Banco de M¨¦xico, el deber ser
En M¨¦xico hemos visto concretarse las tentaciones de usar al banco central como una m¨¢quina de billetes para financiar el gasto p¨²blico y as¨ª, en teor¨ªa, lograr crecimiento econ¨®mico
Ciudadano/a mexicano por nacimiento y menor a los 65 a?os de edad al inicio de su cargo. Tener reconocida competencia en materia monetaria y haber ocupado, por lo menos durante cinco a?os, cargos de alto nivel en el sistema financiero mexicano o en alguna autoridad financiera. Eso es lo que marca la ley para quienes aspiren a ser miembros de la Junta de Gobierno de Banco de M¨¦xico.
Dicen por ah¨ª que la pol¨ªtica monetaria es m¨¢s arte que ciencia. El grado de dificultad que trae aparejado el manejo monetario del pa¨ªs est¨¢ a a?os luz de lo que se necesita para ejecutar cualquier pol¨ªtica fiscal. Los requisitos de solidez t¨¦cnica est¨¢n ah¨ª por una raz¨®n. Hay que entender de econom¨ªa, pero tambi¨¦n conocer los mercados financieros y entender los movimientos mundiales de capitales y su interconexi¨®n con la econom¨ªa real. En la conducci¨®n de la pol¨ªtica monetaria se necesita saber navegar en un mar de variables complejas manteniendo la cabeza fr¨ªa y aislada de los movimientos pol¨ªticos que intenten desviar la ruta.
El manejo del banco central debe estar separado de la pol¨ªtica fiscal para evitar que el primero funcione como la impresora de billetes del segundo. En un contexto en que el banco central dependiera del ejecutivo, se prestar¨ªa a que se viera a la autoridad monetaria como una herramienta de financiamiento. Hemos visto ya versiones de esa pel¨ªcula y en ninguna hay un final feliz. Han sido pel¨ªculas de terror, de hecho, para las familias mexicanas. Basta recordar las d¨¦cadas de los setenta y los ochenta para que entender los riesgos de monetizar los d¨¦ficits p¨²blicos. De ah¨ª viene la necesidad de un banco central aut¨®nomo, con capacidad t¨¦cnica y por supuesto con plena capacidad de decisi¨®n dirigida a los objetivos ¡ªal objetivo en el caso de M¨¦xico¡ª que le marca la ley.
Banco de M¨¦xico est¨¢ regido por una Junta de Gobierno con cinco miembros. De ellos, cuatro son subgobernadores y el quinto es el Gobernador del Banco, posici¨®n que hoy ocupa Alejandro D¨ªaz de Le¨®n y que termina su encargo el ¨²ltimo d¨ªa de diciembre. D¨ªaz de Le¨®n podr¨ªa haber seguido un segundo periodo, pero fue el presidente quien, de forma anticipada, aclar¨® que no ser¨ªa de esta manera. En junio, seis meses antes de lo necesario, L¨®pez Obrador anunci¨® que nominar¨ªa al entonces secretario de Hacienda, Arturo Herrera, para el puesto.
Empecemos por ah¨ª. Alejandro D¨ªaz de Le¨®n ha hecho un excelente trabajo al frente de Banco de M¨¦xico dando a los inversionistas certidumbre sobre la calidad t¨¦cnica de las decisiones de esa instituci¨®n. El banco central, durante la pandemia, ech¨® mano de todas las herramientas monetarias que ten¨ªa a su alcance para facilitar la liquidez en el momento m¨¢s cr¨ªtico de la historia econ¨®mica reciente. Un segundo periodo de D¨ªaz de Le¨®n hubiera sido m¨¢s que bien recibido en la comunidad financiera mexicana e internacional.
Sin embargo, el hubiera no existe y el presidente decidi¨® reemplazar a su entonces secretario de Hacienda envi¨¢ndolo al Banco de M¨¦xico. Herrera dej¨® la secretar¨ªa en julio y la comparecencia que ten¨ªa ante la comisi¨®n permanente del Congreso en agosto, justo para discutir su futuro encargo, fue cancelada. Y esta semana nos enteramos de que de hecho L¨®pez Obrador le anunci¨® que no ser¨ªa ratificado.
No conozco hasta el momento las razones por las que el presidente cambi¨® de decisi¨®n y ha nombrado a Victoria Rodr¨ªguez para el cargo. Pero s¨ª s¨¦ que hay pocas cosas tan importantes para la estabilidad macroecon¨®mica de un pa¨ªs como un buen manejo de la pol¨ªtica monetaria. Banco de M¨¦xico tiene hoy como objetivo prioritario procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.
M¨¢s all¨¢ de las definiciones t¨¦cnicas, todos entendemos la inflaci¨®n. La vivimos. Nos damos cuenta cuando la compra en el supermercado es m¨¢s cara, cuando pagamos m¨¢s de luz y cuando el tanque de gas se queda a la mitad por lo mismo con lo que antes se llenaba. El incremento reciente en este indicador repercuti¨® en un aumento de la pobreza laboral de m¨¢s de un mill¨®n de personas entre el segundo y el tercer trimestre del a?o; p¨¦simas cifras para un pa¨ªs que deber¨ªa de estar en plena recuperaci¨®n econ¨®mica.
Durante mucho tiempo ha existido el debate de si el banco central de M¨¦xico deber¨ªa de tener un objetivo dual, como en Estados Unidos, una meta de inflaci¨®n buscando el pleno empleo. Al leer las minutas de las reuniones de pol¨ªtica monetaria de la Junta de Gobierno queda claro que en las decisiones de tasas que ah¨ª se toman se consideran impl¨ªcitamente factores como el crecimiento econ¨®mico y el mercado laboral, as¨ª como el contexto nacional e internacional del momento. No se toman decisiones aisladas y sin contexto, pero el objetivo prioritario sigue siendo mantener la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda.
La realidad norteamericana es distinta de la mexicana. En M¨¦xico, hemos visto concretarse las tentaciones de usar al banco central como una m¨¢quina de billetes para financiar el gasto p¨²blico y as¨ª, en teor¨ªa, lograr crecimiento econ¨®mico. La inflaci¨®n alcanzada en consecuencia merm¨® el poder de compra del ingreso de los mexicanos sumiendo a millones en la pobreza. Hoy, afortunadamente, el engranaje institucional del Banco impide que esto suceda. La fortaleza de la Junta de Gobierno, su independencia y el car¨¢cter t¨¦cnico de sus integrantes permite que el banco central siga siendo un pilar fundamental de la econom¨ªa mexicana.
El manejo de la pol¨ªtica monetaria no debe estar supeditado al gasto del Gobierno. El Banco de M¨¦xico tiene una de las funciones prioritarias de la econom¨ªa mexicana: mantener la certeza en que esos billetes y monedas que usamos como medio de cambio sigan sirviendo para ello. La autonom¨ªa de Banco de M¨¦xico est¨¢ ah¨ª por algo. Hay que defenderla.
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