?Coches chocolate o coches ilegales?
La entrada de veh¨ªculos usados sin permisos se ha incrementado desde que L¨®pez Obrador anunci¨® en julio que los regularizar¨ªa. La anticipaci¨®n proporciona un gran incentivo a quienes han hecho de esta actividad il¨ªcita su negocio
Como con cada transacci¨®n importante que se hace, la compra de un autom¨®vil ¡ªnuevo, usado, de lujo, austero¡ª viene acompa?ada de una serie no menor de tr¨¢mites. Por m¨¢s pesados que sean esos procesos burocr¨¢ticos para comprar o vender un coche hay razones leg¨ªtimas que los sustentan; razones de seguridad, medioambientales y de mero orden p¨²blico que hay que atender.
Sin embargo, hay miles de autos circulando que no cumplen ninguno de esos requisitos que cualquier ciudadano que respete la ley tiene que cumplir. Los autos ¡°chuecos¡± ¡ªque con el tiempo adquirieron el nombre de ¡°chocolate¡±¡ª ...
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Como con cada transacci¨®n importante que se hace, la compra de un autom¨®vil ¡ªnuevo, usado, de lujo, austero¡ª viene acompa?ada de una serie no menor de tr¨¢mites. Por m¨¢s pesados que sean esos procesos burocr¨¢ticos para comprar o vender un coche hay razones leg¨ªtimas que los sustentan; razones de seguridad, medioambientales y de mero orden p¨²blico que hay que atender.
Sin embargo, hay miles de autos circulando que no cumplen ninguno de esos requisitos que cualquier ciudadano que respete la ley tiene que cumplir. Los autos ¡°chuecos¡± ¡ªque con el tiempo adquirieron el nombre de ¡°chocolate¡±¡ª son veh¨ªculos sin papeles, sin permisos de importaci¨®n, que no se comercializan, ni podr¨ªan comercializarse, a trav¨¦s de agencias o concesionarios. Como con cualquier mercado ilegal los n¨²meros son imprecisos. Hay quien se?ala que podr¨ªan llegar a ser algunos millones, pero las cifras reales no las conocemos. Vienen principalmente de los Estados Unidos y algunos menos de Centroam¨¦rica. En su mayor¨ªa, se trata de veh¨ªculos que ya no cumplen las disposiciones medioambientales en el pa¨ªs vecino y que se considerar¨ªan chatarra, pero dada la permisividad e impunidad han logrado encontrar en M¨¦xico un mercado.
El problema de los autos chocolate, aunque me permitir¨¦ llamarlos de ahora en adelante ilegales, data de d¨¦cadas atr¨¢s. Al carecer de registro, estos coches resultan atractivos para cometer il¨ªcitos. Sin duda es un tema que merece ser abordado y atendido. El tema no es menor ni desde la perspectiva de seguridad p¨²blica ni desde el ¨¢mbito econ¨®mico.
El sector automotriz en M¨¦xico representa alrededor de 3,4% del Producto Interno Bruto y este a?o ha sido uno particularmente complicado para esa industria. La escasez mundial de semiconductores ha generado pausas costosas para la cadena de producci¨®n automotriz y tanto las agencias automotrices como el sector exportador est¨¢n viviendo las consecuencias. La cantidad importada de autos usados aument¨® 36% en los primeros ocho meses del a?o en comparaci¨®n con el mismo periodo del a?o previo, el mayor incremento en ocho a?os. El presidente L¨®pez Obrador anunci¨® en julio que regularizar¨ªa los veh¨ªculos ilegales en el pa¨ªs. De forma poco sorprendente, y seg¨²n lo afirma la Asociaci¨®n Mexicana de Distribuidores Automotores, la entrada de veh¨ªculos usados sin permisos se ha incrementado desde la fecha del anuncio. La anticipaci¨®n de legalizar lo ilegal proporciona un gran incentivo a quienes han hecho de esta actividad il¨ªcita su negocio.
No es la primera vez que se intenta regularizar u ordenar la condici¨®n ilegal de estos veh¨ªculos. En 2006, el entonces presidente Vicente Fox permiti¨® que se legalizaran estos autos y ocasion¨® su importaci¨®n masiva, afectando a la industria automotriz del pa¨ªs.
El decreto a trav¨¦s del cual el presidente legaliza a estos veh¨ªculos se public¨® el lunes en el Diario Oficial de la Federaci¨®n. Sin embargo, hay a¨²n poca claridad en los detalles. En el decreto se se?ala que varias secretar¨ªas ¡ªHacienda, Econom¨ªa, Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana¡ª estar¨¢n a cargo del proceso en el que adem¨¢s tendr¨¢n que escucharse m¨¢s puntos de vista por la complejidad del tema. Lo que s¨ª queda claro es que el programa empezar¨¢ en los Estados de la frontera norte y en Baja California Sur. El tr¨¢mite costar¨¢ 2.500 pesos. M¨¢s all¨¢ de lo que haya se?alado el presidente en sus diversas apariciones p¨²blicas, en el decreto se se?ala que los ingresos derivados de ese tr¨¢mite deber¨¢n usarse conforme a lo que se?ale la Ley de Ingresos de la Federaci¨®n, misma que se encuentra en proceso de discusi¨®n y aprobaci¨®n.
No cabe duda de que el problema existe. La existencia de estos veh¨ªculos ilegales da?a al pa¨ªs y perjudica a la industria. Pero es una situaci¨®n compleja que no se resolver¨¢ con ideas simples. Decretar legal lo ilegal solo generar¨¢ m¨¢s distorsiones en los mercados y brindar¨¢ incentivos perversos que alguien aprovechar¨¢. El tema es importante. Ojal¨¢ se discuta ampliamente y se lleguen a soluciones mejor dise?adas. Ojal¨¢, tambi¨¦n, que no sea solo una jugada pol¨ªtica o electoral. El tiempo dir¨¢.
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