Punto para Donald Trump
La agenda de Sheinbaum est¨¢ capturada por Trump, quien con un mensaje emitido casi dos meses antes de jurar el cargo, se adjudica el primer punto de la partida. Tiene a M¨¦xico respondiendo por anticipado a su llegada y a sus amenazas
Al obradorismo le han dado una sopa de su propio chocolate. Donald Trump no ha necesitado llegar a la Casa Blanca para fijar, de inmediato, las reglas del juego de lo que ser¨¢ su periodo, y tiene a la presidenta Claudia Sheinbaum recalculando su arranque de Administraci¨®n.
El Gobierno mexicano toma en serio las amenazas de aranceles del candidato triunfador de las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre. En solo un mes, las prioridades de M¨¦xico se alinean con Mar-A-Lago. As¨ª parezcan aislados, los cambios no son sutiles.
Seguridad, fen¨®meno migratorio y revisi¨®n del TMEC ocupan a la mandataria y a su equipo. Quien diga que la presidenta no hace suficiente, es que mira poco. Su secretario de Seguridad est¨¢ en la plaza matriz del fentanilo, su canciller en Estados Unidos y ella con la iniciativa privada.
Pacificar Sinaloa es una prioridad con ganancias m¨²ltiples. No son objetivos en disputa el dar seguridad a la poblaci¨®n de ese Estado y, al mismo tiempo, mandar se?ales contundentes a Estados Unidos de que la Administraci¨®n Sheinbaum es todo menos abrazos a criminales.
La escalada violenta en la entidad sinaloense dura ya tres meses. Es una guerra con toda la crueldad inherente. Los bandos seguir¨¢n hasta lograr uno u otro el exterminio del rival, incluso si lo ¨²nico que obtiene el ganador, a la postre, es una victoria perfectamente p¨ªrrica.
En unos cuantos meses el Gobierno ha girado 180 grados su actitud con respecto al choque entre las descendencias de Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera e Ismael Zambada. Desde EE UU estos compadres son testigos a la sombra de la prisi¨®n de la fratricida mataz¨®n. E inicialmente, el Gobierno parec¨ªa decidido a ser tambi¨¦n solo un testigo.
Qu¨¦ otra cosa si no fueron las palabras del comandante de la tercera regi¨®n militar, Francisco Leana Ojeda, quien por si fuera poco, en una fecha como el 16 de septiembre, declar¨® en Culiac¨¢n que el fin de la violencia en Sinaloa depend¨ªa de los criminales.
Tras la llegada de la presidenta Sheinbaum a Palacio Nacional en octubre, la pasiva actitud de la milicia y otros cuerpos de seguridad parece cosa del pasado. Sin embargo, qui¨¦n duda de que las amenazas de Trump fueron un nuevo acicate a la acci¨®n policiaca.
Como quien sabe que con Donald Trump no hay manual que garantice nada, la presidencia ha ido reaccionando al resultado electoral de Estados Unidos d¨ªa por d¨ªa. Algunas iniciativas o declaraciones de Sheinbaum pueden ser criticadas, pero no han empeorado las cosas.
Y m¨¢s all¨¢ de lo que la presidenta haya expresado en p¨²blico, lo relevante es que, volviendo a Sinaloa, el Gobierno tom¨® la iniciativa de golpear con contundencia a los criminales ligados al fentanilo para mitigar la tentaci¨®n trumpista de actuar unilateralmente.
El secretario de Seguridad, Omar Garc¨ªa Harfuch, se traslad¨® esta semana a Sinaloa a fin de comandar desde ah¨ª las acciones en contra de los narcotraficantes. Su permanencia temporal en esa entidad es simb¨®lica en varias formas.
Omar es hoy el proc¨®nsul de Sinaloa, cuyo gobernador, Rub¨¦n Rocha, es eso que en Estados Unidos llaman ¡°lame duck¡±, es decir, un pol¨ªtico que se qued¨® sin poder. Que el secretario pernocte en Culiac¨¢n solo subraya la inutilidad de Rocha, y la prioridad de Claudia.
La presidenta quiere que las y los sinaloenses recobren la paz, y que el proceso de conseguirla minimice la amenaza de los aranceles de 25% a productos mexicanos que Trump anunci¨® el 25 de noviembre.
Desde ese d¨ªa, Claudia Sheinbaum ha dicho que la eventualidad de esos aranceles ser¨¢ conjurada por el di¨¢logo y el entendimiento entre Washington y M¨¦xico. La presidenta ha explicado, igualmente, que esa amenaza ser¨¢ disipada porque se resolver¨¢ lo que la motiva.
Es decir, primero de palabra y luego con acciones, la mandataria mexicana pone el foco en que el reclamo de Trump es por las ¡°rid¨ªculas fronteras abiertas¡±, y se ha de apaciguar conteniendo el fen¨®meno migratorio indocumentado desde y a trav¨¦s de M¨¦xico, golpeando al tr¨¢fico de fentanilo y, dado que el presidente electo en el mismo mensaje se quej¨® de China, pa¨ªs al que amenaz¨® con ponerle igualmente un arancel, evitando que productos chinos aprovechen el TMEC para inundar Estados Unidos.
Los primeros esfuerzos parecen estar dando algunos resultados, al menos en el campo de la seguridad. Esta semana se dio la noticia del ¡°decomiso m¨¢gico¡± (Jorge G. Casta?eda dixit): se confisc¨® el cargamento m¨¢s grande de fentanilo ¡ªuna tonelada¡ª en la historia.
Se trata de un golpe tan espectacular como oportuno. La batalla con Trump tambi¨¦n es propagand¨ªstica y ¡°haiga sido como haiga sido¡± el operativo para dar con el cargamento, la presidenta lanz¨® con ese decomiso un mensaje que incluso Joe Biden ya reconoci¨®.
Sin embargo, tanto la paz para Sinaloa, como el apaciguamiento de Trump, est¨¢n lejos de ser una realidad. Acaso lo ¨²nico que est¨¢ construyendo M¨¦xico es una plataforma menos desnivelada para la verdadera negociaci¨®n a partir del 20 de enero en la capital de EEUU.
Mas si en el frente de la violencia, donde sobra decir que Sinaloa es apenas uno de los infiernos mexicanos, se pueden dar golpes espectaculares en la forma de decomisos o detenciones, cosa que incluso puede suponer de entrada m¨¢s violencia, en el terreno econ¨®mico y en el migratorio la situaci¨®n es m¨¢s compleja.
Claudia Sheinbaum va a tener que hilar muy fino para que los socios estadounidenses, y encima ahora tambi¨¦n algunos canadienses, que de manera oportunista quieren sacar raja de la pendenciera actitud de Trump, sean aliados de M¨¦xico a la hora de enfrentar al neoyorquino.
La presidenta sabe que el futuro mexicano est¨¢ en su integraci¨®n en Norteam¨¦rica, no con China ni en otros mercados. Lo que falta es que eso sea cre¨ªble en Estados Unidos, donde se quejar¨¢n por igual del estatismo morenista y de laxitud frente a productos chinos.
Claudia Sheinbaum ha apurado el paso en ese terreno. Un ejemplo de ello es que en su reuni¨®n de esta semana con el poderoso Consejo Mexicano de Negocios pidi¨® a las y los empresarios revisar cuanto puedan para sustituir localmente productos de origen chino.
Puede tratarse de un llamado sincero, pero traducirlo en realidad es cosa distinta y para nada inmediata. De ah¨ª que no sorprenda que el Gobierno lance operativos para decomisar mercanc¨ªa china en el centro de la capital mexicana. Puro fuego de artificio.
Finalmente, el fen¨®meno migratorio es incluso a¨²n m¨¢s complejo. El secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ram¨®n de la Fuente, se encuentra en Estados Unidos armando la estrategia consular para atender a las y los mexicanos que se ven amenazados por el anuncio de redadas hist¨®ricas.
Y en la frontera sur de M¨¦xico las cosas se van a complicar a¨²n m¨¢s. La presidenta tiene que demostrar que, como ella misma presumi¨® en su carta de respuesta al mensaje trumpista del 25 de noviembre, los flujos migratorios est¨¢n m¨¢s controlados que nunca. Tarea tit¨¢nica, pues las propias amenazas de Trump hacen que muchos quieran llegar a Estados Unidos antes de que este jure el cargo en enero.
La agenda de la presidenta Sheinbaum ahora est¨¢ capturada por Trump, quien con un mensaje emitido casi dos meses antes de jurar el cargo, se adjudica el primer punto de la partida. Tiene a M¨¦xico respondiendo por anticipado a su llegada y a sus amenazas.
El problema es que con Trump no se sabe si algo le ser¨¢ satisfactorio o qu¨¦ pedir¨¢ de inmediato sin obstar que se haya corregido o cumplido lo que exig¨ªa.
Por lo pronto, Sheinbaum tiene a su gabinete abocado a contener la eventualidad disruptora de nuevos aranceles. El reto ser¨¢ ejecutar responsablemente lo que s¨ª toca hacer, sin renunciar a la soberan¨ªa ni aceptar supeditaci¨®n.
En esta partida, la primera gran prueba para la presidenta, queda mucho por verse.
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