Elecciones: lo bueno, lo malo, y lo feo
El obradorismo obtuvo avances importantes en la elecci¨®n territorial, pero perdi¨® posiciones relevantes en la federal, correspondiente al poder legislativo
?Qui¨¦n gan¨® y qui¨¦n perdi¨® en la jornada electoral de este domingo? A estas alturas, usted habr¨¢ escuchado que todos los l¨ªderes de las fuerzas pol¨ªticas se declararon vencedores, lo cual en estricto sentido es absurdo. Se explica porque obviamente cada cual est¨¢ haciendo una lectura parcial de solo aquellos datos que convienen a su causa. La elecci¨®n fue tan compleja y con tantos frentes, que da para toda suerte de interpretaciones. Y, por lo dem¨¢s, ahora empieza la otra batalla, la lucha por la narrativa, que tiene como objeto vender una imagen victoriosa sin importar cu¨¢les hayan sido los resultados reales.
Para extraer una valoraci¨®n pol¨ªtica m¨¢s o menos realista, tendr¨ªamos que asumir que estos comicios en realidad fueron dos elecciones metidas en una: la territorial, que tuvo lugar en muchas entidades (no solo las quince gubernaturas en disputa sino tambi¨¦n congresos estatales y municipios); y por otro lado, la federal, que ten¨ªa por objeto renovar el poder legislativo en la C¨¢mara de Diputados a nivel nacional.
Visto as¨ª, me parece que el obradorismo obtuvo avances importantes en la primera, lo territorial, pero perdi¨® posiciones relevantes en la otra, la federal, correspondiente al poder legislativo. Obvio decir que la alianza opositora gan¨® lo que la otra perdi¨®. Veamos.
El avance territorial de Morena es un hecho palpable. De las 15 entidades que cambiaron de gobernador, en las que solo controlaba Baja California y en Guerrero ten¨ªa un aliado, triunf¨® al menos en 10, quiz¨¢ m¨¢s, y logr¨® avances importantes en los congresos estatales de algunas otras, lo que le ofrece moneda de cambio pol¨ªtico para negociar con gobernadores de oposici¨®n. Llama la atenci¨®n la paulatina consolidaci¨®n de una zona obradorista en la frontera norte, particularmente en el occidente.
La oposici¨®n podr¨¢ argumentar que el resultado no fue tan malo considerando que hace apenas dos meses el bloque oficial iba adelante en 14 de las 15 entidades, pero no ayuda mucho como argumento de consolaci¨®n. Lo cierto es que a partir de ahora, L¨®pez Obrador tendr¨¢ en el resto de la geograf¨ªa nacional poderosos aliados con los que antes no contaba, por no hablar de lo que representa para el PAN, y sobre todo el PRI, la p¨¦rdida de entidades que fung¨ªan como zona de refugio y apoyo econ¨®mico en este per¨ªodo de vacas flacas a nivel federal.
Rengl¨®n aparte merece la inesperada derrota en varias delegaciones de la Ciudad de M¨¦xico. No tienen el peso pol¨ªtico de una entidad federativa porque la mayor parte de las decisiones que le importan a Palacio Nacional las lleva la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Pero en t¨¦rminos estrat¨¦gicos representa un duro golpe para las perspectivas de este movimiento. No hay que olvidar que hist¨®ricamente ha sido el basti¨®n de las fuerzas progresistas y la clave para sus triunfos electorales en los ¨²ltimos 25 a?os. El hecho de que Morena pierda pr¨¢cticamente la mitad occidental de la capital, caracterizada por un nivel econ¨®mico m¨¢s alto que el de la mitad oriental, podr¨ªa ser reflejo de un creciente desencanto de clases medias y medias bajas con el presidente y algunos de sus candidatos. Se necesitar¨ªa mayor trabajo de campo y documental para confirmarlo, pero podr¨ªa especularse que, al menos en parte, es resultado de los desencuentros del obradorismo con sectores vinculados a la cultura, la academia, la ciencia, las agendas feministas, el universo de las ONG o los derechos humanos. En suma, causas apreciadas por clases medias y por sectores progresistas modernos que hasta ahora hab¨ªan apoyado a esta opci¨®n pol¨ªtica.
Por lo que respecta a la otra elecci¨®n, la de la C¨¢mara de Diputados, el partido del presidente experiment¨® un retroceso neto. Pierde alrededor de medio centenar de curules, quiz¨¢ m¨¢s, lo cual no es catastr¨®fico, pero deteriora sensiblemente la correlaci¨®n de fuerzas, algo vital para la segunda mitad del sexenio. Morena y sus aliados ten¨ªan 330 diputados de un total de 500, lo cual les permit¨ªa tener la mayor¨ªa absoluta (y por consiguiente el control para aprobar presupuesto federal y leyes secundarias) y se quedaba corto por un pu?ado de diputados para gozar de la mayor¨ªa calificada (que le permite unilateralmente hacer cambios constitucionales). En estricto sentido mantendr¨¢n la misma ubicaci¨®n: con mayor¨ªa absoluta pero sin alcanzar la mayor¨ªa calificada. Justo eso argument¨® en su defensa este lunes el presidente, ante pregunta expresa. Pero igual que la argumentaci¨®n de la oposici¨®n sobre las entidades perdidas, no abord¨® los detalles importantes.
Ahora Morena, con todo y sus aliados, se queda muy lejos de la posibilidad de alcanzar una votaci¨®n de los dos tercios para impulsar reformas estructurales y cambios constitucionales. Antes requer¨ªa convencer a tres o cuatro diputados, ahora a casi medio centenar, lo cual obviamente significa que depender¨¢ de negociaciones con la oposici¨®n. Y algo quiz¨¢ a¨²n m¨¢s preocupante: la composici¨®n de la alianza entre Morena y sus partidos asociados cambi¨® en detrimento del partido del presidente. Antes Morena ten¨ªa 253 curules propios, es decir, por s¨ª mismo el partido alcanzaba la mayor¨ªa absoluta; pero con la p¨¦rdida de m¨¢s de 50 diputados, ahora depender¨¢ de la buena voluntad, que nunca ha sido precisamente desinteresada, de los partidos aliados simplemente para conseguir la aprobaci¨®n de presupuestos o leyes secundarias.
Esto en lo que respecta a los contendientes. Para el caso de la sociedad mexicana en su conjunto, la jornada tambi¨¦n deja ganancias y p¨¦rdidas. La buena noticia es la enorme expresi¨®n de civilidad que signific¨® la participaci¨®n en la organizaci¨®n de la jornada de mill¨®n y medio de ciudadanos y una votaci¨®n copiosa, pese a las amenazas de violencia. Hasta este momento ninguno de los perdedores ha pretextado haber sido v¨ªctima de fraude electoral y, todo indica, las partes est¨¢n dispuestas a aceptar los resultados, empezando por el propio presidente. Eso es un triunfo de las pr¨¢cticas e instituciones democr¨¢ticas.
La mala noticia es el peso estrat¨¦gico del Partido Verde, una agrupaci¨®n poco menos que mercenaria de la pol¨ªtica. Es producto de la irresponsabilidad de los presidentes en turno, que se han sometido a la extorsi¨®n de este membrete lucrativo que ofrece su apoyo a quien se siente en la silla a cambio de prebendas y garant¨ªas para su crecimiento. En la pr¨®xima legislatura contar¨¢ con casi medio centenar de diputados, lo cual le permitir¨¢ conceder a capricho la mayor¨ªa a uno u otro bloque, convirti¨¦ndose as¨ª en el gozne decisivo de lo que defina la c¨¢mara en los pr¨®ximos tres a?os. Y por desgracia esto no es resultado de que los ciudadanos hayan votado a favor de este partido, sino por un reparto en escritorio: los muchos distritos en los que Morena permiti¨® que el candidato verde representara a la coalici¨®n.
Una jornada, pues, con ganadores y perdedores variopinta y de consecuencias pol¨ªticas para el futuro inmediato que habr¨¢ que ir desbrozando una a una en los pr¨®ximos d¨ªas.
@jorgezepedap
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