El incierto rumbo de los Derechos Humanos en M¨¦xico
100 d¨ªas despu¨¦s dela elecci¨®n de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH, la falta de autonom¨ªa y la obsesi¨®n por una sem¨¢ntica sin fondo, terminar¨¢ por borrar la Comisi¨®n y crear en breve alguna instituci¨®n vac¨ªa
Lo hicieron con la bandera de ser todopoderosos, pensando que la tortura y las agresiones de las instituciones del Estado mexicano se acababan por decreto, con la prepotencia de no escuchar el menor reclamo. Uno de los grandes legados del autonombrado presidente m¨¢s humanista de la historia fue convertir a la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos en un coro de su gobierno y que as¨ª permanezca en el sexenio de Claudia Sheinbaum, la CNDH ser¨¢ r¨¦mora de la 4T o no ser¨¢.
Hace 100 d¨ªas, el pasado 13 de noviembre, fue reelecta la presidenta de la Comisi¨®n Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, para un segundo mandato de cinco a?os. En una sesi¨®n que se extendi¨® hasta la madrugada, el Senado mexicano aprob¨® la reelecci¨®n de la ombudsperson pese a que fue la candidata peor evaluada, ignorando la lluvia de cr¨ªticas y advertencias de organizaciones civiles, los partidos de oposici¨®n e incluso algunos morenistas, entre ellos los senadores presidentes de las comisiones de Justicia y de Derechos Humanos.
Los cuestionamientos hacia Piedra Ibarra son diversos, pero se resumen en el expl¨ªcito apoyo que ha dado al r¨¦gimen actual, iniciado con la presidencia de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (2018- 2024) y sucedido por Claudia Sheinbaum. Rosario no ha ocultado nunca su lealtad a L¨®pez Obrador, que se ha traducido en una complicidad que dinamita la funci¨®n primordial de la CNDH: indagar posibles violaciones a derechos humanos cometidas por el gobierno mexicano.
Para no dejar lugar a dudas: durante la sesi¨®n para elegir a la presidenta de la CNDH, los senadores cantaron ¡®las ma?anitas¡¯ al expresidente, pues ese d¨ªa era su cumplea?os. Un doble regalo, que lleg¨® hasta el segundo piso de su transformaci¨®n.
Rosario Piedra Ibarra lleva en el nombre una herencia de activismo y f¨¦rrea lucha por los derechos de las personas desaparecidas y sus familias: es hija de la primera candidata presidencial y la m¨¢s reconocida madre buscadora en M¨¦xico, Do?a Rosario Ibarra de Piedra. Aunque acompa?¨® a su madre en la b¨²squeda por su hermano Jes¨²s, Rosario Piedra ha decepcionado a los que esperaban que su lucha, una vez al frente de la CNDH, se institucionalizara y rindiera frutos hist¨®ricos.
En su momento, las organizaciones defensoras de Derechos Humanos protestaron contra esta reelecci¨®n, incluso la repudiaron y advirtieron del grave da?o que provocar¨ªa a la Comisi¨®n, de por s¨ª debilitada y de posibilidades siempre limitadas. 100 d¨ªas despu¨¦s s¨ª ha cambiado la actitud de la CNDH con respecto a sus cinco a?os previos, Eduardo Guerrero, Coordinador del ¨¢rea Internacional del Centro de Derechos Humanos ¡®Miguel Agust¨ªn Pro Ju¨¢rez¡¯, lo dice con todas sus letras, ¡°creo que ah¨ª s¨ª hay un elemento a destacar: en su primer mandato, la presidenta Rosario Piedra no hab¨ªa sido tan cr¨ªtica o tan directa en su discurso con respecto de las organizaciones. Sin embargo, a partir del proceso de elecci¨®n en el que varias organizaciones, incluida el Centro Pro, se?alamos de manera objetiva por qu¨¦ no tendr¨ªa que ser reelecta en el cargo, ah¨ª comenz¨® a reforzarse un discurso a trav¨¦s de pronunciamientos y de comunicados, que refiere a la labor de las organizaciones de la sociedad civil como contraria a los intereses de los derechos humanos¡±, as¨ª que ahora no solo es comparsa gubernamental, sino tambi¨¦n cr¨ªtica de organizaciones hist¨®ricas en la defensa de derechos humanos en M¨¦xico.
Respecto a su labor diario, 100 d¨ªas despu¨¦s, mantiene su posici¨®n de defender pol¨ªticas gubernamentales contrarias a los derechos humanos, como la militarizaci¨®n de la seguridad p¨²blica o la prisi¨®n preventiva oficiosa, ¡°en una notoria oposici¨®n a lo que dictan los est¨¢ndares de derechos humanos a nivel internacional¡±, puntualiza Eduardo Guerrero.
Al final la intrascendencia, la falta de autonom¨ªa y la obsesi¨®n por una sem¨¢ntica distinta sin fondo, terminar¨¢ por borrar la Comisi¨®n y crear en breve alguna instituci¨®n vac¨ªa como el ¡°Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado¡± o la ¡°Defensor¨ªa del Pueblo¡± esta ¨²ltima una propuesta de Piedra para ¡°reformar¡± la CNDH. Otros cinco a?os m¨¢s sin compromisos con los Derechos Humanos, sin inter¨¦s por defenderlos, el gobierno de Sheinbaum no necesita quitarles presupuesto, desalojarlos de su edificio o amagar con desaparecerlos, ya convertida en una instituci¨®n que las organizaciones y el propio gobierno ignoran, la deja justo en el lugar donde quedan las millones de v¨ªctimas en este pa¨ªs.