Palenque: una cumbre sobre migraci¨®n sin el invitado central
La cumbre parece m¨¢s una reuni¨®n centrada en ajustar los mecanismos para parar y devolver a los migrantes que una que vaya a conseguir que sean tratados con dignidad y respeto en su tr¨¢nsito
No bastar¨¢ la firma o no de acuerdos o tratados para juzgar el eventual ¨¦xito de la cumbre de presidentes y cancilleres latinoamericanos y del caribe a la que convoc¨® el Gobierno de M¨¦xico en Palenque, Chiapas, para abordar el tema de la migraci¨®n en el continente. Podr¨¢n negociarse y rubricarse los d...
No bastar¨¢ la firma o no de acuerdos o tratados para juzgar el eventual ¨¦xito de la cumbre de presidentes y cancilleres latinoamericanos y del caribe a la que convoc¨® el Gobierno de M¨¦xico en Palenque, Chiapas, para abordar el tema de la migraci¨®n en el continente. Podr¨¢n negociarse y rubricarse los documentos que se que quiera, por supuesto, que para eso se hacen esta clase de encuentros. Pero de eso a que las pol¨ªticas transfronterizas realmente lleguen a coordinarse, las circunstancias que orillan a las personas a marcharse de sus pa¨ªses cambien y las corrientes migratorias se detengan, o meng¨¹en siquiera, hay un abismo. Y no queda muy claro que vayan a producirse avances sustanciales en el tema cuando el destino principal de los migrantes son los Estados Unidos, y ese pa¨ªs no asiste a la reuni¨®n.
Para nadie es un secreto que Estados Unidos ha presionado hace a?os (desde que Donald Trump era el presidente y tambi¨¦n en la actualidad, bajo el mando de Joe Biden) hasta conseguir el notable endurecimiento de las pol¨ªticas migratorias mexicanas que hemos visto en el sexenio. M¨¦xico llega a la cumbre con las cifras m¨¢s altas de detenciones de extranjeros en territorio nacional que se recuerden (m¨¢s de 80.000 solo en el pasado agosto, el mes m¨¢s reciente del que se tienen cifras) y un acumulado de m¨¢s de medio mill¨®n de personas devueltas a sus pa¨ªses de origen en los recientes cinco a?os. Y, sin Estados Unidos a bordo, esta cumbre y lo que en ella llegue a decidirse no influir¨¢ un cent¨ªmetro en esa situaci¨®n. Mucho menos cuando EE UU vive la efervescencia del arranque de las campa?as pol¨ªticas de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. No es realista esperar que el blindaje de la frontera sur estadounidense vaya a relajarse en estas circunstancias, y menos cuando el asunto sigue siendo uno de los grandes fantasmas que el expresidente Trump se empe?a en agitar ante la opini¨®n p¨²blica siempre que puede.
Tambi¨¦n el escenario latinoamericano es complejo. Uno de los desaf¨ªos centrales de la migraci¨®n irregular consiste en que los principales afectados por sus efectos inmediatos son los pa¨ªses de tr¨¢nsito y destino. Las naciones de las cuales salen los migrantes tienen sus propios conflictos (que son, finalmente, los que provocan el ¨¦xodo masivo) y no suelen convertir en una prioridad lo que les suceda a sus ciudadanos una vez que atraviesan sus fronteras. Convencerlos de que se ocupen de frenar las causas de que la gente se vaya, como ha sostenido p¨²blicamente el Gobierno mexicano, que es la meta de la cumbre, resulta mucho m¨¢s f¨¢cil de declarar que de llevar a la pr¨¢ctica. Y el mejor ejemplo de ello es el propio M¨¦xico, pa¨ªs que encabez¨® por decenios las estad¨ªsticas de migraci¨®n de latinoamericanos hacia EE UU sin que el freno a la migraci¨®n se convirtiera nunca en un tema de primera l¨ªnea en los planes gubernamentales. No: la inmensa mayor¨ªa de los pa¨ªses cuyos ciudadanos migran suelen aferrarse al principio vulgar de ¡°mientras menos burros, m¨¢s olotes¡±. Y dejan la pelota en la cancha de los dem¨¢s.
Pa¨ªses con econom¨ªas destruidas, como Hait¨ª, Venezuela o Cuba, o sumamente fr¨¢giles, como Honduras o El Salvador, necesitar¨ªan una suerte de ¡°Plan Marshall¡± de reconstrucci¨®n para que las olas migratorias se redujeran. M¨¦xico no tiene dinero suficiente como para brindar apoyos en esa escala. Un desembolso de esa magnitud solo podr¨ªa hacerlo, de nuevo, Estados Unidos, a quien le resulta m¨¢s barato cerrar a piedra y lodo sus fronteras y controlar el acceso hasta donde pueda. Y que, claro, tampoco est¨¢ por la labor de darle dinero a Cuba o Venezuela, gobiernos con los que sostiene diferencias m¨¢s que profundas.
A menos que algo muy fuerte cambie, la cumbre de Palenque parece m¨¢s una reuni¨®n centrada en ajustar los mecanismos para parar y devolver a los migrantes que una que vaya a conseguir que sean tratados con dignidad y respeto en su tr¨¢nsito.