?La cuarta transformaci¨®n del indigen¨®metro? Y?¡¯?x
Las ¨¦lites intelectuales criollas de izquierda y derecha no han reflexionado ni un poco sobre la g¨¦nesis y naturaleza de la categor¨ªa ind¨ªgena y siguen reproduciendo los clich¨¦s de siempre
Volvi¨® a suceder como una de esas pesadillas recurrentes. Cada cierto tiempo, intelectuales relacionados con alg¨²n partido pol¨ªtico que poco conocen las luchas de los movimientos ind¨ªgenas se ponen a discutir qu¨¦ significa ser ind¨ªgena sin ind¨ªgenas, como es lo com¨²n. No crean que esta discusi¨®n se dispar¨® en el marco de un proceso de reflexi¨®n sobre la construcci¨®n ideol¨®gica del pa¨ªs desde distintas voces y posturas, sobre la condici¨®n de los pueblos originarios o s...
Volvi¨® a suceder como una de esas pesadillas recurrentes. Cada cierto tiempo, intelectuales relacionados con alg¨²n partido pol¨ªtico que poco conocen las luchas de los movimientos ind¨ªgenas se ponen a discutir qu¨¦ significa ser ind¨ªgena sin ind¨ªgenas, como es lo com¨²n. No crean que esta discusi¨®n se dispar¨® en el marco de un proceso de reflexi¨®n sobre la construcci¨®n ideol¨®gica del pa¨ªs desde distintas voces y posturas, sobre la condici¨®n de los pueblos originarios o sobre la reforma ind¨ªgena tan prometida por L¨®pez Obrador que al parecer no llegar¨¢. No fue as¨ª, la discusi¨®n se dispar¨® en redes sociales y en distintos medios de comunicaci¨®n enmarcada en la pugna electoral por la presidencia que ya ha comenzado, es decir, de entrada, los dados estaban cargados. El disparador fue un lamentable cart¨®n del caricaturista Rafael Barajas, conocido como El Fisg¨®n, en donde dibuj¨® a X¨®chitl G¨¢lvez, la aspirante m¨¢s fuerte de la debilitada oposici¨®n, retomando elementos con las que el racismo mexicano ha caricaturizado siempre lo ind¨ªgena: plumas, huipil, copal, un castellano en donde los verbos aparecen siempre en infinitivo. El racismo cotidiano, violento y b¨¢sico hecho cart¨®n para comunicar que X¨®chitl G¨¢lvez no es ind¨ªgena, mientras que del lado contrario defend¨ªan su ¡°cuna ind¨ªgena¡±, en frase de Carlos Loret de Mola.
La discusi¨®n se centr¨®, pues, en aplicar el hist¨®rico indigen¨®metro que dicta cu¨¢les deben ser los rasgos necesarios para ser considerado ind¨ªgena. Por lo que puede leerse en columnas de opini¨®n, queda claro que la llamada 4T no alcanz¨® a transformar el indigen¨®metro y que la defensa del cart¨®n de El Fisg¨®n sac¨® a relucir que, a pesar de una larga convivencia (por decirlo de alg¨²n modo) de 500 a?os, las ¨¦lites intelectuales criollas de izquierda y derecha no han reflexionado ni poco sobre la g¨¦nesis y naturaleza de la categor¨ªa ind¨ªgena y que siguen reproduciendo los mismos clich¨¦s de siempre. Esto, m¨¢s que lamentable, me parece escandaloso.
La existencia del indigen¨®metro se debe a la necesidad hist¨®rica del Estado de definir qui¨¦n es ind¨ªgena y qui¨¦n no lo es, de la necesidad de clasificar a su poblaci¨®n para que la secci¨®n clasificada como ind¨ªgena dejara de serlo y convertirla en poblaci¨®n mestiza. Partamos del hecho de que el indigen¨®metro no ha sido creado por las distintas naciones originarias que han construido, en cada caso, distintos mecanismos para la adscripci¨®n a cada comunidad, estructura social o naci¨®n originaria. La misma palabra ¡°ind¨ªgena¡± no tiene un equivalente en la mayor¨ªa de las lenguas ind¨ªgenas del pa¨ªs, as¨ª que las discusiones sobre nuestras m¨²ltiples y complejas pertenencias se reduce a una clasificaci¨®n oficial desde el castellano.
?Qu¨¦ es entonces ser ind¨ªgena? Las respuestas que el indigen¨®metro ha dado no han variado mucho y por lo que se ha podido ver siguen muy vigentes. Para los tabulados b¨¢sicos del Censo de Poblaci¨®n de 1921, ¡°ind¨ªgena¡± era una categor¨ªa racial, se esperaba entonces que la ¡°raza ind¨ªgena¡±, como la nombraron, mostrara una serie de caracter¨ªsticas f¨ªsicas. Esta idea es la que sigue operando a¨²n en estos tiempos, cada vez que se argumenta que X¨®chitl G¨¢lvez no ¡°parece¡± ind¨ªgena, se le perfila y se le mide con respecto del estereotipo de c¨®mo debe lucir una persona ind¨ªgena. Esta misma idea en la que raza ahora se lee como categor¨ªa gen¨¦tica es la que late detr¨¢s de la declaraci¨®n de Beatriz Paredes que sostiene que, aunque ella es tambi¨¦n de ¡°cuna ind¨ªgena¡± como X¨®chitl, no se trata de hacer competencia de ADN porque, claro, el rasgo ind¨ªgena debe estar codificado en alg¨²n gen.
Otra caracter¨ªstica del indigen¨®metro ha sido fijar ciertos rasgos necesarios. Por ejemplo, en los censos que siguieron al de 1921, para clasificar a una persona como ind¨ªgena se preguntaba si andaba descalza, si usaba zapatos o huaraches, si com¨ªan trigo o ma¨ªz, qu¨¦ tipo de indumentaria usaban, si dorm¨ªan en cama o en petate, entre otros criterios. Dentro de esta l¨®gica, comer ma¨ªz, usar huaraches y dormir en petates se relacionaban con la pobreza. En este tenor, cuando determinan que X¨®chitl G¨¢lvez no es ind¨ªgena porque ¡°no viene de abajo y no ha sufrido pobreza¡± o porque usa bolsos caros evidencian que los par¨¢metros del antiguo indigen¨®metro siguen operando en el imaginario social. A mi amigo ay??k Marco Mart¨ªnez, cocreador de una app para aprender su lengua materna, le repitieron que un ¡°verdadero ind¨ªgena¡± no puede hacer uso de la tecnolog¨ªa, as¨ª como antes nos dijeron que dormir en cama, y no en petate, nos restaba varios puntos en el indigen¨®metro.
Despu¨¦s, fue el criterio ling¨¹¨ªstico el m¨¢s importante para determinar que alguien pertenec¨ªa a la categor¨ªa ind¨ªgena. Si hablabas lengua ind¨ªgena eras ind¨ªgena. Esto fue as¨ª hasta el Censo de Poblaci¨®n y Vivienda del a?o 2000. El criterio ling¨¹¨ªstico ha sido uno de los m¨¢s perversos del indigen¨®metro pues, mientras el Estado despleg¨® una serie de estrategias muy violentas para eliminar las lenguas ind¨ªgenas, usaba al mismo tiempo el hablar uno de estos idiomas para probar pertenencia a la categor¨ªa. Los comentarios que sostienen que X¨®chitl G¨¢lvez no es ind¨ªgena porque no tiene un idioma ind¨ªgena por lengua materna se alinean con este criterio.
Cada uno de los requisitos que plantea el indigen¨®metro se relaciona, como puede verse, con racismo y discriminaci¨®n. Por esto, una de las mayores luchas y logros del movimiento ind¨ªgena ha sido el criterio de la autoadscripci¨®n como una respuesta al indigen¨®metro. Desde el a?o 2000, el Censo de Poblaci¨®n pregunta, por un lado, si hablas una lengua ind¨ªgena, y por otro, si te autoadscribes como ind¨ªgena. Sin embargo, aunque legalmente sea as¨ª, los usos y costumbres del Estado mexicano no han cambiado y el criterio ling¨¹¨ªstico sigue siendo el m¨¢s com¨²n en la vida cotidiana institucional. Los otros rasgos del indigen¨®metro siguen vigentes y m¨¢s fortalecidos que nunca en la sociedad mexicana, seg¨²n lo que podemos concluir de la discusi¨®n que sigui¨® al cart¨®n de El Fisg¨®n.
La autoadscripci¨®n, sin embargo, plantea varios problemas, uno de ellos es que, en caso de pol¨ªticas afirmativas, personas que no pertenecen a un pueblo originario se adscriban como tal. Hay que hacer ¨¦nfasis en esto: solo se da en caso de acciones afirmativas, nadie se autoadscribe ind¨ªgena si eso implica sufrir racismo, discriminaci¨®n, violencia, despojo de tierras, violaci¨®n de derechos colectivos, entre otros. La categor¨ªa ind¨ªgena nace de la opresi¨®n colonial y estatal, por lo que una buena parte de la poblaci¨®n ind¨ªgena, hist¨®ricamente, ha tenido que negar ser ind¨ªgena para tratar de evitar toda la violencia asociada a serlo.
Por contraste, vemos ahora a la oposici¨®n tratando de defender el cartelito de ind¨ªgena para X¨®chitl G¨¢lvez mientras que Morena trata de quit¨¢rselo. ?Qu¨¦ opinan los pueblos h?ah?u de este asunto? Poco importa al parecer. Lo que late detr¨¢s de esta rebatinga es la otra cara, tambi¨¦n racista, del indigen¨®metro, que indica que ser ind¨ªgena implica estar revestido de un aura de bondad y legitimidad autom¨¢tica que nos niega el derecho de ejercer la maldad o la corrupci¨®n como cualquier persona. M¨¢s all¨¢ de la historia personal de X¨®chitl G¨¢lvez, ese cartelito de ¡°ind¨ªgena¡± (que no de h?ah?u) que la oposici¨®n y Morena se andan jaloneando puede ser redituable para ¡°atraer simpat¨ªas electorales¡±, porque ¡°ind¨ªgena¡± se lee en el contexto de las elecciones como algo positivo y capitalizable. Mientras, las muy diversas naciones que habitan este territorio desde hace m¨¢s de cinco siglos tienen otros datos: haber sido clasificados bajo la categor¨ªa ind¨ªgena ha significado destrucci¨®n y despojo.
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