atesoran por dise?o o por letras, y desde hace a?os llevan un registro minucioso del orden de los boletos para que los nuevos integrantes puedan organizar sus colecciones. Aqu¨ª todas las personas son bienvenidas y se les recibe con solidaridad.
Edgardo Ram¨ªrez Chavero, de 54 a?os, trabaja en el metro capitalino desde hace tres d¨¦cadas. Es uno de los coleccionistas m¨¢s veteranos del grupo y le entusiasma recibir a miembros nuevos. ¡°Yo tengo bastantes boletos para hacer intercambios. Los nuevos vienen emocionados con sus colecciones chiquitas, y yo les regalo los boletos que no tienen. Mi colecci¨®n ya la tengo completa, y no me quita nada el apoyarlos y que les nazca m¨¢s el amor por el coleccionismo¡±, dice. Ram¨ªrez inici¨® en 2015 con una peque?a colecci¨®n de 50 boletos y poco despu¨¦s se uni¨® a un grupo de coleccionistas por invitaci¨®n de su vendedor de micas. ¡°Ah¨ª pens¨¦: ¡®no soy el ¨²nico loquito que junta boletos¡±, dice.
Hoy, su colecci¨®n ronda los 500 ejemplares e incluye rarezas como el cotizado boleto de 1972 en conmemoraci¨®n al expresidente mexicano Benito Ju¨¢rez, y varios abonos de transporte que el metro lanz¨® entre las d¨¦cadas de 1980 y 1990 para dar acceso a las instalaciones cuantas veces fuera necesario por el mismo costo.
En este grupo no est¨¢ permitida la reventa. Adem¨¢s del intercambio, los boletos se consiguen de diferentes formas. A veces hay que recorrer varias estaciones hasta encontrar una ¨²ltima edici¨®n, en otros casos, es necesario visitar los tianguis o los puestos de ch¨¢charas para encontrar las tan anheladas rarezas. ¡°Aqu¨ª todo es coleccionable: pines, boletos, llaves de tren. Pero como coleccionista es muy triste [que desaparezcan los boletos del metro], es parte de la historia de la ciudad¡±, se?ala. Ram¨ªrez explica que intenta animar a su esposa y su hija a adentrarse en esta afici¨®n y preservar su propia colecci¨®n. ¡°Han fallecido compa?eros coleccionistas y sus familias se deshacen de todo. Es muy triste que no lo valoren¡±.
M¨¢s que un simple cart¨®n: un retrato de la comunidad de coleccionistas
La historia de los boletos del metro se puede contar a trav¨¦s de sus coleccionistas. Algunos aseguran que gracias a esta actividad han encontrado nuevas maneras de desenvolverse, de encontrar en la historia de la ciudad una nueva pasi¨®n. Los coleccionistas son de todas las edades y profesiones. Los hay j¨®venes y veteranos, algunos apenas inician en esta afici¨®n, otros tienen colecciones de m¨¢s de 500 boletos. Son estudiantes, emprendedoras, transportistas, escritoras.
Si bien el futuro de las colecciones puede parecer incierto, existen historias sobre c¨®mo la solidaridad del grupo ha permitido que los nuevos miembros mantengan el legado de este pasatiempo. Alan G¨®mez, de 29 a?os, cuenta c¨®mo el grupo de coleccionistas forma parte de su historia personal.
¡°Yo era una persona algo retra¨ªda, no socializaba tan f¨¢cil. Tener que buscar a los compa?eros del grupo para intercambiar los boletos me ayud¨® a ser m¨¢s extrovertido. Aqu¨ª he hecho muchas amistades, algunos no seguir¨¢n viniendo a las reuniones porque no habr¨¢ boletos nuevos y eso me da un poco de tristeza, pero me siento muy contento por todas esas amistades¡±, comparte. G¨®mez inici¨® su colecci¨®n en 2012 y entre sus rarezas est¨¢n los cartoncillos de prueba que se usaron antes de la inauguraci¨®n de la l¨ªnea 1.
La nostalgia que G¨®mez sentir¨¢ por los boletos del metro va m¨¢s all¨¢ de atesorar los cartoncillos. Para ¨¦l, el grupo es una comunidad que recibe con los brazos abiertos a todas las personas interesadas en el coleccionismo. ¡°Aqu¨ª no importa tu orientaci¨®n sexual o c¨®mo te identifiques, solo importan los boletos. Hay una diversidad muy grande [en el grupo], mucha solidaridad. Un compa?ero me ense?¨® que a los nuevos integrantes se les regalan boletos para que no tuvieran que batallar. Entonces, cuando llegan compa?eros nuevos, y yo les regalo boletos de mi colecci¨®n¡±.
Marleth Ram¨ªrez, de 39 a?os, lleva casi dos d¨¦cadas coleccionando los boletos del metro y acude con su hija de nueve a?os a participar en el intercambio de boletos. Ram¨ªrez inici¨® en el coleccionismo gracias a su pap¨¢, y aunque asegura que su colecci¨®n es peque?a ¡ªtiene 150 boletos¡ª dice que a trav¨¦s de esta actividad le ha ense?ado a su hija la historia de la capital y que las cosas tienen un valor m¨¢s all¨¢ de lo monetario.
¡°Yo nac¨ª cuando el terremoto del 85, aqu¨ª en la Ciudad de M¨¦xico, y tengo un boleto conmemorativo del 30 aniversario del terremoto; tiene un significado por mi nacimiento. Tambi¨¦n tengo un boleto del Hospital Ju¨¢rez, que es donde naci¨® mi hija¡±, asevera. Hoy, se va tranquila sabiendo que su hija hizo su primer intercambio en la reuni¨®n de coleccionistas, en la que ella misma adquiri¨® sus primeros dos boletos.
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