Un brindis que fue m¨¢s que un brindis
Sin aparente quebranto para las finanzas p¨²blicas, la celebraci¨®n del MUNAL representa una fisura en el discurso del nuevo Gobierno
Alicia B¨¢rcena, secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, dio ya su primera versi¨®n oral de la boda no boda de su excolaborador Mart¨ªn Borrego en un museo. El caso reviste importancia sobre el modo en que la presidenta Sheinbaum gasta su capital pol¨ªtico.
En su declaraci¨®n, realizada este viernes ante trabajadores de la Semarnat y sin prensa, la tambi¨¦n diplom¨¢tica ...
Alicia B¨¢rcena, secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, dio ya su primera versi¨®n oral de la boda no boda de su excolaborador Mart¨ªn Borrego en un museo. El caso reviste importancia sobre el modo en que la presidenta Sheinbaum gasta su capital pol¨ªtico.
En su declaraci¨®n, realizada este viernes ante trabajadores de la Semarnat y sin prensa, la tambi¨¦n diplom¨¢tica afirma que no supo antes que Borrego arm¨® una recepci¨®n nupcial con fachada de celebraci¨®n por la amistad entre Rumania y M¨¦xico.
Dado que ahora es claro que Borrego us¨® su entonces puesto en la Canciller¨ªa, donde era jefe de oficina de B¨¢rcena, para conseguir el Museo Nacional de Arte, la secretaria le hizo dimitir por quebrantar su confianza al utilizar su posici¨®n p¨²blica para gestionar la fiesta.
El caso fue revelado por el periodista Claudio Ochoa, quien en su texto dominical de El Universal pint¨® un cuadro de doble moral: el gobierno que diario se da golpes de pecho de austeridad y modo discreto de vida, en una pachanga donde se asum¨ªa el abuso de recursos p¨²blicos.
La exclusiva period¨ªstica peg¨® en la l¨ªnea de flotaci¨®n: en el r¨¦gimen al que le escuecen unos esc¨¢ndalos, donde sobra la frivolidad, y otros m¨¢s graves le dan igual, una boda es una crisis.
El chusco incidente ¡ªal final todo apunta que no hubo recursos p¨²blicos desviados¡ª suscita dudas sobre la manera de ejercer el poder de algunos de los colaboradores de la presidenta Sheinbaum.
Honestidad y eficacia son atributos que Claudia Sheinbaum asume con particular orgullo. Para ella no es solo un mantra partidista. La lideresa de la naci¨®n es discreta en su vida personal y poco dada al dispendio. Presume, por el contrario, su capacidad de trabajo.
Esas caracter¨ªsticas de la presidenta no parecen estar haciendo escuela hacia abajo. La fiesta del MUNAL expone el pobre juicio de la secretaria B¨¢rcena al no reparar inmediatamente que eso no era un acto diplom¨¢tico, que todo era un dispendioso montaje.
Y a juicio de algunas fuentes consultadas, muestra igualmente su pobre gesti¨®n del equipo que le rodeaba en la Canciller¨ªa, donde estuvo hasta septiembre.
Fuentes con conocimiento de primera mano apuntan que Mart¨ªn Borrego estableci¨® al amparo de B¨¢rcena un sistema de premios a funcionarios. Se dieron a partir de presuntas evaluaciones ascensos en el escalaf¨®n diplom¨¢tico.
En tiempo r¨¦cord, un secretario segundo pasaba a rango de ministro, por ejemplo. Y se le acusa de tolerar y hasta premiar a gente con denuncias de acoso laboral. En breve: con presunta discrecionalidad consent¨ªa a sus allegados, enrareciendo el ambiente de la m¨¢s alta oficina de la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores.
Estar¨ªamos ante una gran operaci¨®n pol¨ªtica si la filtraci¨®n period¨ªstica hubiera surgido de la propia B¨¢rcena, como una forma de quitarse de encima a un colaborador que creci¨® demasiado al endulzar el o¨ªdo con lisonjas a la secretaria. No lo sabemos.
Lo que s¨ª es claro es que ella no mostr¨® ning¨²n tipo de reflejo la noche del 4 de octubre, fecha de la recepci¨®n en el MUNAL. Un descuido as¨ª, y el haber empoderado tanto a Borrego, hace cuestionable su capacidad para ayudar, antes que estorbar, a Claudia Sheinbaum.
En su intervenci¨®n del viernes, la secretaria decidi¨® pasar a la ofensiva al aseverar que lo ocurrido es una ¡°pol¨¦mica interesada que intent¨® manchar mi trayectoria de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas¡ No soy ingenua, no me sorprende el cinismo ni la mala fe de quienes buscan munici¨®n donde sea para intentar debilitar los logros que hemos alcanzado y los que me toc¨® alcanzar en la canciller¨ªa mexicana¡±.
B¨¢rcena se asume como v¨ªctima. Y no asume responsabilidad alguna.
La pol¨¦mica, en efecto, surgi¨® por lo inveros¨ªmil de que alguien con tantos a?os en puestos p¨²blicos nacionales y en el extranjero no haya reparado en lo que todo mundo ve: los protagonistas del MUNAL fueron unos reci¨¦n casados, no la amistad M¨¦xico-Ruman¨ªa.
Que solo a partir de una revelaci¨®n period¨ªstica ¡ªa la que inicialmente Borrego intent¨® desmentir al defender lo indefendible¡ª B¨¢rcena haya reconocido el abuso de Borrego sigue dando mucho qu¨¦ pensar, sobre todo porque el viernes neg¨® de nuevo cualquier falla personal.
¡°Nunca he negado mi asistencia a dicha recepci¨®n, pero s¨ª niego rotundamente que se me atribuya responsabilidad de haber avalado, solapado o utilizado mi cargo para un evento inapropiado¡±, fueron sus palabras al respecto.
El primer mandamiento en altos puestos de direcci¨®n es no generarle problemas a la superioridad. La designaci¨®n de una secretar¨ªa de Estado es para cuidar la imagen de la misma, incrementar su funcionalidad, y preservar y optimizar sus recursos.
Claudia Sheinbaum fue votada por m¨¢s de 35 millones de personas para que solidifique un modelo de Gobierno donde se supone que al no haber despilfarros se pueden aumentar los apoyos directos y la calidad de los servicios para los m¨¢s pobres.
Sin aparente quebranto para las finanzas p¨²blicas, la celebraci¨®n del MUNAL empero representa una fisura en el discurso del nuevo Gobierno. La imagen austera de la presidenta no permanecer¨¢ intacta si quienes la rodean no emulan, genuinamente, ese proceder.
Invocar el recurso de la conjura, verse como v¨ªctima y no como alguien que no estuvo a la altura de lo que espera la presidenta, solo garantiza que la pol¨¦mica del incidente no se diluya pronto.
A saber qu¨¦ lectura est¨¢ dando la secretaria B¨¢rcena al respaldo que hizo la presidenta Sheinbaum de ella y de su trayectoria el mismo viernes por la ma?ana. Tan contundente espaldarazo, la mandataria se dijo orgullosa de contar con ella en su equipo, debi¨® cerrar el cap¨ªtulo.
En cambio, con su intervenci¨®n, en la que acusa sin identificar a ¡°poderosos intereses¡± que buscar¨ªan detenerla de seguir con ¡°cambios¡±, B¨¢rcena da otro traspi¨¦. Fue su descuido el que la meti¨® a ella, y de paso al Gobierno de Sheinbaum, en una pol¨¦mica. Tal cual.
Tras acudir al festejo, B¨¢rcena tuvo dos meses para averiguar, si es verdad que no lo sab¨ªa, c¨®mo se gestion¨® la renta del espacio en el MUNAL y c¨®mo se gest¨® la supuesta velada por la amistad con Ruman¨ªa. Y proceder en consecuencia. Ese, y no una conspiraci¨®n, es el origen del problema.
El secretario de Relaciones Exteriores Juan Ram¨®n de la Fuente hizo un contundente llamado el mi¨¦rcoles a guiarse con ¨¦tica a la hora de ejercer la funci¨®n p¨²blica. No hizo falta que mencionara a su colega de gabinete.
Y aunque hay quien cree que todo el caso constituye un intento para cortar las aspiraciones de B¨¢rcena, que anhela ser secretaria general de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, la realidad hoy es que el da?o corre a cuenta de Claudia Sheinbaum.
Con colaboradores as¨ª, que se envanecen en un puesto y desde ¨¦ste gestionan espacios p¨²blicos para fines privados, y con jefes as¨ª, que no advierten la flagrante contradicci¨®n entre el discurso de austeridad de la presidenta y una fiesta como la de marras, Sheinbaum terminar¨¢ perdiendo credibilidad.
No es B¨¢rcena la importante en esta historia, sino la primera presidenta mujer, una que adem¨¢s tiene en su honestidad personal un activo que podr¨ªa ayudarle a limpiar a Morena de corrupci¨®n y de corruptos, y a hacer m¨¢s funcional al gobierno.
Lograr lo anterior supone el tener colaboradores tan entregados a la funci¨®n p¨²blica como ella, gente que por estos a?os rehuya a la pachanga, gente para la que el viernes solo marque el inicio del turno de trabajo de fin de semana. Eso hace Claudia, ?y su gabinete?
Que la secretaria B¨¢rcena entienda esto ¨²ltimo es fundamental dado que la presidenta le otorg¨® una segunda oportunidad. No puede darse el lujo de comprender incorrectamente el mensaje. De ocurrir esto, frivolidad y la hipocres¨ªa tendr¨¢n permiso este sexenio, algo que uno pensar¨ªa que no rima con Claudia Sheinbaum.