La detenci¨®n de un jefe de polic¨ªa por el asesinato del alcalde de Chilpancingo: nuevo cap¨ªtulo de la colusi¨®n entre crimen y autoridades en M¨¦xico
La detenci¨®n del tambi¨¦n exfiscal un mes despu¨¦s de la decapitaci¨®n desempolva de nuevo una sospecha tantas veces probada en un pa¨ªs que va camino de los 30.000 asesinatos en lo que va de a?o
La sorpresiva detenci¨®n este martes de Germ¨¢n Reyes, jefe provisional de la polic¨ªa de Chilpancingo, por su presunta participaci¨®n en el asesinato del alcalde de la ciudad, Alejandro Arcos, a principios de octubre, ha dejado at¨®nito a M¨¦xico entero, un pa¨ªs acostumbrado a las sorpresas desagradables. A la espera de que el juez determine si procesa o no al detenido, la captura de Reyes desempolva una vieja sospecha tantas veces probada en el pa¨ªs: la colusi¨®n entre autoridades y criminales. Adem¨¢s de dirigir la polic¨ªa de la ciudad, Reyes hab¨ªa estado al frente, al menos hasta mediados del a?o pasado, de la unidad Especializada en Investigaci¨®n de Delitos Graves de la Fiscal¨ªa de Guerrero.
Opacado por los diferentes incendios que asolan a M¨¦xico, el asesinato del alcalde Arcos parece parte del pasado lejano, pero tiene apenas un mes. Desde entonces ha habido masacres en Guerrero, Sinaloa, Quer¨¦taro, ataques en bares y mercados, bloqueos viales organizados por criminales, negocios quemados, y una sensaci¨®n de que las autoridades no llegan, de que el nuevo Gobierno, que cumple 40 d¨ªas al mando, tiene una tarea tit¨¢nica por delante si quiere cambiar radicalmente la situaci¨®n. M¨¦xico va camino de terminar el a?o con m¨¢s de 30.000 asesinatos, el octavo ejercicio en que esto ocurre de manera consecutiva.
Reyes ha sido el primer detenido por el caso de Alejandro Arcos. El alcalde, que hab¨ªa llegado al poder con el apoyo de PRI, PAN y PRD, apenas llevaba unos d¨ªas en el cargo cuando lo mataron. No fue solo el asesinato lo que puso los ojos del pa¨ªs en su caso, fueron las formas. Los sicarios que acabaron con su vida le cortaron la cabeza y la dejaron en el techo de su camioneta, un mensaje de brutalidad, una forma de meter miedo. El secretario de Seguridad federal, Omar Garc¨ªa Harfuch, apunt¨® poco despu¨¦s al grupo criminal Los Ardillos. El d¨ªa en que lo mataron, dijo, Arcos hab¨ªa acudido a una reuni¨®n en la zona de influencia de este grupo criminal, sin escoltas.
Desde principios de octubre, apenas se ten¨ªa noticia del caso de Arcos. El secuestro de 17 comerciantes en Chilapa, atribuido igualmente a este grupo criminal, hab¨ªa tomado la delantera. La posterior aparici¨®n de los cuerpos de 11, masacrados, en una camioneta en la capital, aliment¨® la desesperanza y mand¨® al ba¨²l de los casos viejos el asesinato del alcalde. La gran cantidad de ataques impunes contra altos funcionarios y personalidades p¨²blicas en el Estado, caso del delegado local de la Fiscal¨ªa federal, Fernando Garc¨ªa, y del fiscal regional V¨ªctor Salas, en septiembre de 2023, o del viejo l¨ªder autodefensa, Bruno Pl¨¢cido, un mes m¨¢s tarde, daban una idea de lo que esperaba al caso del alcalde.
La sorpresa, por tanto, ha sido doble este martes. Primero, por la detenci¨®n de un sospechoso. Y segundo, por los cargos que ha ocupado estos a?os. No est¨¢ claro c¨®mo ni cu¨¢ndo lleg¨® Reyes a la polic¨ªa municipal de Chilpancingo. El que iba a ser jefe de polic¨ªa de Arcos, el militar Ulises Hern¨¢ndez, fue asesinado poco antes que el alcalde, a finales de septiembre. Reyes, exmilitar tambi¨¦n, habr¨ªa llegado a la ¨®rbita de Arcos justo entonces. En mensajes que han circulado este martes por la tarde en chats de reporteros de Chilpancingo, el mismo Reyes habr¨ªa se?alado su inocencia y habr¨ªa denunciado que quieren hacer de ¨¦l ¡°un chivo expiatorio¡±.
De momento, la Fiscal¨ªa de Guerrero no ha informado de los cargos que le atribuyen a Reyes en el asesinato de Arcos, si fue el asesino material o parte del grupo de asesinos, si ayud¨® a planearlo o ejecutarlo... Tampoco se sabe si Reyes tiene alg¨²n tipo de relaci¨®n con Los Ardillos, y con su l¨ªder Celso Ortega. La audiencia inicial del proceso en su contra ten¨ªa lugar la tarde del martes en Chilpancingo. El juez deb¨ªa determinar si procesaba o no al acusado, situaci¨®n que podr¨ªa demorar varios d¨ªas.
Es imposible leer sobre la detenci¨®n de Reyes y no recordar el caso Ayotzinapa, un altar a la corrupci¨®n, un homenaje a la colaboraci¨®n entre crimen y Estado. El trabajo conjunto de criminales y civiles provocaron entonces, hace ya diez a?os, la desaparici¨®n de 43 estudiantes y el asesinato de seis personas en Iguala, una hora y pico al norte de Chilpancingo. Pero Ayotzinapa es solo el caso m¨¢s sonado, el que mejor y m¨¢s detalladamente ha cubierto la prensa. Su magnitud a veces opaca otros casos que implican muertes, desapariciones y nuevas colaboraciones entre delincuentes, polic¨ªas y pol¨ªticos. Sin ir m¨¢s lejos, la Fiscal¨ªa de Guerrero ha detenido a m¨¢s de una decena de polic¨ªas de Taxco, entre agosto y septiembre, por asesinato o desaparici¨®n forzada.