Salvar al Banco de M¨¦xico
Bien har¨ªa L¨®pez Obrador en retirar la reforma de la entidad como paso previo a un verdadero di¨¢logo
La reforma del Banco de M¨¦xico que ha promovido el partido del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador representa un error de graves consecuencias. La medida, cuya tramitaci¨®n ha sido ahora temporalmente paralizada, pretende que los d¨®lares que las instituciones financieras mexicanas no puedan repatriar sean forzosamente absorbidos por el banco central y que pasen a formar parte de sus reservas internacionales. Lo que desde el Gobierno y sus aleda?os parlamentarios se ha presentado como una bienintencionada iniciativa destinada a facilitar el cambio de d¨®lares a pesos para las familias que reciben remesas, oculta una bomba de relojer¨ªa para la credibilidad financiera del pa¨ªs.
El primer golpe recaer¨ªa sobre la autonom¨ªa del Banco de M¨¦xico. La reforma, al imponer a la entidad la obligaci¨®n de adquirir sin ning¨²n l¨ªmite los citados remanentes, incide de forma directa en la configuraci¨®n de su balance. El resultado es una merma de su independencia, un valor consagrado desde 1994 por la Constituci¨®n mexicana y que ha permitido al pa¨ªs sortear las veleidades de muchos de sus gobernantes y ganarse una respetabilidad envidiada en Latinoam¨¦rica.
Pero no se trata solo de un da?o formal o de estructura contable. La carga es de mucha mayor profundidad. Como ha explicado el propio Banco de M¨¦xico, la iniciativa abre las puertas a que dinero de procedencia il¨ªcita, sobre todo del narcotr¨¢fico, se expanda por el circuito financiero mexicano y acabe inundando las reservas internacionales de la entidad central. Este contagio, m¨¢s que probable si se tiene en cuenta el poder zonal del crimen organizado, dejar¨ªa al Banco de M¨¦xico a merced de las investigaciones internacionales contra el lavado de dinero y podr¨ªa acarrearle la congelaci¨®n de sus fondos.
Las consecuencias ser¨ªan desastrosas. No solo quedar¨ªa da?ada la respetabilidad de la principal instituci¨®n monetaria mexicana, sino que se generar¨ªa un peligroso efecto domin¨® que comprometer¨ªa la estabilidad financiera. Justo lo contrario de lo que requiere un pa¨ªs que a¨²n sufre los estragos de la pandemia y necesita como nunca de la confianza y la inversi¨®n extranjera.
Frente al v¨¦rtigo que generan estos escenarios, de poco sirve esgrimir la mejora que la reforma traer¨ªa para los receptores de remesas. Ni siquiera las cifras avalan este supuesto beneficio: el 99,3% de este dinero ya llega por v¨ªa electr¨®nica y solo una m¨ªnima parte lo hace en efectivo.
Ante el rechazo general cosechado por la iniciativa, el partido del presidente, que hace unos d¨ªas la aprob¨® con inusitada celeridad en el Senado, ha decidido ahora retrasar a enero su tramitaci¨®n en la C¨¢mara de Diputados y crear una ¡°comisi¨®n bicameral de trabajo¡± con presencia del Banco de M¨¦xico. Esta respuesta, que podr¨ªa ser aplaudida en otras leyes, no basta en este caso. Son demasiados los argumentos y las sospechas que pesan en contra. Bien har¨ªa L¨®pez Obrador en ordenar que la reforma se retirase como paso previo a un verdadero di¨¢logo o, al menos, que se expurgase toda su toxicidad. Seguir adelante tal y como est¨¢, mucho m¨¢s que una obcecaci¨®n, ser¨ªa una grave negligencia para M¨¦xico.
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