Elecciones mexicanas: el c¨¢ncer y la quimio
Poner al Gobierno bajo escrutinio significa votar siempre contra el poder, aunque sea con la nariz tapada
El pr¨®ximo 6 de junio, los mexicanos acudiremos a las urnas para elegir a los nuevos diputados federales. De paso, en 15 estados se votar¨¢ para seleccionar un nuevo gobernador. Y, por si fuera poco, se renovar¨¢n las presidencias municipales y, en algunos casos, otros cargos auxiliares m¨¢s. En fin: el reparto del poder pol¨ªtico en M¨¦xico se reconfigurar¨¢. De ese tama?o es la importancia de la jornada.
El Gobierno se ha empe?ado en convertir estas elecciones en una suerte d...
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El pr¨®ximo 6 de junio, los mexicanos acudiremos a las urnas para elegir a los nuevos diputados federales. De paso, en 15 estados se votar¨¢ para seleccionar un nuevo gobernador. Y, por si fuera poco, se renovar¨¢n las presidencias municipales y, en algunos casos, otros cargos auxiliares m¨¢s. En fin: el reparto del poder pol¨ªtico en M¨¦xico se reconfigurar¨¢. De ese tama?o es la importancia de la jornada.
El Gobierno se ha empe?ado en convertir estas elecciones en una suerte de plebiscito sobre su popularidad (y viabilidad). El presidente ha intervenido en la campa?a, fijando posturas y agrediendo rivales, en un papel manipulador que no hab¨ªa adoptado un mandatario mexicano en muchos a?os. Y no es porque sus antecesores inmediatos no quisieran, sino porque la cultura pol¨ªtica del momento los orill¨® a guardar las formas y a operar, m¨¢s o menos, bajo la mesa.
Pero Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador piensa que est¨¢ muy por encima de ellos. Cree que el candidato que ser¨¢ votado (o no), en el fondo, es ¨¦l. Y su estrategia ha sido mantenerse en campa?a perpetua. La institucionalidad y la obligaci¨®n de gobernar para todos son cosas que le vienen muy guangas. El presidente cree que su funci¨®n principal es garantizar que su figura (y, ya en esas, su partido) predomine a toda costa. Lo de gobernar, entendido como administrar lo mejor posible el aparato estatal e intentar resolver los conflictos del pa¨ªs, no le interesa tanto.
La oposici¨®n tambi¨¦n ha abonado el terreno para que estos comicios sean vistos como un punto de inflexi¨®n en la historia de la democracia mexicana. Buena parte de los mensajes de los adversarios de L¨®pez Obrador ha girado en torno a la importancia cardinal del 6 de junio. ¡°Ahora o nunca¡±, es el mensaje que machacan. ¡°O los frenamos ahora o desmantelar¨¢n la democracia y ser¨¢n incontenibles¡±. Esto, que suena a paranoia, est¨¢ amparado en la evidente voluntad oficial de saltarse las leyes y reventar todos los contrapesos para favorecer a Morena y sus aliados.
Pero la alianza opositora y los otros partidos que no forman parte del oficialismo (porque, muy al estilo del viejo PRI, Morena tiene una escolta de sat¨¦lites que existen solo para alabar al presidente y atomizar el voto) enfrentan un problema serio: son fuerzas pol¨ªticas que tienen mucha cola que les pisen. Porque no hablamos de j¨®venes movimientos renovadores, sino del PRI, el PAN y el PRD de toda la vida, es decir, de los partidos que dominaron el panorama durante decenios, y a los que se les puede sacar en cualquier instante un expediente inmenso de yerros, ineficacias y corruptelas. Y hablamos de Movimiento Ciudadano, partido convenenciero donde los haya. La mejor prueba es que nadie tiene la menor idea de qu¨¦ parte del espectro pol¨ªtico habita MC. ?Es de derecha, izquierda o centro? Ni siquiera sus militantes intentan responder el enigma. Lo suyo es esforzarse en trepar a puestos de mando y ya.
?Por qui¨¦n votar, entonces? En M¨¦xico, el poder siempre se las arregla para ser un c¨¢ncer. Cualquiera que llega a la presidencia hace todo el da?o que puede en ella, con la seguridad de que sacar¨¢ provecho y quedar¨¢ impune. L¨®pez Obrador y Morena no son la excepci¨®n. Har¨ªa falta una enciclopedia para abordar a fondo sus diversos errores, fracasos, abusos, mezquindades, desastres y, especialmente, su esp¨ªritu rijoso y destructor. Por otro lado, hay que entender que la oposici¨®n, en este juego, desempe?a el papel de la quimioterapia. Es veneno, fuera de toda duda. Hace un da?o muy grande y comprobable. Nadie la toma por gusto. Pero no hay otro medio de enfrentar al c¨¢ncer.
Los mexicanos tenemos un panorama desolador por delante. Debemos asumir que quiz¨¢ la quimioterapia detenga la enfermedad, pero solo porque espera la hora de ser c¨¢ncer otra vez. Y que habr¨¢ que criticar a fondo a los opositores, en su momento, si vuelven al gobierno.
No nos dejan de otra: en este pa¨ªs hay que hacerle marcaci¨®n personal al que se sube a la silla. Y eso, reducido al tema de las elecciones, significa votar siempre contra el poder, aunque sea con la nariz tapada.
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