Balcanes, Europa
El apoyo europeo a los Balcanes se intensifica ahora. Pero eso poco tiene que ver con inminentes ampliaciones del club comunitario
Los Balcanes son Europa. Atribulados, complejos, conflictivos, s¨ª, pero como lo ha sido hasta hace nada el propio continente. Y su espacio est¨¢, en el futuro, en la expresi¨®n pol¨ªtica de ese mismo continente, la Uni¨®n Europea. As¨ª lo han solemnizado sus 27 Gobiernos en una cumbre conjunta con los cinco de la antigua Yugoslavia, adem¨¢s de Albania. Y as¨ª lo han proclamado estos vecinos.
Que en circunstancias sanitarias, econ¨®micas y pol¨ªticas tan dif¨ªciles como las actuales se haya celebrado esa cumbre, y que haya sido ejemplo de multilateralismo en tiempos de enfrentamientos bilaterales entre otras regiones y potencias, es en s¨ª misma una noticia favorable. Am¨¦n de una advertencia a los aspirantes a convertirse en pescadores en r¨ªos revueltos, tengan base en Mosc¨² o en Pek¨ªn, de que este continente ¡ªincluida su regi¨®n balc¨¢nica¡ª comparte unos intereses estrat¨¦gicos profundos. Y que todo intento de usar torticeramente posibles desajustes entre su centro y sus periferias est¨¢ condenado al fracaso. La complicidad no es solo estrat¨¦gica, sino tambi¨¦n muy pr¨¢ctica, no en vano el 70% del comercio exterior de los seis se desarrolla con el conjunto europeo, frente a menos de un 5% con China o con Rusia.
Virtud especial de esta cumbre es haber huido de la ret¨®rica. Ha dado v¨ªa libre a un importante paquete de apoyo econ¨®mico a los vecinos (el mayor de todos), para ayudarles a superar la crisis de la pandemia, y ha pasado revista sin disimulo a alguno de los problemas de corrupci¨®n, inestabilidad y debilidad democr¨¢tica que les atenazan, poniendo alto el list¨®n que deben superar.
Tambi¨¦n ha sido la primera vez en que han participado todos los Gobiernos de la UE, al acceder Espa?a a dar primac¨ªa a la estabilidad balc¨¢nica, sin anular su posici¨®n tradicional sobre Kosovo, en la expectativa de que los desencuentros locales amainen. Har¨¢ bien Pristina en mejorar sus est¨¢ndares democr¨¢ticos internos y su trato a la minor¨ªa serbia, igual que Belgrado debe recorrer un buen trecho hacia la reconciliaci¨®n: en esta tarea todos pueden contribuir, pero nada avanzar¨¢ seriamente si no es con el concurso de los principales protagonistas.
El apoyo europeo a los Balcanes, a su estabilidad, evoluci¨®n democr¨¢tica, bienestar y horizonte de futuro se intensifican ahora. Pero eso poco tiene que ver con inminentes ampliaciones del club comunitario. Su densidad ya es exorbitante hoy para resolver bien los problemas a 27: sean los econ¨®mico/financieros, como acreditan las discusiones sobre la salida de la recesi¨®n inducida por el coronavirus, o los institucionales, provocados por un proceso decisorio nada fluido. Esta vez habr¨¢ que resolverlos de cuajo previamente, mediante las oportunas reformas. Simplemente, la UE no puede permitirse nuevos dramas iliberales internos como el h¨²ngaro o el polaco.
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